Sam y Esther eran niños que vivían en un pueblo de Uganda y no podían ponerse en pie debido a la grave desnutrición. Sam medía menos de 90cm y pesaba menos de 9kg, por lo que su peso y altura adecados serían de unos 24kg y 1.18cm. Los padres de los niños probablemente habían fallecido debido a la violencia en la región. Aunque la investigación es importante, la vida de personas que mueren de desnutrición debe ser la prioridad sobre la investigación.