1. RevistaParques
Nº 2 año 2011
PARQUES NACIONALES DE AMÉRICA DEL SUR, UNO DE LOS ÚLTIMOS
REFUGIOS PARA PUEBLOS INDÍGENAS NO CONTACTADOS
Vincent Brackelaire
Sociólogo – Consultor socio-ambiental
Rio de Janeiro, Brasil
E-mail: vibra2@gmail.com
EXISTEN TODAVÍA PUEBLOS NO CONTACTADOS EN SEIS PAÍSES DE
AMÉRICA DEL SUR: ¿QUE REPRESENTAN?
Existen todavía pueblos indígenas que no se dejan conocer fuera de las huellas que
dejan, porque entienden que el aislamiento significa la condición de su supervivencia y
la mejor estrategia para proteger su cultura. Se encuentran de manera comprobada en
seis países de América Latina: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú; y
específicamente en dos regiones, la Cuenca Amazónica y el Gran Chaco1
. Es posible
comprobar su existencia con base en indicios de diferentes tipos que son recopilados y
centralizados en algunos países por organizaciones especializadas: desde huellas y
vestigios, hasta encuentros casuales, relatos de ataques, e historias contadas por
indígenas que habitan las mismas regiones.
El principio básico que se defiende hoy en los foros internacionales para la protección
de estos pueblos es el respeto de su derecho de aislarse si así lo desean,
garantizándoles la intangibilidad de sus territorios y condiciones preventivas de salud.
Ello para asegurar su bienestar dentro de su situación de no contacto con la sociedad
nacional, visto que han preferido apartarse como estrategia de supervivencia, hace
años, décadas o siglos, después de contactos demasiado violentos.
Algunos parques nacionales les dan la oportunidad de vivir protegidos lejos de la
civilización moderna (como el Parque Nacional del Manu en Perú, el Parque Nacional
Natural Río Puré en Colombia, el Parque Nacional Madidi y el de Kaa Iya en Bolivia o
el Parque Nacional Yasuni en Ecuador). Pero no están lejos de los peligros modernos
si es que, por falta de políticas coherentes o de medios, los parques no presentan una
gestión apropiada.
La política de respeto de su aislamiento y las estrategias de protección física de estos
pueblos está relacionada con toda la problemática de protección de sus “territorios”
selváticos. Su supervivencia depende exclusivamente de los recursos del bosque, sin
querer tener acceso a los bienes materiales de la civilización occidental. Por eso
mismo, en general las áreas de bosques donde viven son todavía intactas. Tratando
de defender sus territorios, estos pueblos aislados protegen la extrema riqueza de la
biodiversidad que todavía se encuentra en estas regiones.
Los países de la región conocen graves crisis económicas y muestran otras
prioridades. Muchas veces falta voluntad política, como en Ecuador y Perú, donde las
prioridades fueron hasta hoy los beneficios económicos de la explotación de petróleo y
gas. Dichos recursos están localizados justamente en los territorios más remotos
1
No se abordará aquí el acompañamiento de los pueblos en situación de contacto inicial, que
constituye también una problemática extremamente delicada con procedimientos específicos.
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donde transitan los pueblos aislados, y donde generalmente también faltan recursos
humanos y financieros para protegerlos.
En Brasil y en Perú existen las figuras territoriales de Tierra Indígena (Brasil) y
Reserva Territorial (Perú), específicamente para la protección de pueblos indígenas
aislados cuya existencia es comprobada por indicios concretos. Sin embargo, la figura
de Parque Nacional existente en los seis países también permite que estos pueblos
sean protegidos, beneficiándose de la estructura estatal de protección (a pesar de ser
generalmente precaria) que estas áreas protegidas disponen. Estos pueblos protegen
por su lado las zonas de los parques que constituyen sus territorios ancestrales, y que
tienen estrechas relaciones con su identidad cultural, con sus prácticas espirituales, y
sus medios de subsistencia, indispensables para su supervivencia. Así también
contribuyen a la preservación de la biodiversidad no permitiendo el acceso a estos
territorios (generalmente de manera violenta, con sus flechas y lanzas).
