La apicultura es la ciencia que estudia la cría de abejas melíferas para obtener beneficios económicos de sus productos como la miel, cera y polen. Se originó cuando el hombre comenzó a proteger colonias de abejas en troncos huecos y ha evolucionado desde colmenas primitivas de barro, corcho o cestas de paja hasta colmenas modernas. Actualmente la apicultura es una industria importante en muchas regiones del mundo.
La nutrición es el proceso biológico en el que los organismos asimilan y utilizan los alimentos y los líquidos para el funcionamiento, el crecimiento y el mantenimiento de las funciones normales.
La nutrición es el proceso biológico en el que los organismos asimilan y utilizan los alimentos y los líquidos para el funcionamiento, el crecimiento y el mantenimiento de las funciones normales.
1. La apicultura
La palabra Apicultura proviene del latín Apis (abeja) y Cultura (cultivo), es
decir, la ciencia que se dedica al cultivo de las abejas o a la cría de las
abejas.
Una definición de apicultura sería “la ciencia aplicada que estudia la abeja
melífera y mediante la tecnología proporciona beneficios económicos”.
La apicultura nace cuando el hombre intenta conocer el mundo de las
abejas. Para ello tomó un tronco hueco e intentó mantener una colonia.
Data del año 2500 A. C., la evidencia del aprovechamiento de abejas por
parte de los egipcios, en sus jeroglíficos. Es en el año 1500 A. C., cuando se
escribe sobre las abejas siendo ésta la primera evidencia escrita (HITITA).
Las abejas desde tiempos remotos merecieron la atención del hombre,
cuando descubrió que el fruto de su trabajo, la miel, era una sustancia dulce
con la que pronto aprendió a mejorar sus alimentos. Todos los pueblos de la
antigüedad las consideraron sagradas, viendo en ellas un símbolo de trabajo,
pureza y ahorro. Figura en la mitología griega, siendo Aristeo el primer
apicultor. Los romanos, egipcios, judíos, asirios e hindúes, las mencionan
muy especialmente como componentes de recetas medicinales. Numerosas
son las citas que de ellas hacen los libros sagrados; pinturas existentes en las
paredes de tumbas y templos egipcios, dan una idea de que medios se valían
entonces, para su extracción y usos.
Usaron además a las abejas como emblema sagrado y estilizándolos como motivo
predominante en orfebrería. Hasta el descubrimiento de la caña de azúcar, cuyo
consumo se intensificó en detrimento de la miel, ésta había sido durante mucho
tiempo el único endulzante que había conocido la humanidad.
La apicultura
Hasta el siglo XVI sólo se encontraban en el Viejo Mundo, donde se habían
desarrollado, y estaban distribuidas al azar, mucho tiempo antes de que
aparecieran los seres humanos sobre la tierra. Los hombres primitivos
aprendieron la forma de conseguir la miel, sacándola de los nidos ubicados
en árboles huecos o grietas en las rocas. La caza de abejas todavía se lleva a
cabo en varias partes del mundo y la miel aún hoy puede ser un alimento
capaz de salvar la vida de gente primitiva en tiempos de escasez.
La apicultura en sí, comenzó cuando el hombre aprendió a proteger, cuidar
y controlar el futuro de las colonias de abejas que encontró en árboles
huecos o en otras partes. Gradualmente se llegó a usar colmenas separadas,
sustituyendo la morada natural de las abejas; por razones de conveniencia y
de seguridad se fueron reuniendo en apiarios.
2. La construcción de las colmenas dependía de los materiales que se
encontraban a mano en la zona, y de las habilidades de las diferentes
comunidades. Es casi seguro que la colmena no tuvo un origen único: se fue
imponiendo como un desarrollo inevitable en toda región poblada por abejas
melíferas, a medida que el hombre fue progresando desde la caza y
recolección de alimentos, a la producción de los mismos y comenzó su
existencia con residencia fija. Es probable que en los grandes bosques de
Europa, la primera colmena haya sido un árbol caído, en el cual las abejas
silvestres formaron su nido. El tronco se separaría del resto del árbol,
cortándolo con hacha, una técnica usada durante la Edad de Piedra.
