1. EL Sal. 134 es una exhortación a los vigilantes nocturnos del santuario a que también ellos adoren
a Jehová (vers. 1, 2), y la respuesta de ellos (vers. 3).
Este corto salmo es el último de los cánticos graduales o "de subida".
Hay bastante incertidumbre en cuanto al significado exacto de la expresión "cántico gradual"," que
aparece en el sobrescrito de los Sal. 121 al 134. La explicación más probable es que cantaban estos
salmos los peregrinos que iban rumbo a Jerusalén para asistir a las fiestas anuales (ver PP 579; y
págs. 631, 633).
1.
Bendecid a Jehová.
Heb. barak. Tiene varias acepciones. Cuando Dios bendice a una persona, se entiende que le
concede dones, o declara que tal persona ha recibido esos dones. Cuando alguien bendice a Dios,
significa que lo reconoce como quien otorga los dones. En el AT se habla con frecuencia de
personas que bendicen a Dios (Sal. 63: 4; 103: 1, 2, 20-22; 145: 2; etc.). Cuando una persona
bendice a otra, expresa el deseo de que reciba dones para su bien. Por lo general, la LXX traduce
barak como eulogé Ç, "hablar bien de alguien". En algunos pocos casos se emplea barak en sentido
opuesto: "maldecir" (ver com. Job 1: 5).
Estáis por las noches.
Los levitas se ocupaban de sus sagradas tareas tanto de noche como de día (1 Crón. 9: 33).
2.
Alzad vuestras manos.
Un ademán de bendición (Lev. 9: 22), y también una posición para orar (Sal. 141: 2).
3.
Desde Sion.
Se representa la bendición del Creador del universo como si procediera de la ciudad del gran Rey.
Te bendiga.
A cada uno personalmente, como también a la congregación en conjunto.
Ha hecho.
Esta es la característica especial que distingue al verdadero Dios, de los dioses falsos (ver com. Sal.
115: 15).