Tres hermanos, Eugenio, Marcos y Sara, fueron al cine y vieron una película de terror que les asustó mucho. Cuando regresaron a casa, Marcos y Sara se asustaban con cosas en la oscuridad y gritaban del miedo. Los padres se enteraron y la madre se quedó a dormir con los niños asustados. Desde entonces, los niños no volvieron a ver películas de terror sin sus padres.