El presidente de Bolivia, Evo Morales, se vio obligado a aterrizar de emergencia en Viena después de que Portugal y Francia revocaran el permiso para realizar una escala técnica y sobrevuelo de sus territorios, respectivamente, debido a sospechas infundadas de que Edward Snowden podría estar a bordo. Ecuador y Venezuela condenaron estas acciones como una ofensa y atentado contra la soberanía de Bolivia.