1. TEMA: El Llamado a Servir al Eterno
Nombre de la Porción Semanal: Shemot=Nombres
Fecha hebrea: 23 de Tevet de 5773
Fecha Romana Gregoriana: 5 de Enero del 2013
Porción de la Torah=Ley: Shemot=Éxodo 1:1 – 6:1
Porción de los Profetas: Jeremías 1:1 – 2:3
Porción del N. Testamento Brit Jadasha: Lucas 1:1 al 2:20
Introducción
Shemot 1:1 Ve’eleh shemot beney Yisra’el haba’im Mitsraymah et Ya’akov
ish uveyto ba’u
Shemot-Éxodo- 1:1 Estos son los nombres de los hijos de Israel que llegan
con Ya’akov a Egipto. Cada uno llegó con su familia.
Hch 24:14 Más esto sí, te confieso, que según el
Camino que ellos llaman secta, así sirvo al Dios de
nuestros padres, creyendo todo lo que es conforme
a la Ley, y todo lo que está escrito en los Profetas:
2. En esta semana el Eterno a tenido a bien, permitirnos iniciar con la lectura del
segundo Sefer (libro) de la Torá, llamado Shemot (Que sería nombres y no
éxodo), iniciando con la Parashá (porción semanal) que tiene el mismo nombre
que el (Sefer Shemot==libro de Éxodo), cuyo significado es “Nombres”. Este
segundo libro es conocido con el nombre de Éxodo, que significa “salida”,
debido a que se narra la salida del nuestro pueblo de Eretz Mitzráim (tierra de
Egipto) para llegar a (Eretz Israel==Tierra de Israel). La porción semanal
Shemot “Nombres”, inicia mencionando los nombres de las personas de nuestro
pueblo que descienden a Egipto para recibir la ayuda de Yosef el hijo de
Ya’akov, que como gobernador de Egipto cuenta con los recursos para
alimentarlos durante los años de carestía que faltaban, nos cuenta la Torá que
eran un total de 70 almas descendientes de Ya’akov que entraron a Egipto.
Estas setenta almas se asentaron en la tierra de Goshen, una tierra propicia
para la práctica del pastoreo de ganado. Nuestro pueblo mantuvo el
conocimiento de la Torá y en la práctica de la Torá aunque la Torá no se
tenía de manera escrita, pero es evidente que se conocían las mitzvót
(mandamientos) de manera oral. Nuestro pueblo creció de manera
extraordinaria, de aquellas 70 almas que entraron a Egipto después de 400
años de permanecer en Egipto, llegaron a ser 600 000 hombres, sin contar
mujeres ni niños, cuenta el Midrash que al contabilizar todos, eran
aproximadamente 3 000,000 (tres millones) de Israelitas que salieron de
Egipto, sin lugar a dudas un pueblo bastante grande en número para aquellos
tiempos.
Nuestro pueblo al crecer demasiado era un riesgo para los egipcios, faraón
pensó que al ser tan numerosos podían revelarse y pelear contra ellos y
derrotarlos, así que los esclavizó y estableció una ley horrible, matar a todos
los niños judíos, dejando con vida a las niñas. Nuestro pueblo no solo tuvieron
que hacer trabajo esclavizado para el faraón, sino también para los egipcios, los
forzaban a realizar tareas en sus propias casas y campos después retornaban
al sitio de la construcción. Bajo estas circunstancias tan terribles, nuestro
pueblo comenzó a pedirle al Eterno que los redimiera de Egipto. El Eterno
en su infinita misericordia escucho los ruegos y suplicas de aquellos
hombres esclavizados, y decidió sacarlos de Egipto, para hacerlo El
Eterno requería de un líder, un redentor que sacara a al pueblo de
Mitzráim. El Eterno escoge a Moshé un hombre excepcional.
3. Temas de la Parashá
Primera alía (1:1 – 1:17): Se hace un recuento de los hijos de Israel que entraron en
Egipto con Ya’akov. Los descendientes de Ya’akov estaban ahora en Egipto, donde se
multiplicaron. El nuevo faraón, temiendo que los israelitas se unieran a las fuerzas
enemigas para derrocarlo, inició una política de opresión, reduciéndolos a la condición de
esclavos. Supervisados por crueles capataces, fueron forzados a construir las fortalezas y
ciudades de almacenamiento de Pitom y Ramsés en la frontera de Egipto. Sin embargo, los
intentos del faraón por reducir numéricamente la población judía resultaron ineficaces, pues
su tasa de natalidad aumentaba decididamente. Tomando una drástica medida, el
soberano egipcio ordenó a las parteras hebreas que mataran a los niños varones al
momento de nacer. Pero las parteras desobedecieron por temor a YHVH.
