trabajo realismo

1. El
Realismo
Por: Daniel Far, Javier Cuenca, Carla Melenchón y
Carolina Ordovás

2.
Introducción:
En este trabajo vamos a hablar de la época del realismo que tuvo lugar en la 2ª mitad del siglo XIX y
vamos a profundizar en la obra "La Regenta", escrito por el famoso escritor Leopoldo Alas, Clarín.
CONTEXTO HISTÓRICO:
El realismo tuvo lugar en el siglo XIX, esta época empezó con la invasión de las tropas napoleónicas en
el año 1808 y comenzó la guerra de la independencia en este mismo año, cuatro años más tarde se
promulgó la 1º Cons଀tución Española. Tras la vuelta de Fernando VII regresó la el poder absoluto en
la monarquía. En 1833 murió el rey y la reina María Cris଀na se nombró regente del reino mientras su
hija Isabel II alcanzaba la mayoría de edad. En el mismo año tuvo lugar la primera guerra Carlista
entre los absolu଀stas y liberales. En 1868 se produjo una revolución de carácter liberal llamada la " La
Gloriosa" que produjo el destronamiento de Isabel II. Durante 1873 y 1874 se instauró la 1º república
y la restauración borbónica por Alfonso VII a finales de 1874
La sociedad estamental entró en crisis debido al poder que adquirió el pueblo. El avance industrial
que fue más tardío y menor que el de otros países europeos. España siguió siendo un país agrario,
con una burguesía propietaria de gran parte de la ଀erras. El primer gran intento de la enseñanza
española que la promulgación de la ley de Moyano en el año 1857, y años después en 1876 se creó la
pres଀giosa Ins଀tución Libre de Enseñanza. El uso de la razón dejó de ser la base para explicar al
mundo y el sen଀miento, el idealismo y el subje଀vismo fueron adquiriendo importancia. Se produjo
renovación en el ámbito ideológico gracias al posi଀vismo de Comte, la difusión del pensamiento
socialista y las teorías de Darwin. Las tendencias arៀ�s଀cas del siglo fueron el Roman଀cismo y el
Realismo. El siglo acabó con la pérdida de las úl଀mas colonias en 1898.
CONTEXTO LITERARIO
El realismo es un movimiento cultural y arៀ�s଀co que nace en Francia a mediados del siglo XIX. El
género preferido por el público burgués era la novela. Cabe destacar dentro de esta época a autores
como Juan Valero con obras como “Pepita Jiménez”, José María de Pereda por obras como “So଀leza”
y “Peñas arriba”. También destacamos a Emilia Pardo Bazán con obras de ámbito gallego urbano
como “La tribuna” o rural como “La madre naturaleza”. Con Vicente Blasco Ibáñez encontramos obras
como “La Barraca” y “Arroz y Tartana”. Uno de los autores más prolíficos fue Benito Pérez Galdós con
treinta y una novelas y cuarenta y seis relatos. Una obra muy destacada es la Regenta de Leopoldo
Alas, Clarín.
1

3.
LA REGENTA
Características de la Regenta
Argumento
Ana Ozores está casada con Don Víctor de
Quintanar,un hombre mayor que ella con el que no
es feliz.Por ello busca consuelo y refugio en la
religión.Fermín de Pas , magistral de la catedral, se
convierte en su guía espiritual.El ambicioso clérigo
se enamora de la joven.A su vez , Ana es pretendida
por el donjuán de la ciudad,Álvaro Mesía.
Cuando Ana conoce los sen଀mientos de Fermín, cae
en los brazos de Álvaro.Víctor descubre el adulterio
de su mujer y reta a Alvaro a un duelo en el que el
viejo Quintanar pierde la vida.Mesía huye de
vetusta y Ana sufre el rechazo y la humillación de
toda la sociedad vetustense.
Espacio y personajes
La obra está ambientada en Vetusta,ciudad
provinciana,anclada en su pasado,donde reinan los
convencionalismos sociales,la mezquindad, la
hipocresía y la ociosidad.
Clarín proporciona un retrato de la sociedad
española de la restauración.Todo el escalafón social
aparece reflejado en las páginas de la novela:la
aristocracia,que no ha hecho nada más que
heredar;los indianos enriquecidos en América que
desean conseguir un ៀ�tulo;el clero,aferrado a las
clases pudientes y carente de verdadera
vocación;comerciantes,vendedores,oficinistas,criad
as,etc...
Estructura
La novela se divide en dos partes:
En la primera parte:(capítulo I‐XV),la acción avanza
lentamente y se novelan los sucesos ocurridos
durante tres días.Abundan las descripciones y las
reflexiones de los personajes.
