El documento discute la depresión en adolescentes españoles. Señala que el 32.3% de adolescentes españoles podrían sufrir depresión leve, una tasa más alta que en países vecinos. Expertos recomiendan buscar ayuda médica ante problemas de ánimo. Aunque los trastornos mentales tienen bases biológicas y genéticas, actividades físicas pueden ayudar; sin embargo, se necesitan más programas de prevención y detección temprana.

1. El suicidio

2. • Según este estudio, la posibilidad de una depresión leve afecta a los adolescentes
españoles por encima de la media. El 32,3% de ellos podría padecer una depresión
subumbral, sólo por detrás de Alemania (donde la amenaza se cierne sobre el
39,2% de los jóvenes), y de Austria. El porcentaje español es netamente superior
al de su entorno, pues en Italia se reduce al 29,7% y en Francia al 30%.
• Todos los expertos coinciden en que la base para afrontar un trastorno del ánimo
está en pedir ayuda. El médico de cabecera ha de ser el primero al que acudir y
éste será quien ponga el tratamiento o, en su caso, derive al paciente a los
servicios de salud mental. La doctora Saiz insiste, ante la reticencia que aún
notan los médicos a tomar psicofármacos, en que «el tratamiento de base de una
depresión es de tipo farmacológico, si bien esto no excluye la posibilidad de
utilizar opciones como la psicoterapia de modo coadyuvante».
• La realización de ejercicio físico, yoga, tai chi y otras actividades similares es
beneficiosa para los pacientes con enfermedad mental, «tanto por la mejora de
su homeostasis como por la positiva relación que establecen con su entorno»,
recomienda Arbesú. Sin embargo, no hay que perder de vista que los trastornos
psicológicos tienen una fuerte base biológica y genética.
• «Ni los suicidios ni los trastornos mentales son problemas erradicables, pero sí se
puede disminuir de modo importante su prevalencia. Son fundamentales los
programas preventivos y de detección precoz. Desafortunadamente, se podría
decir que nuestro país suspende en estos aspectos y es esencial una mayor
inversión en enfermedades del sistema nervioso central», denuncia Saiz.

3. • Los padres pueden ser los primeros en notar cuando su hijo empieza a
mostrar señas de depresión. Pero muy a menudo estos cambios no son
reconocidos como señales de alarma sino hasta que es demasiado tarde.
Algunas veces los padres pueden confundir el cambio en el humor de un
hijo como "tristeza", cuando en realidad el menor tiene una enfermedad
médica denominada depresión. "La tristeza" sólo afecta el humor de un
menor brevemente y mejorará después de platicar con alguien que sabe
escuchar. La depresión sólo mejorará con tratamiento psiquiátrico.
La forma más severa de depresión es un episodio de depresión mayor.
Éste está marcado por un cambio en el humor de un menor que dura al
menos dos semanas, durante el cual él o ella se vuelve más deprimido,
irritable o desinteresado en la mayoría de las actividades: la mayor
parte del día, casi cada día. Un menor experimentará cinco o más de los
siguientes síntomas casi cada día:

4. • La depresión causa problemas significativos
para su hijo(a), familia, escuela y comunidad.
Uno de los peligros de la depresión juvenil que
no recibe tratamiento es el suicidio juvenil: la
segunda causa principal de muerte en la
juventud de Oregon.
• Este folleto le ayudará a reconocer cuando un
menor está deprimido, tal vez sea su propio
hijo(a). Con el tratamiento adecuado, debería
ver cómo la vida de su hijo(a) mejora
notablemente