1. MAS ALLA HAY DRAGONES
Está frase fue dicha en la película titulada “Memorias de África”, que dice: “Cuando los
descubridores del pasado llegaban al límite del mundo conocido y tenían miedo a seguir;
escribían: Más allá hay dragones!” Cuando se empezaron a adentrar otros exploradores en esas
tierras o en esos mares, se dieron cuenta que no había dragones, sino lugares fascinantes y seres
desconocidos.
En la historia de la ciencia, pasa algo parecido: muchos pensadores, filósofos y científicos han
necesitado imaginar que existen entidades, y que son necesarias para mantener la estabilidad del
cosmos o para explicar las observaciones o los experimentos del momento.
En cada época, el mundo se ha visto de un modo. A esto se le llama cosmogonía. Las culturas mas
ancestrales tenían sus propios mitos, pero casi todos ellos postulaban la existencia de lago o
alguien que estaría encargado de separa el cielo de la tierra.
En el Génesis, fue el propio Creador quien puso cada cosa en su sitio al primer intento, separando
el cielo de la tierra, las aguas de los continentes, la luz de la oscuridad.
Pero los propios griegos intentaron dar explicaciones más racionales del cosmos. Habrían
observado que, al mirar el cielo nocturno, las estrellas parecían pegadas a una gran esf era que
daba una vuelta en un día. Pero no es así; en realidad, es la tierra la que, al girar en su movimiento
de rotación sobre su eje, dando una vuelta en 24 hrs., por eso se tiene la impresión de que las
estrellas son las que giran. Los griegos también observaron astros que se movían entre las estrellas
y las llamaron planetas, que son: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Los otros dos eran la
Luna y el Sol, dando un total de siete. Y es esa razón que el 7 es un número tan especial.
Y para explicar los movimientos de los siete planetas, Aristóteles, discípulo de Platón y maestro de
Alejandro Magno, imaginó un sistema de esferas concéntricas, cada una de ellas arrastraría un
planeta y en la última estarían fijas las estrellas y los movimientos serían uniformes, circulares y
eternos. No solo en astronomía se han postulado entidades cuya existencia más tarde se han
probado falsas. Las teorías se pueden plantear; a veces inspiradas por hechos o por apariencias,
pero finalmente necesitan de los experimentos y de las observaciones para ser validadas o
refutadas.
El CERN mayor laboratorio de física de partículas del mundo, anunció, en julio de 2012, dos
colaboraciones internacionales, habían descubierto un bosón, que podría ser la partícula
mediadora del campo de Higgs. Era un descubrimiento de gran importancia para la Física. Sin el
bosón de Higgs, ninguna partícula tendría masa, no habría átomos, ni moléculas, ni planetas, ni
estrellas, y obviamente tampoco seres vivos. La imaginación y las ideas de Higgs y otros colegas
han mantenido activos a muchos científicos por mucho tiempo.
2. Hace más de 80 años que en cosmología se habla de materia oscura. La estabilidad de los cúmulos
de galaxias y de las propias galaxias no se puede explicar con la física que conocemos y aceptamos
como válida sin recurrir a la idea de un universo dominado por el lado oscuro.
El astrónomo de origen suizo, Fritz Zwicky intentó, determinar la masa de los cúmulos de galaxias y
llegó a la conclusión de que, dadas las velocidades a las que se desplazan las galaxias en su seno, la
única forma de explicar que el cúmulo no se disgregara en el espacio era que existiera una gran
cantidad de materia no visible, que lo mantuviera ligado por efecto gravitatorio. Postuló, por
primera vez, la existencia de materia oscura.
Si queremos saber de qué está hecho el universo hemos de seguir investigando y quizá algún día
en nuestros laboratorios, en los aceleradores de partículas como el LHC en el CERN u observando
con nuestros telescopios averiguaremos qué es la materia oscura.
El éxito llegará, pero también podría ocurrir que algún día descubramos que no existe tal entidad,
porque una idea mejor o una evidencia nueva explican las observaciones cosmológicas más
adecuadamente, sin necesidad de recurrir a la materia y la energía oscuras.
En ciencia la imaginación es fundamental. Albert Einstein decía que es incluso más importante que
el conocimiento, pero también son cruciales los recursos que permiten investigar libremente y sin
ataduras.
Con la mente abierta y con la inversión adecuada, seguiremos explorando, seguiremos
imaginando, seguiremos descubriendo, sin aferrarse a ideas preconcebidas, sin temer a los
dragones que podamos encontrar más allá.