El documento enfatiza la importancia de la acción sobre la pasividad. Sugiere que la fe sin obras está muerta y que debemos optar por la ejecución para alcanzar resultados en lugar de dudar o vacilar. También destaca que la claridad, el compromiso, la adaptación y la sinergia son necesarios para desbloquear el potencial humano y que las cuatro etapas del manejo efectivo son medir, analizar, implementar y controlar.