SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 48
Descargar para leer sin conexión
EL FALSO CIRINEO
EL FALSO CIRINEO
DRAMA EN UN ACTO
Original de
Wilson Roa
© 2012. Wilson Roa
Título original: El faso cirineo
Dirección editorial: Bismar Galán
ISBN: xxxxxxxxxxxxxxxxxx
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra,
en todas las formas posibles, sin permiso escrito del autor.
2012. De esta edición: Urania Montás
Impreso en República Dominicana
por Editora Búho C. x A.
7
Wilson Roa
SE ESCUCHA LA MELODÍA DEL TEMA
MUSICAL “EL NIÁGARA EN BICICLE-
TA” DE JUAN LUIS GUERRA. SE ABRE
EL TELÓN. ES LA SALA DE EMER-
GENCIAS DE UN HOSPITAL PÚBLICO.
EN EL FONDO IZQUIERDO HAY UN
PEQUEÑO BIOMBO CON ALGUNAS
RADIOGRAFÍAS PEGADAS. DELANTE
DE ÉSTE HAY UN VIEJO ESCRITORIO
CON UNA LÁMPARA DE LECTURA Y
UN SILLÓN DESTARTALADO. A LA
DERECHA HAY UNA CAMILLA VIEJA
CON UNA PATA REMENDADA Y DE-
TRÁS DE ÉSTA, EN EL FONDO, UN
CORDEL CON UNA SÁBANA BLANCA
Y UN PAR DE MEDIAS SUJETADAS CON
8
El falso cirineo
GANCHOS. UNA DOCTORA DUERME
EN EL SILLÓN. UN HOMBRE LLEGA
CON MUJER PARTURIENTA PIDIEN-
DO AUXILIO.
1.	 HOMBRE: ¡Doctora! ¡Doctora! ¡Des-
pierte!
2.	 DOCTORA: (ASUSTADA, PEGA UN
BRINCO Y SE PONE EN GUARDIA)
¡Qué! ¡Qué! ¡Qué pasa! (VOLVIENDO
EN SÍ, SE DIRIGE AL HOMBRE DE
MALA GANA) ¿Qué usted quiere?
3.	 HOMBRE: Doctora, es una emergencia:
esta mujer va a parir.
4.	 DOCTORA: ¿Usted está ciego o qué?
¿Acaso no vio un letrero en la entrada que
dice “Hospital cerrado”?
5.	 HOMBRE: ¡Cerrado! ¿Y por qué está ce-
rrado el hospital?
9
Wilson Roa
6.	 DOCTORA: (SE SIENTA EN EL SI-
LLÓN) Porque los médicos estamos en
huelga.
7.	 HOMBRE: ¿Y las enfermeras?
8.	 DOCTORA: También.
9.	 HOMBRE: ¿Y los camilleros?
10.	DOCTORA: También.
11.	HOMBRE: ¿Y los porteros?
12.	DOCTORA: Esos también. Aquí todos
estamos en pie de lucha. (LA MUJER SE
QUEJA FUERTEMENTE. EL HOM-
BRE LA RECUESTA SOBRE LA CA-
MILLA Y DEJA UN BULTO EN EL
SUELO, JUNTO A ESTA) Amigo, ¿us-
ted está sordo o qué? Le dije que el hos-
pital está ce-rra-do. Váyanse a otra parte.
10
El falso cirineo
13.	HOMBRE: Pero, doctora, esta mujer va a
dar a luz. Entienda que es una emergen-
cia médica. Esto es un hospital, usted está
aquí y ella también. ¿Qué le cuesta aten-
derla?
14.	DOCTORA: (ARROGANTE) Ese no es
mi problema. Váyase a su casa y busque
una partera o llévela a una clínica privada,
pero váyase de una vez. Si mis colegas vie-
nen y los encuentran aquí, van a decir que
soy una rompehuelgas.
15.	HOMBRE: (APELATIVO EN VOZ
BAJA) Pero, doctora, ni siquiera conozco
a esta mujer. Hace un rato iba manejan-
do mi auto hacia mi trabajo. De pronto
la vi tirada sobre una acera, empapada de
agua y gritando bajo la lluvia, que alguien
la ayude. Por eso la traje. (LA DOCTORA
INHALA Y EXHALA PROFUNDA-
MENTE). Yo ya hice mi parte, ahora le
toca a usted.
11
Wilson Roa
16.	DOCTORA: Mire, señor, yo solo soy mé-
dico general, además estoy sola. Para rea-
lizar un parto con todas las de la ley se re-
quiere un ginecólogo, un pediatra, enfer-
meras, anestesiólogo… Es un problema.
17.	HOMBRE: Doctora, por ahora estamos
usted y yo. No sé nada de este asunto,
pero si usted me dice cómo, yo podría
ayudarle en cualquier cosa. ¿Qué me dice?
18.	DOCTORA: (DEPONIENDO ACTI-
TUD) Está bien. Pero estamos juntos en
esto, ¡eh!
19.	HOMBRE: De acuerdo.
20.	DOCTORA: (SE PONE DE PIE) ¡Manos
a la obra! SE ESCUCHA LA CONTINUA-
CIÓN DEL TEMA MUSICAL “EL NIÁ-
GARA EN BICICLETA” DE JUAN LUIS
GUERRA. AMBOS HACEN ALGUNOS
EJERCICIOS DE CALENTAMIENTO
12
El falso cirineo
CORPORAL. LUEGO DE UN MO-
MENTO, LA MÚSICA SE DETIENE.
21.	HOMBRE: ¿Qué vamos a hacer, doctora?
22.	DOCTORA: Primero debemos ves-
tir ropa adecuada para la intervención
(METE LA MANO EN UNA GAVE-
TA DEL ESCRITORIO Y SACA DOS
BOLSAS GRANDES DE RECOGER
BASURA. CON UNAS TIJERAS, LE
ABRE TRES HOYOS A UNA DE ES-
TAS Y LUEGO SE LA PASA AL HOM-
BRE. CONTINÚA HACIENDO LO
MISMO CON LA SEGUNDA BOLSA.
23.	HOMBRE: (SIN ENTENDER) Oiga,
doctora, ¿para qué son estas… bolsas de
basura?
24.	DOCTORA: (SARCÁSTICA) ¿Bolsas
de basura? No, mi amigo. Lo que usted
tiene en sus manos es la bata del médico
13
Wilson Roa
ayudante, y yo, la del médico titular. Véa-
lo en perspectiva. (SE LA PONE Y LA
MODELA) ¿A caso no está de lujo?
25.	HOMBRE: (SE ENCOGE DE HOM-
BROS) Si usted lo dice. (SE PONE LA
SUYA). Ya está.
26.	DOCTORA: Y para completar, aquí es-
tán sus guantes (LE AMARRA UN PAR
DE FUNDAS EN LAS MANOS). Le de-
bemos los gorros y mascarillas, se agota-
ron la semana pasada.
27.	HOMBRE: ¡Válgame, Dios! ¡Cuánta pre-
cariedad! Supongo que, al menos, tienen
equipos adecuados para realizar el parto.
28.	DOCTORA: Por supuesto, señor. Aquí
tenemos equipos modernísimos. Este-
toscopios de un sólo oído, camas de tres
patas, jeringas reciclables…, en fin: tecno-
logía de punta.
14
El falso cirineo
29.	HOMBRE: Pero, doctora, este hospital
está enfermo. ¿Cómo pueden trabajar así?
30.	DOCTORA: ¿Por qué cree que estamos
en huelga? Cada vez parece más cierto
que vivimos en un país rico, pobremente
administrado.
31.	HOMBRE: ¡Santa madre de Dios!
32.	DOCTORA: ¿Qué más da?
33.	HOMBRE: (ENTUSIASTA) Bueno, lo
importante es que hoy podemos hacer
algo bueno aquí, ¿no?
34.	DOCTORA: ¡Ajá! Si todo sale bien, en un
par de minutos estaremos libres de este
problema.
35.	HOMBRE: ¡Qué bien! La madre con su
bebé, yo en mi trabajo y usted con su huel-
ga: (SUSPIRA) todos respirando el suave
15
Wilson Roa
aroma de nuestra democracia (SE ESCU-
CHA EL SONIDO DE UN PEDO).
36.	DOCTORA: Vayamos al grano.
LA MUJER PEGA UN ENORME GRITO.
SE ESCUCHA UNA MÚSICA DE SUS-
PENSO. EL HOMBRE SALE CORRIEN-
DO A VER ENTRE LAS PIERNAS DE LA
MUJER.
37.	HOMBRE: ¡Ya viene! ¡Puedo verlo! ¡Es
un bebé!
38.	DOCTORA: (CON UN ZAFACÓN Y
UNA BANDEJA DE UTENCILIOS
EN LAS MANOS) Hay que apresurarse.
Ya rompió fuente.
39.	HOMBRE: (DESESPERADO) ¿Y ahora
qué, doctora?
16
El falso cirineo
40.	DOCTORA: Ella debe respirar y empu-
jar, encárguese de ayudarla. Yo me encar-
garé del bebé.
41.	HOMBRE: Entendido. (SOSTENIEN-
DO UNA MANO DE LA MUJER,
HACE QUE MEDIO SE SIENTE Y LA
ABRAZA POR EL CUELLO) Vamos,
este es el momento de la verdad. Respi-
re, respire. Ahora…, puje. (LA MUJER
PUJA GRITANDO CON TODAS SUS
FUERZAS).
42.	DOCTORA: (SOSTENIENDO LA CA-
BEZA DEL BEBÉ) Muy bien. Otra vez.
43.	HOMBRE: Okay, aquí vamos. (LA MU-
JER SE PREPARA RESPIRANDO
VARIAS VECES) Eso es, respire…, res-
pire... ¡Ahora! (MUJER PUJA GRITAN-
DO NUEVAMENTE).
17
Wilson Roa
EN MEDIO DEL LLANTO DE LA MU-
JER, SE ESCUCHA UNA CANCIÓN QUE
VA GANANDO VOLUMEN Y HACIEN-
DO MUDA LA ESCENA. FINALMENTE,
SE ESCUCHA EL LLANTO DEL BEBÉ
Y LA MÚSICA VA DESAPARECIENDO.
44.	DOCTORA: (CON EL BEBÉ EN LAS
MANOS) ¡Lo tengo! ¡Lo tengo! (SE LO
PASA AL HOMBRE, QUIEN LO RE-
CIBE CON UNA TOALLA. LA MU-
JER QUEDA SIN FUERZAS SOBRE
LA CAMILLA).
45.	HOMBRE: (MARAVILLADO) ¡Qué
bien! ¡Es un niño! Y parece que nació su-
perdotado. (TOMA EL CORDÓN UM-
BILICAL Y LO LEVANTA MORBO-
SAMENTE) ¡Chiquito, con esta verga no
tendrás que trabajar! Después de todo…
el tamaño si importa (RÍE GROSERA-
MENTE).
18
El falso cirineo
46.	DOCTORA: (MOLESTA) Ese…, es el
cordón umbilical. ¡Idiota!
47.	HOMBRE: ¡Aaah! ¡El cordón!
48.	DOCTORA: (REMEDÁNDOLO CON
MUECA) ¡Aaah! ¡El cordón! Tarado.
49.	HOMBRE: (OBSERVA A LA NIÑA
NUEVAMENTE) Entonces, es una niña.
¿Qué hago con ella, doctora?
50.	DOCTORA: (SOSTIENE EL ZAFA-
CÓN DEBAJO DE LAS PIERNAS DE
LA MADRE) Déjela sobre la madre y pá-
seme los ganchos que sostienen aquellas
medias.
51.	HOMBRE: (SUELTA LA NIÑA, BUS-
CA LOS GANCHOS Y SE LOS EN-
TREGA A LA DOCTORA) Aquí tiene,
doctora.
19
Wilson Roa
LA DOCTORA DEJA EL ZAFACÓN. SU-
JETA EL CORDÓN UMBILICAL CON
UNA MANO Y LO LEVANTA. PONE
LOS DOS GANCHOS EN EL CORDÓN,
LIGERAMENTE SEPARADOS. TOMA
LA TIJERA DE LA BANDEJA Y CORTA
EL CORDÓN EN MEDIO DE LOS DOS
GANCHOS. HACE UN NUDO AL PEDA-
ZO DE CORDÓN QUE QUEDA PEGA-
DO DE LA NIÑA.
52.	DOCTORA: Ya está. Y por si las mos-
cas… (CON UNA MANO, TOMA A
LA BEBÉ POR EL ABDOMEN, PO-
NIENDOLA BOCABAJO Y LE DA
UNA NALGADITA. LA NIÑA EM-
PIEZA A LLORAR). Eso es. (SE LA
PASA AL HOMBRE). Sosténgala un
momento.
53.	HOMBRE: ¡Claro! (TOMA LA TOA-
LLA Y CARGA A LA NIÑA. LA MECE
EN SUS BRAZOS TRATANDO DE
20
El falso cirineo
CALMARLA. SE VA AL CENTRO
DEL ESCENARIO).
54.	DOCTORA: (NOTANDO QUE LA
MUJER NO SE MUEVE, LE TOCA
LAS PIERNAS) ¡Señora! ¡Señora! ¿Se en-
cuentra bien? (SE ESCUCHA UN SONI-
DO DE SUSPENSO. EL LLANTO DE
LA NIÑA ES MAYOR. EL HOMBRE
TRATA DE CALMARLA. LA DOC-
TORA VA POR LA CABECERA Y RE-