Con base en las informaciones que existen en cada país, y que fueron presentadas
por primera vez de manera sistemática en el Encuentro Internacional sobre Pueblos
Indígenas Aislados de Belem en 20052
, es comprobada la existencia de más de 60
pueblos o grupos indígenas actualmente sin contacto. A pesar de que cada país
presenta tipos de peligros diferentes, se puede decir que su supervivencia ha
dependido de las variables siguientes (Bracklelaire, 2007):
• En primer lugar, está la capacidad de defender ellos mismos hasta hoy su
aislamiento, reaccionando al ingreso a sus territorios de manera violenta, y la
capacidad de desplazarse huyendo por la selva cuando es necesario.
• La protección de estos pueblos depende en gran medida de la voluntad política
manifiesta de los gobiernos para respetar los derechos indígenas y en particular
de los indígenas aislados. En este sentido el país donde se encuentran hoy mejor
protegidos es Brasil donde funciona una política específica para su protección.
• Estos pueblos han conseguido sobrevivir aislados hasta hoy porque ocupan las
regiones más aisladas de los países de la Cuenca Amazónica y del Gran Chaco.
• Estas regiones aisladas, son poco conocidas, con poca presencia del Estado,
pero con gran explotación ilegal de recursos naturales, y se confunden casi todas
con áreas de fronteras. Las tentativas binacionales de protección transfronteriza
(entre Brasil y Perú, Bolivia y Paraguay, Ecuador y Perú, Brasil y Colombia, etc)
ayudan pero son complicadas de implementar a nivel político e institucional.
• No es una coincidencia observar que muchos de estos últimos grupos aislados se
encuentran en áreas protegidas, y en particular en Parques Nacionales de gran
extensión, últimos refugios lejanos del planeta y los más ricos en biodiversidad.
• El contexto institucional en el país también es un factor importante. Los indígenas
aislados son mejor protegidos si alguien defiende directamente sus derechos.
2
Organizado por la Fundação Nacional do Indio – FUNAI y por el Centro de Trabalho
Indigenista - CTI en Brasil, con apoyo del autor.
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La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) estableció en
2005 una Resolución sobre pueblos indígenas aislados y la conservación de la
naturaleza en la región amazónica y el Chaco. En dicha resolución la asamblea de la
UICN requiere a la organización el establecimiento de una coordinación con los países
en cuestión para desarrollar medidas nacionales y regionales que protejan los
derechos de estos grupos. La Declaración de Bariloche con las conclusiones del
Segundo Congreso Latinoamericano de Parques Nacionales y otras áreas protegidas
en Octubre del 2007 reconoce que muchas áreas protegidas de la región constituyen
el espacio de vida de pueblos en aislamiento y que el manejo de estas áreas debe
considerar específicamente los derechos humanos de estos pueblos.
¿CÓMO LAS ÁREAS PROTEGIDAS EN CADA PAÍS AYUDAN LOS PUEBLOS
AISLADOS A SOBREVIVIR?
Se analizará acá que cada país maneja de manera diferente la presencia de pueblos
aislados en el seno de sus parques nacionales, y a pesar de ser un tema de
emergencia que toca la supervivencia de pueblos, y bastante discutido en la región
estos últimos años, no hay en general un uso sistemático de medidas específicas ni
preparación especializada de los funcionarios a cargo de los parques. Como soporte
cartográfico se propone al lector abrir en línea el excelente mapa regional realizado
por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada – RAISG
(2009)3
.
La protección de los pueblos indígenas aislados en Brasil
No hay información segura de pueblos aislados en parques nacionales de Brasil4
. Sin
embargo es necesario primero presentar la situación de la protección de los pueblos
aislados en Brasil, visto que es el único país de la región que presenta el
funcionamiento de una política completa y coherente de protección, y que de esta
manera se vuelve una referencia para los países vecinos que tienen pueblos aislados
(sea dentro o fuera de parques nacionales).
Con relación a la situación jurídica de las tierras habitadas por pueblos indígenas en
Brasil, su reconocimiento como Tierras Indígenas constituye un deber constitucional,
es decir que tienen un status que las otras unidades de conservación (como los
parques nacionales, las reservas extractivas, entre otras) no tienen. Estas tierras son
consideradas bienes públicos e integran el patrimonio de la Unión Federal, siendo
asegurado su usufructo exclusivo para los pueblos indígenas que viven en ellas.
