El empeño se originó en Italia en el siglo XV cuando los franciscanos establecieron "Montes Píos" para prestar dinero a los pobres y necesitados, garantizando los préstamos con prendas. Inicialmente los recursos provenían de donaciones pero posteriormente cobraron intereses con el apoyo de la Iglesia. En el siglo XVIII los "Montes Píos" pasaron a ser patrocinados por la iniciativa privada continuando su labor de apoyo a través del crédito prendario.