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Argumentos a favor de la existencia de dios
1. Argumentos a favor de la
existencia de Dios
“El creyente tiene el deber de comprender aquello que cree
para que su experiencia de Dios sea real.”
-San Anselmo
2. Argumentos a favor de la
existencia de Dios
¿Quién es Dios?
¿Cómo se relaciona Dios con la humanidad?
¿Qué nos hace creer en Él?
¿Qué nos hace dejar de creer en Él?
3. Argumentos a favor de la
existencia de Dios
Lo cierto es que en última instancia la verdad es sólo una
de estas dos opciones: Dios existe o no existe.
Sin embargo, hasta este momento de la historia es
imposible poseer certeza sobre si Dios existe o no.
Por lo tanto, la cuestión sobre creencia en la existencia o
no existencia de Dios se vuelve más bien un asunto
personal.
4. Argumentos a favor de la
existencia de Dios
Lo cierto también es que la mayoría de las personas creen
en Dios y sólo muy pocas personas razonan sobre su
creencia en Dios.
Sin embargo, han existido esfuerzos filosóficos por tratar
de demostrar la posibilidad de la existencia de Dios como
creador y Ser Supremo de todo.
Estos son los tres argumentos clásicos a favor de la
existencia de Dios: El argumento cosmológico, el
teleológico y el ontológico.
5. Argumento Cosmológico
“Un hombre entra en una habitación. Sobre la mesa hay un
plato de comida. ¿Cuál será probablemente su primera
deducción? Pensará que alguien ha puesto el plato allí,
porque que el plato no ha podido llegar a la habitación por
sus propios medios. La presencia del plato indica
necesariamente otra presencia, quizá no visible, pero no
por ello menos cierta: la presencia de la persona que
colocó el plato sobre la mesa.”
6. Argumento Cosmológico
Esta sencilla deducción ejemplifica, a grandes
rasgos, el argumento filosófico del que vamos a
hablar aquí.
Al igual que el plato que está en la mesa ha sido
puesto allí por alguien, el argumento cosmológico
expresa la idea de que «si el universo existe,
necesariamente ha sido llevado a la existencia por
alguien o algo externo a él».
7. Argumento Cosmológico
El argumento cosmológico es el más antiguo.
Parte de una idea planteada primero por
Parménides pero que se conoce por su expresión
en latín: ex nihilo nihil fit (nada surge de la nada).
8. Argumento Cosmológico
Tomemos como ejemplo una foto que
puedas traer en la cartera. Esa foto no ha
existido siempre; en algún momento llegó a
existir.
9. Argumento Cosmológico
Sin embargo, no apareció de la nada, sino que
tuvo una causa distinta y externa a sí misma: una
cámara fotográfica. Al igual que la foto, la
existencia de la cámara no es eterna, también
llegó a existir en algún momento por una causa
previa y distinta de sí misma, y así sucesivamente.
10. Argumento Cosmológico
En el siglo XVII, Leibniz expresó lo que estamos
describiendo en su principio de la razón suficiente
que dice que:
“para todo lo que existe tiene que haber una razón
o explicación para su ser, algo que explique el por
qué de la existencia de tal cosa.”
Ó
“todo tiene una razón de ser.”
11. Argumento Cosmológico
En el mundo físico, esas razones son
causas, y si tomamos la totalidad de todo lo
que hay, el propio cosmos, también
podemos hacerle esa pregunta, ¿cuál es su
causa? ¿cuál es la causa del universo?
12. Argumento Cosmológico
Por eso se llama el argumento cosmológico, y el
argumento es que, para evitar un regreso al
infinito, tenemos que postular una primera causa:
“Tiene que existir algo que sea la primera
causa de todo lo que existe y esa causa es
Dios.”
13. Argumento Cosmológico
Pero alguien podría decir: si Dios existe,
¿cuál es la razón de su ser; cuál es la causa
de Dios? ¿Quién causó a Dios? Y si
respondemos a esto luego seguiría la
pregunta ¿y qué causó al que causó a
Dios? Y así sucesivamente hasta el
infinito….. sin llegar a nada.
14. Argumento Cosmológico
Por eso y para evitar ese absurdo hasta el
infinito podemos decir que Dios es una
«Causa Incausada». Si no, no podría ser la
Primera Causa de todo lo que existe.
Dios es La Causa Sin Causa.
15. Argumento Cosmológico
En su célebre libro La metafísica,
Aristóteles llama esa causa el motor inmóvil;
y para Tomás de Aquino esa causa es Dios.
En los ambos se trata de una causa
primera, una causa que no tiene causa.
16. Argumento Cosmológico
Así, podríamos definir el argumento cosmológico
como una fórmula lógica:
1) Todo lo que comenzó a existir tiene una causa.
2) El universo existe.
3) Por lo tanto, el universo tiene una causa.
Una formulación que ha permanecido a lo largo de
los siglos.
17. Argumento Teleológico
“Camino a través de un parque. Supongamos que, de
repente, piso una piedra. Alguien me pregunta cómo
llegó la piedra allí. Yo podría quizá responder: por lo
que sé, esa piedra ha estado ahí desde siempre.
Pero supongamos que he encontrado un reloj sobre el
suelo y se me pide que explique cómo el reloj ha
llegado allí. Difícilmente diría que, por lo que sé, el
reloj pudo haber estado ahí desde siempre.
18. Argumento Teleológico
¿Por qué esta misma respuesta no sirve para el
reloj como sí servía para la piedra?
Pues porque cuando inspeccionamos el reloj
percibimos (a diferencia de la piedra) que sus
diferentes partes tienen una determinada forma y
han sido puestas juntas con un propósito.
19. Argumento Teleológico
Al observar este mecanismo, la inferencia es
inevitable: el reloj debió tener un hacedor.
