Después de bautizar a los indígenas, los misioneros franciscanos, dominicos y agustinos se enfrentaron al desafío de cómo fortalecer la nueva fe en los neófitos. Idearon un sistema de instrucción masiva en el que daban clases de catecismo dirigidas a los niños en los patios frontales de las iglesias. Un ejemplo conocido era el Patio de San Francisco en la Ciudad de México, un espacio cuadrangular cercado con árboles y una gran cruz de madera donde se reunía el pueblo para