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La comunidad, lugar de perdón y fiesta
by Comunidad de los Siervos de Jesús on Jun 10, 2011


    2. JEAN VANIER Comunidad:lugar de perdón y fiesta NARCEA, S. A. DE
    EDICIONES MADRID
    3. Introducción Igual que mi Padre me amó os he amado yo. Un corazón, un alma,
    un espíritu Manteneos en ese amor que os tengo... Este es Sentimiento de
    pertenencia.—Tender hacia los fines de el mandamiento mío, que os améis unos a
    otros la comunidad.—De «la comunidad para mí» a «yo para como yo os he amado.
No hay amor más grande la comunidad».—Simpatías y antipatías.—El perdón en
que dar la vida por los amigos. (Jn. 15, 9, 12, el corazón de la comunidad.—Sed
pacientes.—Confian- 13). za mutua.—El derecho a ser uno mismo.—Llamados a
vivir juntos tal como somos.—Compartir tu debilidad.— La comunidad es un
cuerpo vivo.—Ejercer el propio don.—El secreto de la persona. Entra en la alianza
Reconocer los lugares sagrados.—Eres responsable de tu comunidad.—La primera
llamada, una experiencia de paz.—Abandona a tu padre, a tu madre, a tu cultura.—
Compromiso.—Pareja y comunidad.—Una esperanza está naciendo.—Otros
caminos.—Los que tienen dificul-Primera edición: junio 1980 • tades.—La
adhesión a dos comunidades.Segunda edición revisada: noviembre 1980Tercera
edición: julio 1981 CrecimientoCuarta edición: noviembre 1983 Una comunidad
crece como un niño.—Del heroísmo a lo cotidiano.—La conciencia intelectual.—
De la monar- quía a la democracia.—Apertura al barrio y al mun- do.—La prueba:
una etapa en el crecimiento.—Tensio- nes.—La separación de un hermano.—El
papel del ojo© NARCEA, S. A. DE EDICIONES exterior.—La autoridad
exterior.—Crecimiento personal Doctor Federico Rubio y Galí, 9. Madrid-20 y
crecimiento comunitario.—Decepciones.—Madurez.— Vejez.—Necesidad de
modelos.—Oración, servicio y© ÉDITIONS FDEURUS. París vida comunitaria. —
De la generosidad a la atención a losTítulo original: La communauté, lieu du pardon
et de la jete pobres.—Signos de salud de una comunidad.—Abrirse a los demás.—
El punto de fidelidad.—Propagar laTraduce: M.* NIEVES LÓPEZ DE LA VIEJA
vida.—Expansión y arraigo.—Nacido de una herida.— Depósito legal: M.
34.182.—1983 El papel de la Providencia.—El pecado de enriquecer- ISBN: 84-
277-0410-0 se.—Riesgos del crecimiento.—Fui extranjero y me reco- Impreso en
España. Printed in Spain gisteis.—Sé ferviente y arrepiéntete. ARTES GRÁFICAS
BENZAL, S. A. - Virtudes, 7 - MADRID-3
4. Págs.El pan nuestro de cada día 109 Para crecer es necesario alimentarse. —El
maná de cada día.—Tiempo de admiración.—La mirada exterior que confirma.—El
pan de la palabra.—Esparcimiento y re- poso.—Alimento de la inteligencia.—
Alimento del creci- miento.—El amigo.—Compartir.—La mirada def po- bre.—
Oración personal.—Convertirse en pan.—Oración comunitaria y eucaristía.
IntroducciónAutoridad y otros dones 133 Autoridad.—Una misión que viene de
Dios.—Ser ser- vidor.—Continuar confiando.—El peligro del orgullo.— Servidor
del más pequeño.—Compartir las responsabili- Antiguamente los hombres vivían
en grupos homogéneos sur- dades.—No ocultarse.—Relación personal.—diferentes
gidos más o menos de la misma familia y con las mismas raíces. actitudes con la
autoridad.—Signo dé perdón.—Dirigir En esos grupos, la tribu, el pueblo, se
hablaba la misma lengua, la comunidad.—El don del pastor.—Participar unos de se
vivían los mismos ritos y tradiciones, se tenía el mismo modo de los dones de
otros.—Escuchar.—El discernimiento.—La vida y se aceptaba la misma autoridad.
Eran solidarios entre sí. fidelidad.—La admiración.—Las comunidades mix- Esta
solidaridad venía al mismo tiempo de su carne y sangre y de tas.—El ant i-don.—El
don de la palabra.—La disponi- la necesidad de una colaboración para procurar los
bienes de la bilidad.—El don de los pobres. vida y para defenderse contra los
ataques de los vecinos enemigosLa acogida 171 y de los peligros naturales. Había
entre la gente de un mismo La acogida.—¿Quién acoge?—El riesgo.—Verdaderas
grupo una unidad que se enraizaba en las profundidades del y falsas acogidas.—La
acogida de la Providencia.—El inconsciente. primer gesto.—Acogida de los
marginados.—Margina- Los tiempos han cambiado. La sociedad moderna surge de
la dos dentro de la comunidad.—Acogida y lucha.— desintegración de estos grupos
más o menos naturales o familia- Acoger para servir.—Necesidad de comunidades
que res. Los que ahora viven en la misma localidad no forman parte acojan. de un
grupo homogéneo. Las ciudades y a menudo los pueblosReuniones 185 están
formados por vecinos que se ignoran. Cada cual se encierra, Reunirse para
compartir.—La reunión sagrada.—El por miedo, detrás de los muros de su casa. La
comunidad huma- don de la reunión.—Llevar una reunión.—Discerni- na no está
tampoco al nivel de la calle, el barrio o la ciudad. Hay miento comunitario. una
mezcla de pueblos, religiones y filosofías, debido a la movi- lidad.Lo cotidiano 195
Este estado de cosas engendra una soledad mejor o peor so- Vivir lo cotidiano.—
Espiritualidad del movimiento y es- portada. La familia, a veces reducida a la pareja
y sus hijos, no piritualidad del círculo.—Las leyes de la materia.— llega a hacerse
suficiente a sí misma. Entonces se buscan amigos. Amor y pobreza.—El ritmo de lo
cotidiano.—Dimensión La persona humana no puede vivir como una isla desierta,
tiene política de la comunidad. necesidad de compañeros, de amigos que participen
en unaLa fiesta 207 misma visión, un mismo ideal, con quien poder compartir. Por
En el centro de la comunidad: la fiesta.—La comida.— eso algunas personas
forman grupos no por barrios o por familias Animar la fiesta.—«Invitados a la
boda». (hermanos y hermanas, tíos y tías) sino por simpatía o en torno a unas ideas,
una visión del hombre y de la sociedad o unos centrosConclusión 219 98
5. de interés. Algunos se encuentran ocasionalmente, otros viven Es evidente que
casi todo lo que digo lo he sacado de mi expe-bajo el mismo techo. Dejan sus
lugares naturales, sus padres, riencia cotidiana en El Arca, la comunidad donde vivo
desde hacepuede ser que hasta su trabajo, para vivir con otros, en comuni- bastantes
años. También he tomado muchas cosas de las visitas adad según unos nuevos
criterios y una nueva visión. Al mismo tiem- otras comunidades de El Arca por el
mundo y escuchado a laspo quieren dar testimonio de esos valores ante la sociedad;
entien- personas que viven en comunidad.den que tienen una buena nueva que
anunciar al mundo, que va Las comunidades de El Arca son muy particulares, ya
que in-acompañada de una felicidad, verdad y plenitud de vida, muy tentamos vivir
con personas disminuidas mentales, para ayudarlesgrandes. Desean llegar a ser la
levadura en la masa de la sociedad a crecer, pero antes de «hacer a para» se quiere
«ser con». El sufri-humana. Quieren actuar por la paz y la justicia entre todos los
miento del disminuido mental, como el de cualquier personahombres y naciones.
marginada, es el sentirse excluida, sin valor, no amada. Algunos de estos grupos
están orientados hacia la acción, un Mediante la cotidianeidad de la vida
comunitaria y" el amortrabajo o la lucha. Se ve en el otro no a un hermano sino al
cama- que se encarna allí, empieza a descubrir que tiene algún valor querada, al
compañero de trabajo y de lucha. Se unen las capacida- es amada y amable.des de
acción. Empecé El Arca en 1964 con el deseo de vivir el evangelio y Otros insisten
más en la manera de vivir, las cualidades de la seguir mejor a Jesucristo. Cada día
que pasaba me descubría aúnrelación entre los miembros y la acogida, que en las
cosas por más cuánto debe extenderse la vida cristiana en el compromiso dehacer.
Su acción, por decirlo de alguna manera, es su testimonio una vida comunitaria y
cuánta necesidad hay de fe, de amor ade vida y de acogida. Jesús y de presencia del
Espíritu Santo para poder profundizar en la vida comunitaria. Todo lo que digo en
estas páginas sobre la Estamos ante dos polos de la comunidad: el cabo que atrae y
vida en común me lo ha inspirado mi fe en Jesús. Lo cual nounifica, el centro de
interés, el porqué de esa vida de unión; y la quiere decir que no haya vida en común
fuera del cristianismo.amistad que une a las personas entre sí, el sentimiento de
perte- ¡Ni mucho menos! Esa afirmación iría contra la experiencianencia a un
grupo, la solidaridad, las relaciones interpersonales. humana y el sentido común.