VISA EL PULSO DE LA MUJER) ¡Se-
ñora! ¡Señora! ¿Me escucha? (EL LLAN-
TO DE LA NIÑA ES MÁS ALTO. EL
HOMBRE SE PONE MUY TENSO.
LA DOCTORA TRATA DE RESUCI-
TAR A LA MUJER PRESIONANDO
SU PECHO) ¡Reaccione! ¡Señora! ¡Seño-
ra! ¡Señoraaaa!
55.	HOMBRE: (GRITANDO A TODO
PULMÓN) ¡Yaaaaa… bas…taaaa!
21
Wilson Roa
EN LA SALA SE HACE UN PROFUNDO
SILENCIO. LA NIÑA DEJÓ DE LLORAR
Y LA DOCTORA SE HA QUEDADO PA-
RALIZADA, MIRANDO FIJAMENTE AL
HOMBRE QUE RESPIRA DE FORMA
AGITADA.
56.	DOCTORA: (DEJA A LA MUJER Y SE
DIRIGE HACIA EL HOMBRE) ¡Ey,
amigo! ¿Qué le pasa?
57.	HOMBRE: (TEMBLOROSO) Perdóne-
me, doctora. Es que los niños me ponen
muy nervioso.
58.	DOCTORA: (QUITÁNDOLE LA NIÑA
DE LAS MANOS, DELICADAMENTE)
¡Cálmese, cálmese! (SE VA DETRÁS DEL
ESCRITORIO) ¿Usted tiene hijos?
59.	HOMBRE: (SE SIENTA EN LA SILLA
Y SE QUITA LAS FUNDAS QUE LO
CUBREN) No.
22
El falso cirineo
60.	DOCTORA: Eso lo explica todo. (PONE
LA NIÑA SOBRE EL ESCRITORIO
Y EMPIEZA A LIMPIARLA CON LA
MISMA TOALLA) Muchas personas se
ponen nerviosas con los niños porque no
los comprenden. Hay que ponerse en su
lugar. Imagine que usted se acuesta y de
pronto despierta en un mundo distinto.
En vez de respirar aire, ahora respiraría lí-
quidos. Y en vez de caminar, lo obligaran
a nadar. Imagínese pidiendo ayuda y que
nadie entendiera sus palabras.
61.	HOMBRE: (PENSATIVO) Sería difícil.
Me sentiría como un solitario en un mun-
do extraño.
62.	DOCTORA: (SOSTENIENDO A LA
NIÑA EN SUS BRAZOS Y MIRÁN-
DOLA FIJAMENTE) A los niños les
pasa lo mismo, pero al revés. Es bueno
que lloren al nacer, porque les permi-
te despejar las vías respiratorias. Si no
23
Wilson Roa
lo hacen, podrían morir asfixiados. Es
como el pueblo y una buena huelga: si
no protestas, te mata la indiferencia.
63.	HOMBRE: (ASINTIENDO CON LA
CABEZA) Sí, claro.
64.	DOCTORA: (EMPIEZA A MECER-
LA EN SUS BRAZOS) Al llegar a nues-
tro mundo, un niño debería ser amado
y protegido, tratado como un huésped
distinguido en un hotel cinco estrellas:
brindarle nuestras mejores atenciones.
(MIRANDO IRÓNICAMENTE LA
FACHADA DEL HOSPITAL) Lástima
que este hotel se encuentre en ruinas.
(SUSPIRA PROFUNDAMENTE) En
fin. (PONE A LA NIÑA EN UNA
CUNA PARA RECIÉN NACIDOS Y
ENCIENDE SOBRE LA PEQUEÑA
LA LÁMPARA DE LECTURA).
24
El falso cirineo
65.	HOMBRE: Apuesto a que usted es una
buena madre (SE ESCUCHA UNA
CORTINA DE MÚSICA SENSUAL).
66.	DOCTORA: (SORPRENDIDA)
¿Quién? ¿Yo? No, no, no, mi amigo. Yo
no tengo hijos. Ni siquiera soy… casada
(SE ARREGLA EL PELO UN POCO
AVERGONZADA).
67.	HOMBRE: ¿Y por qué no?
68.	DOCTORA: (DESAFIANTE) Porque
en esta ciudad no hay hombres. Mire a ese
que está allí (APUNTA A UN HOMBRE
DEL PÚBLICO), estoy cansada de picar-
le un ojo y no me dice nada. Aquel otro,
yo misma lo invité a salir con todos los
gastos pagos y a la hora de la verdad, diz-
que le dio diarrea. Será que sufre de im-
potencia. (EN VOZ ALTA) ¡Señores, la
pastillita funciona!
25
Wilson Roa
69.	HOMBRE: (ADULADOR) No entien-
do cómo es que una mujer tan atractiva y
competente como usted no tiene un com-
pañero a su lado.
70.	DOCTORA: (SE ESCUCHA EL SO-
NIDO DE UN SAXOFÓN ROMÁN-
TICO. MIRA HACIA EL PÚBLICO
RUBORIZADA. COMO UNA STRIP-
PER, ROMPE LA FUNDA QUE LA
CUBRE, SE SUELTA EL PELO, SE
ROCÍA UN POCO DE AMBIENTA-
DOR EN TODO EL CUERPO. MIRA
AL HOMBRE FIJAMENTE Y SE LE
ACERCA EN FORMA MUY SEN-
SUAL) ¿En verdad cree que soy… a
tractiva?
71.	HOMBRE: (SINTIÉNDOSE ACOSA-
DO) Este mmm… no. (SE RAYA LA
MÚSICA. ÉL SE ALEJA DE ELLA, SA-
CUDIÉNDOSE LOS BRAZOS).
26
El falso cirineo
72.	DOCTORA: (SE HUELE LAS AXI-
LAS) Pero usted dijo que yo…
73.	HOMBRE: (EXPLÍCITO) Solo fue un
decir.
74.	DOCTORA: ¡Jah! El hombre y su forma
de ver a las mujeres: el mismo cuento de
siempre. En un momento somos bellas
y atractivas, y de buenas a primeras…
¡puf! ni una guayaba podrida. ¿Pero qué
le pasa?
75.	HOMBRE: Mire, doctora, no es nada
personal. Digamos que tengo una bue-
na razón para no establecer relaciones…
afectivas con ninguna mujer.
76.	DOCTORA: (DEDUCTIVA) ¡Ah! Com-
prendo. Usted es gay.
77.	HOMBRE: (SORPRENDIDO) ¡Qué!
27
Wilson Roa
78.	DOCTORA: (EXPLÍCITA) Ya sabe…,
homosexual.
79.	HOMBRE: No, no, no, doctora. Nada de
eso. Lo que pasa es que… (SE DECIDE,
EMPIEZA A SOLTARSE LA BUFAN-
DA. SE ALCANZA A VER UN CUE-
LLO DE SACERDOTE Y UN CRUCI-
FIJO PLATEADO)…he decidido consa-
grarme a la obra del señor.
80.	DOCTORA: (AL PÚBLICO, SUSPIRA
DE BRAZOS CAÍDOS) ¡Ah! el celibato.
Pero eso no es problema. Hoy día vivimos
la Era de la liberación de las sotanas.
81.	HOMBRE: (SORPRENDIDO) ¡Qué
dice!
82.	DOCTORA: Sí, acuérdese del padrecito
aquel que, con el cuento de la castidad,
tenía más de diez años dando “estillas”
con una de sus feligreses. ¡Jah! El colmo
28
El falso cirineo
de su descaro fue cuando lo descubrieron.
Lejos de arrepentirse, se cambió a otra or-
den religiosa dentro de la misma iglesia.
Ese colega suyo, igual que otros tantos,
demostró que esa vaina del celibato no
es compatible con la naturaleza humana.
(HACIA ÉL) Debajo de esa sotana, hay
un hombre, un animal de reproducción
sexual, un verdadero caballo en celo.
83.	HOMBRE: (MOLESTO) Creo que ya es
suficiente.
84.	DOCTORA: (SARCÁSTICA) ¡Vamos,
hombre! Si él lo hizo, ¿por qué usted no?
Después de todo, la carne es débil y se
pone dura. ¿No?
85.	HOMBRE: (MUY MOLESTO) ¡Basta!
86.	DOCTORA: (CON CARA DE YO NO
FUI) Okay, okay.
29
Wilson Roa
87.	HOMBRE: (MIRA EL RELOJ) Casi son
las siete, la misa está por empezar. Debo
irme. (SE DIRIGE HACIA LA PUER-
TA, VE A LA MUJER TENDIDA SO-
BRE LA CAMILLA, SE DETIENE Y
REGRESA HACIA LA DOCTORA)
Por cierto, ¿y la mujer?
88.	DOCTORA: (FRIAMENTE) Murió.
89.	HOMBRE: (SORPRENDIDO) ¡Qué!
SE ESCUCHA UNA MÚSICA FÚNE-
BRE. EL HOMBRE SE ACERCA POR LA
CABECERA, LA MIRA FIJAMENTE Y
SE PERSIGNA. LAS LUCES BAJAN DE
TONO. EN UN LADO DEL ESCENA-
RIO, SE VE UN HOMBRE TRAJEADO
DICTANDO UNA CONFERENCIA.
90.	CONFERENCISTA: Un pueblo puede so-
brevivir sabiendo que ha perdido su pasado. Y
hasta puede soportar sabiendo que el presente no
30
El falso cirineo
le corresponde. Lo que no puede soportar, lo que
no debe soportar jamás, es la infame condena de
vivir sin futuro.
La muerte de una madre es un acto doloroso,
una tragedia humana, una infame condena que
aprisiona el futuro de la felicidad. Es la ruptura
del primer y más genuino vínculo de una perso-
na con el mundo. Con ella se abre una herida
que siempre habrá de doler, que siempre ha de
sangrar.
Cada vez que mire su reloj y vea los segundos
avanzar, piense en el amor de su madre. Piense en
ella sin reparos, pues cada vez que culmina el ciclo
de un minuto, muere una madre en este mundo.
Y se abren grietas en el alma, se hacen tristes los
caminos: brotan ríos de dolor.
Más del 99% de las muertes maternas ocu-
rren en países no desarrollados como el nuestro.
Aquí muere una mujer cada día por complica-
ciones de embarazo y parto. La mayoría de esas
muertes ocurren en los centros de salud.
Las adolescentes son el presente más activo: el
futuro inmediato de nuestro pueblo. El 24% de
31
Wilson Roa
ellas entre 15 y 19 años… es madre o está em-
barazada. Muchas de ellas morirán al dar a luz.
Estos son los hechos, con pasado y con presen-
te. ¿Es acaso el futuro a que apostamos? Esa es
la cuestión.
EL CONFERENCISTA SALE LENTA-
MENTE DEL ESCENARIO, AL TIEMPO
QUE LA MÚSICA VA DESAPARECIEN-
DO. EL ESCENARIO SE ILUMINA NUE-
VAMENTE.
91.	HOMBRE: (JUNTO AL CADÁVER
DE LA MUJER) ¡Pobre mujer!
92.	DOCTORA: ¡Mujer! Pero usted no ve
que “eso” es una niña. Como mucho, esa
debe tener unos doce o trece años. Por
eso no aguantó el parto.
93.	HOMBRE: ¡Válgame, Dios!
32
El falso cirineo
94.	DOCTORA: Y a juzgar por el descuido
y la infección vaginal que tiene, esa nun-
ca vio a un ginecólogo. Parece que nada
más… (LA DOCTORA SE QUEDA MI-
RÁNDOLA FIJAMENTE A LA CARA)
¡Espérate! Esa carita yo la he visto.
95.	HOMBRE: ¿Sí?
96.	DOCTORA: ¡Ay coooncho! (SE AGA-
RRA LA CABEZA) Pero esta es la mu-
chacha.
97.	HOMBRE: (INTRIGADO) ¿Cuál mu-
chacha?
98.	DOCTORA: La tiguerita de la calle. La
que andaba para arriba y para abajo pi-
diendo en los semáforos, la que tocaba el
vidrio en los picapollos para que le dieran
algo de comer,… (TRISTEMENTE, EL
HOMBRE TOMA LA SÁBANA BLAN-
CA Y CUBRE EL CADÁVER DE LA
33
Wilson Roa
MUJER)…la que dormía en un banco
del parque, arropada con cajas de cartón.
(INDIGNADA) La jodieron siempre.
(HACIA EL PÚBLICO) ¡Malnacidos!
¡Hombres del diablo!
99.	HOMBRE: (INTENTANDO TRAN-
QUILIZARLA, LA SOSTIENE DEL
BRAZO) Doctora, cálmese.
DOCTORA: (SE SUELTA BRUSCAMEN-