Segunda alía (1:18 – 2:10): El faraón ordenó entonces que todo varón recién nacido fuera
ahogado en el Nilo. Amram y Jocabed miembros de la tribu de Leví eran padres de dos
niños: Miriam y Aharón. Poco después del decreto del faraón, Iojéved dio a luz a un
segundo varón. Cuando ya no pudo mantener en secreto el nacimiento de su hijo, colocó a
éste en una arquilla de juncos que dejó entre las plantas de la orilla del Nilo (bajo
supervisión de Miriam). La hija del faraón fue a bañarse en el Nilo, vio la arquilla y envió a
una de sus servidoras a traerla. Se dio cuenta que había en ella un niño hebreo y sintiendo
piedad por él, decidió adoptarlo. Miriam se adelantó y con el permiso que le diera la
princesa para buscar un ama de cría, regresó con Jocabed, bajo cuyo cuidado el niño
recibió más tarde enseñanzas sobre las tradiciones de sus antepasados. El niño fue llevado
al palacio real y se lo llamó Moshé, que significa: “extraído de las aguas”. ¿Por qué nombre
hebreo y no egipcio?
Tercera alía (2:11 – 2:25): Después de haber madurado, Moshé fue a encontrarse con sus
hermanos israelitas y observó sus sufrimientos. Vio que un capataz egipcio golpeaba
salvajemente a uno de los hebreos. No había nadie a su alrededor y Moshé, airado, mató al
cruel egipcio y lo enterró en la arena. Al día siguiente Moisés intervino en una disputa entre
dos israelitas. Uno de ellos le preguntó en tono insultante qué derecho tenía de juzgar a los
demás, y si intentaba matarlo como lo había hecho con el egipcio. Moshé comprendió,
entonces, que su acción ahora se conocía y que su vida corría peligro. En consecuencia,
antes de que el soberano egipcio pudiera hacerlo capturar huyó a Madián en la región
sudeste de la península de Sinaí. Llegó a un pozo, donde tuvo oportunidad de proteger a
las siete hijas de Yetro (el conductor espiritual de Madián) de unos pastores agresivos. Fue
bien recibido por Yetro y trabajó como pastor de ovejas. Pronto se casó con una de sus
hijas: Séfora, que dio a luz a dos niños: Guershom y Eliezer. Durante la estadía de Moshé
en Madián el faraón había fallecido. Su sucesor continuó oprimiendo a los judíos aún con
mayor severidad, y éstos clamaron por ayuda a YHVH.
Cuarta alía (3:1 – 3:15): Mientras cuidaba las ovejas de Yetro en Horeb, Moshé tuvo una
visión extraordinaria: una zarza que ardía sin consumirse, en tanto Moshé observaba esa
4. maravilla, Hashem se dirigió a él por primera vez y le ordenó que se quitara los zapatos,
pues se hallaba en suelo sagrado. Luego le informó que sería el mensajero del Señor para
sacar a los israelitas de Egipto y llevarlos a la Tierra Prometida. Moshé respondió que él
era indigno de una tarea tan magna, pero recibió la promesa de la ayuda Divina. Moshé
preguntó entonces qué respuesta debería dar cuando los israelitas le preguntaran por el
nombre de D-s. El Señor respondió que El podría ser revelado con la expresión: “YO Sere
EL QUE Seré o Yo Soy El que SOY” “Eyeh Asher Eyeh”
Quinta alía (3:16- 4:17): Después le dijo a Moshé que informara a los ancianos de Israel
sobre la aparición de YHVH, y que ellos deberían demandar al faraón que permitiera a los
israelitas ofrecer sacrificios al Señor en el desierto. El faraón se rehusaría, pero después
que hubiera sido azotado por las plagas de Di-s se vería forzado a ceder y los israelitas
abandonarían Egipto cargados de riquezas.
Moshé debatió que el pueblo no le creería, razón por la que le fue otorgado el poder de
obrar tres milagros. Su bastón se transformaba en una serpiente cuando era arrojado al
suelo. Esta, al ser tomada por la cola, volvía a su forma original. Luego Moshé recibió orden
de poner la mano sobre el pecho. Cuando la retiró tenía rastros de lepra, pero al repetir el
movimiento, la mano apareció nuevamente sana. Finalmente, si los israelitas no estuvieran
convencidos, aun, Moshé debía verter agua del Nilo sobre tierra seca y el líquido elemento
se convertiría en sangre. Moshé continuó titubeando y adujo que carecía de la necesaria
capacidad oratoria. Hashem, por consiguiente, le informó que su hermano Aharón le
serviría de vocero.
