La escuela de San Bernardino comenzó la remodelación de sus aulas sin informar a los padres de familia. Dos padres, Miguel y María, solicitaron ver la documentación del proyecto para verificar la seguridad, pero el director se negó y les cobró una cuota alta por las copias. Esto plantea problemas sobre la falta de transparencia, el posible incumplimiento del derecho de los padres a ser informados, y las consecuencias de no involucrar a la comunidad educativa en decisiones importantes.