Desde el momento en que los hom- De hecho, en cualquier agrupación hay una
multiplicación de bres se agrupan cualquiera que sea el motivo, se crea una
formacabos, como hay múltiples maneras de considerar la solidaridad, de
comunidad. Pero el mensaje de Jesús invita a sus discípulos ael sentido de
pertenencia. En este libro, el término «comunidad» amarse y vivir de esa manera la
comunidad.lo reservamos sobre todo á las agrupaciones de personas que handejado
sus lugares habituales para vivir con otras bajo el mismo Como he estado cerca de
muchas personas atraídas por latecho, crear entre ellas relaciones interpersonales,
vivir y trabajar comunidad, por los nuevos modos de vida, he comprobado lasegún
una visión nueva de la persona humana y de sus relaciones gran ignorancia que
existe en lo que concierne a la vida comuni-con sus semejantes y con Dios. Es un
aspecto muy restringido; taria. Muchos creen que se trata de meter bajo el mismo
techo aotros pueden dar a la palabra «comunidad» sentidos más amplios. algunas
personas que se entienden «poco más o menos» o que se comprometen con un
mismo ideal. El resultado es a veces desas- Este libro se dirige sobre todo a los que
viven o quieren vivir troso. La vida comunitaria no está compuesta simplemente
deen comunidad pero muchos de sus párrafos se pueden aplicar espontaneidad ni de
leyes. Hay condiciones precisas, necesarias,igualmente a la vida familiar. Los dos
elementos esenciales de la para que esta vida comunitaria se pueda profundizar y
extendervida comunitaria se encuentran efectivamente en ella: relaciones mediante
crisis, tensiones y «buenos momentos». Si estas condi-interpersonales, sentido de
pertenencia, y el hecho de estar orienta- ciones no se dan, es posible cualquier
desviación, que conducirádos en unión hacia un fin y un testimonio de vida.
progresivamente a la muerte de la comunidad o a su muerte espi- De la misma
manera, alguna de sus páginas se pueden aplicar ritual, «la esclavitud» de sus
miembros.a aquellos que aunque no viven juntos, se reúnen regularmente Estas
páginas querrían clarificar las condiciones necesarias depara compartir su ideal, orar
o trabajar, y entre los que se crean una vida en común. Están escritas no como una
tesis o un tratadolazos profundos. de vida comunitaria sino en forma de flash. Son
pistas de refle-10 11
6. xión, que he descubierto no en los libros sino en la vida cotidiana a través de mis
errores, mis fracasos, mis faltas, a través de las inspiraciones de Dios, de las de mis-
hermanos y hermanas, a través de momentos de unidad entre nosotros y también de
ten- siones y sufrimientos. La vida en común es una maravillosa aventu- ra. Deseo
que muchos puedan vivir esta aventura que es en última instancia la de la liberación
interior: la libertad de amar y ser amado. Un corazón, un alma, un espíritu En estos
tiempos en que las ciudades son tan despersonaliza- das y despersonalizantes
muchos buscan la comunidad, sobre todo cuando se sienten solos, fatigados, débiles
y tristes. Para otros, estar solo es insoportable, es un gusto anticipado de la muerte.
La comunidad aparece entonces como maravilloso lugar de acogida y participación.
Pero, bajo otro ángulo, la comunidad es un lugar terrible. Es el lugar donde se
revelan nuestras limitaciones y egoísmos. Cuan- do empiezo a vivir todo el día con
otras personas, descubro mi pobreza y debilidad, mi incapacidad para entenderme
con algunos, mis bloqueos, mi afectividad o mi sexualidad perturbada, mis deseos
que parecen insaciables, mis frustraciones, mis celos, mis odios y mis deseos de
destrucción. Mientras estaba solo, podía creer que quería a todo el mundo; ahora
con otros, constato lo incapaz que soy de amar y rehuso la vida con otros. Si soy
incapaz de amar, ¿qué queda de bueno en mí? Sólo hay tinieblas, desesperanza y
angustia. El amor es una ilusión. Estoy condenado a la soledad y a la muerte. La
vida en común es la revelación penosa de los límites, debili- dades y tinieblas de mi
ser; es la revelación, a menudo inesperada de los monstruos escondidos en mí. Esta
revelación es difícil de asumir. Enseguida se trata de alejar esos monstruos, o
volverlos a esconder o negar su existencia, o se huye de la vida comunitaria y de la
relación con otros, o se les acusa a ellos y a los monstruos que hay en ellos. Pero si
se acepta que estos monstruos están ahí, se les puede dejar salir y aprender a
domarles. Es el crecimiento hacia la liberación. Si somos acogidos con nuestras
limitaciones y con nuestras12 13
7. capacidades también, la comunidad poco a poco se convertirá en Canadá. Si ante
un grupo de niños se promete un premio al un lugar de liberación; descubriendo que
somos aceptados y primero que responda una pregunta, todos se ponen a buscar la
amados por los demás, nos aceptamos y amamos mejor el lugar solución juntos y
cuando están de acuerdo responden gritando donde se puede ser uno mismo sin
miedo ni violencia. Así la vida todos al mismo tiempo. Para ellos sería intolerable
que ganara comunitaria profundiza en la confianza mutua entre todos los uno y
perdiera la mayoría; el que ganara se separaría del resto de miembros. sus
hermanos. Habría ganado el premio pero habría perdido la solidaridad. Entonces ese
lugar terrible se convertirá en lugar de vida y Nuestra civilización occidental es una
civilización competitiva.crecimiento. No hay nada más bello que una comunidad
donde se Desde el colegio el niño aprende a «ganar»; sus padres estánempieza a
amar realmente y a tenerse confianza los unos a los encantados cuando es el
primero. De esa manera, el progresootros. «Ved: qué dulzura, qué delicia, convivir
los hermanos uni- material individualista y el deseo de subir de grado en el
prestigiodos. Esungüento precioso en la cabeza... que baja por la barba pisotean el
sentido de la comunión, de la compasión, de la comu-de Aarón» (Sal. 133). nidad.
Se trata ahora de vivir más o menos solo en casita, guar- Nunca he llegado a
entender muy bien esta referencia a la dando celosamente los bienes y tratando de
adquirir otros, con unbarba de Aarón, sin duda porque nunca he tenido barba. Pero
si papel en la puerta donde está escrito «cuidado con el perro». Porel perfume que se
desliza por una barba produce una sensación esto, el occidente ha perdido el sentido
de la comunidad que pe-tan asombrosa como la vida en común, debe ser
maravilloso. queños grupos que surgen aquí y allá, tratan de recuperar. Tenemos
mucho que aprender de África y de la India, que nos La vida comunitaria es el lugar
donde se descubre la herida recuerdan que lo esencial de la comunidad es un
sentimiento deprofunda del propio ser y donde se aprende a asumirla. Entonces
pertenencia. Hay que reconocer que el sentido de su propia comu-se puede empezar
a renacer. Sí, hemos nacido a partir de esa nidad les impide mirar con amor y
objetividad a las otras comuni-herida. dades. Y entonces aparece la guerra entre
tribus. A veces también la vida comunitaria africana se basa en el miedo. El grupo,
la tribu, dan a la vida un sentido de solidaridad, protegen y danSentimiento de
pertenencia seguridad pero no son verdaderamente liberalizadores. Si el indivi- duo
no se separa de ellos es sólo por sus miedos y su propia herida, Cuando veo los
pueblos africanos, constato que a través de sus frente a fuerzas adversas a los genios
malos y a la muerte. Estosritos y tradiciones, viven profundamente la vida
comunitaria. miedos se concretizan en torno a ritos o fetiches que tienen unCada
cual tiene la convicción de pertenecer a los otros; el que es poder de cohesión. Pero
la verdadera comunidad es liberalizadora.de la misma etnia o pueblo es
verdaderamente un hermano. Meviene a la memoria monseñor Agre, obispo de Man
que se encon- Me gusta ese pasaje de la Escritura: «Y diré: Tú eres mitró a un
aduanero en el aeropuerto de Abidjan; se abrazaron pueblo, y él dirá: Tú eres mi
Dios» (Os. 2, 25).como si fueran hermanos pues eran del mismo pueblo. De cierta
Siempre me recuerda a Jessie Jackson, uno de los discípulosmanera se pertenecían
el uno al otro. Los africanos no tienen de Martín Lutero King, diciendo a una
asamblea de muchosnecesidad de hablar de la comunidad, la viven intensamente.
miles de negros: «Mi pueblo es humillado». La madre Teresa dice: Me han dicho
que los aborígenes de Australia no apetecen «Mi pueblo tiene hambre».ningún bien
material, salvo los coches que les permitan ir a visitar Mi pue"blo, es decir, mi
comunidad, la pequeña comunidad dea sus hermanos. Para ellos, lo único
importante son los lazos de los que viven juntos pero también la comunidad más
grande quefraternidad que los alimentan. Hay, al parecer, tal unidad entre está a su
alrededor y por la que ella existe. Esos son los que estánellos que saben cuándo
muere alguno; lo sienten en sus entrañas. inscritos en mi carne como yo estoy
inscrito en la suya. Ya estemos Rene Lenoir en su libro Les exclus >, habla de los
indios de lejos o cerca, mi hermano, mi hermana, permanecen inscritos en 1 mi
interior. Los llevo y ellos me llevan y cuando nos encontramos LENOIR, R.:
Lesexclus, LeSeuil, París, 1975. nos reconocemos. Estamos hechos los unos para
los otros, hechos14 15
8. de la misma tierra, miembros de un mismo cuerpo. El término «mi cia de un
compromiso profundo hacia otra realidad más allá de la pueblo» no quiere decir que
en relación con ellos yo esté en un de ser una comunidad. grado de superioridad,
que yo sea su pastor y me ocupe de ellos. Quiere decir que ellos son para mí como
yo soy para ellos. Todos Cuanto una comunidad es más auténtica y creativa en su
somos solidarios. Lo que les toca a ellos, a mí me toca. El término búsqueda de lo
esencial, más se sienten llamados sus miembros a «mi pueblo» no implica que
rechace a otros. No, «mi pueblo» es salir de sí mismos tendiendo a unirse. Por el
contrario cuanto más mi comunidad constituida por los que me conocen y me
llevan. tibia se hace en relación con su fin inicial, más peligro hay de Puede y debe
ser un trampolín hacia la humanidad entera. Pero esterilizarse y de que aparezcan
tensiones. Los miembros no no puedo ser un hermano universal si no amo en primer
lugar a hablan tanto de cómo responder mejor a la llamada de Dios y los «mi
pueblo» y a partir de él, a todos los demás. pobres, como de ellos mismos, sus
problemas, sus estructuras, su riqueza y su pobreza, etc. Existe un lazo íntimo entre
los dos No se va personalmente hacia la unidad interior más que polos de la
comunidad: su objetivo y la unidad entre sus miembros.cuando se agranda y
profundiza el sentido de pertenencia. Y nosólo de pertenencia a una comunidad sino
al universo, a la tierra, Una comunidad se convierte verdaderamente en una y
resultaal aire, al agua, a todos los vivientes, a toda la humanidad. Si la radiante
cuando todos sus miembros tienen un sentimiento decomunidad da a la persona un
sentimiento de pertenencia, la urgencia. En el mundo hay demasiada gente sin
esperanza, dema-ayuda también a asumir su soledad en un encuentro personal con
siados gritos sin respuestas, demasiadas personas que mueren enDios. Por esto
también está la comunidad abierta al universo y a su soledad. Cuando los miembros
de una comunidad entiendentodos los hombres. que no están ahí para ellos mismos
ni por su propia pequeña santificación sino para acoger el don de Dios y para que
Dios venga a calmar la sed de los sedientos, viven plenamente la comu-Tender
hacia los fines de la comunidad nidad. La comunidad ha de ser la luz en un mundo
de tinieblas, un manantial en la Iglesia y para todos los hombres. No hay Cualquier
tipo de comunidad ha de tener un proyecto. Si los derecho a estar tibio. miembros
deciden vivir juntos sin especificar sus fines ni tener claro el porqué de su vida en
común, enseguida habrá conflictos ytodo se desplomará. Las tensiones en la
comunidad provienen a menudo de que las personas tienen expectativas muy
distintas y De «la comunidad para mí» a «yo para la comunidad»no las verbalizan.