En Brasil, la situación de los pueblos aislados se destaca por su número y diversidad
(en 2011, el Estado ha comprobado la existencia de 23 de estos grupos y se maneja
3
La Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada – RAISG (coordinada
por el Instituto Socioambiental – ISA de Brasil) ha realizado en 2009 un Mapa panamazónico
de Áreas Protegidas y Territórios Indígenas que incluye todas las áreas protegidas de la región.
El autor ayudó a identificar las áreas con presencia de pueblos aislados (identificadas con una
estrella en el mapa):
http://www.raisg.socioambiental.org/files/mapaAMAZONIA2009_frente.pdf
http://www.raisg.socioambiental.org/files/mapaAMAZONIA2009_verso.pdf
4
En algunos Parques de Brasil, como el Parque Nacional Serra do Divisor, o algunos parques
estaduales, se habla de una posible presencia de pueblos aislados, pero sin confirmación.
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información sobre 47 posibles otros grupos indígenas aislados). Después de cinco
siglos de contactos desastrosos que acabaron dramáticamente con cientos de
pueblos, el Estado brasileño cambia su percepción de las cosas, e implementa una
política de estricta protección sin buscar establecer más contacto cuando no es
necesario. Se respeta así el deseo de aislamiento, aprendiendo a conocerlos a
distancia únicamente, mediante observación de huellas y vestigios, imágenes de
satélite, sobre-vuelos, realizando un monitoreo de sus desplazamientos. Para ello
existe en Brasil una instancia gubernamental especializada (denominada en 2011
Coordenação Geral de Índios Isolados e Recém-Contatados – CGIRC en el seno de la
Fundación Nacional del Indio) que asegura la protección de los territorios de los
grupos no contactados con base en Frentes de Protección Etno-ambiental, localizados
en las regiones que más necesitan de protección.
Por otra parte, hay que mencionar un caso promisorio de cooperación transfronteriza,
iniciativa impulsada por la organización civil “The Nature Conservancy” (TNC) para la
gestión del Parque Nacional Serra do Divisor en Acre (Brasil) simultáneamente con la
consolidación de la recién creada Zona Reservada Sierra del Divisor en Ucayali
(Perú). Allí existen grupos Isconahua aislados, y de las Tierras Indígenas adyacentes,
conectando de manera transfronteriza dos áreas protegidas con muy altos niveles de
diversidad biológica y algunos pueblos aislados. El objetivo hoy es buscar conectividad
entre ellas, mejorando la comunicación y la planificación de la conservación entre las
fronteras. Con la idea de ayudar el monitoreo de la región, se creó la instancia Grupo
de Trabalho para Proteção Transfronteiriça da Serra do Divisor e Alto Juruá –
Brasil/Perú reuniendo organizaciones indígenas y de la sociedad civil, y órganos de los
diferentes niveles de gobierno, en un proceso de diálogo y de intercambio de
experiencias con los pueblos indígenas de la frontera.
Los Parques Nacionales de Perú y los pueblos en aislamiento voluntario
También en la Amazonia de Perú existe una gran diversidad de Pueblos Indígenas en
Aislamiento Voluntario (PIAV como se los llama en Perú) que pueden llegar a 20, y
otros en contacto inicial, en general a lo largo de la frontera con Brasil. Enfrentan
graves problemas de supervivencia debido a las agresiones externas (madereros
ilegales, principalmente), a pesar de encontrarse generalmente dentro de áreas
naturales protegidas o en Reservas Territoriales.
A parte de cinco Reservas Territoriales establecidas a favor de los pueblos indígenas
aislados (y otras en proceso de constitución)5
existen en Perú las siguientes áreas
naturales protegidas que son áreas de desplazamiento de aislados:
• Parque Nacional del Manu (Cusco/Madre de Dios): con grupos Mashco Piro,
subgrupos Matsiguenga, familias Yura, y otros no identificados.
5
Estos últimos años la organización indígena amazónica AIDESEP ha realizado con sus filiales
como FENAMAD en la Amazonia peruana un trabajo importante para la protección de estos
pueblos, el que se vuelve una referencia para la región, y basado primero en la identificación
de las tierras que deben ser protegidas mas allá de las áreas naturales protegidas
mencionadas donde viven.
