El documento describe los diferentes colores utilizados para clasificar los residuos según su tipo para su posterior reciclaje. El rojo se usa para residuos peligrosos como baterías o productos químicos. El amarillo es para latas y metales. El marrón se emplea para residuos orgánicos como comida o jardinería. El blanco identifica plásticos como botellas o envases. El verde distingue vidrios como botellas o frascos. Y el azul se reserva para el papel y cartón como periódicos