Pronto se descubre que lo que querían unas esmuy distinto de lo que esperaban
otras. Imagino que igual pasa Una comunidad no se constituye como tal hasta que la
mayoríaen el matrimonio. No se trata de querer vivir juntos. Si se quiere de sus
miembros está dispuesta a dar el paso de «la comunidadque esa vida dure, es
necesario saber lo que se quiere hacer para mí» a «yo para la comunidad», es decir,
hasta que el corazónjuntos, lo que se quiere ser juntos. de cada uno está dispuesto a
abrirse a cada miembro, sin excluir Esto implica que toda comunidad debe tener un
proyecto de a nadie. Es el paso del egoísmo al amor, de la muerte a la resu-vida que
especifique claramente por qué se vive juntos y lo que se rrección; es la pascua, el
paso del Seflor y también el paso de unaespera de cada uno. Implica también que
antes de consolidarse, tierra de esclavitud a la tierra prometida, la de la liberación
in-una comunidad tenga un tiempo más o menos largo para preparar terior.esta vida
en común y clarificar sus opciones. La comunidad no es cohabitación porque eso es
un cuartel o Bruno Bettelheim dice en Un lugar donde renacer:2 «Estoy un hotel.
No es tampoco un equipo de trabajo y menos aún unconvencido de que la vida en
común sólo puede florecer cuando nido de víboras. Es el lugar en el que cada uno o
más bien laexiste un fin fuera de ella. No es posible más que como consecuen-
mayoría (¡hay que ser realista!), trata de salir de las tinieblas del egocentrismo a la
luz del amor verdadero. «En vez de obrar por BETTELHEIM, B.: Un lieu oü
renattre, R. Laffont, París, 1975. egoismo o presunción, cada cual considere
humildemente que los16 17
9. otros son superiores y nadie mire únicamente por lo suyo, sino carne el corazón
de piedra y os daré un corazón de carne. Ostambién cada uno por lo de los demás»
(Flp. 2, 3-4). infundiré mi espíritu» (Ez. 36,26). Jesús nos ha prometido enviar- El
amor no es ni sentimental ni una emoción transitoria. Es nos al Espíritu Santo, el
Paráclito, para comunicarnos estauna atención al otro que poco a poco se convierte
en compromiso, energía nueva, esta fuerza, esta calidad del corazón que
hacenreconocimiento de una alianza, de una pertenencia mutua. Es que se pueda
acoger verdaderamente al otro —aunque sea unescucharle, ponerse en su lugar,
comprenderle, sentirse atañido enemigo— tal como es: soportar todo, creer todo,
esperar todo.por él. Es responder a su llamada y a sus necesidades más profun-
Aprender a amar supone toda una vida, pues es necesario que eldas. Es compartir,
sufrir con él, llorar cuando llore, alegrarse Espíritu penetre en todos los rincones y
recovecos de nuestro ser,cuando se alegre. Amar es también estar alegre cuando el
otro en todas esas partes en las que hay temores, miedos, actitudes deestá y triste
cuando permanece ausente; es morar mutuamente defensa y celos.uno en otro,
refugiándose uno en el otro. «El amor es una fuerza La comunidad empieza a
hacerse cuando cada uno hace ununificadora» dijo Dionisio el Aeropagita. esfuerzo
para acoger y amar a los otros tal y como son. «Acogeos Si el amor es tender uno
hacia el otro, es también tender los mutuamente como Cristo os acogió para honra
de Dios» (Rom.dos hacia las mismas realidades, es esperar y querer las mismas
15,7).cosas; es comulgar en la misma visión, con el mismo ideal. Poreso, es querer
que el otro se realice plenamente según los caminosde Dios y al servicio de los
demás, es querer que sea fiel a su Simpatías y antipatíasllamada, libre para amar en
todas las dimensiones de su ser. Aquí están los dos polos de la comunidad: un
sentimiento de Los dos grandes peligros de una comunidad son los «amigos»
ypertenencia del uno al otro y también un deseo de que el otro vaya los «enemigos».
Muy rápidamente ocurre que «Dios los cría y ellosmás lejos en su donación a Dios
y a los demás, que sea más lumi- se juntan»; se desea estar al lado de quien nos
gusta, de quiennoso, más profundo en la verdad y la paz. «El amor es paciente, es
tiene nuestras mismas ideas, la misma manera de concebir laafable; el amor no tiene
envidia, no se jacta ni se engríe, no es vida, el mismo tipo de humor. Nos
alimentamos el uno del otro;grosero ni busca lo suyo, no se exaspera ni lleva
cuentas del mal, no nos halagamos: «eres maravilloso» «tú también lo eres»,
«somossimpatiza con la injusticia, simpatiza con la verdad. Disculpa maravillosos
porque somos inteligentes, astutos». Las amistadessiempre, se fía siempre, espera
siempre, aguanta siempre.» (1 Cor. humanas pueden enseguida caer en un club de
mediocridades13,4-7). donde se cierran los unos en los otros; se halagan
mutuamente y se hacen creer que son inteligentes. La amistad no es entonces Para
dar este paso del egoísmo al amor, de «la comunidad una tendencia a ir más lejos, a
servir mejor a nuestros hermanospara mí» a «yo para la comunidad», y la
comunidad para Dios y y hermanas, a ser más fieles al don que se nos ha dado,
máspara los que tienen necesidad, se precisa tiempo y muchas puri- atentos al
Espíritu y a continuar la marcha a través del desiertoficaciones, muertes constantes
y nuevas resurrecciones. Para hacia la tierra prometida de la liberación. Se convierte
en sofo-amar, es necesario morir sin cesar a las ideas, susceptibilidades y cante y
constituye un fardo que impide dirigirse a los otros,comodidades propias. El camino
del amor se teje con sacrificios. atendiendo sus necesidades. A la larga, ciertas
amistades se trans-Las raíces del egoísmo son profundas en nuestro inconsciente y a
forman en una dependencia afectiva que es una forma de esclavi-menudo
constituyen nuestras primeras reacciones de defensa, de tud.agresividad, de
búsqueda del placer personal. Amar no es sólo un acto voluntario que se acoja para
controlar En -una comunidad también hay «antipatías». Siempre hayy rebasar la
sensibilidad (esto es un principio) sino una sensibili- personas que no me entienden,
que me bloquean, que me contra-dad y un corazón purificado que se dirigen
espontáneamente dicen y ahogan el impulso de mi vida y de mi libertad. Su presen-
hacia el otro. Estas purificaciones profundas se realizan gracias al cia parece
amenazarme y provocarme agresividades o un ciertodon de Dios, una gracia que
surge de lo más profundo de noso- tipo de regresión servil. En su presencia, soy
incapaz de expresar-tros mismos, allí donde reside el Espíritu. «Arrancaré de
vuestra me y vivir. Otros hacen nacer en mí sentimientos de envidia y18 19
10. celos, son lo que yo quisiera ser y su presencia me recuerda que queréis a los
que os quieren, ¡vaya generosidad! También los des- no lo soy. Su valía e
inteligencia me retrotraen a mi propia indi- creídos quieren a quien los quiere» (Le.