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• Parque Nacional Alto Purús y Reserva Comunal Purús (Madre de Dios y
Ucayali): con Sharanahua Yaminahua, Chitonahua, Curajeño, Mashco-Piro-
Iñapari.
• Reserva Comunal Amarakaeri (Madre de Dios): Pueblos Yine, Yora y Pano.
• Zona Reservada Biabo Cordillera Azul (Ucayali): Pueblos Cashibo Cacataibo.
• Zona Reservada Sierra del Divisor en Ucayali: Isconahua (colinda directamente
con Brasil y el Parque Nacional Serra do Divisor).
• Reservas Comunales Asháninka y Matsiguenga y Parque Nacional Otishi (Cusco
y Junin): Ashaninka.
• Parque Nacional Bahuaja Sonene y Reserva Nacional Tambopata (no
identificados).
Un caso significativo que se ha acompañado de cerca es el del Parque Nacional del
Manu – PNM y su Plan Maestro formulado en 2003 con cooperación internacional
incluyendo un Plan Antropológico con un “Plan de contingencia para pueblos
indígenas en aislamiento y contacto inicial”. Estos instrumentos estaban destinados a
ayudar a ejecutar el Plan Maestro, lo que constituía una iniciativa pionera en el ámbito
de un parque nacional, y una referencia para los otros parques que albergan grupos
aislados en Perú y en los países vecinos, y para evitar posibles tragedias.
El Plan Antropológico y el Plan de contingencia (que debería especificar con mayor
detalle los programas y actividades relacionados a indígenas aislados) debían ser
instrumentos para ejecutar el Plan Maestro, pero no fueron integrados enteramente
por falta de presupuesto específico, y falta de visión antropológica y social de las
autoridades ambientales. Ello implica abordar la protección de los aislados de manera
indirecta y menos eficaz: la actualización del Plan Maestro realizada en 2011 continua
afirmando que “si bien el Parque Nacional Manu no tiene responsabilidad directa en
proteger a las Poblaciones Indígenas en Aislamiento Voluntario, si la tiene en la
conservación de los ecosistemas que sustentan a estos pueblos, y de esta manera
contribuye a su protección.
Además es necesario involucrar al Ministerio de Cultura, ente competente en la
protección de las Poblaciones Indígenas en Aislamiento Voluntario. Afortunadamente
ese Ministerio reconoce la existencia de diversas poblaciones de esta naturaleza en la
Zona de Protección Estricta, utilizada por ellos como zona de migración, y reconoce
que “las formas tradicionales de uso de recursos que practican no constituyen ningún
riesgo para los ecosistemas de la zona”, y recomienda que “en esta zona no debe
permitirse la realización de actividades turísticas ni recreativas, y tampoco la
construcción de cualquier infraestructura”. Sin embargo, a pesar de toda la experiencia
desarrollada en Perú en el tema de la protección de las Poblaciones Indígenas en
Aislamiento Voluntario, el Plan Maestro del prestigioso Parque Nacional Manu
continúa presentando pocas ideas y propuestas para su protección.
Por otra parte, las Reservas Territoriales, que se han declarado estos últimos años
para la protección de los pueblos aislados, tienen como finalidad establecer un área en
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reserva que asegure la tenencia de sus tierras, con la idea de que cuando se produzca
el contacto pueda ser formalizado un título de propiedad de dichos territorios,
garantizando su derecho ancestral sobre el hábitat que ocupan.
El carácter paradójico de la situación peruana es que a pesar de las figuras territoriales
para pueblos indígenas aislados, que son inéditas en el mundo, no hay capacidad
consolidada del Estado de protegerlas efectivamente en el terreno. Y aquí cómo en los
demás países andinos no se consiguen soluciones frente a la terrible contradicción de
querer a todo costo explotar recursos en las áreas protegidas y en las reservas
territoriales indígenas. Esto lo demuestra en julio de 2011 la propuesta de
“Reglamento de Supervisión de Actividades Exploratorias y Extractivas al Interior de
las Reservas Territoriales e Indígenas del Estado”, promovida por el Instituto Nacional
de Desarrollo de Pueblos Andinos de Perú. Se pretende con ello hacer viable nuevas
actividades exploratorias y extractivas al interior de la Reserva Territorial Nahua
Kugapakori y Nanti, poniendo en riesgo y acorralando siempre más a los pueblos
indígenas aislados ubicados en la reserva creada especialmente para protegerlos.
