Más allá de los dragones

1. MAS ALLÁ HAY DRAGONES
Cuando los descubridores del pasado llegaban al límite del mundo conocido y
tenían miedo a seguir escribían: Más allá hay dragones! Cuando otros
exploradores más osados se adentraban en esas tierras o en esos mares,
nunca encontraron dragones, sino lugares fascinantes y seres desconocidos.
Las culturas más ancestrales tenían sus propios mitos y postulaban la
existencia de algo o alguien que estaría encargado de separar el cielo de la
tierra. Los Egipcios, el dios Shu (el aire), mantenía a la diosa Nut (el cielo) por
encima de Geb (la tierra). El Génesis, que fue el propio Creador quien puso
cada cosa en su sitio al primer intento, separando el cielo de la tierra, las aguas
de los continentes, la luz de la oscuridad. En la mitología griega Atlas fue
condenado por Zeus a sostener los pilares de los cielos. También los griegos
observaron astros que se movían entre las estrellas fijas. Los llamaron
planetas: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Luna y Sol.
En 1577, en Europa se observó un Gran Cometa. Desplegó una enorme cola
que fue visible durante un par de meses.
Cuando empezaron a circular los primeros microscopios parecía natural
intentar observar células humanas, una de las células mejor diferenciadas son
los espermatozoides. A finales del siglo XVII muchos filósofos de la naturaleza
estaban convencidos de observar un hombrecito completamente formado al
mirar un espermatozoide por el microscopio.
Un momento estelar para la ciencia fue el descubrimiento del bosón de Higgs,
de gran importancia para la física. Sin el bosón de Higgs, ninguna partícula
tendría masa, no habría átomos, ni moléculas, ni planetas, ni estrellas, y
obviamente tampoco seres vivos.
En la ciencia la imaginación es fundamental. Albert Einstein decía que es
incluso más importante que el conocimiento, pero también son cruciales los
recursos que permiten investigar libremente y sin ataduras. Con la mente
abierta y con la inversión adecuada, seguiremos explorando, seguiremos
imaginando, seguiremos descubriendo, sin aferrase a ideas preconcebidas, sin
temer a los dragones que podamos encontrar más allá, con paciencia pero con
pasión, con ambición pero dejándose ayudar. Decía Heráclito “quien no espera
no encontrará lo inesperado”. Esa es la actitud.