El documento define una lengua estándar como una variedad lingüística seleccionada como prestigiosa y utilizada por varias comunidades. Explica que una institución fija las reglas de uso de dicha lengua para hacer cambios más lentos y añade vocabulario técnico para diversas áreas. Además, señala que la variedad estándar debe ser aceptada por la mayoría de hablantes para servir a la comunicación.