Ser consciente de que oración es la actitud de comunicación y abertura a los demásnza y a Dios de un modo continuo, que se alimenta en la confianza en el amor que Dios nos tiene como padre y madre.

1. La
oración
en casa

2. Es el ambiente
especial que
creamos entre
nosotros, los
esposos; entre
nosotros los padres y
nuestros hijos que
nace de nuestra
comunicación con
Dios.

3. ES COMUNICACIÓN, ES
SINTONÍA

4. ES ARMONÍA, ES AMOR QUE SE NOTA

5. ES ESE TRATO
CARIÑOSO ENTRE
NOSOTROS

6. Esa alegría
que os
mostráis al
llegar, al
encontraros.

7. Es esa paz con la que actuáis ante
todas las circunstancias de la vida

8. Ese contaros
vuestros
sentimientos
ante todo lo
que os
sucede.

9. Ese
expresaros
que os
queréis sin
condiciones, y
también a los
demás…

10. Todas estas vivencias se alimentan de
de una comunicación con Dios, De un
estar siempre a la escucha
Que es un estar
conectado de un
modo continuo.
Notamos que Él
nos quiere, nos
acompaña, nos
cuida…
Dios

11. Y nos pone
sentimientos de
agradecimiento ante el
regalo de un nuevo día
y por todas las cosas
buenas que pone en
nuestras vidas, por las
señales de su amor,
por su bondad.
Por las maravillas del
Señor en la Creación.

12. Nos hace
escuchar e
interpretar lo que
está ocurriendo en
nuestra vida, en lo
que nos rodea, en
el mundo...

13. Nos hace
Meditar su
Palabra.JESÚS

14. Nos impulsa a pedirle lo que
necesitamos, con la confianza de
un niño: “ Venga a nosotros tu
reino”.

15. Nos hace salir de nosotros
y preocuparnos por los
otros:
¿Qué necesita mi mujer
para ser feliz?
¿Qué le pasa a mi hijo?
Cómo le ayudo a madurar?
Preocuparnos por todos
aquellos que sufren y se
sienten solos y
abandonados...

16. Y Juntos los
esposos, la familia,
se lo contamos al
Señor en ciertos
ratos de calma,
desconectando del
trajín de cada día.
Buscamos ese rato
y nos sentirnos
felices.

17. Y cuando nos agobian los problemas se los
confiamos a Él, para que Él esté con nosotros
y nos acompañe.
Y nos sentimos en sus manos para comenzar de
nuevo una nueva jornada después del
descanso.

18. Y acudimos a
celebrar con los
demás
cristianos, que
nos quiere.
Venimos a
escuchar su
Palabra. Y
tomamos el
alimento de su
Cuerpo:
LA EUCARISTÍA

19. Así
transmitimos
este AMBIENTE
a nuestros hijos:
el buen rollo
que tenemos
con Dios y con
los demás.

20. Padre nuestro,
que estás en el Cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu Reino,
hágase tu Voluntad
en la Tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada
día.
Perdona nuestras ofensas
como también nosotros
perdonamos a los que nos
ofenden,
no nos dejes caer en la tentación
y líbranos del Mal.
Y unidos a todos los cristianos
rezamos la oración que Él nos
enseñó.

21. PADRE NUESTRO
que estás en cada uno de nosotros,
que nos habitas,
nos llenas de Amor,
no permitas que pensemos nunca que
estás allá arriba, en el cielo porque el
cielo es Tu Amor dentro de nosotros
mismos.

22. SANTIFICADO SEA TU NOMBRE,
que es papá y es mamá.
Que no lo manipulemos y sepamos comprender
que en tu nombre somos capaces de hacer
grandes cosas, como que...

23. VENGA A NOSOTROS TU REINO,
que es de aquí, de ahora mismo.
Que no caigamos en la tentación de pensar
que viene solo,
sino porque nosotros lo construyamos
DESDE TU AMOR, que lo llena todo.

24. Y QUE SE HAGA TU VOLUNTAD
en cada uno de nosotros,
pues sabemos que tu voluntad no es
más que el que seamos felices
como Tú nos has soñado, Padre...
Y si para que se haga tu voluntad,
hemos de pasar por la cruz con JESÚS,
que tengamos la seguridad de que tras la
CRUZ, está la GLORIA.

25. DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DIA,
que es tu gracia, para seguir amándote en las
adversidades,
y que nosotros mismos seamos pan que se parte y
reparte a los demás.

26. PERDONA NUESTRAS OFENSAS,
que son el no saber vivir DESDE TI Y
ANTE TI, manejándote a nuestro antojo.
COMO TAMBIÉN NOSOTROS
PERDONAMOS A LOS QUE NOS
OFENDEN,
y para eso te pedimos
que seas nuestra agua...,
nuestro manantial interior,
para que cada día juntos volvamos a
empezar.

27. NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN,
de no contar CONTIGO,
de apartarte a un lado,
de creernos autosuficientes.
Mas bien, danos el don de sentirnos tan pobres,
que nos haga necesitar siempre de Ti.

28. Y LÍBRANOS DEL MAL
de no amarte
y de no amar a nuestros
hermanos.
AMEN.