TE) Suélteme. (CONSTERNADA, SE
SIENTA EN EL SILLÓN. SE ESCUCHA
UNA MELODÍA MELANCÓLICA).
100.	 HOMBRE: (SE LE ACERCA A LA
DOCTORA. LA MÚSICA DESAPARE-
CE SUAVEMENTE) Doctora, entien-
do cómo se siente. La pobreza obliga a
la gente a mandar a sus hijos a la calle...,
ellos finalmente se quedan allí y… ya sabe.
¿Qué podemos hacer? Dios así lo quiso:
es una tragedia que no podemos evitar.
34
El falso cirineo
101.	 DOCTORA: (REACCIONA Y LO
MIRA) Sí, sí podemos. (SE PONE DE
PIE HACIA EL PÚBLICO) Podemos
evitar esa tragedia. La pobreza es una
consecuencia de nuestra indiferencia, de
nuestra ignorancia y nuestro egoísmo. Po-
demos ser más responsables con los ni-
ños. Dejemos de condenarlos al hambre
y al abandono. (DESAFIANTE) ¿Quién
dijo que Dios quiere ver sufrir a un niño?
(AL HOMBRE, EN TONO MÁS BAJO)
Hay que entender a Dios de otra forma,
mi amigo. El problema no es suyo, sino
nuestro.
102.	 HOMBRE: (RETRACTÁNDOSE)
Doctora, perdone…, yo sólo quería…
103.	 DOCTORA: (SENTÁNDOSE OTRA
VEZ) Mejor no diga nada (HACE UN
BREVE SILENCIO MIENTRAS SU
VISTA PERMANECE FIJA EN EL VA-
CÍO).
35
Wilson Roa
104.	 HOMBRE: Y ahora, ¿qué será de la
niña? Si la madre es una… mujer de la ca-
lle, creo que será un verdadero problema
saber quién es el padre.
105.	 DOCTORA: (MIRA HACIA LA
CUNA Y SUSPIRA PROFUNDAMEN-
TE. SE ESCUCHA UNA SUAVE ME-
LODÍA ¡La pobre! De seguro correrá la
misma suerte que su madre. Unos días
aquí y luego al orfanato. Allí esperará has-
ta que alguien la adopte como sirvienta de
la casa. Después, se escapará hacia la calle
a tocar los cristales de los picapollos, a pe-
dir limosna en los semáforos y a dormir
en la banqueta del parque; invisible ante
nuestros ojos, como un fantasma que na-
die quiere ver. Ya veo repetirse la historia
de un maldito que la embaraza y la aban-
dona, y su vientre creciendo bajo la llu-
via, hasta que un cirineo le ayude a llevar
su carga hacia un hospital en ruinas, con
camas de tres patas, estetoscopios de un
36
El falso cirineo
solo oído y jeringas reciclables: un lugar
perfecto para morir. Siempre será una ex-
traña en este mundo: una niña de nadie.
106.	 HOMBRE: (MIRANDO EL RELOJ)
Bueno, doctora, ya casi son las siete. Debo
irme. (EL HOMBRE EMPRENDE LA
MARCHA AL TIEMPO QUE LA MÚ-
SICA VA DESAPARECIENDO).
107.	 DOCTORA: Oiga, ha olvidado su
bulto.
108.	 HOMBRE: ¿Cuál bulto? (DOCTO-
RA SEÑALA UN BULTO MEDIANO
QUE ESTÁ AL PIE DE LA CAMILLA)
¡Ah!, ese. No es mío.
109.	 DOCTORA: (ANIMADA) Entonces
es de ella. (TOMA EL BULTO) Veamos
qué hay aquí. Tal vez nos dé una pista sobre
sus familiares. (LA DOCTORA EMPIE-
ZA A SACAR ALGUNOS OBJETOS
37
Wilson Roa
MIENTRAS EL HOMBRE SE QUEDA
A VER QUÉ PASA. ENCUENTRA UN
PEINE, UN BRACIER, UN PINTA-
LABIOS, UNA ENSARTA DE PRE-
SERVATIVOS Y FINALMENTE, UN
PAPEL BLANCO ENVUELTO). ¿Qué
tenemos aquí? (EMPIEZA ABRIRLO).
110.	 HOMBRE: (IMPACIENTE) ¿Qué es?
111.	 DOCTORA: (LEE CON LA VISTA)
Parece una carta.
112.	 HOMBRE: ¡Una carta! ¿Por qué no
lee en voz alta?
113.	 DOCTORA: (LEYENDO EN VOZ
ALTA) Amor mío, esta carta es para ti.
(SE ESCUCHA LA MELODIA DE LA
CANCIÓN “VOLVERÉ” DE DIEGO
VERDAGUER). Le he pedido a una ami-
ga que me la escriba pues, como sabes,
nunca pude ir a la escuela… (LA MÚSICA
38
El falso cirineo
SUBE HASTA HACER MUDA LA ES-
CENA. LUEGO DE UN MOMENTO,
LA MÚSICA BAJA Y LA DOCTORA
CONCLUYE LA LECTURA)…por eso
siempre llevo conmigo la bella imagen de
tu sonrisa. (LA DOCTORA SE PONE
DE PIE) ¡Es la cosa! (VA HACIA LA
CAMILLA Y EMPIEZA A REBUSCAR
EN EL CADÁVER DE LA MUJER).
114.	 HOMBRE: (YENDO TRAS ELLA)
Oiga, doctora, ¿qué hace?
115.	 DOCTORA: Ya lo oyó. Ella tiene la
foto de este tipo en algún lugar.
116.	 HOMBRE: Pero, doctora, esa mujer
está muerta. Los muertos deben descan-
sar en paz. ¿Por qué no se olvida de este
asunto?
117.	 DOCTORA: Ninguna mujer puede
descansar en paz sabiendo que el fruto
39
Wilson Roa
de su vientre ha sido abandonado en este
mundo. No, no, no. Hay que encontrarlo a
como dé lugar (CONTINÚA BUSCAN-
DO. ENCUENTRA UNA FOTOGRA-
FÍA EN EL BRACIER DE LA MU-
JER) ¡Bingo! (LA MIRA FIJAMENTE.
MIENTRAS, EL HOMBRE SE QUEDA
FRIZADO. LA DOCTORA DIRIGE SU
MIRADA HACIA EL HOMBRE, TRA-
TANDO DE VERLE EL ROSTRO DE
CERCA, Y ÉSTE LA EVADE). Disculpe
usted. ¿Cómo dijo que se llama?
118.	 HOMBRE: (ESQUIVÁNDOLA)
¿Nunca le dije cómo me llamo?
119.	 DOCTORA: (BUSCANDO OTRO
ÁNGULO) Y… ¿cómo dice que conoció
a esta mujer?
120.	 HOMBRE: (IDÉNTICO) Le dije que
no la conozco.
40
El falso cirineo
121.	 DOCTORA: Apuesto a que tiene una
bella sonrisa (TRATA DE QUITARLE
LA BOINA).
122.	 HOMBRE: (LE AGARRA LA
MANO) Óigame, no le permito que… (LA
DOCTORA TRATA DE QUITARLE
LA BOINA. SE ENFRASCAN EN UN
FORCEJEO. EL HOMBRE LA TIRA
AL SUELO SUJETÁNDOLA POR UN
BRAZO, LEVANTA LA MANO PARA
DARLE UNA BOFETADA) ¿Esto es
lo que quiere? ELLA GRITA PROTE-
GIÉNDOSE EL ROSTRO CON UNA
MANO. EL HOMBRE SE CONTIE-
NE Y LA SUELTA) Es usted una tonta.
¿Cómo se atreve? Yo soy un hombre y us-
ted una… mujer. (SE LLEVA LA MANO
A LA CORREA Y SE AJUSTA LOS
PANTALONES) ¿Conoce la diferencia?
123.	 DOCTORA: Por supuesto que la co-
nozco. (LA DOCTORA LE DA UNA
41
Wilson Roa
PATADA EN LOS TESTÍCULOS. EL
HOMBRE TERMINA RENDIDO DE
RODILLAS. ELLA SE PONE DE PIE
ARREGLÁNDOSE LA ROPA) ¡Gra-
cias por recordármelo! (LE QUITA LA
BOINA) ¿Qué tenemos aquí? ¡Nuestro
hombre invisible, en per-so-na! O tal vez
prefiere que le llame el falso cirineo.
124.	 HOMBRE: Doctora, no es como se
imagina.
125.	 DOCTORA: (ASOMBRADA) No,
no, no. Si no es como me imagino. Es
como lo estoy viendo. (AL PÚBLICO)
¡Señoras! ¡Señores! He aquí, frente al
mundo, un lobo vestido de oveja, un mal
hombre, un mal padre, un delincuente: un
maldito pederasta.
126.	 HOMBRE: (EN VOZ BAJA HA-
CIENDO SEÑAL DE SILENCIO) No,
doctora, no.
42
El falso cirineo
127.	 DOCTORA: Sí, mi amigo, sí. (AL
PÚBLICO) ¡Que lo sepa el mundo: la
maldad tiene responsables!
128.	 HOMBRE: (APELATIVO) Doctora,
comprenda, solo soy un hombre imper-
fecto que sale a la calle de vez en cuando
a buscar sosiego a mis miserias carnales.
Eso es lo que soy: un simple pecador. Me
confesaré esta misma noche. Haré mis
penitencias, lavaré mis pecados y mi alma
será perdonada.
129.	 DOCTORA: ¿Ah, sí? ¡Qué bonito!
(VA HACIA LA CAMILLA Y DESCU-
BRE EL CADAVER DE LA MUJER) Y
a ella, ¿le devolverá la vida? (VA HACIA
LA CUNA, CARGA A LA NIÑA EN
SUS BRAZOS) Y a ésta, ¿le devolverá a su
madre? (HACIA ÉL) ¿Con cuántas niñas
calmó sus miserias? ¿Con qué detergente
lava su alma de la muerte y el abandono?
(EN TONO BAJO) No señor. Usted no
43
Wilson Roa
es un pecador. Usted es un delincuente,
un pederasta, un criminal: un culpable.
(SE PARA JUNTO AL CADÁVER DE
LA MUJER) ¡Culpable! ¡Culpable!
130.	 HOMBRE: (SE TAPA LOS OÍDOS
CON AMBAS MANOS) No, no, no. (EN
EL SALÓN EMPIEZA A ESCUCHAR-
SEUNECODEVOCESINFERNALES
LLAMÁNDOLO “CULPABLE”. TRA-
TA DE SALIR HUYENDO, PERO LAS
VOCES LO DETIENEN. EL HOM-
BRE PEGA UN GRITO DE TERROR
AL TIEMPO QUE SE ARRODILLA
EN EL CENTRO DEL ESCENARIO
PERSIGNÁNDOSE DESESPERADA-
MENTE. SE HACE UN PROFUNDO
SILENCIO Y SE EMPIEZA A ESCU-
CHAR EL FONDO MUSICAL DE
UNA MISA SOLEMNE. ÉL EMPIEZA
A ORAR). Yo confieso, ante Dios todo
poderoso y ante ustedes, hermanos…
(LA DOCTORA METE LA MANO EN
44
El falso cirineo
UN BOLSILLO Y SACA UN TELÉFO-
NO CELULAR. SE VE CONVERSAR
UN MOMENTO MUY BREVE)…que
he pecado mucho, de pensamiento, pala-
bra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi
culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego
que intercedan por mí ante Dios, nuestro
señor. (UN PERSONAJE VESTIDO
DE POLICÍA SE ACERCA A LA DOC-
TORA. ESTA SEÑALA AL HOMBRE
QUE YACE ARRODILLADO EN EL
CENTRO DEL ESCENARIO, CON
SUS BRAZOS ABIERTOS AL CIELO
COMPLETANDO SU ORACIÓN). Se-
ñor, perdóname porque he pecado. (EL
POLICÍA LO TOMA POR UN BRAZO
Y LE PONE LAS ESPOSAS. EL HOM-
BRE SE PONE DE PIE Y FORCEJEA
RECISTIÉNDOSE AL ARRESTO).
¡Oiga! ¿qué hace?
131.	 POLICÍA: (JUNTÁNDOLE LOS
BRAZOS POR LAS ESPALDAS Y
45
Wilson Roa
TERMINÁNDOLE DE PONER LAS
ESPOSAS) Usted está bajo arresto. Tie-
ne derecho a permanecer callado, todo
lo que diga puede ser usado en su con-
tra… (EL HOMBRE SALE FORCE-
JEANDO DELANTE DEL POLICÍA
MIENTRAS ÉSTE LO EMPUJA Y LE
LEE SUS DERECHOS. SE ESCUCHA
LA MÚSICA DE “EL NIÁGARA EN
BICICLETA”. LA ESCENA SE OSCU-
RECE POR COMPLETO. LA MÚSICA
SUBE AL MÁXIMO Y SE CIERRA EL
TELÓN).
Impreso en los Talleres Gráficos
de Editora Búho, CxA,
en febrero de 2012.
Esta edición consta de
500 ejemplares
EL FALSO CIRINEO de wilson roa