Los Parques Nacionales Kaa Iya y Madidi en Bolivia
En Bolivia existen varios pueblos indígenas no contactados, en diferentes zonas de la
Amazonia y en el Chaco. La principal característica de la situación boliviana es que el
proceso de búsqueda de protección es nuevo porque hasta 2005 no existía
información relevante y centralizada en el país sobre estos grupos, ni políticas para
ellos. Con base en investigaciones en curso sobre el tema, es posible listar por lo
menos cinco zonas con indicios de estos grupos, la mayoría en zonas de parques
nacionales y de fronteras, como el Parque Nacional Kaa Yya en el Gran Chaco,
colindante con Paraguay, y el Parque Nacional Madidi en la frontera con Perú. Los
Planes de Manejo de estos Parques Nacionales mencionan la presencia de pueblos
aislados, pero sin que sean destacados de manera especial procedimientos para su
protección y monitoreo.
Durante las investigaciones para el proceso de creación del Parque nacional Kaa-Yya
(con 3 441 100 hectáreas, una de las áreas protegidas más grandes de América
Latina), los propios Ayoreo que viven en la parte de Bolivia mencionaron un grupo
Ayoreo todavía aislado. Por esta razón, se lo menciona en el decreto de creación del
Parque, reconociéndole derechos de uso de su territorio en el ámbito del Parque. La
administración del Kaa Iya fue manejada conjuntamente por el Estado boliviano a
través de la autoridad nacional competente (Servicio Nacional de Áreas Protegidas -
SERNAP) y la Capitanía Indígena del Alto y Bajo Izozog – CABI hasta 2006 (CABI
salió entonces por conflictos internos). El Parque es inmenso, tiene pocas
posibilidades de acceso y cada año sólo se consigue hacer algunos sobrevuelos para
monitoreo. No existe un tratamiento del tema de los aislados en el Kaa Iya, sólo se los
menciona y los guarda-parques tienen la tarea de garantizar su protección pero sin
procedimientos específicos.
El Parque Nacional Madidi (de 1 895 740 hectáreas en el Norte del Departamento de
La Paz) hospeda posibles grupos Toromona (posiblemente de la familia lingüística
Tacana) y Ese Ejja (Tacana), protegidos por el Parque pero sobre todo por la lejanía
de su territorio, en zonas inexploradas. El texto de zonificación menciona un grupo no
contactado en las cabeceras del río Colorado, en la zona de protección estricta, y
establece el respeto de su voluntad de aislamiento, sin extenderse en procedimientos
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específicos para la protección de los pueblos aislados. En agosto de 2006, la
“Resolución 48” crea de manera histórica en el Parque una “Zona Intangible y de
Protección Integral de Reserva Absoluta” para el territorio donde habita este pueblo
aislado, estableciendo que el Servicio Nacional de Áreas Protegidas y otras instancias
gubernamentales deben realizar de manera inmediata la verificación de la situación del
grupo indígena aislado. Luego se pretende elaborar un plan de acción donde se
puedan articular “las conclusiones técnicas y las estrategias de intervención de todos
los sectores comprometidos en la preservación del aislamiento voluntario del grupo
indígena originario”. La Resolución 48 expresa el respeto absoluto a los derechos
humanos del pueblo aislado en el Parque, con énfasis en la protección de su decisión
de apartarse del resto de la sociedad nacional. El cumplimiento de la resolución quedó
a cargo de los guardaparques y de las Fuerzas Armadas acantonadas en esta zona
limítrofe entre Bolivia y Perú.
El Parque posee una gran riqueza biológica, entre tierras de vocación forestal y
posiblemente importantes fuentes de hidrocarburos. Ello provoca también conflictos
sociales debido a los altos índices de pobreza en los alrededores y que amenazan su
protección. Como en Perú y Ecuador, las posibilidades de exploración petrolera dejan
al gobierno boliviano frente a una prueba de fuego para la coherencia de sus políticas.