En la segunda parte:(capítulo XVI‐XXX),el relato
abarca tres años.En ella predomina la acción.
2

4. COMENTARIOS
Carla:
Doña Ana tardó mucho en dormirse, pero su vigilia ya no fue impaciente, desabrida. El espíritu se
había refrigerado con el nuevo sesgo de los pensamientos. Aquel noble esposo a quien debía la
dignidad y la independencia de su vida, bien merecía la abnegación constante a que ella estaba
resuelta. Le había sacrificado su juventud: ¿por qué no con଀nuar el sacrificio? No pensó más en
aquellos años en que había una calumnia capaz de corromper la más pura inocencia; pensó en lo
presente. Tal vez había sido providencial aquella aventura de la barca de Trébol. Si al principio, por ser
tan niña, no había sacado ninguna enseñanza de aquella injusta persecución de la calumnia, más
adelante, gracias a ella, aprendió a guardar las apariencias; supo, recordando lo pasado, que para el
mundo no hay más virtud que la ostensible y aparatosa. Su alma se regocijó contemplando en la
fantasía el holocausto del general respeto, de la admiración que como virtuosa y bella se le tributaba.
En Vetusta, decir la Regenta era decir la perfecta casada. Ya no veía Anita la estúpida existencia de
antes. Recordaba que la llamaban madre de los pobres. Sin ser beata, las más ardientes faná଀cas la
consideraban buena católica. Los más atrevidos Tenorios, famosos por sus temeridades, bajaban ante
ella los ojos, y su hermosura se adoraba en silencio. Tal vez muchos la amaban, pero nadie se lo
decía... Aquel mismo don Álvaro que tenía fama de atreverse a todo y conseguirlo todo, la quería, la
adoraba sin duda alguna, estaba segura; más de dos años hacía que ella lo había conocido, pero él no
había hablado más que con los ojos, donde Ana fingía no adivinar una pasión que era un crimen.
Verdad era que en estos úl଀mos meses, sobre todo desde algunas semanas a esta parte, se mostraba
más atrevido... hasta algo imprudente, él que e
ra la prudencia misma, y sólo por esto digno de que ella no se irritara contra su infame intento... pero
ya sabría contenerle; sí, ella le pondría a raya helándole con una mirada... Y pensando en conver଀r en
carámbano a don Álvaro Mesía, mientras él se obs଀naba en ser de fuego, se quedó dormida
dulcemente.
Iden଀ficación
Este fragmento pertenece a la obra “La Regenta”escrita porLeopoldo Alas, Clarín.
El tema de este texto es el engaño de Ana a su esposo.
Estructura
He dividido este fragmento en dos partes:
La primera; Ana estaba recordando los viejos sen଀miento y los recuerdos con su marido, mientras
que en la segunda parte; empienza a pensar en el presente, y que no le debe nada a su marido, y que
al que verdaderamente quiere es a don Álvaro, piensa en el hasta que se duerme.
Forma
3

5. Este fragmento es un texto narra଀vo que se transmite por escrito y su lenguaje es culto.
En conclusión, este texto habla sobre el engaño de Ana a su marido, y que prefiere a Don Álvaro, el
marido se entera de este engaño y reta a Álvaro a un duelo en el que desgraciadamente muere su
esposo y A ́lva se va de la ciudad dejando a Ana sol.
Daniel:
Echó a correr monte arriba. «¡Pero ese hombre está loco!», pensaba Quintanar, que le seguía
jadeante,con un palmo de lengua colgando y a veinte pasos otra vez.El Magistral procuraba
orientarse, recordar por dónde había bajado pocas horas antes de la casa delleñador. Se perdía,
confundía las señales, iba y venía... y don Víctor detrás, librándose de las arañascomo de leones, de
sus hilos como de cadenas.«Lo mejor es subir por la máxima pendiente, ello está hacia lo más alto...
