Érica la sirena y Bryan el delfín notaron que los habitantes de la isla Coco desperdiciaban agua y otros recursos valiosos, por lo que intentaron comunicarse con los humanos de diferentes formas para advertirles sobre esto, pero no tuvieron éxito hasta que descubrieron una manera efectiva de hacerles entender la importancia de no malgastar los recursos, logrando que los habitantes cambiaran su comportamiento y ayudaran a proteger el planeta.