Este documento ofrece consejos sobre cómo enfadarse sin pecar según las enseñanzas de Pablo. Contiene tres recomendaciones: 1) que el enojo no sea pecaminoso mediante el control de las emociones sin ofender a Dios, 2) que no sea perdurable buscando rápidamente la reconciliación, dando el primer paso, y 3) que no sea perjudicial siendo consciente de las tentaciones del diablo y cerrando las puertas a sus acechanzas.