El área es colindante con Perú, lo que podría facilitar en el futuro el establecimiento de
una zona de protección de carácter binacional con base a un corredor transfronterizo.
Contactos preliminares ya existen en este sentido entre autoridades bolivianas y
autoridades peruanas del Parque Nacional Bahuaja Sonene (donde existen registros
de presencia de pueblos aislados), colindante con el Parque Nacional Madidi.
Colombia y la creación del Parque Nacional Rio Puré
En la Amazonia colombiana, la última experiencia de contacto de un grupo indígena
aislado (los Nukak Maku en el Departamento del Guaviare) fue desastrosa por la falta
de preparación del país y del Estado ante esta situación, lo que provocó la
desaparición de la mitad del grupo.
Se tiene indicios de que existe todavía hoy en Colombia un grupo indígena no
contactado por las cabeceras del río Puré, en el departamento del Amazonas, entre
los ríos Caquetá y Putumayo. El grupo sería de la etnia Yurí (conocido como Caraballo
o Arojes, de familia lingüística no identificada). Su territorio se encontraba hasta 2002
bajo el régimen legal de reserva forestal, sin ningún modelo de manejo, cuando en los
últimos años los avances de la colonización la convertían en una zona vulnerable. El
avance de la explotación ilegal forestal y minera hizo necesaria la implementación de
medidas de manejo y protección, y de esta manera se creó el Parque Nacional Natural
Río Puré en la frontera con Brasil (con 998 880 hectáreas). El Parque se encuentra
enmarcado dentro de un mosaico de diferentes tipos de áreas protegidas.
Una forma de garantizar los derechos de la etnia Yuri-Aroje no contactada, como lo
exige la constitución colombiana, es la efectiva protección de su territorio bajo una
figura legal que le permitiera tanto su supervivencia cultural como la voluntad,
expresada con su actitud, de no establecer contacto con otras sociedades. De esta
manera, la figura del Parque Nacional Natural Río Puré permite no imponer a este
pueblo aislado las cargas político-administrativas que conllevaría la constitución de un
resguardo, como son llamados en Colombia los territorios indígenas. La Resolución de
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creación del Parque menciona que el día que los Yuri-Aroje reclamen títulos sobre sus
territorios al gobierno, se les reconocerán. De esta manera reafirma los derechos
ancestrales de este pueblo sobre su territorio, y prevé la posibilidad de transformar el
Parque en resguardo si un día es necesario. Por ahora sólo es posible la figura de
Parque, ya que un resguardo implica un estudio socio-económico, un censo, una
demarcación y la solicitud de los beneficiados. El área también es explícitamente
prohibida a todo visitante.
Si bien en el Plan de Manejo existen algunas indicaciones generales para la protección
de los aislados, no está desarrollado, y no incluye detalles sobre los procedimientos.
Para ello, es interesante ver que la Unidad de Parques de Colombia buscó
intercambios en la frontera con la Fundación Nacional Indígena de Brasil. Existe hoy
un puesto de vigilancia de la Unidad de Parques en la frontera en territorio colombiano
con visitas y participación de la Fundación, y con la posibilidad de realizar una
expedición conjunta de monitoreo con la finalidad de buscar indicios de presencia de
los aislados en el Parque.
La situación del Parque Nacional Yasuni en Ecuador
En Ecuador, existen dos grupos en aislamiento, Tagaeri (probablemente con pocos
sobrevivientes) y Taromenani (que pertenecerían o se parecerían al grupo étnico de
los Huaorani) dentro del Parque Nacional Yasuní (680 000 hectáreas), no lejos de la
frontera con Perú. En un contexto de preocupación por los intereses petroleros, se
estableció dentro del Parque una Zona Intangible Tagaeri Taromenane (ITT) para la
protección de los pueblos aislados, pero desafortunadamente, investigaciones
científicas actuales demuestran que esta área no integra todas las rutas de migración
utilizadas por los pueblos aislados dentro del Parque.
