1. EL Sal. 140 es una plegaria en procura de liberación de enemigos inescrupulosos.
1.
Malo.
Los plurales empleados en el vers. 2 indican que el salmista no sólo se refería a un hombre
malo, sino a la gente mala y "violenta" en general.
2.
Maquinan males.
Los enemigos parecen estar continuamente maquinando y tramando alguna nueva forma de
maldad.
3.
Veneno de áspid.
Las palabras calumniosas de esos hombres impíos (cf. Sant. 3:8) . Pablo cita parte de este
versículo para mostrar la impiedad del hombre natural, inconverso (Rom. 3: 13).
4.
Mis pasos.
Los impíos constantemente intentan impedir que los justos alcancen sus metas. Procuran hacer
resbalar a los desprevenidos para hacerlos caer en el camino.
7.
Pusiste a cubierto mi cabeza.
La protección divina es mejor escudo que cualquier yelmo de metal (Efe. 6: 13, 17).
8.
No saques adelante.
"No dejes que su plan se realice" (BJ, vers.9). El salmista pide a Dios que no deje prosperar los
malignos planes de los impíos.
9.
Sus propios labios.
Cf. vers. 3. El veneno de la calumnia es tal, que el calumniador termina por sufrir las
consecuencias de sus propias palabras. Cualquier expresión de duda o maldad recae tanto
sobre quien la pronuncia como sobre el que la oye (CC 124).
10.
Caerán sobre ellos brasas.
Era común que esos perversos maquinadores esparcieran tizones entre sus enemigos. El
salmista desea que esos impíos sufran de lo mismo que han hecho a los inocentes.
12.
Yo sé.
El salmista está seguro de que el Señor defiende a los justos, y que no es indiferente con
quienes sufren por su divina causa.