El documento describe los cambios administrativos y políticos introducidos en la Monarquía Hispánica tras la Guerra de Sucesión Española a principios del siglo XVIII, incluyendo la abolición de los fueros y la imposición de la legislación de Castilla en los reinos de la Corona de Aragón mediante los Decretos de Nueva Planta, el fortalecimiento del poder real y la creación de nuevas instituciones centralizadas como las Secretarías de Despacho y las Intendencias.