La Caperucita Hermosa fue enviada por su madre a llevar comida a su abuela enferma. Mientras caminaba, se encontró con un lobo que le dijo que tomara un atajo mientras él tomaba el camino largo. Cuando llegó a la casa de la abuela, notó que tenía unas orejas, ojos y boca muy grandes, dándose cuenta de que en realidad era el lobo disfrazado. Asustada de volverse fea, nunca más visitó a su supuesta abuela.