El documento habla sobre la dirección que toma la novela romántica cuando su objetivo principal es el sexo en lugar de los sentimientos. La autora prefiere que haya escenas de sexo cuando se hayan establecido sentimientos previamente y que use un lenguaje más metafórico. Luego cuenta un sueño en el que el Hada del Romance arregla un libro para que tenga más énfasis en los sentimientos en lugar del sexo.

1. En el País del Romance...
 Fecha: Lunes, 15 Febrero 2016
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En algunas ocasiones leyendo un libro, me pregunto qué
dirección lleva la novela romántica cuando su principal objetivo es el sexo. Me gusta que
haya sexo, pero en los momentos adecuados y siempre que anteriormente se expongan unos
sentimientos que conduzcan al mismo. También me gusta que cuando llegue el momento,
prescinda de términos y expresiones que más parecen que pertenezcan a una novela erótica.
Yo siempre he pensado que el lenguaje de la novela romántica se caracteriza por un lenguaje
metafórico, es decir, por ciertos recursos que sustituyen palabras nada acordes con el
romanticismo. No es que me sienta ofendida, es que quiero leerlas en otro contexto distinto,
porque situaciones o escenas que prometen ser realmente románticas, se convierten de pronto
en otra cosa...
Cuando estoy leyendo una novela romántica y me pasa esto, cierro el libro de golpe y me
pongo de mal humor. Lo abandono hasta el día siguiente por si cambia el contenido y sucede
un milagro...
"Estoy durmiendo y oigo un sonido suave acompañado de un cascabeleo. Abro los ojos y me
encuentro ante mí el Hada del Romance montada en un caballo alado. Pone un dedo en sus
labios en señal de silencio y coge el libro que está sobre mi mesilla. Atrapa mi mente y veo
cómo salgo de mi cuerpo colocándome sobre los cuartos traseros del rocín. Me aferro
desesperadamente a la capa transparente del Hada por temor a caerme, e iniciamos el vuelo
a través de una espesa bruma en la oscuridad de la noche. Amplias nubes nos rodean como
húmedas esponjas y a lo lejos diviso una luz brillante que me ciega y me obliga a cerrar los
ojos. Cuando los abro, me hallo ante una habitación inmensa repleta de librerías en todas sus

2. paredes, no queda ni una libre. En el centro hay una mesa subida a una tarima. El Hada del
Romance se baja del caballo y deposita el libro cerrado sobre la mesa. Lo acaricia y saca de
entre sus cabellos una pequeña varita con la que toca el libro.
De pronto una dulce melodía suena y un aroma a jazmín
de noche me envuelve... El libro se abre y sus páginas pasan lentamente mientras una letra
se despega y sale, a continuación otra, y otra y otra... Bailan y giran a mi alrededor y atrapo
una O que se me escapa de los dedos. Rio. Son suaves y huelen a tinta de fresa. Veo cómo la
A da la mano a la despistada M, cómo la O se la da a la escurridiza R formando así la palabra
AMOR... y más palabras sucesivamente. Ante mis ojos surgen frases que cambian el sentido
del libro y, con la música in crescendo, hacen una pirueta final y vuelven al libro. La tapa al
cerrarse produce un sonido sordo que llega a mi mente...
Me incorporo bruscamente y, aturdida, miro mi entorno. Oscuridad y un leve olor a jazmín
de noche embargan mis sentidos. Doy la luz de la lamparita y miro el libro extrañada. Alargo
mi mano con reticencia, me tiembla... abro el libro y sigo leyendo por donde me quedé...
Extrañada me emociono y mis lágrimas pugnan por salir... ¡Está ahí! ¡Todo lo que yo quería!
¡Sentimientos tiernos y apasionados!.
Gracias Hada del Romance. Te quiero".
¿Queréis viajar al País del Romance? Sé cómo volver. Conozco el camino. Es el País de los
Milagros... pero en mis sueños locos...