San Ignacio de Loyola fundó la Compañía de Jesús después de cambiar su vocación de las armas a la religión tras resultar herido en la defensa de Pamplona. Los jesuitas heredan el estilo ignaciano de buscar dar más de lo esperado y superarse hasta alcanzar la santidad, conocido como el "Magis". Este espíritu de superación implica ofrecer a Dios el máximo esfuerzo y virtudes mediante la estrategia ignaciana de identificar y atacar las pasiones de manera planificada y dividida.