También se hicieron colmenas con corcho y otros tipos de corteza de árbol y más
adelante, con tablas gruesas cortadas de troncos de árboles. Los centros de
cultura más antiguos se encontraban en el Medio Oriente, en zonas calurosas,
secas y abiertas, sin forestación. Allí las primeras colmenas probablemente
consistían en vasijas de barro, donde casualmente se acomodaban algunos
enjambres. Estas vasijas de barro se fabricaron durante casi todo el período
neolítico, posiblemente desde 5.000. A. C, en adelante y los jarros para agua
todavía se utilizan como colmenas en algunos países del Mediterráneo. En Egipto
y regiones circundantes se usaron colmenas de caños colocados en forma
horizontal y apilada uno junto a otro. En algunas comunidades agrícolas se
desarrollaron técnicas para fabricar recipientes de paja o de cerámica y estos
canastos también se usaron para cobijar a las abejas.
Estos cestos han cambiado poco en el transcurso de los años y los cestos de paja
trenzada se hacen hoy día en la misma forma en que se fabricaban hacia el
año 5.000 a.c. En realidad, la lesna de hueso, similar a la usada por el sestero
mesolítico, se siguió empleando para la fabricación de colmenas de paja
destinadas a abejas hasta esta década del 50 en Inglaterra. Más tarde,
aparecieron canastos tejidos fabricados con diversos materiales como ser ramitas
flexibles de avellano. En Egipto se han encontrado muestras hechas entre 3.000
y 2.000 A.C. Las colmenas de mimbre todavía persisten en algunas partes de
Europa. Todas estas colmenas primitivas cumplieron ciertas funciones necesarias:
protegían a las abejas y sus panales del viento, la lluvia y de los calores y fríos
extremos; sus piqueras eran suficientemente chicas para ser defendidas por las
abejas; existía además alguna otra abertura para uso del apicultor cuando quería
sacar la miel y la cera, que constituían su cosecha. Las maderas, corteza de árbol
y barro, eran resistentes a la intemperie de por sí y las colmenas de paja y
mimbre estaban generalmente protegidas por un techo adición empastándolas
frecuentemente con barro o estiércol.
Las colmenas primitivas eran generalmente pequeñas, porque el apicultor quería
estimularles a enjambrar para poblar así sus colmenas vacías. La apicultura
3. primitiva apenas si consistía en proveer las colmenas y matar las abejas (por
ejemplo sumergiendo la colmena en agua hirviendo) para conseguir miel y cera.
La apicultura
Antiguamente en Egipto se usó el humo para expulsar a las abejas de sus
colmenas y en los tiempos de los antiguos romanos se solía alimentar a las
abejas. En algún momento de la Edad Media, los apicultores inventaron una
forma de protección para usarla cuando manejaban a sus colmenas. Hasta el
siglo XVI –un siglo importante para la abeja melífera el calendario del
apicultor permaneció prácticamente inamovible; a principios del verano se
solía cazar enjambres, que se colocaban en colmenas; a fines del verano el
apicultor mataba las abejas en la mayoría de sus colmenas, recortaba los
panales y colaba la miel, separándola de la cera; en otoño, si era necesario,
les suministraba alimento a las colmenas restantes, a las que invernaba. Se
usaba comúnmente azufre encendido para matar a las abejas. Poco se sabía
de lo que pasaba dentro de la colmena. No se comprendía nada de lo
referente al sexo de las abejas y se ignoraba que sus visitas a flores tenían
algo que ver con la formación de semillas y frutos.
La explotación de las abejas se hacía entonces en forma rudimentaria y no
había llegado nunca a tener una significación mayor. Fue recién a fines del
siglo XIX, que estudiosos como Sylviac, Huber, Dzierzon, etc. realizaron
importantes observaciones, que se complementaron con la colmena movilista
de Langstroth, la que dio a la apicultura el verdadero impulso que la
transformó en floreciente industria. A partir de entonces numerosos inventos,
modificaciones de métodos de trabajo y el mejoramiento en el material
apícola, permitieron un gran perfeccionamiento en la técnica, junto al estudio
realizado por numerosos investigadores. Todo esto trajo como consecuencia
lógica, un gran progreso en la industria apícola. En Europa, en Estados Unidos,
Canadá se establecen gran cantidad de colmenares. Apis melífera es la
especie de abeja que se encuentra en América, traída al país por los primeros
colonos españoles, en los siglos XVII y XVIII.
