El fútbol de salón se juega en una cancha de cemento o tabloncillo entre dos equipos de cinco jugadores cada uno, incluyendo un portero. Cada jugador tiene funciones específicas dependiendo de su posición, ya sea defender el arco como portero, marcar al oponente como pivote o líbero, o cerrar espacios como laterales. El juego consiste en anotar goles para ganar, con partidos de cuarenta minutos divididos en dos tiempos.