pero arriba hay meseta, vayausted a buscar...».Se detuvo. Como si nada hubiera dicho don Víctor, con
cara amable y voz dulce y suplicante advir଀ó:—Señor Quintanar, si queremos dar con ellos tenemos
que separarnos; hágame usted el favor de subirpor ahí, por la derecha....Don Víctor se negó, pero el
Magistral insis଀endo, y con alusiones embozadas al miedo posi଀vo de sucompañero, logró picar otra
vez su amor propio y le obligó a torcer por la derecha.Entonces, en cuanto se vio solo, De Pas subió
corriendo cuanto podía, tropezando con troncos y zarzas,ramas caídas y ramas pendientes.... Iba
ciego; le daba el corazón, que reventaba de celos, de cólera,que iba a sorprender a don Álvaro y a la
Regenta en coloquio amoroso cuando menos. «¿Por qué? ¿Noera lo probable que estuvieran con
ellos Paco, Joaquín, Visita, Obdulia y los demás que habían subido albosque?». No, no, gritaba el
presen଀miento. Y razonaba diciendo: don Álvaro sabe mucho de estasaventuras, ya habrá él
aprovechado la ocasión, ya se habrá dado trazas para quedarse a solas con ella.Paco y Joaquín no
habrán puesto obstáculos, habrán procurado lo mismo para quedarse con Obdulia yEdelmira
respec଀vamente. Visitación los habrá ayudado. Bermúdez es un idiota... de fijo están solos. Yvuelta a
correr cuanto podía, tropezando sin cesar, arrastrando con dificultad el balandrán empapadoque
pesaba arrobas, la sotana desgarrada a trechos y cubierta de lodo y telarañas mojadas. También
élllevaba la boca y los ojos envueltos en hilos pegajosos, tenues, entreme଀dos.Llegó a lo más alto, a
lo más espeso. Los truenos, todavía formidables, retumbaban ya más lejos. Sehabía equivocado, no
estaba hacia aquel lado la cabaña. Siguió hacia la derecha, separando con dificultadlas espinas de
cien plantas ariscas, que le cerraban el paso. Al fin vio entre las ramas la casetarús଀ca.... Alguien se
movía dentro.... Corrió como un loco, sin saber lo que iba a hacer si encontraba allílo que esperaba...,
dispuesto a matar si era preciso... ciego....—¡Jinojo! que me ha dado usted un susto...—gritó don
Víctor, que descansaba allí dentro, sobre unbanco rús଀co, mientras retorcía con fuerza el sombrero
flexible que chorreaba una catarata de aguaclara.—¡No están!—dijo el Magistral sin pensar en la
sospecha que podían despertar su aspecto, suconducta, su voz trémula, todo lo que delataba a voces
su pasión, sus celos, su indignación de maridoultrajado, absurda en él.
Estructura externa.
Alas, Clarín nació en Zamora en 1852. Fue uno de los escritores más conocido en su época
El texto ଀ene once párrafos de diferente tamaño De todos ellos el más largo es el octavo (“Entonces,
cuando se vio solo… Líneas 1‐13: Se inicia la búsqueda. En estas líneas se describe todo lo que hay en
el camino
4

6. Es el sacerdote quien dirige las operaciones, pese a no saber realmente por dónde buscar, mientras
don Víctor se muestra sorprendido y aduras penas lleva el ritmo de su compañero, quien al final logra
deshacerse de él enviándolo por otra senda. Líneas 14‐24: Ya en soledad, Fermín no ଀ene que
disimular sus ganas de encontrarla está desesperado Líneas 25‐35: Don Fermín llega a lo más alto del
monte, no encuentra a la Regenta, oye ruidos en la cabaña, entra en ella enloquecido y asusta así a
don Víctor, que se hallaba en ella descansando. El Magistral se encuentra un poco indignado. u଀liza
símiles como( los ojos envueltos en hilos pegajosos), u଀liza una forma de ser culta con un poco de
expresiones coloquiales también podemos ver hipérboles(un palmo de lengua colgando,el corazón
reventaba de celos, el sombrero flexible que chorreaba una catarata de agua clara,librándose de las
arañas como leones,de sus hilos como de cadenas .indican lo di甁�cil que es la búsqueda. cultrajado).
El tema es la búsqueda de Ana Ozores por parte de su marido y el magistral.
Como conclusión la vida de leopoldo transcurre como catedrá଀co de derecho,fue uno de los
escritores más conocidos de su epoca
Javier:
Con Octubre muere en Vetusta el buen ଀empo. Al mediar Noviembre suele lucir el sol una semana,
pero como si fuera ya otro sol, que ଀ene prisa y hace sus visitas de despedida preocupado con los
prepara଀vos del viaje del invierno. Puede decirse que es una ironía de buen ଀empo lo que se llama el
veranillo de San Marៀ�n. Los vetustenses no se 甁�an de aquellos halagos de luz y calor y se abrigan y
buscan su manera peculiar de pasar la vida a nado durante la estación odiosa que se prolonga hasta
fines de Abril próximamente. Son anfibios que se preparan a vivir debajo de agua la temporada que
su des଀no les condena a este elemento. Unos protestan todos los años haciéndose de nuevas y
diciendo: «¡Pero ve usted qué ଀empo!» Otros, más filósofos, se consuelan pensando que a las
muchas lluvias se debe la fer଀lidad y hermosura del suelo. «O el cielo o el suelo, todo no puede ser.
