La colonización en México tuvo efectos tanto negativos como positivos. Negativamente, rompió el equilibrio social existente e impuso nuevas costumbres a la población indígena, empeorando en muchos casos sus vidas. Sin embargo, también trajo algunos avances, como nuevas tecnologías y cultivos. La explotación de los recursos y personas fue una realidad, aunque la religión católica finalmente se aceptó de manera voluntaria. En general, el proceso colonizador representó un gran cambio y pérdida de identidad