Con la llegada de la abeja africanizada a Honduras, en 1985, la apicultura
tuvo una caída precipitada. Las características negativas de la abeja
africanizada provocaron la deserción de un gran número de apicultores a no
poder adoptar nuevas técnicas de manejo para este tipo de abeja.
Antes de la llegada de la abeja africanizada se contaba con aproximadamente
1200 apicultores los cuales manejaban colmenas rústicas y modernas con abejas
de tipo europeo (Apis melliferalingustica). Actualmente se estima que sólo
existen 6000 colmenas para producción de miel, cera, polen, material biológico y
propóleo y 24 mil colmenas para la polinización de cucurbitáceas de exportación.
4. Antecedentes cadena Apícola en
Colombia
En Colombia, la cadena de las abejas y la apicultura se encuentra conformada por
la producción de miel, polen, propóleo, cera, jale, apitoxina y larvas, sin embargo,
la mayor parte de la producción se ha concentrado en la miel, la cual aún no se ha
considerado como competitiva para el desarrollo agropecuario del país, aún
cuando es una actividad que genera grandes beneficios para el medio ambiente y
el sector, gracias a la acción polinizadora de las abejas, quienes por medio de
dicho proceso, aceleran el desarrollo productivo de varios cultivos. A nivel mundial,
la producción, comercio y consumo de miel se ha venido incrementando en los
últimos 20 años, debido a que es un producto deorigen 100% natural que posee
beneficios para el consumo humano dados sus altos componentes medicinales.
Con la llegada de las abejas africanizadas a finales de la década de los 70,
muchos apicultores que trabajaban con abejas de origen europeo decidieron
abandonar la actividad, sin embargo, aquellos que continuaron con ella, se dieron
cuenta de que ésta nueva especie se adaptaba bien a las condiciones climáticas
del país, lo que permitió que se establecieran colmenas de abejas africanizadas
(conocidas como abejas de tipo Apis mellífera) en medio de bosques, cultivos y
colmenas abandonadas por aquellos que renunciaron a seguir con dicha actividad
productiva.
De la misma forma, la cadena ha tenido que enfrentar durante su existencia el
problema de falsificación de productos por parte de diferentes agentes que
trabajan en la elaboración de productos con azúcar. Por medio de un proceso de
transformación de azúcares (sacarosa, azúcar invertido), producen miel y
propóleos, para comercializarlos en el mercado como productos provenientes de
las colmenas con alto nivel de componentes minerales.
De acuerdo a todo lo anterior, se ha determinado promover la cadena, dando a
conocer las ventajas y beneficios tanto para productores como consumidores, en
cuanto a explotación y obtención de producto 100% natural para consumo
humano. A partir de esto, se realizan estudios de factibilidad para determinar en
qué tipos de climas y regiones es viable incursar en la actividad apícola. Se
determinó que el cultivo es apto para todos los pisos térmicos del país. Sin
embargo, de acuerdo a una encuesta realizada a lo largo del país, se obtuvo una
muestra representativa mediante la cual se pudo estimar que el mayor número de
apicultores y colmenas se encuentran concentrados en los departamentos del
Huila, Valle del Cauca, Risaralda y Amazonas.
En cuanto al eslabón industrial, en el país aún no se encuentra constituida
formalmente la industria apícola, no existe tecnología de producción adecuada
para la comercialización debido a que, dado que la mayor parte de los apicultores
son campesinos, aún se utilizan técnicas tradicionales que no tienen en cuenta las
5. normas sanitarias requeridas para su mercado. Por tal motivo, en el 2004, se creó
la Federación Nacional de Apicultores de Colombia (FENAPICOL), mediante la
cual se espera, en compañía con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural,
consolidar y promover la cadena en el país.
