El documento describe el papel del Espíritu Santo en la observancia del sábado. Explica que el Espíritu Santo ayuda a los creyentes a someter su voluntad, intelecto y afectos a la Palabra de Dios para que el sábado sea una experiencia espiritual y no solo una forma exterior. También señala que sin la obra del Espíritu Santo, el sábado se convierte en una ceremonia vacía.