2. Gutai Gutai fue un grupo de artistas japoneses que realizaban arte de acción o happening . Nació en 1955 en el entorno de la región de Kansai ( Kyōto , Ōsaka , Kōbe ). Sus principales miembros fueron Jirō Yoshihara, Sadamasa Motonaga, Shozo Shimamoto, Saburō Murakami, Katsuō Shiraga, Seichi Sato, Akira Ganayama y Atsuko Tanaka.
3. El grupo Gutai nace de la terrible experiencia de la Segunda Guerra Mundial . Rechazan el consumismo capitalista , realizando acciones irónicas , con un sentimiento de crispación, con una agresividad latente (ruptura de objetos, acciones con humo). Reciben influencia del arte de acción alemán , sobre todo del grupo Fluxus y artistas como Joseph Beuys y Wolf Vostell .
4. El iniciador del grupo fue Jirō Yoshihara, que en 1955 realiza una acción sobre una cuba de gasolina de la guerra, sobre la que aparece en un barco hinchable; aunque hay un planteamiento global, el artista no da explicaciones, dando libertad a la interpretación del espectador. En la acción Cosa extraña moviéndose por el escenario se envuelve en papeles, en un escenario pintado, con una escalera, por donde se va moviendo; se percibe la influencia surrealista de Magritte .
5. Sadamasa Motonaga hizo Humo , en que instala unas máquinas de las que sale humo, accionando unas palancas, alusión a la bomba atómica . También realiza acciones con tubos de plástico, agua y luces, produciendo numerosos efectos visuales. Shozo Shimamoto es autor de Anden por encima de esto , con una plataforma con fragmentos oscilantes por la que se pasa manteniendo el equilibrio. En Acción de pintar imita el gestualismo de Pollock , con recipientes de cristal con pintura que estrella en el suelo. Saburō Murakami hace Acción de atravesar los biombos , estructuras cuadrangulares de papel de embalaje que penden del techo, sobre las que se lanza. Katsuō Shiraga hace La pintura con los pies , danza sobre un soporte de papel, con los pies pintados, influencia de las antropometrías de Yves Klein . En Volver al barro se sumerge desnudo en el barro, hasta confundirse con él, como alusión a la muerte, al retorno a la materia primigenia. Las obras basadas en la performance del grupo Gutai ampliaron el informalismo y la action painting hasta transformarlos en actos rituales de agitación.
6. Accionismo Vienés El término Accionismo Vienés (Wiener Aktionismus) comprende un corto y polémico movimiento artístico del siglo XX. Se trata de una de las aportaciones más inquietantes y radicales del arte austriaco de vanguardia, y puede entenderse como una de las consecuencias de los esfuerzos que los artistas de la década de 1960 llevaban a cabo para llevar el arte al terreno de la acción (Fluxus, Body Art, etc.). Entre sus principales representantes se encuentran Günter Brus, Otto Mühl, Hermann Nitsch y Rudolf Schwarzkogler, que desarrollaron la mayor parte de sus actividades accionistas desde 1960 a 1971.
7. Malcom Green cita el siguiente comentario de Hermann Nitsch: “ El accionismo vienés nunca existió como grupo. Simplemente, un buen número de artistas reaccionaron contra la situación en la que el arte y ellos mismos se encontraban, con la casualidad de que todo ello sucedió en la misma época y tuvo similares significados y resultados.” De estas palabras se deduce que, al contrario de muchos de los movimientos vanguardistas del siglo XX, el accionismo vienés nunca tuvo una definición ni una guía referencial clara.
8. Durante muchos años, los trabajos de los accionistas fueron llevados a cabo de forma simultánea e independiente de los demás movimientos artísticos contemporáneos de la época, los cuales, compartían un interés común en el rechazo al arte estático y tradicional. La práctica de alguna de sus ideas requerían la realización de “acciones” en entornos controlados, o ante extensas audiencias.
9. Principalmente, los accionistas vieneses son recordados por lo grotesco y lo violento de muchos de sus trabajos, donde frecuentemente se realizaban sacrificios a animales, rituales orgiásticos o prácticas sexuales aparentemente sangrientas (como simulaciones de mutilaciones genitales o violaciones). Todo ello desafiaba a las convenciones éticas y morales sobre las que se cimenta la sociedad occidental, por lo que muchos de estos artistas fueron perseguidos por la ley y por varias asociaciones ecologistas y religiosas. Así, en junio de 1968, Gunter Bruss (que llegó a decir que la destrucción era un elemento fundamental de su arte) fue arrestado por “degradar los símbolos del país” en su obra Kunst+Revolution (Arte+Revolución). No obstante, tras seis meses de condena logró escapar con su familia a Alemania. Otros accionistas como Otto Mühl y Hermann Nitsch también cumplieron condenas por participar en varias “acciones” de carácter abiertamente blasfemo y violento.
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11. Brus y Mühl llegaron a proclamar lo siguiente, tras su participación en la acción de Günter anteriormente mencionada, Kunst+Revolution: ...nuestra consolidada democracia, utiliza el arte como válvula de escape, e intenta sobornar al “artista” vanguardista, rehabilitando sus ideas y expresiones “artísticas” revolucionarias para convertirlas en una forma de arte aceptable por el estado. Pero este “arte” no es arte, sólo es política creada desde los más altos estamentos. Condenable y deleznable para muchos, el accionismo vienés siempre ha generado debates polémicos en torno a los límites y a los abusos del arte. Actualmente, la mayoría de los que fueran representantes más destacados del movimiento trabajan de forma independiente en proyectos ajenos a la estética accionista, quedando sus obras como retrato de una de las épocas más radicales y bizarras de la historia del arte.