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Visita al ginecólogo
Visita al ginecólogoVisita al ginecólogo
Visita al ginecólogoMayra F.
 
Visita Al Ginecologo 2518
Visita Al Ginecologo 2518Visita Al Ginecologo 2518
Visita Al Ginecologo 2518paquitaguapa
 
Chaco peor que haiti
Chaco peor que haitiChaco peor que haiti
Chaco peor que haitidoghack
 
Taller de calidad 1
Taller de calidad 1Taller de calidad 1
Taller de calidad 1Yerko Bravo
 
Chistes medicos-diapositivas
Chistes medicos-diapositivasChistes medicos-diapositivas
Chistes medicos-diapositivasdjmontoya08
 
Chistes medicos-diapositivas
Chistes medicos-diapositivasChistes medicos-diapositivas
Chistes medicos-diapositivasruilopez
 
La relación de amor de Dios al Hombre. - 17.02.2013
La relación de amor de Dios al Hombre. - 17.02.2013La relación de amor de Dios al Hombre. - 17.02.2013
La relación de amor de Dios al Hombre. - 17.02.2013iacymcallao
 
Visita Al Ginecologo Diapositivas
Visita Al Ginecologo DiapositivasVisita Al Ginecologo Diapositivas
Visita Al Ginecologo DiapositivasIvan
 
Nadie se muere la vispera
Nadie se muere la visperaNadie se muere la vispera
Nadie se muere la visperaAlexanderCit
 

La actualidad más candente (14)

Visita al ginecólogo
Visita al ginecólogoVisita al ginecólogo
Visita al ginecólogo
 
Visita Al Ginecologo 2518
Visita Al Ginecologo 2518Visita Al Ginecologo 2518
Visita Al Ginecologo 2518
 
Chaco peor que haiti
Chaco peor que haitiChaco peor que haiti
Chaco peor que haiti
 
Taller de calidad 1
Taller de calidad 1Taller de calidad 1
Taller de calidad 1
 
22 de septiembre
22 de septiembre22 de septiembre
22 de septiembre
 
Chistes medicos-diapositivas
Chistes medicos-diapositivasChistes medicos-diapositivas
Chistes medicos-diapositivas
 
Chistes medicos-diapositivas
Chistes medicos-diapositivasChistes medicos-diapositivas
Chistes medicos-diapositivas
 
La relación de amor de Dios al Hombre. - 17.02.2013
La relación de amor de Dios al Hombre. - 17.02.2013La relación de amor de Dios al Hombre. - 17.02.2013
La relación de amor de Dios al Hombre. - 17.02.2013
 
Galenos
Galenos Galenos
Galenos
 
Visita Al Ginecologo Diapositivas
Visita Al Ginecologo DiapositivasVisita Al Ginecologo Diapositivas
Visita Al Ginecologo Diapositivas
 
Nadie se muere la vispera
Nadie se muere la visperaNadie se muere la vispera
Nadie se muere la vispera
 
Visita al ginecologo
Visita al ginecologoVisita al ginecologo
Visita al ginecologo
 
Visita al ginecólogo
Visita al ginecólogoVisita al ginecólogo
Visita al ginecólogo
 
Visita-ginecologo
Visita-ginecologoVisita-ginecologo
Visita-ginecologo
 

Similar a EL FALSO CIRINEO de wilson roa

Similar a EL FALSO CIRINEO de wilson roa (10)

Drama muy buen cirujano
Drama muy buen cirujanoDrama muy buen cirujano
Drama muy buen cirujano
 
Historias paralelas
Historias paralelasHistorias paralelas
Historias paralelas
 
Doctor Who - El Adivino
Doctor Who - El AdivinoDoctor Who - El Adivino
Doctor Who - El Adivino
 
Memorias Peligrosas
Memorias PeligrosasMemorias Peligrosas
Memorias Peligrosas
 
Carlos Cuauht_moc S_nchez - Un grito desesperado.docx
Carlos Cuauht_moc S_nchez - Un grito desesperado.docxCarlos Cuauht_moc S_nchez - Un grito desesperado.docx
Carlos Cuauht_moc S_nchez - Un grito desesperado.docx
 
La pecera-de-cuentos
La pecera-de-cuentosLa pecera-de-cuentos
La pecera-de-cuentos
 
Guion el extraño
Guion el extrañoGuion el extraño
Guion el extraño
 
El compadre. Adaptación de Ricardfo Cerrón Siuce
El compadre. Adaptación de Ricardfo Cerrón SiuceEl compadre. Adaptación de Ricardfo Cerrón Siuce
El compadre. Adaptación de Ricardfo Cerrón Siuce
 
Antología Z-Sides: Preámbulo de la I Antología Hispano-parlante del Apocalips...
Antología Z-Sides: Preámbulo de la I Antología Hispano-parlante del Apocalips...Antología Z-Sides: Preámbulo de la I Antología Hispano-parlante del Apocalips...
Antología Z-Sides: Preámbulo de la I Antología Hispano-parlante del Apocalips...
 