Sexta alía (4:18-4:31): Moshé vuelve a Egipto. YHVH ordena a Moshé hacer todas las
maravillas ante Faraón. Séfora corta el prepucio de su hijo. Hashem le ordena a Aharón ir a
recibir en el desierto a Moshé. Aharón habla a todo el pueblo de las cosas dichas por YHVH
a Moshé.
Séptima alía (5:1 – 5:21): Moshé y Aharón se presentaron ante el faraón y le pidieron que
permitiera a los israelitas salir a ofrecer sacrificios al Señor en el desierto, pero el soberano
no sólo no accedió a esta demanda, sino que impuso decretos aún más rigurosos contra
los judíos: en adelante, estos deberían producir la misma cantidad de ladrillos que hasta
entonces, pero no se les proveería de la paja que facilitaba su elaboración. Los capataces
judíos fueron castigados porque sus cuadrillas no podían cumplir con esa tarea imposible.
Sus ruegos al faraón para que se apiadara de ellos fueron rechazados y acusaron a Moshé
y Aharón de empeorar la situación.
Enseñanza
Moshé=Moisés hijo de Amram y Jocabed, fue el tercer hijo de la familia después
de Aarón y de Miriam sus hermanos mayores. Moshé al nacer es salvado del
decreto del faraón de matar a los niños judíos, al ser depositado en una especie
5. de canasta en el río Nilo, el cual fue sacado por Batia la hija de Faraón, y le
puso Moshé “el que fue sacado del agua” y lo adopto como su propio hijo.
Moshé fue criado por su propia madre durante dos primeros años de su
vida, posteriormente fue llevado por Batia al palacio del rey donde vivió
como un príncipe. Cuando cumplió 40 años sucedió un hecho que cambiaria
completamente su vida, al saber su origen judío, salió del palacio para ver a
sus hermanos y entonces vio a un capataz Egipcio que golpeaba a un esclavo
judío, Moshé lo defendió que incluso lo mató. Este hecho posteriormente
llego a oídos del Faraón, quien trato de matar a Moshé quien huyó al
desierto, hasta la tierra de Midián, ahí se casó y se convirtió en pastor.
Cuando estaba pastoreando su rebaño cerca del monte Sinaí, vio un fuego y le
llamo la atención al ver que la zarza no se consumía, se acercó al lugar y
cuando estaba próximo a llegar escucho una voz que decía ¡ Moshé, Moshé!,
no te acerques, descálzate, pues el lugar que pisas es tierra sagrada. Entonces
el Eterno se presentó ante él y le dijo, Yo soy el Elohím de tus padres, Elohím
de Abraham, Elohím de Itzják y Elohím de Ya’akov.
Y le dijo a Moshé: Shemot-Éxodo- 3:9-10 y ahora mira, el grito de los
Israelitas llegó hasta mí, y también vi la crueldad con que los egipcios los
oprimen. Por tanto ponte en camino, pues te enviare ante Faraón, Saca a
mi pueblo, los Israelitas de Egipto.
Moshé estaba recibiendo una misión por parte del Eterno, por supuesto
que no era una misión muy fácil, tanto que Moshé responde. Shemot-
Éxodo- 3:11 Dijo Moshé a Elohim ¿Y quién soy yo para presentarme ante
Faraón y sacar a los Israelitas de Egipto?
La respuesta de Moshé es muy interesante, que pueden incluso tomarse como
un pretexto para no realizar la misión que el Eterno lo está encomendando.
Amados aquí vemos la condición de un hombre ante una situación de
pedirle algo a un rey poderoso, siendo en aquel entonces Egipto un país con
mucha potencia, y un simple hombre pastor de ovejas ir y pedirle que dejara
libre a su pueblo esclavo, que representaba la mano de obra para su economía,
desde un punto de vista lógico, era una misión para un hombre ¡imposible
de realizar! ¿Quién soy yo? contesto Moshé, sintiendo que él no tenía el
honor de realizar tan importante misión y sacar a un pueblo que él amaba
mucho, puesto que lo había ya demostrado cuando mató al Egipcio por
6. defender a un Israelita. Sin lugar a dudas Moshé amaba a su pueblo, pero se
sentía incapaz de realizar la redención.