Estructura de la cadena
Del manejo de las abejas se pueden obtener diversidad de productos destinados
al consumo humano, de tipo alimenticio (jalea real, miel) y medicinal (propóleo).
También existen agricultores encargados de la cría de abejas (larvas) para la
producción y distribución de polen entre sus cultivos.
Miel: Las abejas recolectan el néctar secretado por las plantas, el cual después de
pasar por un proceso de transformación de líquidos realizados por la abeja, es
depositado por ésta última en las colmenas, en donde termina su proceso de
transformación bioquímico final. Este producto, contiene minerales (hierro, calcio y
vitaminas) y aminoácidos.
Polen: Es un grano recolectado por las abejas durante su proceso de recolección
de néctar. Dadas sus propiedades medicinales provenientes de sus componentes
químicos naturales ricos en vitaminas y minerales.
Propóleos: Es un producto elaborado a base de resinas y bálsamos recogidos por
las abejas de los árboles. Es mezclado con cera y polen. Este producto actúa
como antiflamatorio, antibacterial, antiparasitario, antiviral, etc., gracias a sus
componentes naturales ricos en minerales, aceites volátiles, vitaminas, entre otros.
Jales Real: Es un producto secretado por las glándulas de las abejas jóvenes, que
contiene un alto valor vitamínico, con el cual se alimentan las larvas y la abeja
reina. Es este producto el generador de un proceso reproductivo más corto de las
abejas reinas.
Cera de abejas: La cera es una sustancia fabricada por las glándulas cereras de
las abejas que son usadas por las mismas para la construcción de los panales. Es
obtenida por los apicultores derritiendo los panales una vez extraía la miel.
Generalmente es usada para la elaboración de velas, y en ocasiones para la
creación de productos medicinales para el control de dolores localizados.
La cadena se encuentra compuesta por cinco eslabones. El primero lo constituyen
los proveedores de insumos para la construcción de colmenas, azúcar para el
mantenimiento y desarrollo de las colonias de abejas, tierras de localización de
colmenas, y equipos de procesamiento. El segundo eslabón lo componen los
productores o apicultores, quienes se encargan de cosechar colmenas de abejas
6. de tipo apismellifera, silvestres o mezcla de ambas. El tercero lo componen los
acopiadores o comercializadores entre las diferentes industrias. El cuarto eslabón
lo constituyen aquellos encargados de la transformación del producto obtenido de
las colmenas (industria farmacéutica, cosmética o de alimentos). El último eslabón
lo componen los diferentes canales de comercialización, desde tiendas de barrio,
hasta supermercados y tiendas naturistas.
En la Cadena intervienen 4 tipos de agentes principalmente: proveedores,
apicultores, acopiadores y las industrias transformadoras, acompañados de
actores gremiales como la Federación Nacional de Apicultores (FENAPICOL), la
Red de abejas silvestres, y gubernamentales, como el Ministerio de Agricultura y
Desarrollo Rural, mediante la Dirección de Cadenas Productivas.
Proceso Productivo
Como se pudo observar en la estructura productiva apícola, el proceso comienza
con el “cultivo” de abejas y establecimiento de colmenas. Dentro de los tipos de
abejas utilizadas en el país se encuentran las europeas, las de tipo F1 o F2
(abejas africanizadas mansas, con mayor nivel de sangre europea). Siguen las de
tipo más común, africanizadas, las cuales poseen un mayor nivel de adaptabilidad
a diferentes climas, asimismo, poseen las mayores tasas de reproductividad y
trabajo, este último debido a la organización social de trabajo existente dentro de
su comunidad (reina, zangano, y obrera). El último tipo identificado en el país son
las llamadas angelitas, las cuales son abejas sin aguijón de vida social. Cabe
resaltar que el uso de cada uno de los anteriores tipos es más eficiente según su
uso, ya sea para apicultura o meliponicultura (cría de abejas sin aguijón), por
ejemplo, las angelitas junto con las africanizadas se utilizan específicamente para
la producción de miel