Ahh!! los doctores
Ahh!! los doctoresAhh!! los doctores
Ahh!! los doctores
 

Último

Europa y la Exploración del continente americano.pptx
Europa y la Exploración del continente americano.pptxEuropa y la Exploración del continente americano.pptx
Europa y la Exploración del continente americano.pptxismaelchandi2010
 
ACUERDOS PARA PINTAR EDUCACION INICIAL.docx
ACUERDOS PARA PINTAR EDUCACION INICIAL.docxACUERDOS PARA PINTAR EDUCACION INICIAL.docx
ACUERDOS PARA PINTAR EDUCACION INICIAL.docxlizeth753950
 
PA2_BITACORA _Taipe_Turpo_Teves_Sumire_Suma.pptx
PA2_BITACORA _Taipe_Turpo_Teves_Sumire_Suma.pptxPA2_BITACORA _Taipe_Turpo_Teves_Sumire_Suma.pptx
PA2_BITACORA _Taipe_Turpo_Teves_Sumire_Suma.pptxJOELORELLANA15
 
CERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptx
CERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptxCERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptx
CERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptxMaikelPereira1
 
BIOGRAFIA MARIANO MELGAR presentacion en power point
BIOGRAFIA MARIANO MELGAR  presentacion en power pointBIOGRAFIA MARIANO MELGAR  presentacion en power point
BIOGRAFIA MARIANO MELGAR presentacion en power pointyupanquihuisahilario
 
Origen del Hombre- cuadro comparativo 5to Sec
Origen del Hombre- cuadro comparativo 5to SecOrigen del Hombre- cuadro comparativo 5to Sec
Origen del Hombre- cuadro comparativo 5to Secssuser50da781
 
La Importancia de la Universidad como Institución Social.pdf
La Importancia de la Universidad como Institución Social.pdfLa Importancia de la Universidad como Institución Social.pdf
La Importancia de la Universidad como Institución Social.pdfloquendo1901
 
Trabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitectura
Trabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitecturaTrabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitectura
Trabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitecturaccastilloojeda12
 
presentacion-auditoria-administrativa-i-encuentro (1).ppt
presentacion-auditoria-administrativa-i-encuentro (1).pptpresentacion-auditoria-administrativa-i-encuentro (1).ppt
presentacion-auditoria-administrativa-i-encuentro (1).pptDerekLiberatoMartine
 
diagrama sinóptico dcerfghjsxdcfvgbhnjdcf
diagrama sinóptico dcerfghjsxdcfvgbhnjdcfdiagrama sinóptico dcerfghjsxdcfvgbhnjdcf
diagrama sinóptico dcerfghjsxdcfvgbhnjdcfDreydyAvila
 
Concepto de Estética, aproximación,Elena Olvieras
Concepto de Estética, aproximación,Elena OlvierasConcepto de Estética, aproximación,Elena Olvieras
Concepto de Estética, aproximación,Elena OlvierasAnkara2
 
Mapa-conceptual-de-la-Primera-Guerra-Mundial.pptx
Mapa-conceptual-de-la-Primera-Guerra-Mundial.pptxMapa-conceptual-de-la-Primera-Guerra-Mundial.pptx
Mapa-conceptual-de-la-Primera-Guerra-Mundial.pptxMaraMilagrosBarrosMa
 
Unitario - Serie Fotográfica - Emmanuel Toloza Pineda
Unitario - Serie Fotográfica - Emmanuel Toloza PinedaUnitario - Serie Fotográfica - Emmanuel Toloza Pineda
Unitario - Serie Fotográfica - Emmanuel Toloza PinedaEmmanuel Toloza
 
la configuyracion del territorio peruano
la configuyracion del territorio peruanola configuyracion del territorio peruano
la configuyracion del territorio peruanoEFRAINSALAZARLOYOLA1
 
271706433-Horacio-Baliero-Casa-en-Punta-Piedras.pptx
271706433-Horacio-Baliero-Casa-en-Punta-Piedras.pptx271706433-Horacio-Baliero-Casa-en-Punta-Piedras.pptx
271706433-Horacio-Baliero-Casa-en-Punta-Piedras.pptxjezuz1231
 

Último (15)

Europa y la Exploración del continente americano.pptx
Europa y la Exploración del continente americano.pptxEuropa y la Exploración del continente americano.pptx
Europa y la Exploración del continente americano.pptx
 
ACUERDOS PARA PINTAR EDUCACION INICIAL.docx
ACUERDOS PARA PINTAR EDUCACION INICIAL.docxACUERDOS PARA PINTAR EDUCACION INICIAL.docx
ACUERDOS PARA PINTAR EDUCACION INICIAL.docx
 
PA2_BITACORA _Taipe_Turpo_Teves_Sumire_Suma.pptx
PA2_BITACORA _Taipe_Turpo_Teves_Sumire_Suma.pptxPA2_BITACORA _Taipe_Turpo_Teves_Sumire_Suma.pptx
PA2_BITACORA _Taipe_Turpo_Teves_Sumire_Suma.pptx
 
CERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptx
CERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptxCERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptx
CERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptx
 
BIOGRAFIA MARIANO MELGAR presentacion en power point
BIOGRAFIA MARIANO MELGAR  presentacion en power pointBIOGRAFIA MARIANO MELGAR  presentacion en power point
BIOGRAFIA MARIANO MELGAR presentacion en power point
 
Origen del Hombre- cuadro comparativo 5to Sec
Origen del Hombre- cuadro comparativo 5to SecOrigen del Hombre- cuadro comparativo 5to Sec
Origen del Hombre- cuadro comparativo 5to Sec
 
La Importancia de la Universidad como Institución Social.pdf
La Importancia de la Universidad como Institución Social.pdfLa Importancia de la Universidad como Institución Social.pdf
La Importancia de la Universidad como Institución Social.pdf
 
Trabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitectura
Trabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitecturaTrabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitectura
Trabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitectura
 
presentacion-auditoria-administrativa-i-encuentro (1).ppt
presentacion-auditoria-administrativa-i-encuentro (1).pptpresentacion-auditoria-administrativa-i-encuentro (1).ppt
presentacion-auditoria-administrativa-i-encuentro (1).ppt
 
diagrama sinóptico dcerfghjsxdcfvgbhnjdcf
diagrama sinóptico dcerfghjsxdcfvgbhnjdcfdiagrama sinóptico dcerfghjsxdcfvgbhnjdcf
diagrama sinóptico dcerfghjsxdcfvgbhnjdcf
 
Concepto de Estética, aproximación,Elena Olvieras
Concepto de Estética, aproximación,Elena OlvierasConcepto de Estética, aproximación,Elena Olvieras
Concepto de Estética, aproximación,Elena Olvieras
 
Mapa-conceptual-de-la-Primera-Guerra-Mundial.pptx
Mapa-conceptual-de-la-Primera-Guerra-Mundial.pptxMapa-conceptual-de-la-Primera-Guerra-Mundial.pptx
Mapa-conceptual-de-la-Primera-Guerra-Mundial.pptx
 
Unitario - Serie Fotográfica - Emmanuel Toloza Pineda
Unitario - Serie Fotográfica - Emmanuel Toloza PinedaUnitario - Serie Fotográfica - Emmanuel Toloza Pineda
Unitario - Serie Fotográfica - Emmanuel Toloza Pineda
 
la configuyracion del territorio peruano
la configuyracion del territorio peruanola configuyracion del territorio peruano
la configuyracion del territorio peruano
 
271706433-Horacio-Baliero-Casa-en-Punta-Piedras.pptx
271706433-Horacio-Baliero-Casa-en-Punta-Piedras.pptx271706433-Horacio-Baliero-Casa-en-Punta-Piedras.pptx
271706433-Horacio-Baliero-Casa-en-Punta-Piedras.pptx
 