6, 27, 32). gencia. Otros me piden demasiado. No puedo responder a su búsqueda
afectiva incesante. Me veo obligado a rechazarlos. Estas El «falso amigo» es aquel
en quien no veo más que «supuestas» personas son mis «enemigos»; me ponen en
peligro, e incluso cualidades. Suscita en mí una cierta vitalidad, un bienestar. Me
aunque no lo admita, les odio. Este odio no es psicológico, ni revela a mí mismo y
me estimula. Por eso le amo. aún moral, es decir querido. Pero cuánto me gustaría
que no El «enemigo» por el contrario estimula en mí emociones queexistieran. Su
desaparición, su muerte, me parecería una libe- no quiero considerar: agresividad,
celos, miedo, falsa dependen- ración. cia, odio, todo lo que del mundo de las
tinieblas hay en mí. Es natural que en una comunidad se den aproximaciones de
Mientras no acepte ser una mezcla de luz y tinieblas, de cuali- sensibilidades tanto
como bloqueos entre sensibilidades distintas. dades y defectos, de amor y odio, de
altruismo y egocentrismo, de Unas por inmadurez de la vida afectiva y por cierta
cantidad de madurez e inmadurez, sigo dividiendo el mundo en «enemigos» (los
elementos de nuestra infancia sobre los que no tenemos ningún «malos») y en
«amigos» (los «buenos»), continúo alzando barreras control. No hay por qué
negarlo. en mí y fuera de mí extendiendo prejuicios. Si nos dejamos guiar por
nuestras emociones, pronto se harán Cuando acepte que tengo debilidades y
defectos y también queclanes en el interior de la comunidad. Entonces no habrá una
puedo progresar hacia la libertad interior y un amor más verda-comunidad sino
grupos de personas más o menos cerradas sobre dero, entonces podré aceptar los
defectos y debilidades de lossí mismas y bloqueadas las unas por las otras. Cuando
se entra en demás; también ellos pueden progresar hacia la libertad delalgunas
comunidades se notan estas tensiones y luchas subterrá- amor. Puedo mirar a todos
los hombres con realismo y amor.neas. Las personas no se miran de frente. Cuando
se cruzan en Todos somos personas mortales y frágiles pero con esperanza,los
pasillos, son como barcos en la noche. Una comunidad no es pues podemos
crecer.comunidad más que cuando la mayoría de sus miembros handecidido
conscientemente romper esas barreras y salir del capullode «amistades» para tender
la mano al «enemigo». El perdón en el corazón de la comunidad Pero esto es un
largo camino. Una comunidad no se hace enun día. En realidad, nunca está hecha,
sino siempre en progre- ¿Podemos aceptarnos a nosotros mismos con nuestras tinie-
sión hacia un amor más grande, o en regresión. blas, debilidades, faltas, y miedos
sin la revelación de que Dios nos ama? Cuando se descubre que el Padre envió a su
hijo único El enemigo me da miedo. Soy incapaz de escuchar su grito, de no para
juzgarnos ni condenarnos sino para sanarnos, salvarnos yresponder a sus
necesidades; sus actitudes agresivas y dominado- guiarnos por los caminos del
amor; cuando se descubre que haras me aplastan. Le huyo o me gustaría que
desapareciera. venido para perdonarnos porque nos ama en las profundidades de En
realidad, tengo que tomar conciencia de mi debilidad, de nuestro ser, entonces nos
podemos aceptar a nosotros mismos.mi falta de madurez, de una pobreza en mi
interior. Y esto es lo Hay una esperanza. No estamos encerrados para siempre en
unaque rehuso entender. Los defectos que critico en los otros son a prisión de
egoísmo y tinieblas. Es posible amar. Así es posiblemenudo mis propios defectos a
los que me niego a mirar a la aceptar a los otros y perdonar.cara. Los que critican a
los otros y a la comunidad y buscan la Mientras que yo no vea en el otro más que
las cualidades quecomunidad ideal, corren el peligro de huir del reconocimiento de
reflejan a las mías, no hay crecimiento posible; la situación serásus propios defectos
y debilidades. Rechazan su sentimiento de estática y se romperá tarde o temprano.
Una relación entreinsatisfacción, su herida. personas no es auténtica y estable más
que cuando se funda en la El mensaje de Jesús es claro: «Pero, en cambio, a
vosotros que aceptación de las debilidades, el perdón y la esperanza de un cre-me
escucháis os digo: Amad a vuestro enemigo, haced el bien a los cimiento.que os
odian, bendecid a los que os maldicen, rezad por los que os Si el punto álgido de la
vida comunitaria es la celebración, suinjurien. Al que te pegue en una mejilla,
preséntale la otra... Si corazón es el perdón.20 21
11. La comunidad es el lugar del perdón. A pesar de la confian/a empezar
simplemente por reconocer nuestros bloqueos, nuestros que puedan tener unos con
otros, hay siempre palabras que celos, nuestra forma de compararnos, nuestras
preguntas, y hieren, actitudes que ponen en evidencia, situaciones donde se nuestros
odios más o menos conscientes y reconocernos como estrellan las susceptibilidades.
Por eso, vivir juntos implica llevar somos. Y pedir perdón al Padre. Y después es
bueno hablar con una cruz, un esfuerzo constante y una aceptación que es el perdón
un hombre de Dios que nos puede hacer comprender, quizá, lo mutuo de cada día.
Pablo dice: «En vista de esto, como elegidos que está pasando, confirmarnos en
nuestro esfuerzo de rectitud y de Dios, consagrados y predilectos, vestios de ternura
entrañable, ayudarnos a descubrir el perdón de Dios. de agrado, humildad, sencillez,
tolerancia; conllevaos mutuamente Una vez que hemos reconocido que la rama está
torcida, que y perdonaos cuando uno tenga queja contra otro; el Señor os ha estamos
bloqueados por la antipatía, se trata de dirigir los esfuer- perdonado, haced vosotros
lo mismo. Y, por encima, ceñios el zos hacia la lengua, evitando dejarla libre para
que siembre ciza- amor mutuo, que es el cinturón perfecto. Interiormente la paz de
ña, que no indague las faltas y errores de los demás y se regocije Cristo tenga la
última palabra; a esta paz os han llamado como cuando constata que se han
equivocado. La lengua es uno de los miembros de un mismo cuerpo. Sed también
agradecidos» (Col. 3, órganos más pequeños, pero que puede sembrar la muerte.
Para 12-15). esconder nuestros propios defectos, engrandecemos los de los demás.
«Se» han equivocado. Cuando aceptamos los defectos Bastantes personas van a una
comunidad para encontrar algo, propios, nos es más fácil aceptar los de los
demás.pertenecer a un grupo dinámico y tener un estilo de vida cercanoal ideal. Al
mismo tiempo hay que tratar lealmente de ver las cualida- Si entran en una
comunidad sin saber que se va para descu- des del «enemigo». ¡También tendrá
alguna! Pero como tengobrir el misterio del perdón, enseguida se desengañarán.
miedo de él, también él lo tendrá de mí. Si yo estoy bloqueado también lo estará él.
Cuando dos personas se tienen miedo es difí- cil que se puedan descubrir
mutuamente las cualidades. Es nece-Sed pacientes sario un mediador, un
reconciliador, un artesano de la paz, una persona en quien se tenga confianza, y que
se entienda con el ene- No somos dueños de nuestras sensibilidades, atracciones y
re- migo. Si confío a esta tercera persona mis dificultades, ella podrápulsas que
nacen en lo más profundo de nuestro ser, allí donde ayudarme a descubrir las
cualidades del «enemigo» o al menos atenemos más o menos el control. Todo lo
que podemos hacer es comprender mis actitudes y mis bloqueos y después de haber
vistoesforzarnos en no seguir esas pendientes que constituyen las ba- sus cualidades,
podré algún día utilizar mi lengua para hablarrreras en el interior de la comunidad.
Será preciso esperar a que bien de él. Será un largo camino que terminará en un
gesto final,el Espíritu Santo venga a perdonar, purificar y podar las ramas pediré al
enemigo antiguo un consejo o un servicio. El que se nosun poco torcidas de nuestro
ser. Nuestra sensibilidad desde pida un consejo o un servicio impacta mucho más
que el hecho denuestra infancia se ha formado a base de miles de miedos y egoís-
que se nos preste un servicio o se nos haga algún bien.mos; también está hecha por
los gestos de amor y el don de Dios. Durante todo este tiempo, el Espíritu Santo
puede ayudarnosEs una mezcla de tinieblas y luz. En un día no se podrá rectificar a
orar por el «enemigo» para que también crezca como Diosesa sensibilidad porque
exige mil purificaciones y perdones, es- quiere, para que un día pueda realizarse el
gesto de reconci-fuerzos cotidianos y sobre todo el don del Espíritu que nos reno-
liación.vará en el interior. El Espíritu Santo vendrá un día para liberarme de este
bloqueo de antipatía o puede ser también que me deje seguir con Transformar poco
a poco nuestra sensibilidad para poder em- esta espina en mi carne que me humilla
y me obliga a hacer cadapezar a amar realmente al enemigo es un trabajo de larga
dura- día nuevos esfuerzos. No se trata de inquietarse por los malos sen-ción.
Tenemos que ser pacientes con nuestras sensibilidades y timientos y aún menos de
sentirse culpable. Se trata de pedirmiedos, misericordiosos con nosotros mismos.
Para dar este paso perdón a Dios como niños pequeños y seguir andando. Si el
cami-hacia la aceptación y el amor al otro, a todos los demás, hay que no es largo,
no hay que desanimarse. Uno de los papeles de la22 23
12. vida comunitaria es justamente el de ayudarnos a continuar ruta con esperanza,
el aceptarnos tal como somos y aceptar a , 1. (Flp. 2, 1-2). «En el grupo de los
creyentes todos pensaban y otros como son. V sentían lo mismo: lo poseían todo en
común y nadie consideraba La paciencia, como el perdón, está en el corazón de la
vid^ ^ suyo nada de lo que tenía (Hch. 4,32). común: paciencia con nosotros
mismos y las leyes de nuestro 0 Esta atmósfera de alegría proviene del hecho de que
cada uno cimiento, y paciencia con los demás. La esperanza comunitaria ^ se siente
libre de ser él mismo en lo que tiene de más profundo. funda en la aceptación y el
amor de la realidad de nuestro se,A No hay necesidad de representar ningún papel,
de intentar ser del de los otros, y en la paciencia y confianza necesarias par^ ^ mejor
que los otros, de tratar de hacer proezas, para ser amado. crecimiento. ^i Ha
descubierto que se le ama por sí mismo y no por sus capaci- dades intelectuales o
manuales. Cuando alguien empieza a quitar las barreras y los miedos que Confianza
mutua le impedían ser uno mismo, se simplifica. La sencillez es precisa- mente ser
uno mismo sabiendo que los otros nos quieren tal como En el corazón de la
comunidad está esta confianza mutua fl somos. Es saberse aceptado con sus
cualidades, sus defectos en su unos en otros, nacida del perdón cotidiano y de la
aceptación 3 persona profunda. nuestras debilidades y pobrezas. Pero esta confianza
no nace ^ ^ un día. Por eso hace falta tiempo para formar una vida comunit ^ Cada
vez más descubro que la gran dificultad para muchos de ría. Cuando alguien entra
en una comunidad, representa siemp^ los que vivimos en comunidad es la falta de
confianza en nosotros un papel porque quiere ser lo que los otros esperan de él.