Debe haber existido, en algún momento y en
algún lugar, un relojero que pensó en el reloj, lo
diseñó y lo construyó”
20. Argumento Teleológico
La metáfora del relojero es una de las más
utilizadas para ejemplificar en qué consiste,
a grandes rasgos, el argumento teleológico
para la demostración de la existencia de
Dios.
21. Argumento Teleológico
Según el argumento teleológico se pueden
observar en el universo características que
demostrarían la existencia de una inteligencia
creadora responsable de su diseño.
¿Qué características?
22. Argumento Teleológico
Tradicionalmente se manejan dos:
1) El universo parece albergar un propósito o una
“finalidad” [del griego “télos”, de ahí procede el
término “teleología”]
2) El universo es tan complejo y es tan perfecto
que no pudo haber surgido del azar [entendiendo
“azar” como ausencia de un diseño consciente].
23. Argumento Teleológico
Así pues, la finalidad y la complejidad del
universo, inexplicables sin la existencia de una
inteligencia diseñadora, son los dos principales
conceptos manejados por el argumento
teleológico.
24. Argumento Teleológico
Volviendo al ejemplo del reloj:
¿Podría un reloj haber surgido del azar?
No.
¿Podemos afirmar que el reloj fue construido con un propósito por un
diseñador?
Sí.
Pero, ¿podemos trasladar los atributos del reloj al propio universo?
Esta es la gran cuestión, discutible hoy en día.
25. Argumento Teleológico
En el argumento teleológico , lo que se observa es
el orden o diseño que se encuentra en la
naturaleza. Si suelto una piedra, siempre cae; las
órbitas de los cuerpos celestiales son muy
precisas; y los días y las estaciones se repiten con
muchísima regularidad. El mundo es un fenómeno
complejo, pero su complejidad es ordenada, no
caótica.
26. Argumento Teleológico
Las partes de un reloj están ordenadas para
producir movimiento, y ese movimiento está
regulado para que indique cada hora del día. El fin
o “télos” del reloj indica que fue diseñado, y
cualquier cosa diseñada implica un diseñador, en
este caso un relojero.
27. Argumento Teleológico
La finalidad del reloj es indicar la hora; pero ¿y la finalidad
del universo?
Este universo tan perfecto como un todo armónico no
puede ser sin más un “producto del azar”; entonces tiene
que ser obra de un diseñador que no es el propio universo,
sino Dios.
28. Argumento Teleológico
Entonces, en resumen, el argumento teleológico dice:
1. Vemos constantemente que seres que carecen de
inteligencia y voluntad obran por un fin.
2. Ahora bien, los seres que carecen de inteligencia y
voluntad no pueden tender de por sí a sus respectivos
fines, pues esto implica desearlos y, además
concebirlos.
29. Argumento Teleológico
3. Por lo tanto, es necesario que exista un Ser
inteligente y libre que en orden de su
inteligencia y voluntad, los dirija a sus
respectivos fines.
30. Argumento Ontológico
Como final, llegamos al argumento ontológico. A
diferencia de los primeros dos, este argumento
procede de forma a priori.
Es decir, su razonamiento no parte de una
observación de algo en el mundo, sino que parte
del análisis de un concepto, a saber, el concepto
de Dios que tenemos en la mente.
31. Argumento Ontológico
Con base en ese análisis del concepto de
Dios se va a deducir una consecuencia
necesaria: la existencia real de Dios.
32. Argumento Ontológico
Existen casos donde el análisis del concepto sí
nos dice algo sobre su existencia.
Consideremos, por ejemplo, el concepto de un
círculo cuadrado. No hace falta que busquemos
en el mundo para saber que no existe semejante
cosa.
Es decir, no es necesario salir al mundo y
corroborar con nuestros sentidos a ver si
realmente no existe un círculo cuadrado.
33. Argumento Ontológico
La mera definición de “círculo” nos permite
saber que un círculo cuadrado no existe,
pues sería algo contradictorio.
34. Argumento Ontológico
El argumento ontológico va a adoptar este tipo de
razonamiento. Fue planteado por Anselmo de Canterbury
en el siglo once, y procede básicamente de la siguiente
forma:
1. “Dios es un ser del que nada mayor puede ser
pensado.” Esto quiere decir que si tratamos de pensar
en la cosa más excelsa dotada de todas las
perfecciones, por definición esa cosa sería Dios. Si es
el más excelso, entonces nada mayor que eso puede
pensarse.
35. Argumento Ontológico
2. Tenemos la idea de Dios, por lo que Dios existe al
menos en la mente.
3. Un ser que existe tanto en la mente como en la
realidad es mayor que un ser que sólo existe en la
mente.
4. Entonces, si nos quedamos sólo con la idea de
Dios en la mente, entonces es posible imaginar
algo mayor que eso, a saber, un ser que existe
también en la realidad.
36. Argumento Ontológico
A estas alturas del argumento, Anselmo dice que
nos encontramos en una contradicción.
Por un lado, tenemos la idea de Dios en la mente,
que por definición es aquello del que nada mayor
puede ser pensado.
37. Argumento Ontológico
Por el otro lado, nos damos cuenta de que algo
mayor que eso sí puede ser pensado, a saber, un
Dios que existe no sólo en la mente sino en la
realidad también.
Entonces, para resolver esta contradicción hay
que admitir la existencia real de Dios.
38. Argumentos a favor de la
existencia de Dios
Estos son los tres argumentos clásicos a favor de
la existencia de Dios.
Hay muchos que dicen que si no se puede probar
la existencia de Dios entonces tampoco se puede
probar su inexistencia, por lo que la única posición
coherente sería un agnosticismo, simplemente
decir “no sé”.