EL FALSO CIRINEO de wilson roa

  • 1.
  • 2.
  • 4.
  • 5. EL FALSO CIRINEO DRAMA EN UN ACTO Original de Wilson Roa
  • 6. © 2012. Wilson Roa Título original: El faso cirineo Dirección editorial: Bismar Galán ISBN: xxxxxxxxxxxxxxxxxx Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, en todas las formas posibles, sin permiso escrito del autor. 2012. De esta edición: Urania Montás Impreso en República Dominicana por Editora Búho C. x A.
  • 7. 7 Wilson Roa SE ESCUCHA LA MELODÍA DEL TEMA MUSICAL “EL NIÁGARA EN BICICLE- TA” DE JUAN LUIS GUERRA. SE ABRE EL TELÓN. ES LA SALA DE EMER- GENCIAS DE UN HOSPITAL PÚBLICO. EN EL FONDO IZQUIERDO HAY UN PEQUEÑO BIOMBO CON ALGUNAS RADIOGRAFÍAS PEGADAS. DELANTE DE ÉSTE HAY UN VIEJO ESCRITORIO CON UNA LÁMPARA DE LECTURA Y UN SILLÓN DESTARTALADO. A LA DERECHA HAY UNA CAMILLA VIEJA CON UNA PATA REMENDADA Y DE- TRÁS DE ÉSTA, EN EL FONDO, UN CORDEL CON UNA SÁBANA BLANCA Y UN PAR DE MEDIAS SUJETADAS CON
  • 8. 8 El falso cirineo GANCHOS. UNA DOCTORA DUERME EN EL SILLÓN. UN HOMBRE LLEGA CON MUJER PARTURIENTA PIDIEN- DO AUXILIO. 1. HOMBRE: ¡Doctora! ¡Doctora! ¡Des- pierte! 2. DOCTORA: (ASUSTADA, PEGA UN BRINCO Y SE PONE EN GUARDIA) ¡Qué! ¡Qué! ¡Qué pasa! (VOLVIENDO EN SÍ, SE DIRIGE AL HOMBRE DE MALA GANA) ¿Qué usted quiere? 3. HOMBRE: Doctora, es una emergencia: esta mujer va a parir. 4. DOCTORA: ¿Usted está ciego o qué? ¿Acaso no vio un letrero en la entrada que dice “Hospital cerrado”? 5. HOMBRE: ¡Cerrado! ¿Y por qué está ce- rrado el hospital?
  • 9. 9 Wilson Roa 6. DOCTORA: (SE SIENTA EN EL SI- LLÓN) Porque los médicos estamos en huelga. 7. HOMBRE: ¿Y las enfermeras? 8. DOCTORA: También. 9. HOMBRE: ¿Y los camilleros? 10. DOCTORA: También. 11. HOMBRE: ¿Y los porteros? 12. DOCTORA: Esos también. Aquí todos estamos en pie de lucha. (LA MUJER SE QUEJA FUERTEMENTE. EL HOM- BRE LA RECUESTA SOBRE LA CA- MILLA Y DEJA UN BULTO EN EL SUELO, JUNTO A ESTA) Amigo, ¿us- ted está sordo o qué? Le dije que el hos- pital está ce-rra-do. Váyanse a otra parte.
  • 10. 10 El falso cirineo 13. HOMBRE: Pero, doctora, esta mujer va a dar a luz. Entienda que es una emergen- cia médica. Esto es un hospital, usted está aquí y ella también. ¿Qué le cuesta aten- derla? 14. DOCTORA: (ARROGANTE) Ese no es mi problema. Váyase a su casa y busque una partera o llévela a una clínica privada, pero váyase de una vez. Si mis colegas vie- nen y los encuentran aquí, van a decir que soy una rompehuelgas. 15. HOMBRE: (APELATIVO EN VOZ BAJA) Pero, doctora, ni siquiera conozco a esta mujer. Hace un rato iba manejan- do mi auto hacia mi trabajo. De pronto la vi tirada sobre una acera, empapada de agua y gritando bajo la lluvia, que alguien la ayude. Por eso la traje. (LA DOCTORA INHALA Y EXHALA PROFUNDA- MENTE). Yo ya hice mi parte, ahora le toca a usted.
  • 11. 11 Wilson Roa 16. DOCTORA: Mire, señor, yo solo soy mé- dico general, además estoy sola. Para rea- lizar un parto con todas las de la ley se re- quiere un ginecólogo, un pediatra, enfer- meras, anestesiólogo… Es un problema. 17. HOMBRE: Doctora, por ahora estamos usted y yo. No sé nada de este asunto, pero si usted me dice cómo, yo podría ayudarle en cualquier cosa. ¿Qué me dice? 18. DOCTORA: (DEPONIENDO ACTI- TUD) Está bien. Pero estamos juntos en esto, ¡eh! 19. HOMBRE: De acuerdo. 20. DOCTORA: (SE PONE DE PIE) ¡Manos a la obra! SE ESCUCHA LA CONTINUA- CIÓN DEL TEMA MUSICAL “EL NIÁ- GARA EN BICICLETA” DE JUAN LUIS GUERRA. AMBOS HACEN ALGUNOS EJERCICIOS DE CALENTAMIENTO
  • 12. 12 El falso cirineo CORPORAL. LUEGO DE UN MO- MENTO, LA MÚSICA SE DETIENE. 21. HOMBRE: ¿Qué vamos a hacer, doctora? 22. DOCTORA: Primero debemos ves- tir ropa adecuada para la intervención (METE LA MANO EN UNA GAVE- TA DEL ESCRITORIO Y SACA DOS BOLSAS GRANDES DE RECOGER BASURA. CON UNAS TIJERAS, LE ABRE TRES HOYOS A UNA DE ES- TAS Y LUEGO SE LA PASA AL HOM- BRE. CONTINÚA HACIENDO LO MISMO CON LA SEGUNDA BOLSA. 23. HOMBRE: (SIN ENTENDER) Oiga, doctora, ¿para qué son estas… bolsas de basura? 24. DOCTORA: (SARCÁSTICA) ¿Bolsas de basura? No, mi amigo. Lo que usted tiene en sus manos es la bata del médico
  • 13. 13 Wilson Roa ayudante, y yo, la del médico titular. Véa- lo en perspectiva. (SE LA PONE Y LA MODELA) ¿A caso no está de lujo? 25. HOMBRE: (SE ENCOGE DE HOM- BROS) Si usted lo dice. (SE PONE LA SUYA). Ya está. 26. DOCTORA: Y para completar, aquí es- tán sus guantes (LE AMARRA UN PAR DE FUNDAS EN LAS MANOS). Le de- bemos los gorros y mascarillas, se agota- ron la semana pasada. 27. HOMBRE: ¡Válgame, Dios! ¡Cuánta pre- cariedad! Supongo que, al menos, tienen equipos adecuados para realizar el parto. 28. DOCTORA: Por supuesto, señor. Aquí tenemos equipos modernísimos. Este- toscopios de un sólo oído, camas de tres patas, jeringas reciclables…, en fin: tecno- logía de punta.
  • 14. 14 El falso cirineo 29. HOMBRE: Pero, doctora, este hospital está enfermo. ¿Cómo pueden trabajar así? 30. DOCTORA: ¿Por qué cree que estamos en huelga? Cada vez parece más cierto que vivimos en un país rico, pobremente administrado. 31. HOMBRE: ¡Santa madre de Dios! 32. DOCTORA: ¿Qué más da? 33. HOMBRE: (ENTUSIASTA) Bueno, lo importante es que hoy podemos hacer algo bueno aquí, ¿no? 34. DOCTORA: ¡Ajá! Si todo sale bien, en un par de minutos estaremos libres de este problema. 35. HOMBRE: ¡Qué bien! La madre con su bebé, yo en mi trabajo y usted con su huel- ga: (SUSPIRA) todos respirando el suave
  • 15. 15 Wilson Roa aroma de nuestra democracia (SE ESCU- CHA EL SONIDO DE UN PEDO). 36. DOCTORA: Vayamos al grano. LA MUJER PEGA UN ENORME GRITO. SE ESCUCHA UNA MÚSICA DE SUS- PENSO. EL HOMBRE SALE CORRIEN- DO A VER ENTRE LAS PIERNAS DE LA MUJER. 37. HOMBRE: ¡Ya viene! ¡Puedo verlo! ¡Es un bebé! 38. DOCTORA: (CON UN ZAFACÓN Y UNA BANDEJA DE UTENCILIOS EN LAS MANOS) Hay que apresurarse. Ya rompió fuente. 39. HOMBRE: (DESESPERADO) ¿Y ahora qué, doctora?
  • 16. 16 El falso cirineo 40. DOCTORA: Ella debe respirar y empu- jar, encárguese de ayudarla. Yo me encar- garé del bebé. 41. HOMBRE: Entendido. (SOSTENIEN- DO UNA MANO DE LA MUJER, HACE QUE MEDIO SE SIENTE Y LA ABRAZA POR EL CUELLO) Vamos, este es el momento de la verdad. Respi- re, respire. Ahora…, puje. (LA MUJER PUJA GRITANDO CON TODAS SUS FUERZAS). 42. DOCTORA: (SOSTENIENDO LA CA- BEZA DEL BEBÉ) Muy bien. Otra vez. 43. HOMBRE: Okay, aquí vamos. (LA MU- JER SE PREPARA RESPIRANDO VARIAS VECES) Eso es, respire…, res- pire... ¡Ahora! (MUJER PUJA GRITAN- DO NUEVAMENTE).
  • 17. 17 Wilson Roa EN MEDIO DEL LLANTO DE LA MU- JER, SE ESCUCHA UNA CANCIÓN QUE VA GANANDO VOLUMEN Y HACIEN- DO MUDA LA ESCENA. FINALMENTE, SE ESCUCHA EL LLANTO DEL BEBÉ Y LA MÚSICA VA DESAPARECIENDO. 44. DOCTORA: (CON EL BEBÉ EN LAS MANOS) ¡Lo tengo! ¡Lo tengo! (SE LO PASA AL HOMBRE, QUIEN LO RE- CIBE CON UNA TOALLA. LA MU- JER QUEDA SIN FUERZAS SOBRE LA CAMILLA). 45. HOMBRE: (MARAVILLADO) ¡Qué bien! ¡Es un niño! Y parece que nació su- perdotado. (TOMA EL CORDÓN UM- BILICAL Y LO LEVANTA MORBO- SAMENTE) ¡Chiquito, con esta verga no tendrás que trabajar! Después de todo… el tamaño si importa (RÍE GROSERA- MENTE).
  • 18. 18 El falso cirineo 46. DOCTORA: (MOLESTA) Ese…, es el cordón umbilical. ¡Idiota! 47. HOMBRE: ¡Aaah! ¡El cordón! 48. DOCTORA: (REMEDÁNDOLO CON MUECA) ¡Aaah! ¡El cordón! Tarado. 49. HOMBRE: (OBSERVA A LA NIÑA NUEVAMENTE) Entonces, es una niña. ¿Qué hago con ella, doctora? 50. DOCTORA: (SOSTIENE EL ZAFA- CÓN DEBAJO DE LAS PIERNAS DE LA MADRE) Déjela sobre la madre y pá- seme los ganchos que sostienen aquellas medias. 51. HOMBRE: (SUELTA LA NIÑA, BUS- CA LOS GANCHOS Y SE LOS EN- TREGA A LA DOCTORA) Aquí tiene, doctora.
  • 19. 19 Wilson Roa LA DOCTORA DEJA EL ZAFACÓN. SU- JETA EL CORDÓN UMBILICAL CON UNA MANO Y LO LEVANTA. PONE LOS DOS GANCHOS EN EL CORDÓN, LIGERAMENTE SEPARADOS. TOMA LA TIJERA DE LA BANDEJA Y CORTA EL CORDÓN EN MEDIO DE LOS DOS GANCHOS. HACE UN NUDO AL PEDA- ZO DE CORDÓN QUE QUEDA PEGA- DO DE LA NIÑA. 52. DOCTORA: Ya está. Y por si las mos- cas… (CON UNA MANO, TOMA A LA BEBÉ POR EL ABDOMEN, PO- NIENDOLA BOCABAJO Y LE DA UNA NALGADITA. LA NIÑA EM- PIEZA A LLORAR). Eso es. (SE LA PASA AL HOMBRE). Sosténgala un momento. 53. HOMBRE: ¡Claro! (TOMA LA TOA- LLA Y CARGA A LA NIÑA. LA MECE EN SUS BRAZOS TRATANDO DE
  • 20. 20 El falso cirineo CALMARLA. SE VA AL CENTRO DEL ESCENARIO). 54. DOCTORA: (NOTANDO QUE LA MUJER NO SE MUEVE, LE TOCA LAS PIERNAS) ¡Señora! ¡Señora! ¿Se en- cuentra bien? (SE ESCUCHA UN SONI- DO DE SUSPENSO. EL LLANTO DE LA NIÑA ES MAYOR. EL HOMBRE TRATA DE CALMARLA. LA DOC- TORA VA POR LA CABECERA Y RE- VISA EL PULSO DE LA MUJER) ¡Se- ñora! ¡Señora! ¿Me escucha? (EL LLAN- TO DE LA NIÑA ES MÁS ALTO. EL HOMBRE SE PONE MUY TENSO. LA DOCTORA TRATA DE RESUCI- TAR A LA MUJER PRESIONANDO SU PECHO) ¡Reaccione! ¡Señora! ¡Seño- ra! ¡Señoraaaa! 55. HOMBRE: (GRITANDO A TODO PULMÓN) ¡Yaaaaa… bas…taaaa!
