Una niña soñadora imaginó un bosque mágico con criaturas fantásticas. Creó una serpiente emplumada venenosa llamada Quetzalcóatl que amenazaba el bosque. La niña intentó borrarla pero no pudo. El bosque se volvió oscuro y desolado bajo la influencia de Quetzalcóatl. La niña enfrentó a la criatura y logró encerrarla de nuevo, restaurando la paz al bosque aunque ya no era el mismo lugar mágico de antes.