La forma puede existir independientemente como una representación abstracta o delimitación de un espacio, mientras que el color depende de la forma y solo puede extenderse a través de ella. Algunos colores se acentúan más en formas agudas o redondas. La forma tiene su propia esencia espiritual interna que expresa a través de su delimitación, mientras que el color se ve afectado por la forma.