Poco ^ mismos. Tenemos la impresión de que en el fondo de nuestro ser poco
descubre que los demás le quieren tal como es y que c o n f í ^ no somos amables y
que si los demás nos vieran tal como somos, en eí. Pero ía confianza es una cosa
que se debe probar y siemp^ nos rechazarían. Se tiene miedo a todo lo que en
nosotros hay de acrecer. tinieblas, a nuestras dificultades sobre el plan de vida
afectiva o Los casados jóvenes puede ser que se quieran mucho pero e$ de la
sexualidad. Se tiene miedo de no poder amar verdadera- amor a veces es un
elemento superficial y excitante ligado al de s mente. Pasamos deprisa de la
exaltación a la depresión, pero ni cubrimiento que se acaba de hacer. El amor es, sin
duda, m¿L una ni otra son expresión de lo que en verdad somos. ¿Cómo con-
profundo entre los esposos mayores que han vivido pruebas junt^ vencernos de que
nos aman en nuestra pobreza y debilidad y quey saben que el otro será fiel hasta la
muerte. Saben que nad nosotros también somos capaces de amarnos?puede romper
su unión. Este es el secreto del crecimiento en comunidad. ¿No viene de Igual pasa
en nuestras comunidades; hay en ellas a menud^ un don de Dios que pasa a través
de los otros? Cuando poco asufrimientos, dificultades muy grandes y tensiones que
han puest^ poco se descubre que Dios y los otros tienen confianza en nos-a prueba
la fidelidad que hace crecer la confianza. Una comuna otros, es más fácil tener
confianza en uno mismo y hacer crecerdad donde existe una verdadera confianza
mutua es una comunü nuestra confianza en los demás.dad inquebrantable. Vivir en
comunidad es descubrir y amar el secreto de la perso- La comunidad no es
simplemente un grupo de personas qu e na, en lo que es única. Es así como se llega
a ser libre. Entoncesviven juntas y se quieren, es una corriente de vida, un corazón,
u^ no se vive según el deseo de los demás o representando una come-alma, un
espíritu. Son personas que se quieren entre sí mucho y dia sino a partir de la llamada
profunda de su persona,que están inclinadas hacia la misma esperanza. De ahí la
atmós, haciéndose libre para descubrir la persona profunda del otro.fera particular
de alegría y acogida que caracteriza a la verdadera,comunidad. «Entonces, si hay un
estímulo en Cristo y un aliento "en el amor mutuo, si existe una solidaridad de
espíritu y un carü El derecho a ser uno mismoño entrañable, hacedme feliz del todo
y andad de acuerdo, te-niendo un amor recíproco y un interés unánime por la
unidad» Siempre he querido escribir un libro que se llamara: El dere- cho a ser
malo, aunque con más justificación se podría llamar: El24 25
13. derecho a ser uno mismo. Una de las grandes dificultades de la vida en común
consiste en que a veces se obliga a los demás a ser vivir toda su vida con esas
represiones y barreras. Son también lo que no son; se les recubre de un ideal al que
han de conformar- hijos de Dios y Dios puede actuar por ellos, con ellos y sus
nervios, se. Si no llegan a identificarse con la imagen que se han hecho los para bien
de la comunidad. También han de ejercer su don. No demás de ellos, temen que no
les quieran o por lo menos decep- psiquiatricemos demasiado las cosas y mediante
el perdón de cionarlos. Si lo consiguen, se creen perfectos. Sin embargo, en cada día
ayudémonos los unos a los otros a aceptar esos nervios y una comunidad no se
persigue el tener gente perfecta, sino que esas barreras. Es la mejor manera de que
se disuelvan. esté formada por personas unidas unas a otras, cada una compuesta de
una mezcla de bien y mal, de tinieblas y luz, de amor y odio. La comunidad es la
tierra en la que cada uno puede Llamados a vivir juntos tal como somos crecer sin
miedo hacia la liberación de las formas de amor que hay escondidas en él. Pero no
puede haber crecimiento si no se re- conoce una posibilidad de progreso y que hay
muchas cosas en En las comunidades cristianas, parece que Dios se complace
nuestro interior para purificar, tinieblas que han de transformar- en hacer vivir
juntas a personas humanamente muy distintas, que se en luz y miedos que han de
convertirse en confianza. proceden de culturas, clases y países diferentes. Las
comunidades En la vida en común a menudo se espera demasiado de las más
hermosas lo son justamente por esa gran diversidad de perso- personas
impidiéndoles reconocerse y aceptarse tal como son. Rá- nas y temperamentos, ló
que obliga a cada uno a saltar por pidamente se les juzga y clasifica en categorías,
obligándolas a es- encima de sus simpatías o antipatías para querer al otro con sus
conderse tras una máscara. Pero, tienen el derecho a ser malas, a diferencias. estar
entenebrecidas por dentro, a tener rincones endurecidos en Esas personas nunca
hubieran escogido vivir con las otras. el corazón donde se esconden los celos y
hasta el odio. Los celos, Humanamente parece un desafío imposible pero eso es
precisa- las inseguridades son naturales; no son «enfermedades vergonzo- mente lo
que les da la certeza de que ha sido Dios quien les ha es- sas», sino que pertenecen a
nuestra naturaleza herida. Esa es cogido para vivir en esa comunidad. Lo imposible
se convierte nuestra realidad. Hay que aprender a aceptarlas, &. vivir con ellas
entonces en posible. Esas personas no se apoyan en sus capacida- sin dramatizar, y
poco a poco, aprendiendo a perdonar, caminar des humanas o en sus simpatías sino
en el Padre que les ha con-hacia la liberación. vocado a vivir juntas y que poco a
poco les dará un corazón nuevo En algunas comunidades he visto que algunos de
sus miembros y un espíritu nuevo para que sean testigos del amor. En efecto,vivían
una especie de culpabilidad inconsciente; tienen la impre- cuanto más humanamente
imposible sea, más aparecerá como unsión de que no son lo que deberían ser, y
necesitan que se les con- signo de que el amor viene de Dios y de que Jesús sigue
vivo: «Enfirme y se les reafirme en la confianza. Hay que hacerles sentir esto
conocerán que sois discípulos míos, en que os amáis unos aque pueden compartir su
debilidad sin que se les rechace. otros» (Jn. 13,35). Jesús eligió para vivir con él en
la primera comunidad de En todos nosotros hay una parte que ya está iluminada,
con- apóstoles, hombres profundamente diferentes: Pedro, Mateo (elvertida. Hay
también otra aún en tinieblas. Una comunidad no se publicano), Simón (el celóte),
Judas... Nunca hubieran idocompone sólo de necesidad de ser transformados,
purificados, po- juntos, si el Maestro no les hubiera llamado.dados. También se
compone de «no convertidos». No hay que buscar la comunidad ideal. Se trata de
amar a los Hay personas psicológicamente muy heridas, que arrastran que Dios ha
puesto a nuestro lado hoy; ellos son signos de la pre-verdaderas represiones y
nerviosismos profundos. Terriblemente sencia de Dios para nosotros. Nosotros
.hubiéramos querido per-dañados en su infancia, se han rodeado, para defender su
vulne- sonas distintas, más alegres o más inteligentes, pero esas son lasrabilidad de
enormes barreras. que Dios nos ha dado, las que ha escogido para nosotros, y es con
No se trata de enviarlos siempre al psiquiatra, ni de empujar- ellas como debemos
crear la unidad y vivir la alianza.les a hacer una psicoterapia. Muchas personas
están llamadas a Cada vez estoy más impactado por la cantidad de gente insa-26 27
14. tisfecha de su comunidad. Cuando son pequeñas, querrían que fueran numerosas
para estar más apoyados, para tener más acti- Compartir tu debilidad vidades
comunes, para celebrar liturgias más bonitas y mejor pre- paradas. Cuando están en
comunidades grandes, sueñan con las El otro día, Colleen, que vive en comunidad
desde hace máspequeñas comunidades ideales. Los que tienen mucho que hacer de
25 años, me decía: «Siempre he intentado ser transparente en suspiran por grandes
momentos de oración; los que tienen mucho la vida en común. Sobre todo he
querido evitar el ser un obstáculotiempo, se aburren y buscan alocadamente
cualquier tipo de acti- al amor de Dios a los otros. Ahora estoy empezando a
descubrir vidad que dé un sentido a su vida. ¿No sueñan todos con esa co- otra cosa:
que soy un obstáculo y que lo seré siempre. ¿No será la munidad ideal, perfecta,
donde haya una paz plena, una perfecta vida en común un reconocer que soy un
obstáculo, compartirlo armonía, con un equilibrio entre lo interior y lo exterior,
donde con mis hermanos y hermanas y pedir perdón por ello?» todo sea alegría? No
existe la comunidad ideal. La comunidad se compone de personas con sus valores y
también con sus debilidades y su Es difícil hacer entender que el ideal no existe, que
el equili- pobreza que se aceptan mutuamente y se perdonan. Más que labrio
personal y la armonía soñada no se dan hasta después de perfección y el sacrificio,
el fundamento de la vida en común es la años y años de luchas y sufrimientos y que
incluso puede que no humildad y la confianza.surjan más que como toques de gracia
y paz. Si se busca siempreel equilibrio propio, aún más, si se busca demasiado la
propiapaz, nunca se llegará a la paz que da el fruto del amor y del ser- Aceptar
nuestras debilidades y las de los demás es todo lo con-vicio a los demás. A muchos
miembros de comunidades que trario de la afectación. No es una aceptación
fatalista, sin espe-buscan ese ideal inaccesible, yo les diría: «No busques más la paz,
ranza, sino que es esencialmente un hecho de verdad para no caerpero allí donde
estés, da paz; deja de mirarte para mirar a tus en la ilusión y poder crecer a partir de
lo que se es y no de lo quehermanos que pasan necesidad. Sé cercano a los que Dios
te ha se podría ser, o de lo que los otros querrían que fuera. Esto nodado hoy.
