1. ¿Es tu hijo un Vamping?
Muchos niños y adolescentes prefieren dormir poco para estar conectados más
horas a Internet. Los efectos indeseados de esta práctica son muchos: ¿cómo
abordar este problema sin conflicto dentro de las familias?
Con miles de posibilidades para socializar, chismosear y explorar sus hobbies, los
adolescentes adictos a la tecnología están durmiendo cada vez menos horas.
No hay que ser un experto analista para darse cuenta que hay una enorme
brecha tecnológica entre padres e hijos. Aunque muchos papás están bastante
a tono con las nuevas tendencias, muchos otros no, así como tampoco tienen
mucho tiempo disponible para gastar en Internet, de manera que no se enteran
muy bien de lo que hacen sus niños por las, a veces, oscuras callejuelas de
Internet.
Si antes el temor de los padres era que su descendencia invirtiera
demasiado tiempo en el parque del barrio, parados en las esquinas “hablando”,
o que pasaran muchas horas frente al televisor, ahora ese temor ha sido ser
reemplazado por el de saber que pasan muchas horas frente a las pantallas: las
de su computador, tablet o teléfono celular.
¿Sabe usted cómo se comportan sus hijos en la red, con quienes se
comunican y sobre todo… A qué horas?
No prenda todas las alarmas, pues la web es un medio propicio para que ellos
aprendan muchas cosas y descubran conocimientos tan rápidamente como nunca
antes fue posible: artistas, tendencias en diferentes partes del mundo, avances
tecnológicos, los nuevos servicios musicales por streaming como Deezer y Spotify,
encuentros con personas que tengan sus mismos intereses, etc., pero tampoco
pierda atención, ya que si hay algún medio que en la actualidad pueda
predisponerlos a una adicción y a conductas contraproducentes, también es
Internet.
En Estados Unidos, según explica The New York Times, la práctica de trasnochar
para seguir conectado se conoce como vamping, un término que los propios
adolescentes usan en sus comunicaciones nocturnas como hashtag, aludiendo a
sus películas de referencia –las sagas de vampiros–, al hecho de no poder dormir
de noche y al envío de mensajes de texto a través de los chats en línea. Los
jóvenes que se dedican a estas actividades suelen postear fotos en Instagram
desde sus camas, con el hashtag #vamping, así como usarlo en otras redes:
Facebook, Twitter, y Whatsapp.
En España, apelando a la ironía de los propios jóvenes y a la habilidad y empatía
2. que han necesitado los padres para comenzar a poner freno al asunto, se empieza
a llamar phonbies a los adolescentes que no dejan sus pantallas ni a la hora de
irse a dormir, como una alusión a los zombies de los teléfonos:
aquellos dominados por su celular.
Una suma de entidades de ese país han lanzado una campaña llamada The
Phonbies dirigida a los jóvenes que ridiculiza los efectos de vivir dominado por el
celular incluso durante las horas de sueño. Aunque la caricatura que propone esta
campaña es una parodia del comportamiento juvenil que tiene toques
apocalípticos y virales (como las clásicas películas de zombies) se dibujan muy
bien las consecuencias de entregar a Internet las horas que deben
corresponder al descanso y que se asemejan a los de cualquier adicción:
nerviosismo, ansiedad, irritabilidad, aislamiento social offline y el llamado 'efecto
tolerancia' que se describe como la necesidad, cada vez mayor, de invertir más y
más tiempo para sentirse bien tras la conexión, dado que, cuanto más
conectados están, más conectados quieren estar.
Tras estos síntomas puede empezar a deteriorarse la “otra vida”, la que tiene que
ver con el rendimiento escolar, la participación en la familia y la necesidad de
socializar más allá de las pantallas. Las cifras hablan de un alarmante crecimiento
de jóvenes con conductas desfasadas respecto a Internet: el 20% de los menores
usan las redes con pautas que pueden desembocar en una adicción y el 1,5% ya
han desarrollado dependencia.
¿Por qué practican vamping?
La costumbre del vamping ha llegado de la mano de las nuevas tecnologías y del rápido
acceso que tenemos a ellas. Sin embargo, se han destacado dos motivos clave a causa de
los que los adolescentes lo practican:
1. Tienen horarios muy apretados: entre la escuela, las actividades extraescolares, los
deberes, la ayuda en las tareas de casa, etc. les queda poco tiempo para ellos mismos y se acogen a
este momento para dedicarse a sus intereses personales y a hablar con sus amigos.
2. La noche satisface su deseo de conectarse: tienen intimidad, tranquilidad y pueden
conversar con calma porque nadie les interrumpe, pues los padres suelen estar en otra habitación o
durmiendo.
La noche expone
Como en los cuentos infantiles, la noche es la hora de los monstruos, en
Internet es un momento en el que se intensifica la exposición de los jóvenes a los
aspectos más perturbadores de la red: grooming (adultos que pretenden su
amistad con fines sexuales), sexting (intercambio de fotos de contenido erótico), o
ciberbulling (acoso a través del computador).
La disputa entre padres y jóvenes se vuelve complicada cada vez que hay
3. que irse a dormir;la noche no parece el momento más adecuado para permitir
que mantengan sus conexiones y, sin embargo, es el momento más tentador.