Un problema dramático surge entonces cuando el gobierno decide permitir tres
bloques petroleros dentro del Parque Nacional Yasuni, alrededor de la Zona ITT y, en
realidad, en los propios territorios utilizados por los pueblos aislados. Uno de los casos
es la convocación en julio de 2011 a las empresas petroleras a participar en la
licitación para la exploración y explotación de petróleo crudo en el Bloque Armadillo,
que colinda con la Zona ITT, en el corazón del Parque Nacional Yasuni, cuando ha
sido corroborada la existencia de pueblos aislados en la zona en informes del propio
Ministerio del Ambiente, así como también por el Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos a través de su Plan de Medidas Cautelares6
. Otros casos son el Bloque 31
también vecino de la Zona ITT, que fue paralizado después de un proceso de
concesión en 2007, pero cuya licitación está siendo relanzada hoy. Finalmente está el
Bloque ITT, cuya explotación está sujeta a que el Gobierno de Ecuador reciba o no de
los países desarrollados apoyo económico para dejar el crudo bajo tierra. Estos
ejemplos, que contradicen las promesas y propuestas innovadoras del gobierno
ecuatoriano actual relativas a la protección del Yasuni, demuestran la enorme
dificultad en Ecuador de tener políticas petroleras, indígenas y de conservación
6
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos otorgó en el año 2006 “medidas
cautelares” a favor de los pueblos indígenas aislados solicitando al Estado ecuatoriano adoptar
medidas efectivas para proteger la vida e integridad personal de los miembros de los pueblos
Tagaeri y Taromenane, con el fin de proteger el territorio en el que habitan, incluyendo las
acciones requeridas para impedir el ingreso de terceros.
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coherentes. En este contexto también, la flamante “Política Nacional para la Protección
de los Pueblos Indígenas en Aislamiento” muestra su falta de fuerza.
El petróleo no es el único peligro. También existen la caza (estudios muestran que del
Parque Nacional Yasuni salen ilegalmente 10 toneladas de carne silvestre al año), las
explotaciones madereras ilegales desde Ecuador y Perú (Río Cononaco arriba), el
turismo incontrolado, las incursiones de caza y pesca de otros indígenas en el área,
los ejercicios del ejército, entre otros. De esta manera, los pueblos aislados se
encuentran en Ecuador siempre menos protegidos a pesar del difícil acceso y la
supuesta intangibilidad de su territorio.
EL FUTURO DE LOS PUEBLOS NO-CONTACTADOS: POLÍTICAS DE
PROTECCIÓN EFICIENTES PASAN POR UNA COOPERACIÓN REGIONAL,
INCLUYENDO LOS PARQUES NACIONALES
Si bien el contacto será un día inevitable, la idea de las políticas de protección es
permitir que ese momento sea escogido por los pueblos aislados, volviéndolo así
menos traumático y con más posibilidades de supervivencia. También con la
esperanza que ese día cada Estado nacional haya sido capaz de establecer un marco
legal de respeto de las características y deseos de estos pueblos, en cuanto a su
porvenir y a la protección eficiente de sus territorios.
El contexto político internacional en evolución rápida es favorable a la protección de
los pueblos aislados. Existe hoy una serie significativa de instituciones e instrumentos
demostrando una toma de conciencia, con propuestas, lo que permite abordar más
concretamente la protección de estos pueblos. Las propias instituciones ambientalistas
y conservacionistas hoy entienden mejor lo que representan los pueblos aislados, lo
que constituye un primer paso. Pero de manera general hace falta definir e
implementar estrategias específicas y concretas de protección. A pesar de que todos
estos países firmaron el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) que establece que los pueblos indígenas
en general tienen el derecho que sus costumbres y territorios sean respetados por el
Estado, la mayoría no tiene hasta hoy mecanismos de protección que funcionen para
respetar el derecho de mantenerse aislados para no ser eliminados.