  • 21. 21 Wilson Roa EN LA SALA SE HACE UN PROFUNDO SILENCIO. LA NIÑA DEJÓ DE LLORAR Y LA DOCTORA SE HA QUEDADO PA- RALIZADA, MIRANDO FIJAMENTE AL HOMBRE QUE RESPIRA DE FORMA AGITADA. 56. DOCTORA: (DEJA A LA MUJER Y SE DIRIGE HACIA EL HOMBRE) ¡Ey, amigo! ¿Qué le pasa? 57. HOMBRE: (TEMBLOROSO) Perdóne- me, doctora. Es que los niños me ponen muy nervioso. 58. DOCTORA: (QUITÁNDOLE LA NIÑA DE LAS MANOS, DELICADAMENTE) ¡Cálmese, cálmese! (SE VA DETRÁS DEL ESCRITORIO) ¿Usted tiene hijos? 59. HOMBRE: (SE SIENTA EN LA SILLA Y SE QUITA LAS FUNDAS QUE LO CUBREN) No.
  • 22. 22 El falso cirineo 60. DOCTORA: Eso lo explica todo. (PONE LA NIÑA SOBRE EL ESCRITORIO Y EMPIEZA A LIMPIARLA CON LA MISMA TOALLA) Muchas personas se ponen nerviosas con los niños porque no los comprenden. Hay que ponerse en su lugar. Imagine que usted se acuesta y de pronto despierta en un mundo distinto. En vez de respirar aire, ahora respiraría lí- quidos. Y en vez de caminar, lo obligaran a nadar. Imagínese pidiendo ayuda y que nadie entendiera sus palabras. 61. HOMBRE: (PENSATIVO) Sería difícil. Me sentiría como un solitario en un mun- do extraño. 62. DOCTORA: (SOSTENIENDO A LA NIÑA EN SUS BRAZOS Y MIRÁN- DOLA FIJAMENTE) A los niños les pasa lo mismo, pero al revés. Es bueno que lloren al nacer, porque les permi- te despejar las vías respiratorias. Si no
  • 23. 23 Wilson Roa lo hacen, podrían morir asfixiados. Es como el pueblo y una buena huelga: si no protestas, te mata la indiferencia. 63. HOMBRE: (ASINTIENDO CON LA CABEZA) Sí, claro. 64. DOCTORA: (EMPIEZA A MECER- LA EN SUS BRAZOS) Al llegar a nues- tro mundo, un niño debería ser amado y protegido, tratado como un huésped distinguido en un hotel cinco estrellas: brindarle nuestras mejores atenciones. (MIRANDO IRÓNICAMENTE LA FACHADA DEL HOSPITAL) Lástima que este hotel se encuentre en ruinas. (SUSPIRA PROFUNDAMENTE) En fin. (PONE A LA NIÑA EN UNA CUNA PARA RECIÉN NACIDOS Y ENCIENDE SOBRE LA PEQUEÑA LA LÁMPARA DE LECTURA).
  • 24. 24 El falso cirineo 65. HOMBRE: Apuesto a que usted es una buena madre (SE ESCUCHA UNA CORTINA DE MÚSICA SENSUAL). 66. DOCTORA: (SORPRENDIDA) ¿Quién? ¿Yo? No, no, no, mi amigo. Yo no tengo hijos. Ni siquiera soy… casada (SE ARREGLA EL PELO UN POCO AVERGONZADA). 67. HOMBRE: ¿Y por qué no? 68. DOCTORA: (DESAFIANTE) Porque en esta ciudad no hay hombres. Mire a ese que está allí (APUNTA A UN HOMBRE DEL PÚBLICO), estoy cansada de picar- le un ojo y no me dice nada. Aquel otro, yo misma lo invité a salir con todos los gastos pagos y a la hora de la verdad, diz- que le dio diarrea. Será que sufre de im- potencia. (EN VOZ ALTA) ¡Señores, la pastillita funciona!
  • 25. 25 Wilson Roa 69. HOMBRE: (ADULADOR) No entien- do cómo es que una mujer tan atractiva y competente como usted no tiene un com- pañero a su lado. 70. DOCTORA: (SE ESCUCHA EL SO- NIDO DE UN SAXOFÓN ROMÁN- TICO. MIRA HACIA EL PÚBLICO RUBORIZADA. COMO UNA STRIP- PER, ROMPE LA FUNDA QUE LA CUBRE, SE SUELTA EL PELO, SE ROCÍA UN POCO DE AMBIENTA- DOR EN TODO EL CUERPO. MIRA AL HOMBRE FIJAMENTE Y SE LE ACERCA EN FORMA MUY SEN- SUAL) ¿En verdad cree que soy… a tractiva? 71. HOMBRE: (SINTIÉNDOSE ACOSA- DO) Este mmm… no. (SE RAYA LA MÚSICA. ÉL SE ALEJA DE ELLA, SA- CUDIÉNDOSE LOS BRAZOS).
  • 26. 26 El falso cirineo 72. DOCTORA: (SE HUELE LAS AXI- LAS) Pero usted dijo que yo… 73. HOMBRE: (EXPLÍCITO) Solo fue un decir. 74. DOCTORA: ¡Jah! El hombre y su forma de ver a las mujeres: el mismo cuento de siempre. En un momento somos bellas y atractivas, y de buenas a primeras… ¡puf! ni una guayaba podrida. ¿Pero qué le pasa? 75. HOMBRE: Mire, doctora, no es nada personal. Digamos que tengo una bue- na razón para no establecer relaciones… afectivas con ninguna mujer. 76. DOCTORA: (DEDUCTIVA) ¡Ah! Com- prendo. Usted es gay. 77. HOMBRE: (SORPRENDIDO) ¡Qué!
  • 27. 27 Wilson Roa 78. DOCTORA: (EXPLÍCITA) Ya sabe…, homosexual. 79. HOMBRE: No, no, no, doctora. Nada de eso. Lo que pasa es que… (SE DECIDE, EMPIEZA A SOLTARSE LA BUFAN- DA. SE ALCANZA A VER UN CUE- LLO DE SACERDOTE Y UN CRUCI- FIJO PLATEADO)…he decidido consa- grarme a la obra del señor. 80. DOCTORA: (AL PÚBLICO, SUSPIRA DE BRAZOS CAÍDOS) ¡Ah! el celibato. Pero eso no es problema. Hoy día vivimos la Era de la liberación de las sotanas. 81. HOMBRE: (SORPRENDIDO) ¡Qué dice! 82. DOCTORA: Sí, acuérdese del padrecito aquel que, con el cuento de la castidad, tenía más de diez años dando “estillas” con una de sus feligreses. ¡Jah! El colmo
  • 28. 28 El falso cirineo de su descaro fue cuando lo descubrieron. Lejos de arrepentirse, se cambió a otra or- den religiosa dentro de la misma iglesia. Ese colega suyo, igual que otros tantos, demostró que esa vaina del celibato no es compatible con la naturaleza humana. (HACIA ÉL) Debajo de esa sotana, hay un hombre, un animal de reproducción sexual, un verdadero caballo en celo. 83. HOMBRE: (MOLESTO) Creo que ya es suficiente. 84. DOCTORA: (SARCÁSTICA) ¡Vamos, hombre! Si él lo hizo, ¿por qué usted no? Después de todo, la carne es débil y se pone dura. ¿No? 85. HOMBRE: (MUY MOLESTO) ¡Basta! 86. DOCTORA: (CON CARA DE YO NO FUI) Okay, okay.
  • 29. 29 Wilson Roa 87. HOMBRE: (MIRA EL RELOJ) Casi son las siete, la misa está por empezar. Debo irme. (SE DIRIGE HACIA LA PUER- TA, VE A LA MUJER TENDIDA SO- BRE LA CAMILLA, SE DETIENE Y REGRESA HACIA LA DOCTORA) Por cierto, ¿y la mujer? 88. DOCTORA: (FRIAMENTE) Murió. 89. HOMBRE: (SORPRENDIDO) ¡Qué! SE ESCUCHA UNA MÚSICA FÚNE- BRE. EL HOMBRE SE ACERCA POR LA CABECERA, LA MIRA FIJAMENTE Y SE PERSIGNA. LAS LUCES BAJAN DE TONO. EN UN LADO DEL ESCENA- RIO, SE VE UN HOMBRE TRAJEADO DICTANDO UNA CONFERENCIA. 90. CONFERENCISTA: Un pueblo puede so- brevivir sabiendo que ha perdido su pasado. Y hasta puede soportar sabiendo que el presente no
  • 30. 30 El falso cirineo le corresponde. Lo que no puede soportar, lo que no debe soportar jamás, es la infame condena de vivir sin futuro. La muerte de una madre es un acto doloroso, una tragedia humana, una infame condena que aprisiona el futuro de la felicidad. Es la ruptura del primer y más genuino vínculo de una perso- na con el mundo. Con ella se abre una herida que siempre habrá de doler, que siempre ha de sangrar. Cada vez que mire su reloj y vea los segundos avanzar, piense en el amor de su madre. Piense en ella sin reparos, pues cada vez que culmina el ciclo de un minuto, muere una madre en este mundo. Y se abren grietas en el alma, se hacen tristes los caminos: brotan ríos de dolor. Más del 99% de las muertes maternas ocu- rren en países no desarrollados como el nuestro. Aquí muere una mujer cada día por complica- ciones de embarazo y parto. La mayoría de esas muertes ocurren en los centros de salud. Las adolescentes son el presente más activo: el futuro inmediato de nuestro pueblo. El 24% de
  • 31. 31 Wilson Roa ellas entre 15 y 19 años… es madre o está em- barazada. Muchas de ellas morirán al dar a luz. Estos son los hechos, con pasado y con presen- te. ¿Es acaso el futuro a que apostamos? Esa es la cuestión. EL CONFERENCISTA SALE LENTA- MENTE DEL ESCENARIO, AL TIEMPO QUE LA MÚSICA VA DESAPARECIEN- DO. EL ESCENARIO SE ILUMINA NUE- VAMENTE. 91. HOMBRE: (JUNTO AL CADÁVER DE LA MUJER) ¡Pobre mujer! 92. DOCTORA: ¡Mujer! Pero usted no ve que “eso” es una niña. Como mucho, esa debe tener unos doce o trece años. Por eso no aguantó el parto. 93. HOMBRE: ¡Válgame, Dios!
  • 32. 32 El falso cirineo 94. DOCTORA: Y a juzgar por el descuido y la infección vaginal que tiene, esa nun- ca vio a un ginecólogo. Parece que nada más… (LA DOCTORA SE QUEDA MI- RÁNDOLA FIJAMENTE A LA CARA) ¡Espérate! Esa carita yo la he visto. 95. HOMBRE: ¿Sí? 96. DOCTORA: ¡Ay coooncho! (SE AGA- RRA LA CABEZA) Pero esta es la mu- chacha. 97. HOMBRE: (INTRIGADO) ¿Cuál mu- chacha? 98. DOCTORA: La tiguerita de la calle. La que andaba para arriba y para abajo pi- diendo en los semáforos, la que tocaba el vidrio en los picapollos para que le dieran algo de comer,… (TRISTEMENTE, EL HOMBRE TOMA LA SÁBANA BLAN- CA Y CUBRE EL CADÁVER DE LA