Ana Ozores no era de los que se resignaban. Todos los años, al oír las campanas doblar tristemente el
día de los Santos, por la tarde, senៀ�a una angus଀a nerviosa que encontraba pábulo en los objetos
exteriores, y sobre todo en la perspec଀va ideal de un invierno, de otro invierno húmedo, monótono,
interminable, que empezaba con el clamor de aquellos bronces.
Aquel año la tristeza había aparecido a la hora de siempre.
Estaba Ana sola en el comedor. Sobre la mesa quedaban la cafetera de estaño, la taza y la copa en
que había tomado café y anís don Víctor, que ya estaba en el Casino jugando al ajedrez. Sobre el
pla଀llo de la taza yacía medio puro apagado, cuya ceniza formaba repugnante amasijo impregnado
del café frío derramado. Todo esto miraba la Regenta con pena, como si fuesen ruinas de un mundo.
La insignificancia de aquellos objetos que contemplaba le parៀ�a el alma; se le figuraba que eran
símbolo del universo, que era así, ceniza, frialdad, un cigarro abandonado a la mitad por el hasៀ�o del
fumador. Además, pensaba en el marido incapaz de fumar un puro entero y de querer por entero a
una mujer. Ella era también como aquel cigarro, una cosa que no había servido para uno y que ya no
podía servir para otro.
Todas estas locuras las pensaba, sin querer, con mucha formalidad. Las campanas comenzaron a
sonar con la terrible promesa de no callarse en toda la tarde ni en toda la noche. Ana se estremeció.
Aquellos mar଀llazos estaban des଀nados a ella; aquella maldad impune, irresponsable, mecánica del
bronce repercu଀endo con tenacidad irritante, sin por qué ni para qué, sólo por la razón universal de
5

7. molestar, creíala descargada sobre su cabeza. Se asomó al balcón. Por la plaza pasaba todo el
vecindario de la Encimada camino del cementerio, que estaba hacia el Oeste, más allá del Espolón
sobre un cerro. Llevaban los vetustenses los trajes de cris଀anar; criadas, nodrizas, soldados y
enjambres de chiquillos eran la mayoría de los transeúntes; hablaban a gritos, ges଀culaban alegres;
de fijo no pensaban en los muertos. Niños y mujeres del pueblo pasaban también, cargados de
coronas fúnebres baratas, de cirios flacos y otros adornos de sepultura. De vez en cuando un lacayo
de librea, un mozo de cordel atravesaban la plaza abrumados por el peso de colosal corona de
siemprevivas, de blandones como columnas, y catafalcos portá଀les. Era el luto oficial de los ricos que
sin ánimo o ଀empo para visitar a sus muertos les mandaban aquella especie de besa‐la‐mano. Las
personas decentes no llegaban al cementerio; las señoritas emperifolladas no tenían valor para entrar
allí y se quedaban en el Espolón paseando, luciendo los trapos y dejándose ver, como los demás días
del año. Tampoco se acordaban de los difuntos; pero lo disimulaban; los trajes eran obscuros, las
conversaciones menos estrepitosas que de costumbre, el gesto algo más compuesto... Se paseaba en
el Espolón como se está en una visita de duelo en los momentos en que no está delante ningún
pariente cercano del difunto. Reinaba una especie de discreta alegría contenida .
El tema de este capítulo es la soledad y tristeza de la regenta.
Este texto yo lo he podido dividir en tres partes:
La primera parte que comienza en la linea uno y acaba en la linea dieciocho,pasa que el comentarista
empieza ha hablar de las estaciones y mas profundamente del invierno y otoño, ya que, a Ana la
protagonista no le gustaba el otoño y que para ella el invierno empezaba el dia de todos los santos.La
segunda parte que empieza en la linea diecinueve y acaba en la linea cincuenta y cuatro habla sobre
el estdo de ánimo de la protagonista durante esa tarde ya que empieza a pensar sobre su relacion con
su marido y llega a la conclusion que es desgraciada e insignificante.Y la tercera parte habla sobre el
trato de cada clase social a sus familiares fallecidos ya que la protagonista ve pasar por la calle el
desfile de los vetustenses hacia el cementerio y observa a la gente de dis଀ntas clases sociales.