Danah Bouyd, autora del libro No es tan fácil: la vida social de los adolescentes en
red (Yale University Press) apunta a dos posibles causas del vamping al subrayar
que la noche no solo es el tiempo en el que pueden comunicarse sin
vigilancia y con más privacidad sino que, cuando se apaga la luz, se apagan
también las obligaciones, las tareas escolares y se enfocan los intereses
personales. Ese tiempo es percibido por los menores como un rato de rebeldía
ante la sobrecarga de actividades dictada por los padres. Dejando así Internet de
ser un medio para convertirse en un lugar en el que pueden relajarse y disfrutar de
cierta intimidad y tiempo personal, quizá una de las conquistas más perseguidas
por quienes avanzan hacia la edad adulta.
¿Por qué es nocivo el vamping?
Es perjudicial porque impulsa a los jóvenes a no
dormir, además, afecta negativamente los ojos,
ya que al realizar secretamente estas
actividades para que sus padres no sepan que
están despiertos hasta tarde, mantienen las
luces apagadas y se meten debajo de sus
cobijas expuestos directamente a la luz led de
sus pantallas, produciendo tensión en sus
músculos oculares y posibles daños a la visión.
Cuando los adolescentes prefieren estar conectados en las noches, dejan de
dormir y se hacen también vulnerables a diferentes desórdenes como
debilidad, incapacidad para concentrarse e incluso, depresión.
Prevención y recursos
Las recomendaciones sobre el tiempo máximo que un menor debe pasar activo en
Internet no son claras, ya que no es lo mismo estar conectado dos horas para
hacer un trabajo, escuchar música, actualizar sus redes sociales, chatear o jugar a
un videojuego. Como tampoco es lo mismo la exposición a la tecnología que debe
tener un menor de 5 años que otro de 17, ni el nivel de madurez sea cual sea la
edad. Además, hay diferencias generales entre chicos y chicas, ellos suelen
hacerse adictos a los juegos, mientras que a ellas les cuesta acabar sus chats
personales.
En cualquier caso, estar dos horas o más jugando a un videojuego o
participando en las redes sociales se considera ya un factor de riesgo para
desarrollar conductas adictivas a Internet, así que podríamos decir que no más
4. de media hora al día para los niños más pequeños y un máximo de una o una y
media para adolescentes, serían parámetros adecuados.
Los expertos reconocen que, a veces, los padres se alarman y no distinguen entre
un uso excesivo y la adicción. En la actualidad hay recursos como el que ofrece la
Fundación Maphre a través de su programa ControlaTIC para evaluar con test
online las conductas sospechosas de los menores y ponerles remedio a través de
profesionales especializados. Instalar controles parentales en el ordenador como
Escudo Web (www.escudoweb.com), Parental Control Bar
(http://www.parentalcontrolbar.org) o K9 Web Protection
(http://www1.k9webprotection.com) puede limitar la conexión a una
determinada hora del día, suspenderla y también filtrar a qué contenidos no
pueden acceder.
Poner límites, animar a los menores a que socialicen y tener reglas para toda la
familia sobre la hora en la que los dispositivos han de estar fuera de la habitación,
son algunos remedios para que los padres consigan apagar la luz de los
dormitorios de sus hijos sin que las pantallas vuelvan a iluminarlos.
¿Cómo evitar que los niños y adolescentes caigan en el vamping?
Hay una serie de normas de seguridad y de uso responsable que, si se siguen,
pueden ayudar a que se aprenda desde niños a relacionarse de forma correcta
con la tecnología:
1. Es importante que los padres establezcan tanto lugares como horarios en
las que no se pueda usar la tecnología. En algunos hogares se está implantando
la costumbre de armar ‘dormitorios de pantallas', estudios o salas de la casa en
donde se dejan todos los aparatos sin que se puedan utilizar desde una hora
determinada.
2. No es aconsejable que se permita a los niños usar el celular en el cuarto de
baño o mientras comen, lo mejor es usarlos siempre en un “lugar visible y común
de la casa”.
3. ¿A qué edad debe empezar a usar celular mi hijo? es una pregunta que se
habrán hecho miles de veces los padres de los preadolescentes. No hay una
edad aconsejable para que se comience a usar un smartphone, sino que todo
depende de las circunstancias familiares y del proceso de maduración del menor,
pero en términos generales no se recomiendo su uso al menos hasta los 13 años
y con supervisión de los padres.
4. Es necesario educar a los hijos en los efectos negativos del vamping y
ayudarlos a prevenirlo. Por ejemplo, puede comprarles un reloj con alarma, de los
tradicionales, para que no deban tener su celular cerca como despertador, pues si
lo tiene a la mano estarán tentados a usarlo. Lo más importante: edúquelos a
través del ejemplo. No pretenda que consideren no estar conectados en la noche
si usted, como padre, está conectado hasta las 3 de la mañana.
5. Todas estas son buenas formas de educarlos en un uso responsable, y resulta
mucho mejor que esperar a que sean mayores y accedan por su cuenta, sin
ningún tipo de control. Así evitará que sus hijos sean sonrientes muchachitos de
día y de noche temibles vampiros de Internet.
Fuentes:
http://www.thewindowsclub.com/guide-parents-prevent-teen-vamping
http://www.nytimes.com/2014/07/06/fashion/vamping-teenagers-are-up-all-night-
texting.html
http://www.safetyworkla.com/new/vamping
6. Todas estas son buenas formas de educarlos en un uso responsable, y resulta
mucho mejor que esperar a que sean mayores y accedan por su cuenta, sin
ningún tipo de control. Así evitará que sus hijos sean sonrientes muchachitos de
día y de noche temibles vampiros de Internet.
Fuentes:
http://www.thewindowsclub.com/guide-parents-prevent-teen-vamping
http://www.nytimes.com/2014/07/06/fashion/vamping-teenagers-are-up-all-night-
texting.html
http://www.safetyworkla.com/new/vamping