El documento describe cómo la tradición judía se ha transmitido de generación en generación de forma ininterrumpida desde Adán hasta nuestros días. Menciona algunos de los eslabones clave en esta cadena de tradición, como Noé, Abraham, Moisés y varios sabios y rabinos que transmitieron la Torá oral a lo largo de la historia. Resalta que entre Adán y Moisés sólo hubo cuatro personas, manteniendo la cadena de tradición intacta a través de los siglos.
1. La cadena de la tradición continúa intacta
La cadena de tradición continúa intacta desde el principio del mundo
hasta nuestros días.
BS"D
Por Itzjak ben Avraham.
La cadena de tradición continúa intacta desde el principio
del mundo hasta nuestros días. Cuando murió Adam en
el año 930, Metushelaj (Matusalén) lo había conocido ya
durante 243 años; y Noaj (Noé) había conocido a
Metushelaj por 600 años, cuando este último murió en
1656. Al morir Noaj en 2006, Abraham tenía 58 años.
Abraham, Yitzjak y Yaakob eran una familia unida. Al
morir Yaakob en 2255, Yosef tenía 56 años y Amram, el
padre de Moshé había nacido ya. Al venir Moshé al
Faraón, Abraham era todavía recordado por los egipcios,
entre los que había residido temporalmente. Cuando
Moshé trajo la Torá a los hijos de Israel, las tradiciones y
la historia inscrita en ella, eran bien conocidas por la
gente. Entre Adam, que fue testigo de la Creación, y
Amram, el padre de Moshé, sólo intervinieron cuatro
hombres: Metushelaj, Noaj, Abraham y Yaakob. El Diluvio
estaba sólo dos eslabones atrás en la cadena de
tradición, pues entre Noaj y Amram intervinieron sólo
Abraham y Yaakob.
Los hijos de Israel en Egipto ya habían oído de antemano las crónicas de Abraham, Yitzjak y
Yaakob de boca de Yaakob y sus hijos, a quienes la generación previa a Moshé conoció
personalmente (no a todos). Leví, el hijo de Yaakob, murió en Egipto en 2332 y su bisnieto
Moshé nació sólo 33 años después en 2365. De este modo puedes ver qué tan unidos están
los eslabones de la cadena de tradición desde la Creación hasta Moshé. (Tomado de:
"Sagradas Escrituras" por Rab. Avigdor Miller.)
Moshé legó la tradición a Iehoshua Bin Nun, Iehoshúa Bin Nun la transmitió en vida a los
Ancianos de las tribus (el concilio de 70 que formaban el Sanhedrin). Pero el Sanhedrin no
fue nada nuevo, ya existía... Moshé se presentó a ellos cuando bajó a Egipto, también fueron
acompañantes de Moshé y numerosas veces la Torah los menciona en los relatos rumbo a la
tierra de Kenaan. Vinieron luego los profetas, discípulos de los ancianos (Shmuel - Los Bnei
Haneviim - Natán - etc...). La época de los profetas se dio hasta los exilios, los últimos fueron
los “postreros” que vivieron en la reconstrucción del Bet HaMikdash y el retorno, previo a la
invasión griega. Simultáneamente y junto a ellos estuvieron en ésta era los Hombres de la
Magna Asamblea, puestos a tal encargo por Ezra (Esdras). Los profetas terminaron su
periodo de actividad, pero quedaron los Miembros de la Magna Asamblea llevando el legado
de la tradición. Los últimos hombres de la Magna Asamblea fueron Shimon HaTzadkin y
2. Antignós de Sojó. Luego de ellos, la presidencia del Sanhedrin (Magna Asamblea) que antes
había sido de una sola persona (el nasí, presidente) fue encargada a dos personas, llamadas
“Pares” (Zugot, en hebreo). Así se inicia el periodo de los Zugot. Ellos legaron la tradición a
los Tanaim (ver gráficoacá), quienes compilaron por escrito toda la tradición oral, por eso se
les llama “Tanaim” (los que repiten lo aprendido). A su vez, la legaron a los Amoraim (”los
que comentan”, ver gráfico acá), que la legaron a los Savoraim (”los que ponderan”), que la
legaron a los Geonim (”sabios”) que fueron los presidentes de las academias talmudistas de
Sura y Pumbedita, el centro del mundo judío de aquella época. La legaron a su vez a los
Rishonim (”primeros, los que referencian”) y éstos a su vez la pasaron a los Ajaronim que hoy
los llamamos así por ser “los últimos” más cercanos a nuestros días donde tenemos la
generación de los “contemporáneos”.