  • 33. 33 Wilson Roa MUJER)…la que dormía en un banco del parque, arropada con cajas de cartón. (INDIGNADA) La jodieron siempre. (HACIA EL PÚBLICO) ¡Malnacidos! ¡Hombres del diablo! 99. HOMBRE: (INTENTANDO TRAN- QUILIZARLA, LA SOSTIENE DEL BRAZO) Doctora, cálmese. DOCTORA: (SE SUELTA BRUSCAMEN- TE) Suélteme. (CONSTERNADA, SE SIENTA EN EL SILLÓN. SE ESCUCHA UNA MELODÍA MELANCÓLICA). 100. HOMBRE: (SE LE ACERCA A LA DOCTORA. LA MÚSICA DESAPARE- CE SUAVEMENTE) Doctora, entien- do cómo se siente. La pobreza obliga a la gente a mandar a sus hijos a la calle..., ellos finalmente se quedan allí y… ya sabe. ¿Qué podemos hacer? Dios así lo quiso: es una tragedia que no podemos evitar.
  • 34. 34 El falso cirineo 101. DOCTORA: (REACCIONA Y LO MIRA) Sí, sí podemos. (SE PONE DE PIE HACIA EL PÚBLICO) Podemos evitar esa tragedia. La pobreza es una consecuencia de nuestra indiferencia, de nuestra ignorancia y nuestro egoísmo. Po- demos ser más responsables con los ni- ños. Dejemos de condenarlos al hambre y al abandono. (DESAFIANTE) ¿Quién dijo que Dios quiere ver sufrir a un niño? (AL HOMBRE, EN TONO MÁS BAJO) Hay que entender a Dios de otra forma, mi amigo. El problema no es suyo, sino nuestro. 102. HOMBRE: (RETRACTÁNDOSE) Doctora, perdone…, yo sólo quería… 103. DOCTORA: (SENTÁNDOSE OTRA VEZ) Mejor no diga nada (HACE UN BREVE SILENCIO MIENTRAS SU VISTA PERMANECE FIJA EN EL VA- CÍO).
  • 35. 35 Wilson Roa 104. HOMBRE: Y ahora, ¿qué será de la niña? Si la madre es una… mujer de la ca- lle, creo que será un verdadero problema saber quién es el padre. 105. DOCTORA: (MIRA HACIA LA CUNA Y SUSPIRA PROFUNDAMEN- TE. SE ESCUCHA UNA SUAVE ME- LODÍA ¡La pobre! De seguro correrá la misma suerte que su madre. Unos días aquí y luego al orfanato. Allí esperará has- ta que alguien la adopte como sirvienta de la casa. Después, se escapará hacia la calle a tocar los cristales de los picapollos, a pe- dir limosna en los semáforos y a dormir en la banqueta del parque; invisible ante nuestros ojos, como un fantasma que na- die quiere ver. Ya veo repetirse la historia de un maldito que la embaraza y la aban- dona, y su vientre creciendo bajo la llu- via, hasta que un cirineo le ayude a llevar su carga hacia un hospital en ruinas, con camas de tres patas, estetoscopios de un
  • 36. 36 El falso cirineo solo oído y jeringas reciclables: un lugar perfecto para morir. Siempre será una ex- traña en este mundo: una niña de nadie. 106. HOMBRE: (MIRANDO EL RELOJ) Bueno, doctora, ya casi son las siete. Debo irme. (EL HOMBRE EMPRENDE LA MARCHA AL TIEMPO QUE LA MÚ- SICA VA DESAPARECIENDO). 107. DOCTORA: Oiga, ha olvidado su bulto. 108. HOMBRE: ¿Cuál bulto? (DOCTO- RA SEÑALA UN BULTO MEDIANO QUE ESTÁ AL PIE DE LA CAMILLA) ¡Ah!, ese. No es mío. 109. DOCTORA: (ANIMADA) Entonces es de ella. (TOMA EL BULTO) Veamos qué hay aquí. Tal vez nos dé una pista sobre sus familiares. (LA DOCTORA EMPIE- ZA A SACAR ALGUNOS OBJETOS
  • 37. 37 Wilson Roa MIENTRAS EL HOMBRE SE QUEDA A VER QUÉ PASA. ENCUENTRA UN PEINE, UN BRACIER, UN PINTA- LABIOS, UNA ENSARTA DE PRE- SERVATIVOS Y FINALMENTE, UN PAPEL BLANCO ENVUELTO). ¿Qué tenemos aquí? (EMPIEZA ABRIRLO). 110. HOMBRE: (IMPACIENTE) ¿Qué es? 111. DOCTORA: (LEE CON LA VISTA) Parece una carta. 112. HOMBRE: ¡Una carta! ¿Por qué no lee en voz alta? 113. DOCTORA: (LEYENDO EN VOZ ALTA) Amor mío, esta carta es para ti. (SE ESCUCHA LA MELODIA DE LA CANCIÓN “VOLVERÉ” DE DIEGO VERDAGUER). Le he pedido a una ami- ga que me la escriba pues, como sabes, nunca pude ir a la escuela… (LA MÚSICA
  • 38. 38 El falso cirineo SUBE HASTA HACER MUDA LA ES- CENA. LUEGO DE UN MOMENTO, LA MÚSICA BAJA Y LA DOCTORA CONCLUYE LA LECTURA)…por eso siempre llevo conmigo la bella imagen de tu sonrisa. (LA DOCTORA SE PONE DE PIE) ¡Es la cosa! (VA HACIA LA CAMILLA Y EMPIEZA A REBUSCAR EN EL CADÁVER DE LA MUJER). 114. HOMBRE: (YENDO TRAS ELLA) Oiga, doctora, ¿qué hace? 115. DOCTORA: Ya lo oyó. Ella tiene la foto de este tipo en algún lugar. 116. HOMBRE: Pero, doctora, esa mujer está muerta. Los muertos deben descan- sar en paz. ¿Por qué no se olvida de este asunto? 117. DOCTORA: Ninguna mujer puede descansar en paz sabiendo que el fruto
  • 39. 39 Wilson Roa de su vientre ha sido abandonado en este mundo. No, no, no. Hay que encontrarlo a como dé lugar (CONTINÚA BUSCAN- DO. ENCUENTRA UNA FOTOGRA- FÍA EN EL BRACIER DE LA MU- JER) ¡Bingo! (LA MIRA FIJAMENTE. MIENTRAS, EL HOMBRE SE QUEDA FRIZADO. LA DOCTORA DIRIGE SU MIRADA HACIA EL HOMBRE, TRA- TANDO DE VERLE EL ROSTRO DE CERCA, Y ÉSTE LA EVADE). Disculpe usted. ¿Cómo dijo que se llama? 118. HOMBRE: (ESQUIVÁNDOLA) ¿Nunca le dije cómo me llamo? 119. DOCTORA: (BUSCANDO OTRO ÁNGULO) Y… ¿cómo dice que conoció a esta mujer? 120. HOMBRE: (IDÉNTICO) Le dije que no la conozco.
  • 40. 40 El falso cirineo 121. DOCTORA: Apuesto a que tiene una bella sonrisa (TRATA DE QUITARLE LA BOINA). 122. HOMBRE: (LE AGARRA LA MANO) Óigame, no le permito que… (LA DOCTORA TRATA DE QUITARLE LA BOINA. SE ENFRASCAN EN UN FORCEJEO. EL HOMBRE LA TIRA AL SUELO SUJETÁNDOLA POR UN BRAZO, LEVANTA LA MANO PARA DARLE UNA BOFETADA) ¿Esto es lo que quiere? ELLA GRITA PROTE- GIÉNDOSE EL ROSTRO CON UNA MANO. EL HOMBRE SE CONTIE- NE Y LA SUELTA) Es usted una tonta. ¿Cómo se atreve? Yo soy un hombre y us- ted una… mujer. (SE LLEVA LA MANO A LA CORREA Y SE AJUSTA LOS PANTALONES) ¿Conoce la diferencia? 123. DOCTORA: Por supuesto que la co- nozco. (LA DOCTORA LE DA UNA
  • 41. 41 Wilson Roa PATADA EN LOS TESTÍCULOS. EL HOMBRE TERMINA RENDIDO DE RODILLAS. ELLA SE PONE DE PIE ARREGLÁNDOSE LA ROPA) ¡Gra- cias por recordármelo! (LE QUITA LA BOINA) ¿Qué tenemos aquí? ¡Nuestro hombre invisible, en per-so-na! O tal vez prefiere que le llame el falso cirineo. 124. HOMBRE: Doctora, no es como se imagina. 125. DOCTORA: (ASOMBRADA) No, no, no. Si no es como me imagino. Es como lo estoy viendo. (AL PÚBLICO) ¡Señoras! ¡Señores! He aquí, frente al mundo, un lobo vestido de oveja, un mal hombre, un mal padre, un delincuente: un maldito pederasta. 126. HOMBRE: (EN VOZ BAJA HA- CIENDO SEÑAL DE SILENCIO) No, doctora, no.
  • 42. 42 El falso cirineo 127. DOCTORA: Sí, mi amigo, sí. (AL PÚBLICO) ¡Que lo sepa el mundo: la maldad tiene responsables! 128. HOMBRE: (APELATIVO) Doctora, comprenda, solo soy un hombre imper- fecto que sale a la calle de vez en cuando a buscar sosiego a mis miserias carnales. Eso es lo que soy: un simple pecador. Me confesaré esta misma noche. Haré mis penitencias, lavaré mis pecados y mi alma será perdonada. 129. DOCTORA: ¿Ah, sí? ¡Qué bonito! (VA HACIA LA CAMILLA Y DESCU- BRE EL CADAVER DE LA MUJER) Y a ella, ¿le devolverá la vida? (VA HACIA LA CUNA, CARGA A LA NIÑA EN SUS BRAZOS) Y a ésta, ¿le devolverá a su madre? (HACIA ÉL) ¿Con cuántas niñas calmó sus miserias? ¿Con qué detergente lava su alma de la muerte y el abandono? (EN TONO BAJO) No señor. Usted no
  • 43. 43 Wilson Roa es un pecador. Usted es un delincuente, un pederasta, un criminal: un culpable. (SE PARA JUNTO AL CADÁVER DE LA MUJER) ¡Culpable! ¡Culpable! 130. HOMBRE: (SE TAPA LOS OÍDOS CON AMBAS MANOS) No, no, no. (EN EL SALÓN EMPIEZA A ESCUCHAR- SEUNECODEVOCESINFERNALES LLAMÁNDOLO “CULPABLE”. TRA- TA DE SALIR HUYENDO, PERO LAS VOCES LO DETIENEN. EL HOM- BRE PEGA UN GRITO DE TERROR AL TIEMPO QUE SE ARRODILLA EN EL CENTRO DEL ESCENARIO PERSIGNÁNDOSE DESESPERADA- MENTE. SE HACE UN PROFUNDO SILENCIO Y SE EMPIEZA A ESCU- CHAR EL FONDO MUSICAL DE UNA MISA SOLEMNE. ÉL EMPIEZA A ORAR). Yo confieso, ante Dios todo poderoso y ante ustedes, hermanos… (LA DOCTORA METE LA MANO EN
  • 44. 44 El falso cirineo UN BOLSILLO Y SACA UN TELÉFO- NO CELULAR. SE VE CONVERSAR UN MOMENTO MUY BREVE)…que he pecado mucho, de pensamiento, pala- bra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego que intercedan por mí ante Dios, nuestro señor. (UN PERSONAJE VESTIDO DE POLICÍA SE ACERCA A LA DOC- TORA. ESTA SEÑALA AL HOMBRE QUE YACE ARRODILLADO EN EL CENTRO DEL ESCENARIO, CON SUS BRAZOS ABIERTOS AL CIELO COMPLETANDO SU ORACIÓN). Se- ñor, perdóname porque he pecado. (EL POLICÍA LO TOMA POR UN BRAZO Y LE PONE LAS ESPOSAS. EL HOM- BRE SE PONE DE PIE Y FORCEJEA RECISTIÉNDOSE AL ARRESTO). ¡Oiga! ¿qué hace? 131. POLICÍA: (JUNTÁNDOLE LOS BRAZOS POR LAS ESPALDAS Y
  • 45. 45 Wilson Roa TERMINÁNDOLE DE PONER LAS ESPOSAS) Usted está bajo arresto. Tie- ne derecho a permanecer callado, todo lo que diga puede ser usado en su con- tra… (EL HOMBRE SALE FORCE- JEANDO DELANTE DEL POLICÍA MIENTRAS ÉSTE LO EMPUJA Y LE LEE SUS DERECHOS. SE ESCUCHA LA MÚSICA DE “EL NIÁGARA EN BICICLETA”. LA ESCENA SE OSCU- RECE POR COMPLETO. LA MÚSICA SUBE AL MÁXIMO Y SE CIERRA EL TELÓN).
  • 46.
  • 47. Impreso en los Talleres Gráficos de Editora Búho, CxA, en febrero de 2012. Esta edición consta de 500 ejemplares