Pregúntate muchas veces cómo puedes hoy amar a tus ocurre más que cuando se es
consciente de lo que se es y de lo quehermanos y hermanas. Entonces encentrarás la
paz; encontrarás son los demás, con nuestros valores y debilidades, de la llamada
deel reposo y ese equilibrio que buscas entre lo interior y lo exterior, Dios y de la
vida que nos da para que construyamos algo juntos.entre la oración y la acción,
entre el tiempo para ti y el tiempo El valor de la vida debe surgir de la realidad de lo
que somos.para los demás. Todo se resolverá en el amor. No es necesarioperder el
tiempo persiguiendo una comunidad perfecta. Vive en Cuanto más profunda se hace
una comunidad más se convier-tu comunidad plenamente hoy. Deja de ver los
defectos que tiene ten sus miembros en frágiles y sensibles. Algunas veces se
podría(y gracias que los tiene); mira más tus propios defectos y piensa creer lo
contrario ya que si los miembros tienen tal confianza, losque estás perdonado y que
puedes a tu vez perdonar a los otrds y unos en los otros, podrían ser cada vez más
fuertes. Eso es ciertoentrar hoy en la conversión del amor». pero no descarta esa
fragilidad y sensibilidad que son la raíz de una nueva gracia que hace que sean
dependientes unos de otros. Algunas veces es más fácil oír los gritos de los pobres
que Amar es convertirse en débil y vulnerable; es levantar las barrerasestán lejos
que los de los hermanos y hermanas de la comunidad. y romper los caparazones; es
dejar que los otros entren en mí yNada hay más digno de gloria que la respuesta al
grito del que hacerse delicado para entrar en ellos. El encuentro de la unidadestá a
mi lado día a día y que me molesta. es la interdependencia. El otro día, Didier lo
explicaba a su manera en el curso de un encuentro: «Una comunidad se construye
como una casa: con Puede ser que no se pueda responder a los gritos de los demás
piedras de distintos tipos. Pero lo que mantiene a las piedrasmás que cuando se haya
reconocido y asumido el grito de la juntas es el cemento, que está formado de arena
y cal, elementospropia herida. tan frágiles que un golpe de viento los dispersa. Igual
en la comu- nidad; lo que nos une, nuestro cemento, está hecho con lo que en
nosotros es más frágil y pobre». 2928
15. La comunidad se hace con delicadeza mutua en lo cotidiano. Se hace con
pequeños gestos, servicios y sacrificios que son seña- para que no haya divisiones
en el cuerpo y los miembros se preocu- les constantes del «te quiero» y «estoy
contento de estar contigo». pen igualmente unos de otros. Así, cuando un órgano
sufre, todos Consiste en dejar el primer puesto al otro, no tratar de demostrar sufren
con él; cuando a uno lo tratan bien, con él se alegran todos» en una discusión que se
tiene razón; es tomar sobre sí las cargas (1 Cor. 12,22-26). pesadas para aliviar al
vecino. Y en este cuerpo, «según el regalo que Dios nos haya hecho: si es la
predicación inspirada, ejérzase en proporción a la fe; si es el Si vivir en comunidad
consiste en quitar las barreras que pro- servicio, dedicándose a servir; si es el que
enseña, a enseñar; si es tegen nuestra vulnerabilidad para reconocer y acoger las
debilida- el que exhorta, a exhortar. El que contribuye, hágalo con esplen- des
propias con el fin de crecer, es normal que los miembros didez; el encargado con
empeño; el que reparte la asistencia, con separados de sus comunidades se sientan
terriblemente vulnera- simpatía» (Rom. 12, 6-8). bles. Las personas que viven todo
su tiempo en las luchas de la El cuerpo que es la comunidad debe actuar e irradiar
por obra sociedad están obligadas a crear a su alrededor caparazones que del amor,
la acción del Padre; a la vez debe ser un cuerpo que ora escondan su vulnerabilidad.
y un cuerpo de misericordia para sanar y dar la vida a los que A veces ocurre que
personas que habían permanecido largo están angustiados, sin esperanza. tiempo en
una comunidad del Arca al volver a sus familias, des- cubren en sí cantidad de
agresividades. Creían que no las tenían. Empiezan entonces a dudar de su llamada y
de su verdadera per- sonalidad. Estas agresividades son normales. Estas personas
Ejercer el propio don habían suprimido algunas barreras, pero no se puede vivir
vulne- rable con quienes no respetan esa vulnerabilidad. Utilizar cada uno su don es
construir la comunidad. No ser fiel al don es dañar a toda la comunidad y a cada uno
de sus miembros. Es pues, importante que cada cual conozca su don, lo La
comunidad es un cuerpo vivo ejerza y se sienta responsable de su crecimiento; que
los demás le reconozcan ese don y que dé cuentas de cómo lo utiliza. Los San Pablo
habla de la Iglesia, de la comunidad de los fieles, demás tienen necesidad de ese don
y por lo tanto tienen también como un cuerpo, el cuerpo místico. Cualquier
comunidad es un el derecho a saber cómo se ejerce, animando al poseedor a cuerpo
en el que nos pertenecemos los unos a los otros. El senti- aumentarlo y a ser fiel a
él. Todo el que siga su don, encuentra su miento de pertenencia nos viene no de la
carne ni de la sangre lugar en la comunidad, convirtiéndose no sólo en útil sino en
sino de la llamada de Dios: cada uno somos llamados personal- único y necesario
para los otros. Así es cómo se desvanecen las ri- mente a vivir juntos, a formar parte
de la misma comunidad, del validades y los celos. mismo cuerpo. Esta llamada es el
fundamento de nuestra decisión a comprometernos unos con otros y para los otros,
llegando a ser Elizabeth OConnor en su libro El octavo día de la creación
responsables los unos de los otros. «Porque en el cuerpo que es nos da ejemplos
impactantes de esta doctrina de san Pablo. Cuenta uno, tenemos muchos miembros,
pero no todos tienen la misma la historia de la señora vieja que entró en la
comunidad. Un función; lo mismo nosotros con ser muchos, unidos a Cristo, for-
grupo de personas intentaba hacerla discernir cuál era su don, mamos un solo
cuerpo y respecto de los demás, cada uno es pero a ella le parecía que no tenía
ninguno. Unos y otros insistíanmiembro» (Rom. 14, 4-5). reconfortándola: «tu
presencia es tu don», aunque ella no estaba Y en este cuerpo cada uno desempeña
un papel: «no puede el satisfecha. Algunos meses más tarde descubrió su don que
consis-ojo decirle a la mano: no me haces falta», dice san Pablo, el oído tía en
presentar ante Dios, en una oración de intercesión, a caday el ojo completan al
olfato... «Los miembros que parecen de uno de los miembros de la comunidad.
Cuando les hizo partícipesmenos categoría son los más indispensables... Dios
combinó las a los otros de su descubrimiento, encontró su sitio en la comuni-partes
del cuerpo procurando más cuidado a lo que menos valía, 3 OCONNOR, E.: Eigt
Day ofCreation, Word Books Editor, Waco, Texas.30 31
16. dad. Los demás sabían que siempre necesitaban de ella y de su oración para
ejercer mejor sus propios dones. Después de leer este libro, estuvimos discutiendo
en El Arca lo tiana debe saber que no solamente los débiles necesitan de los poco
que hablábamos sobre nuestros dones para ayudarnos fuertes, sino también que los
fuertes no pueden prescindir de los débiles. La eliminación de los débiles encierra la
muerte de la co- mutuamente a construir la comunidad, lo poco conscientes que
munidad» 4 . éramos de depender verdaderamente los unos de los otros y lo poco
que nos animábamos a ser fieles a nuestro don. El don es lo que se aporta a la
comunidad para edificarla, para construirla. Si no se es fiel, habrá un fallo de
construcción. Los celos son un azote que destruye la comunidad. Provienen San
Pablo insiste sobre el lugar de los dones, carismáticos en de los que ignoran sus
propio don o de los que no creen bastante el edificio. Hay algunos ligados más
directamente a una cualidad en él. Si estuviéramos convencidos de nuestro propio
don, no ten- del amor. Bonhoeffer en su libro Vida en comunidad habla de dríamos
celos del de los demás que siempre nos parece mejor. distintos ministerios
necesarios a la comunidad: el de retener la lengua, el de la humildad, el de la
dulzura, el de saberse callar Bastantes comunidades forman (¿deforman?) a sus
miembros cuando nos critican, el de la escucha, el de estar siempre dispuesto
intentando que todos se parezcan, como si eso fuera una cua- a hacer un servicio en
las pequeñas cosas de la vida, el de soportar y lidad, basada en la abnegación. Están
fundadas en la ley, en llevar a los hermanos, el de perdonar, el de proclamar la
palabra, el reglamento. Por el contrario, hace falta que cada uno crezca en el de
decir la verdad y por último, el ministerio de la autoridad. el ejercicio de su don para
construir la comunidad, volverla mejor y más dimanante, como signo del reino. El
don no está necesariamente unido a una función. Puede No hay que mirar
únicamente el don más externo, el talento. que exista una cualidad del amor
animando una función, como Hay algunos escondidos, latentes, mucho más
profundos, ligados* puede que haya una cualidad del amor manifestada en la
comuni- a los dones del Espíritu Santo y al amor, que están llamados dad fuera de
cualquier función. Hay quien tiene el don de sentir también a florecer.
inmediatamente y vivir el sufrimiento del otro; es el don de la compasión. Otros
tienen el don de notar cuando algo va mal y Algunas personas tienen talentos
excepcionales: son escrito- pueden poner enseguida el dedo en la llaga: es el de
discerni- res, artistas o administradores competentes. Estos talentos pueden miento.
Otros tienen el don de la luz y ven claro en todo lo que convertirse en don. Pero a
veces la personalidad de esa persona atañe a las opciones fundamentales de la
comunidad. Otros está tan implicada en su actividad que esos talentos los ejerce más
tienen el don de animar y crear una atmósfera propicia a la ale- o menos para su
gloria o con un deseo de afirmarse o de poder. gría, al descanso y al crecimiento
profundo de cada uno. Otros En ese caso, es mejor no ejercer esos talentos en
comunidad. JEs tienen el don de discernir el bien de las personas y de sostenerlas.
preciso descubrir un don más profundo. Otros están por el con- Otros tienen el de la
acogida. Cada uno tiene su don y debe poder trario demasiado flexibles y receptivos
o su personalidad puede ejercerlo para bien y crecimiento de todos. estar menos
formada o cuajada. Deben utilizar su competencia Pero hay también lo más íntimo
del corazón de la persona como un don al servicio de la comunidad. su unión
profunda y secreta con Dios, su esposo, que corresponde a su nombre secreto y
eterno. Estamos hechos para alimentarnos «En la comunidad cristiana todo depende
de que cada cual los unos de los otros (cada uno es una especie distinta de alimen-
llegue a ser un eslabón indestituible de una cadena. Sólo allí to) pero sobre todo
estamos hechos para vivir esa relación únicadonde hasta el eslabón más pequeño
engrana con firmeza, la ca- con nuestro Padre y su hijo Jesús. El don es como el
reflejo en ladena se vuelve irrompible. Una comunidad que permite la exis-
comunidad de esa unión secreta; deriva de ella y la prolonga.tencia de miembros
que no se aprovechan se hundirá gracias aellos. Por ello será conveniente que a cada
cual se le dé también La comunidad es el sitio donde cada uno se siente libre paraun
encargo especial para la comunidad, a fin de que en horas de 4duda sepa que no es
inútil ni inservible. Toda comunidad cris- BONHOLHER, D.: Vida en comunidud.