Este texto es narra଀vo y descrip଀vo y u଀liza un lenguaje culto por la epoca en la que se escribio.
Durante este capitulo se encuentran dis଀ntos recursos es଀lis଀cos como por ejempo un polisindetos
en las lineas siete y nueve,un asindeton en la linea vein଀cuatro,dos metáforas en las lineas nueve y
once y tsmbien se pueden encontrar tres simils en las lineas trenta y seis ,cuarenta y tres y setenta y
nueve.
Carolina:
La heroica ciudad dormía la siesta. El viento Sur, caliente y perezoso, empujaba las nubes
blanquecinas que se rasgaban al correr hacia el Norte. En las calles no había más ruido que el rumor
estridente de los remolinos de polvo, trapos, pajas y papeles que iban de arroyo en arroyo, de acera
en acera, de esquina en esquina revolando y persiguiéndose, como mariposas que se buscan y huyen
y que el aire envuelve en sus pliegues invisibles. Cual turbas de pilluelos, aquellas migajas de la
basura, aquellas sobras de todo se juntaban en un montón, parábanse como dormidas un momento y
brincaban de nuevo sobresaltadas, dispersándose, trepando unas por las paredes hasta los cristales
temblorosos de los faroles, otras hasta los carteles de papel mal pegado a las esquinas, y había pluma
que llegaba a un tercer piso, y arenilla que se incrustaba para días, o para años, en la vidriera de un
escaparate, agarrada a un plomo.
Vetusta, la muy noble y leal ciudad, corte en lejano siglo, hacía la diges଀ón del cocido y de la olla
podrida, y descansaba oyendo entre sueños el monótono y familiar zumbido de la campana de coro,
que retumbaba allá en lo alto de la esbelta torre en la Santa Basílica.
6

8. La torre de la catedral, poema román଀co de piedra, delicado himno, de dulces líneas de belleza
muda y perenne, era obra del siglo diez y seis, aunque antes comenzada, de es଀lo gó଀co, pero, cabe
decir, moderado por un ins଀nto de prudencia y armonía que modificaba las vulgares exageraciones
de esta arquitectura. La vista no se fa଀gaba contemplando horas y horas aquel índice de piedra que
señalaba al cielo; no era una de esas torres cuya aguja se quiebra de su଀l, más flacas que esbeltas,
amaneradas, como señoritas cursis que aprietan demasiado el corsé; era maciza sin perder nada de
su espiritual grandeza, y hasta sus segundos corredores, elegante balaustrada, subía como fuerte
cas଀llo, lanzándose desde allí en pirámide de ángulo gracioso, inimitable en sus medidas y
proporciones. Como haz de músculos y nervios la piedra enroscándose en la piedra trepaba a la
altura, haciendo equilibrios de acróbata en el aire; y como prodigio de juegos malabares, en una
punta de caliza se mantenía, cual imantada, una bola grande de bronce dorado, y encima otra más
pequeña, y sobre esta una cruz de hierro que acababa en pararrayos.
El texto es un fragmento de la novela perteneciente al realismo,“La Regenta” de Leopoldo Alas, Clarín,
escrita en 1885.
El tema es la ciudad de Vetusta.
El texto se divide en dos partes, en la primera, el autor nos describe muy detalladamente la ciudad de
Vetusta, nombre fic଀cio que le da el autor a la ciudad de Oviedo, el autor se sirve del viento para
describir de forma muy detallista las calles y los rincones de la ciudad.
En la segunda parte del texto el autor sigue con su carácter narra଀vo y descrip଀vo de la ciudad
centrándose en este caso en la Catedral y en su torre u଀lizando metaforas y comparaciones para
mostrarnos con exac଀tud la realidad.
Se trata de un texto narra଀vo de carácter descrip଀vo escrito en la época en la cual se dio el realismo,
por lo cual las descripciones son muy obje଀vas y pretenden mostrar con todo detalle tanto a los
personajes como a su entorno. Presenta diferentes metáforas en las cuales compara a la torre con un
poema román଀co y con un himno, también presenta diversas personificaciones como: Las nubes
corren, la torre ଀ene músculos y nervios…
En conclusión, Clarín, nos hace una descripción exhaus଀va de la ciudad y de sus personajes no como
una obra meramente costumbrista, sino para cri଀car a una sociedad, la de Vetusta, anclada en el
pasado y atada a unas costumbres arcaicas.
CONCLUSIÓN
En conclusión del trabajo el realismo supuso una ruptura con el roman଀cismo, tanto en los aspectos
ideológicos como en los formales.
7