Para ello es indispensable i) superar las serias contradicciones en las políticas, y
conseguir integrar las políticas de promoción de actividades energéticas con las
políticas de conservación de la biodiversidad y protección de los derechos humanos
asumidos por los Estados a nivel internacional, como el Convenio sobre Diversidad
Biológica y su propia legislación nacional (y evitar la superposición de los lotes de
hidrocarburos con reservas territoriales para pueblos aislados, y con áreas naturales
protegidas), y ii) mejorar siempre los niveles de diálogo y de coordinación
interministerial, en particular entre instancias de asuntos indígenas y ambientalistas
(existe una diversidad de responsabilidades para los pueblos aislados, en particular
cuando se trata de parques nacionales manejados por los ministerios de medio
ambiente). Además el tema de la salud indígena es de responsabilidad de los
ministerios de salud, no siempre coordinados con las otras instancias. En la práctica
no se trata de relaciones fáciles, por falta de tradición de cooperación interinstitucional
y por enfoques tradicionalmente muy diferentes.
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Hay que esperar que el valor agregado de un programa de cooperación regional
pueda constituir una presión para limar las contradicciones entre políticas, y que por
otra parte pueda ayudar y facilitar las relaciones interinstitucionales en cada país. Con
apoyo de Brasil y con base en su experiencia, los países mencionados (que son todos
fronterizos o vecinos de Brasil) se encuentran en 2011 en el proceso de formular una
agenda para la protección efectiva de los pueblos aislados, estimulados y coordinados
por la Secretaría de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica y su
Agenda Indígena, y utilizan para ello el marco regional de cooperación amazónica.
En teoría, la cooperación desde una perspectiva regional ofrece valor agregado para
conseguir resultados más rápidos y con más impacto dentro de los países, en un
contexto en el cual cada uno de los países no ha conseguido muchos resultados de
manera independiente. Impulsar a través de un pacto regional que los Estados
trabajen simultáneamente y juntos en una problemática común de emergencia,
provoca más resultados. Por otra parte, no hay cooperación regional sin primero
contrapartes nacionales bien establecidas y procesos nacionales claros. La
cooperación regional sirve para consolidar estos procesos y mejorarlos.
La cooperación regional debe buscar la consolidación de un sistema de protección de
los pueblos indígenas aislados y en contacto inicial, en el sentido de articulación y
coordinación entre todos los actores nacionales y regionales que promueven la
protección. También en el sentido de organización metodológica del proceso de
protección: conocimientos, políticas y reglamentos, monitoreo, estrategia preventiva de
salud y acompañamiento sanitario, y difusión de la información en la sociedad. Y los
parques nacionales, como uno de los últimos refugios de los pueblos aislados,
constituyen un instrumento esencial en este sistema de protección.
La actuación de las organizaciones indígenas presentes en los seis países es
esencial, no solamente porque existen reglas internacionales que exigen su presencia
y acompañamiento en este proceso de protección regional, sino por la experiencia
adquirida en el tema estos últimos años.
La protección de los pueblos aislados es un gran desafío para los parques nacionales,
y puede ser visto como una prueba de fuego con relación a la eficacia de su manejo.
Es una responsabilidad que no tienen expresada en sus papeles, sin embargo es en
su seno que deberían ser mejor protegidos que en cualquier otro lugar los últimos
pueblos no contactados del planeta. Estos pueblos protegen mejor que cualquier otro
ser humano los ecosistemas que habitan, los ecosistemas que justamente los parques
quieren proteger. Es un desperdicio demorar en desarrollar en los parques nacionales
procedimientos específicos para protegerlos, no como se protegen las especies
vegetales y animales, sino como pueblos desconocidos todavía, que representan un
tesoro cultural y que de hecho constituyen los mejores guardianes de la biodiversidad.
BIBLIOGRAFÍA CITADA
Brackelaire V, 2005. Situación de los últimos pueblos indígenas aislados en América
Latina (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Venezuela). Diagnóstico
regional para facilitar estrategias de protección. Informe para la Coordinación General
de Indios Aislados de la FUNAI y el Centro de Trabajo Indigenista, Brasilia, Brasil.
11. RevistaParques
Nº 2 año 2011
Brackelaire V, 2007. Diagnóstico regional de la situación de los pueblos indígenas
viviendo en situación de aislamiento en América Latina. Informe para el Banco
Interamericano de Desarrollo.
Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada, 2009. Mapa 2009
de Áreas Protegidas y Territorios Indígenas. Instituto Socioambiental, São Paulo.
Vaz A, 2011. Isolados no Brasil. Informe 10 de International Work Group of Indigenous
Affairs - IWGIA. Brasília, Brasil.