El documento discute diferentes teorías sobre el origen de la vida, incluyendo la creación religiosa según la Biblia, la teoría de la evolución de Darwin, y la teoría del Big Bang. Argumenta que aunque las teorías científicas no han podido explicar completamente el origen de las especies precursoras, la creación divina sigue siendo la explicación más lógica para el origen del universo y la vida.
1. EL ORIGEN DE LA VIDA
“En el principio, Dios creó el cielo y la tierra” (Génesis 1,1). Así comienza la Biblia, y el primer
capítulo del Génesis relata de manera gráfica cómo creó Dios al mundo. Sin utilizar ningún
material, ni tampoco instrumentos, Dios fue creando todas las cosas: el cielo y la tierra, los
animales y las plantas…, y por último el hombre. Dios creó el mundo de la nada, a esta teoría se le
denomina creacionismo religioso.
Se denomina creacionismo al conjunto de creencias, inspirada en doctrinas religiosas, según la
cual la Tierra y cada ser vivo que existe actualmente proviene de un acto de creación por un ser
divino.
Desde el principio el hombre ha inculcado en su mayoría, la existencia de Dios como ser creador;
es evidente que siendo así las religiones han influenciado mucho en la educación y el desarrollo
social y personal de cada individuo, de hecho algunos que han tratado de salirse de este contexto
y darle una explicación al origen de la vida desde otra perspectiva, no han obtenido resultados y
sus experimentaciones han quedado en simples hipótesis ya que no han logrado comprobar las
tesis de sus postulados en su totalidad y mucho menos erradicar del todo la existencia del dios
supremo, un buen ejemplo es la teoría de la evolución.
Conviene en este momento preguntar ¿por qué debemos creer en Dios?, simplemente porque es
indudable que el mundo está regido por fuerzas naturales y sobrenaturales y una de ellas nos lleva
a entender de donde surgen los milagros un evento atribuido a la intervención divina, según el
diccionario de la Lengua Española, pues no existe otra explicación a esto que no sea la de la
existencia del dios creador y todopoderoso, a esto se le debe agregar que somos la unión de
cuerpo y alma, la segunda es con la cual sentimos, en la mayoría de las religiones el alma está
fuertemente conectada a la concepción de la vida después de la muerte, entonces, si creemos en
lo anterior sería ilógico negar o simplemente refutar la teoría creacionista religiosa.
Por otra parte la teoría de la evolución que mencionamos al principio propuesta por Charles
Darwin´´El origen de las especies´´ fue el primer relato convincente y claro acerca de la teoría de la
evolución y de la selección natural. La obra de Darwin estaba narrada en un lenguaje directo y
coloquial, accesible a cualquier lector. En ella fue capaz de explicar en forma simple que las
especies cambiaban como resultado de una necesidad nueva; que la lucha por la supervivencia
eliminaba las variaciones desfavorables y sobrevivían las más aptas; que el número de individuos
de cada especie permanecía más o menos constante; y explicó, por medio de descripciones
minuciosas, cómo variaban en todos los aspectos las distintas especies según el entorno.
Sin embargo esta y otras teorías como el bigbang que suponen la evolución de las especies sin la
ayuda de Dios o que la tierra surgio por una explosión, están incompletas; ¿por qué de donde
surgieron las especies precursoras? ¿cómo se originó la explosión? ¿De la nada?, estas preguntas
son las que a ni siquiera estas teorías han podido darle respuesta.
No obstante, según Henry Morris, científico, ingeniero profesor universitario, la tierra fue creada
poco antes del individuo universal por un único hacedor y, además, que ese singular creador fue
Dios; antes de que escribiera en 1961 'TheGenesisFlood' ('La Inundación del Génesis'), una obra
que serviría para que la teología tuviese su lugar dentro del mundo de la investigación.
2. En ella, Morris, junto con el coautor John C. Whitcomb, llega a plantear una serie de complicadas
cuentas para determinar el tamaño del arca de Noé y la cantidad de animales que tuvo que
transportar para que la Tierra pudiese estar repoblada tan sólo unos miles de años después.
Dejando a un lado lo anterior,