Fábula escrita por Anderson Betancourt Rodas, estudiante del Grado Cuarto de la Institución Educativa Nueva granada sede Mariscal Robledo, zona rural de Cartago Valle.
2. Había una vez una niña
llamada Sofía. Un día ella
andaba por el bosque y de
repente se encontró en el
piso un loro con el ala rota.
Sofía llevó el loro a su casa
y le dijo a su madre cuyo
nombre era Melisa que le
hiciera curación.
Después de que le hicieron
la curación, el loro intentó
volar pero cayó al piso.
Sofía lo cogió y le dijo: - Te
daré un nombre, te
llamarás Pepito-.
3. Pasaron dos meses y
Pepito ya podía volar; se
fue al bosque. Sofía salió
detrás del loro y sin pedirle
permiso a sus padres lo
siguió. En el camino se
encontraron una cabra;
Sofía se montó en la cabra
que los llevó a lo mas
profundo del bosque hasta
que se perdieron. Cuando
se percataron de que
estaban perdidos, Pepito
voló a la cima de los
arboles, pero solo veía
montañas y mas arboles.
4. Llego la noche y aun
no había encontrado
el camino a casa. Con
mucho miedo Sofía
gritaba - ¡papaaaaa¡¡
papaaaaa¡ - pero por
mas que gritaba nadie
la escuchaba. Pepito
viendo a Sofía tan
asustada le dijo –
Tenemos que
encontrar el camino a
casa¡ - ¿pero cómo? –
dijo Sofía – De alguna
manera – respondió el
loro.
5. El padre de Sofía que
estaba muy preocupado
porque la niña no llegaba,
salió a buscarlos pero
tambien se perdió. Pepito
y Sofía, cada vez mas
asustados al escuchar el
auuuuuuu de los lobos
cada vez mas cerca. Sin
darse cuenta que un lobo
los perseguía, pues estaba
muy oscuro, echaron a
correr, pero Pepito choca
con un árbol. Los lobos
hambrientos los tenían
acorralados.
6. En ese momento llegó el papa de Sofía a
ayudarlos, pero los lobos los seguían
atacando. El papa pensó que la mejor
forma de ayudarlos era trepándose a un
árbol y desde allí les tiraba fuego con la
lámpara; así, uno a uno los lobos se
fueron retirando.
7. Pensando que ya estaban a
salvo, emprendieron el
camino, pero llegando a la
casa, estaban los lobos que
les tenían una emboscada.
El papa de Sofía recogió
una vara del piso con la
intención de atacar a los
lobos, pero eso no era
suficiente. El padre de
Sofía tuvo la idea de
quitarse la camisa y
pegarla de la vara y
prenderle fuego, fue de
esta manera que los lobos
se retiraron antes de que
pudieran entar a la casa.
8. Felices por haber
salido sanos y salvos
de esa aventura, los
padres reprendieron a
Sofía por salirse de la
casa sin permiso.
Pepito y Sofía juraron
no volverlo a hacer.
La moraleja de esta
fábula es que si nos
queremos salvar de
los peligros, debemos
seguir los consejos de
los padres.