La Aurora, Buenos Aires, 1966, pág.63.32 33
17. ser él mismo y expresarse, para decir con toda confianza lo qu e vive y piensa.
No todas las comunidades llegan a esto pero e s En una verdadera comunidad, cada
persona debe poder pre- bueno tender a ello. Mientras algunos tengan miedo a
expresarse, servar el secreto profundo de su ser que no debe necesariamente a ser-
juzgados o considerados como tontos, a ser rechazados, confiarse a los otros ni
compartirse. Hay algunos dones de Dios, señal es de que aún hay que hacer
progresos. En el fondo de Ja algunos sufrimientos, algunas fuentes de inspiración
que no comunidad debe existir una escucha total, un respeto y una ternur^ deben
confiarse a toda la comunidad. Cada cual debe poder pro- que impulse a lo que hay
de más bello y verdadero en el otro. fundizar en su conciencia personal; esa es la
debilidad y la fuerza Expresarse no es sólo decir lo que va mal, las frustraciones j ,
de la comunidad; debilidad porque hay una incógnita, la de la los enfados —aunque
a veces es bueno decirlo—, sino hablar de conciencia personal de cada uno que, por
su libertad, puede pro- las motivaciones profundas y de lo que se está viviendo. A
menú. fundizarse en la gratuidad y el don, y por ello construir la comuni- do es una
manera de ejercer el don para sostener a los otros y dad; puede por el contrario, ser
infiel al amor, convertirse en un ayudarles a crecer. egoísta, dimitir y negar a la
comunidad; debilidad también porque si prima totalmente la persona y su unión con
Dios y la verdad, puede, por una nueva llamada de Dios, encontrar otro El secreto
de la persona lugar en la comunidad y no asumir la función que la comunidad podía
estimar más útil, o incluso dejarla físicamente. Los caminos La comunidad es el
lugar donde se crece en la liberación inte- de Dios no son siempre los de los
hombres ni los de los responsa- rior, el lugar del desarrollo de la conciencia
personal, de la unión bles. Pero la primacía de la persona es igualmente una fuerza,
con Dios, de la conciencia del amor y de la capacidad del don y pues no hay nada
más fuerte que un corazón que ama y que se de la gratuidad. Nunca puede estar por
encima de la persona. Por entrega gratuitamente a Dios y a los otros. El amor es más
fuerte el contrario, la belleza y la unidad de una comunidad provienen que el miedo.
del reflejo de cada conciencia personal luminosa, verdadera, amante y libremente
unida a los otros. Por tres veces en su último discurso a los apóstoles, Jesús pide
Algunas comunidades, que no son verdaderas comunidades que sean uno como son
uno él y el Padre. Estas palabras se apli- sino grupos o sectas, tienden a suprimir la
conciencia personal can a menudo a la unidad entre los cristianos de diferentes igle-
para que haya una unidad más grande. Tienden a impedir que la sias, pero ante todo
y primeramente se dirigen a la unidad en el gente piense, que tenga una conciencia
personal; a suprimir el se- interior de las comunidades. Hacia esa unidad deben
tender las creto y la intimidad de la persona como si todo lo que está empa-
comunidades: «un mismo corazón, una misma alma, un mismo rentado con la
libertal personal fuera contra la unidad del grupo y espíritu». constituyera una
traición. Todos deben pensar lo mismo; se mani- Me parece que hay un don especial
que hay que pedir al Espí- pulan entonces las inteligencias, se lava el cerebro. Las
personas ritu Santo, el don de la unidad en toda su profundidad y con se convierten
en autómatas. Esta unidad se basa en el miedo, todas sus implicaciones. Y es
verdaderamente un don de Dios al miedo de uno mismo o de encontrarse solo si se
separa de los que se tiene el derecho y el deber de aspirar. otros, miedo de la
autoridad tiránica, miedo de fuerzas ocultas y Este don de la comunidad, el don de
la unidad, proviene de lo represalias. La seducción en las sociedades secretas y en
algunas que cada miembro es plenamente, de vivir totalmente el amor y sectas es
muy grande; las personas que no tienen confianza en ejercer su don único y distinto
del de los demás. La comunidad esellas mismas y que son personalidades débiles se
sienten muy se- entonces una, plenamente bajo la acción del Espíritu.guras ligadas
totalmente a otras, pensando lo que ellos piensan, La oración de Jesús es
sorprendente. Su visión va más allá deobedeciendo sin reflexionar, siendo
manipulados. El sentimiento lo que los hombres podrían imaginar o desear. La
unidad delde solidaridad se hace cada vez mayor. La personalidad dimite Padre y
del Hijo es total, sustancial. Las comunidades debenfrente al poder del grupo del
que se hace casi imposible salir. Se tender hacia esa unidad pero no la podían
realizar más que enda como un chantaje latente, porque la persona se compromete el
orden místico, por y en el Espíritu Santo. Cuando se está ende tal manera que no
puede romper. la tierra lo que se puede hacer es caminar humildemente hacia ella.34
35
18. Cuando dos o tres se reúnen en su nombre, Jesús está presen-te. La comunidad
es signo de esa presencia, signo de la Iglesia.Muchos de los que creen en Jesús
viven más o menos angustiados:la mujer a causa de su marido, el enfermo en el
hospital psiquiá-trico, los que viven solos..., los demasiado frágiles para vivir conlos
otros. Todos pueden poner su esperanza en Jesús. Sus sufri-mientos son un signo de
su cruz, signo de una Iglesia que sufre.Pero la comunidad que ora y ama es signo de
la resurrección. Mientras haya miedos y prejuicios en los corazones de los Entra en
la alianzahombres habrá guerras y desigualdades estridentes. Para resolverlos
grandes problemas políticos primero hay que cambiar los co-razones. La comunidad
es el lugar que permite a los hombres serpersonas, curar y hacer crecer su
afectividad profunda, andandohacia la unidad y la liberación interior. Los temores y
los prejui- Reconocer los lugares sagradoscios disminuyen, la confianza en Dios y
en los demás aumenta yla comunidad puede irradiar y testimoniar un estilo y una
calidad Hay quienes entran en la vida comunitaria atraídos por unde vida que
aportarán una solución a los disturbios del mundo. estilo de vida simple y pobre,
donde existe el compartir, la acogi-La respuesta a la guerra es vivir fraternalmente;
la respuesta a las da y la primacía de una vida de relación. Algunas veces
tambiéndesigualdades es compartir; la respuesta a las desesperaciones es por miedo
a las exigencias de la vida en sociedad. Se espera en-una confianza y una esperanza
sin límite; la respuesta a los pre- contrar un completo desarrollo en una vida de
espontaneidad yjuicios y al odio es el perdón. celebración. Pero poco a poco
descubren que la vida comunitaria Sí, actuar en favor de la comunidad, es actuar por
la humani- no es sólo esto. Para permanecer fiel en ella hace falta aceptardad. La
paz es actuar por una sola política verdadera, actuar por cierta disciplina, ciertas
estructuras y día a día realizar esfuerzosel Reino de Dios; es actuar por que cada
persona pueda gustar y para salir de la concha del propio egoísmo. Descubren
tambiénvivir las alegrías secretas de la unión con lo eterno. que la vida comunitaria
no es sin más un estilo de vida —esto no sería más que un medio para otra cosa—
sino que han sido llama- dos por Dios para llevar a los otros en sus penas y su
crecimiento hacia la liberación, para tomarlos a su cargo. Y esto es exigente. Y aún
más, no se trata simplemente de tomarlos a su cargo y ofrecerles su atención sino de
aceptar ser tomado a cargo él mismo, de aceptar ser conducido y amado por los
otros, de entrar en una relación de interdependencia, de entrar en suma en una
alianza. Y esto es más difícil, más exigente, ya que implica la re- velación de las
propias debilidades. Esta evolución hacia una toma de conciencia de la responsabi-
lidad real hacia los otros, una responsabilidad cara a cara, resulta a menudo
bloqueada por el miedo. Es más sencillo quedarse al nivel de un estilo de vida
simpática, donde poder guardar la liber- tad y las distancias. Pero entonces detiene
uno su crecimiento, se encierra en sus asuntillos y en sus comodidades. Se entra en
una comunidad para ser feliz.36 37
19. Se permanece en ella para hacer felices a los demás. otros, con Dios y con los
pobres que esperan los frutos de la co- Para aquellos que llegan a vivir en una
comunidad, los prime- munidad. Es un poco lo mismo que sucede en el matrimonio:
los ros tiempos son a menudo idílicos, todo resulta perfecto. Parecen novios
reconocen que algo ha nacido entre ellos y que están incapaces de ver los defectos,
no ven más que las cualidades. hechos el uno para el otro desde antes incluso de
comprometerse. Todo es maravilloso, todo es bello; existe la impresión de estar Y
hasta que no se percatan de esto no toman la decisión activa de rodeado de santos,
de héroes o de seres excepcionales que son comprometerse en el matrimonio y de
permanecer fieles. todo lo que uno quisiera ser. Así ocurre en la comunidad, todo
comienza en este reconoci- Luego viene la decepción, generalmente unida a un
período de miento hecho para la unión. Se revela una mañana al descubrir fatiga, a
un sentimiento de soledad, a la nostalgia, a un fracaso los lazos ya animados,
interviene entonces la decisión activa de inesperado, a una frustración en relación a
la autoridad. Durante comprometerse y prometer fidelidad, decisión que debe ser
confir- este tiempo de «depresión» todo se vuelve tinieblas, no se ve más mada por
la comunidad. que los defectos de los otros y de la comunidad; todo irrita. Se Pero
atención a no dejar transcurrir mucho tiempo entre el re- tiene la impresión de estar
rodeado de hipócritas que no piensan conocimiento de estos lazos o de la alianza y
la decisión. Esto más que en la ley, en el reglamento, en las estructuras o que, por
sería el mejor sistema para errar el tiro y quemar la pólvora en el contrario, están
totalmente desorganizados y son incompeten- salvas. tes. La vida llega a ser
insoportable. Cuanto más se ha idealizado, en el primer tiempo, a la comu- Henri
Nouwen dice que la verdadera soledad, lejos de opo- nidad y puesto a los
responsables sobre un pedestal, tanto más nerse a la vida comunitaria, es el lugar
por excelencia en que grande es el desencanto. Las alturas se han convertido en
preci- tomamos conciencia de nuestra unión antes de vivir juntos y en el picios.
