El Vaticano funciona como una gran empresa con cuantiosas propiedades e inversiones financieras en todo el mundo. Genera ingresos a través de inversiones en bancos, corporaciones, bienes raíces e industrias. También recibe fondos de gobiernos a través de subvenciones para mantener su patrimonio. El Vaticano posee el segundo tesoro de oro más grande del mundo y gran parte del patrimonio histórico y artístico de Italia y España.