Daniel fue a acampar con su familia, pero una noche fue asesinado por un hombre borracho que le pidió dinero. Aunque murió, Daniel podía ver a su familia buscándolo desesperadamente. Decidió escribirles una carta a través de su ángel guardián para contarles que estaba bien y darles detalles sobre su asesino para que tuvieran paz. Su familia se alegró de recibir la carta y saber que Daniel estaba feliz en el cielo.