Amados, cuántos de nosotros hemos recibido una misión por parte del
Eterno, no igual que Moisés, pero sí de trabajar en sus planes, ser un
servidor de él, ¿cuándo recibimos el llamado que hemos contestado?
posiblemente la misma respuesta de Moshé ¿Por qué YO? nos sentimos
incapaces de realizar el trabajo, o posiblemente inmerecedores de tener ese
honor de servirle. Cuando El Eterno escuchó la respuesta de Moshé le
contesta. “Yo estaré contigo”
El Eterno está dándole ánimos a Moshé para que no se sintiera solo ante la
misión. Amados también a nosotros el Eterno nos dice “Yo estaré contigo”
Tengamos confianza en el Eterno, en todo lo que nosotros hagamos por
servirle, él está con nosotros, por difícil que nos parezca la misión.
Moshé nuevamente hace una pregunta al Eterno.
Shemot-Éxodo- 3.13 Moshé le dijo a Elohím. “Mira, cuando me presente ante
los israelitas y les diga: el Elohím de sus antepasados me envió hacia ustedes y
ellos me preguntase ¿Cual es su nombre? ¿Qué les diré?
Nuevamente Moshé realiza una pregunta interesante, pero ¿que acaso
Moshé y los israelitas no sabían el nombre del Eterno? Si desde Adam se
conocía y por supuesto que su nombre se sabía. Entonces ¿Por qué Moshé
hace esta pregunta? Hay que recordar que detrás de un nombre hay una
personalidad, es decir una forma de ser, unos actos que hablan de la persona.
El Eterno usa varios nombre para darse a conocer dependiendo de la acción
que el va a realizar, por ejemplo cuando realiza un Juicio se hace llamar como
Elohím, cuando libra una batalla como Adonaí Tzevaot, cuando actúa con
misericordia se da a conocer como (YHVH Adonaí) Por lo tanto Moshé lo que
quería saber que acción iba a tomar, es decir que nombre iba a usar el Eterno
para esta misión a ir con él. El Eterno le contesta “Eyeh Asher Eyeh” que la
traducción es – Seré el que seré – dando a entender el Eterno que él estaría
con ellos en cualquier circunstancia del exilio, aplicaría tanto el juicio como
la misericordia o estaba dispuesto a luchar para sacar a su pueblo, el Eterno
estaba diciendo que estaba dispuesto a realizar cualquier obra para sacar al
pueblo, diles que Seré es mi nombre.
7. Shemot-Éxodo- 4: 1 Entonces Moshé respondió; Ellos no me creerán ni
escucharan mi voz, pues dirán: YHVH no se te presentó:
Esta es la tercera vez que Moshé cuestiona al Eterno, tratando de no aceptar la
misión, en esta ocasión el Eterno utiliza tres prodigios para que les
mostrara a los israelitas que el Eterno se le había presentado.
1.- Su bastón al tirarlo al suelo se convirtió en serpiente.
Dice la tora que Moshé huyo de ella, y el Midrash (tradición oral) nos cuenta
que fue un castigo por hablar (lashón hará== mala lengua) contra los israelitas,
al decir que no le iban a creer sin ni siquiera estar seguro de ese hecho.
Hay una historia que se cuenta en el judaísmo tocante a este tema de la vara
que se convirtió en serpiente: y se cuanta que, Una mujer noble romana desafió
a un rabino de nombre Rabí Ioséf y se cuenta que la mujer romana que conocía
la historia de la vara de Moshé le dijo al rabino judío, “Mi deidad es superior a tú
Elohim”
¿Qué os hace decir eso? Le preguntó el rabino y ella contesto “Cuando su
Elohím se le presentó a Moshé en el arbusto, el escondió solo su cara, pero
cuando mi dios, la serpiente se presentó, ¡Moisés salió huyendo!” “Una
maldición sobre ti “replico Rabí Ioséf “cuando el Todopoderoso se reveló a sí
mismo a Moshé, ¿A dónde podía Moshé haber escapado con posibilidad? La
gloria de YHVH llena cielo y tierra; no existe lugar al que alguien pueda escapar
de Él. Pero vuestro ídolo, la serpiente, Moshé solo tenía que retroceder unos
pocos pasos y estaba a salvo!...
2.- Su mano se enfermó de Tzaraat/lepra, blanca como la nieve.
Nuevamente comentamos que la Tzaraat conocida al español como lepra, se
dice que es ocasionada por hablar mal del prójimo. El Eterno cura a Moshé
indicando que aunque los pecados fueren grandes, cuando hay una
teshuva (arrepentimiento) el Eterno puede curarlos.
3.- Tomar agua del río y tirarla al suelo y se convertirá en sangre.
Shemot-Éxodo- 4: 10 Entonces Moshé respondió a YHVH “ por favor YHVH,
no soy hombre de palabras y esto no es solo de ayer, de anteayer, ni desde el
día que hablaste conmigo, tu servidor, balbuceo y tengo dificultad con la lengua.