El documento habla sobre la historia y los impactos de la producción de etanol en Colombia. Resume que la caña de azúcar y la palma africana se han cultivado en el país desde el siglo XIX, pero que su expansión reciente para la producción de biocombustibles ha tenido efectos negativos como la expropiación de tierras de comunidades indígenas y campesinas, la flexibilización laboral que reduce los derechos de los trabajadores, y los riesgos ambientales como la tala de bosques y el alto consumo de agua.