En medio de la crisis que nos atenaza se han levantado otros pedestales. Desde el fondo de la cólera ciudadana han surgido los jóvenes políticos de Podemos dispuestos a solucionar nuestro futuro. Con el verbo caliente y el dedo imperativo señalan un nuevo rumbo de la historia. Es imposible no estar de acuerdo con ellos cuando gritan contra la injusticia social y prometen acabar con la corrupción, cuando se disponen a regenerar la democracia e intentan plantar cara al sistema.