Pero si se llega a superar este segundo tiempo, se entra en que descubrimos que la
comunidad no es creación de la voluntad el tercero, que es el del realismo y el del
desarrollo verdadero, el humana sino respuesta cristiana en la realidad de nuestra
unión. tiempo de la alianza. Los miembros de la comunidad no son ni Las viejas
comunidades saben que a lo largo de los años y en los santos ni diablos, son
personas, cada una de ellas portadora de momentos difíciles, no son ellos los que
por la fuerza de su volun- una mezcla de bien y de mal, de luz y tinieblas, pero cada
una de tad detienen los golpes, sino que es Dios el que los ha conservado ellas con
un impulso de crecimiento, cada una vive una esperan- unidos. No se es una
comunidad ni porque se tiene un proyecto za. En este momento nace la unión. La
comunidad no se sitúa ni común, ni siquiera porque haya unión de amor sino porque
se ha en las alturas ni en el fondo de los precipicios, está sobre la tierra sido llamado
a esta unión por Dios. y todos están dispuestos a marchar con ella y en ella. Se
acepta a los otros y a la comunidad tal como son; y se afirma la confianza de que
todos juntos pueden crecer hasta conseguir algo más her- Eres responsable de tu
comunidad moso. El compromiso en una comunidad no es ante todo una activi-
Asistí hace unos días a la profesión solemne de las hermanasdad, como la de uno
que se compromete en un partido político o diaconisas de Rueil. La madre priora
decía a cada una de lasen un sindicato. Estos tienen necesidad de militantes
dispuestos a hermanas que se consagraban a Dios, al tiempo que ponía en suluchar,
que entreguen todo su tiempo y sus energías. cuello una cruz, estas palabras que me
interpelaron: «Recibe Una comunidad es otra cosa. El reconocimiento por parte de
ahora esta cruz. Ella es signo de tu pertenencia a Dios en el senosus miembros de
una llamada de Dios a vivir, a amarse, a orar, a de nuestra comunidad. Esta
comunidad es de ahora en adelantetrabajar juntos, y a responder a los gritos del
pobre. Y esto está la tuya. Y tú eres responsable con nosotras de su fidelidad».más
en el nivel del ser que del hacer. El compromiso activo en Sí, cada persona es
responsable de la fidelidad de la comuni-una comunidad está más o menos
precedido por el conocimiento dad, no solo «los responsables».de que se esta ya «en
casa», de que se forma parte de un mismocuerpo, de que se ha entrado juntos en una
alianza, entre nos- El sentimiento de pertenencia a un pueblo, la alianza con la
promesa que esta pertenencia implica, están en el corazón de la38
20. vida comunitaria. Pero queda la cuestión: ¿quién es mi pueblo? ayudar y
estimular a cada uno a estar más próximo a los dismi- ¿Es sólo aquél a quien quiero,
que tiene las mismas opiniones que nuidos y a hacer de esta comunidad una con
todos? Una perte- yo, o es todo aquel para cuyo servicio se ha creado la comunidad?
nencia no suprime otra, son una para la otra. No son más que Me explico. Tres
personas comienzan su vida comunitaria en un una pues el amor es esencialmente
don, no posesión. barrio de chabolas, intentan vivir la acogida y una presencia dis-
creta y llena de amor. Han ido allí inspiradas por un amor univer- Se entra en una
comunidad para vivir con los otros, pero sal, el amor de Jesús; se sienten enviadas,
quieren testimoniar el también y sobre todo para vivir con ellos los fines de la
comuni- amor del Padre, anunciando mediante su vida y presencia la dad, para
responder a una llamada de Dios, para responder al buena nueva del Evangelio. Para
estas personas ¿quién es su grito de los pobres. La comunidad aparece entonces
como unpueblo? ¿el grupo del que han salido y que les sostiene espiritual medio de
vida en el que se puede crecer y juntos responder a una y hasta puede ser que
materialmente, o las gentes que viven en el llamada. barrio de chabolas, sus
vecinos? ¿Por quién están dispuestas a dar su vida? Una comunidad no existe nunca
para sí misma. Pertenece a Esta misma cuestión se da en El Arca. ¿La comunidad se
ha cualquiera que la exceda, a los pobres, a la humanidad, a la Igle-compuesto sobre
todo de asistentes sanitarios que han venido li- sia, al universo. Es un don, un
testimonio a ofrecer a todos losbremente, con más o menos las mismas
motivaciones, o sobre hombres.todo con las personas subnormales que no han
escogido venir, La comunidad no es más que un punto de partida que permitesino
que han sido colocadas ahí? Asistentes y atendidos; se quiere ensanchar el corazón a
dimensiones universales. Y no tienecreer en una comunidad y no en dos. Es verdad
en teoría pero en la sentido si no se la considera con sus raíces y con sus prolonga-
realidad ¿no hay una tendencia entre los asistentes de hacer una ciones.comunidad
entre ellos que pueda satisfacerles? Es muy difícil, yesto exige morir a sí mismo,
hacer verdadera comunidad junto con A menudo algunas comunidades se alejan
demasiado de suslos más pobres identificándose con ellos. Cuanto más cerca se está
fines. Sus miembros no saben claramente quién es «su pueblo»,afectivamente de lo
que asisten, mayor es el riesgo de alejarse de los no saben a qué gritos han de
responder. No saben por qué debenpobres. No se puede tener el corazón en todo al
mismo tiempo. crecer en la luz, en la paz y la santidad. No saben por qué son ellos
Pero se puede ir todavía más lejos. ¿Es necesario limitar la co- llamados a
convertirse en fuente de vida para «su pueblo» dolo-munidad «mi pueblo», a
aquellos —asistentes y asistidos— que rido.viven compartiendo mi mismo techo?
¿No abarca también a mis Algunos tienen miedo de acercarse a las personas
angustiadas,vecinos, las gentes del barrio, los amigos? no quieren arriesgarse a que
su corazón salga herido, porque acep- A medida que una persona crece en el amor,
que su corazón tar ser herido, es aceptar un lazo, una alianza. El pobre se con-se
ensancha y que la comunidad en su sentido más restringido vierte así en un pastor
que les conduce. Al decir «sí» a los crucifi-llega a una cierta madurez, la realidad de
la comunidad, de «mi cados de este mundo, se dice «sí» al Crucificado. Al decir
«sí» alpueblo» se amplía. Crucificado, se dice «sí» a los crucificados de este mundo.
Jesús se Pero es necesario para ello que cada uno de los que vive en oculta tras el
rostro del pobre. Y todo lo que se hace, aún elcomunidad establezca claramente sus
prioridades. ¿Debo medir menor gesto de amor al más insignificante de sus
hermanos, amis energías? ¿A qué debo entregar mi vida? Jesús se le hace. Jesús es
el hambriento, sediento, prisionero, ex- En el caso anterior, de las tres personas que
viven en el barrio tranjero, desnudo, enfermo, agonizante. Jesús es el oprimido, elde
chabolas, ¿no es necesario que el grupo al que pertenecen sea pobre. Vivir con Jesús
es vivir con el pobre. Vivir con el pobre escomo una fuente, una raíz que les permita
estar más en «su vivir con Jesús.pueblo» en el barrio? No se trata de una lucha de
influencia o depertenencia. Las raíces están para que las flores y los frutos apa- Me
siento dolido por la cantidad de personas que vienen conrezcan, y en los frutos se
encuentran las semillas de mañana. Lo un proyecto concreto a una comunidad. Sus
energías están de talmismo en El Arca, la unidad de los asistentes, ¿no puede acaso
modo galvanizadas por el proyecto que no ven ni la realidad ni a40 41
21. las personas que a su lado tienen necesidad de sus miradas y de sobre todo para
los más pobres, los que están sin esperanza.sus manos. A menudo un proyecto
ciega. El mejor modo de Hay quienes descubren primero la alianza con Dios y
despuésentrar a formar parte de una comunidad, es.no tener ningún pro- la alianza
con su pueblo.yecto y vivir intensamente la vida cotidiana con todo lo que ésta Hay
quienes descubren antes la alianza con su pueblo yimplique de trabajo,
disponibilidad, escucha y acogida. El paso después la fuente de esta alianza en el
corazón de Dios.hacia la vida comunitaria se realiza así con toda naturalidad.
Algunos no llegan a comprometerse con las personas desam- Una comunidad que se
ha alejado demasiado de sus fines se paradas porque están demasiado cegados por
sus propias lágri-repliega sobre ella misma. Ya no corre a contestar la llamada que
mas; no escuchan el grito del pobre pues se han ensordecido conla empuja a crecer.
el ruido de sus propios deseos y de sus propios proyectos. Cuando La comunidad se
cierra sobre sí misma, aparecen las tensiones hacemos el esfuerzo de no escuchar,
de no afligirnos por los pe-hasta que se deshace o bien reencuentra su llamada.
queños sufrimientos propios, por menudas inquietudes, nos aliamos con el pobre.
Cuando se entra en una comunidad, se entra en la alianza conhermanos y hermanas
miembros de la comunidad pero también y A veces, por esto, algunos no quieren
conocer quién es «susobre todo con el pueblo que grita y sufre: con los pobres que
son pueblo» porque entonces descubren una terrible exigencia. Seoprimidos y
esperan la buena nueva. convierten en responsables de su pueblo, que sufre y está
angus- Jesús leyó en la sinagoga este pasaje de Isaías: «El Espíritu del tiado y se
obligan a responder a su llamada y a superarse por él.Señor, está sobre mí, porque
El me ha ungido para que dé la Hay que crecer en sabiduría, amor y humildad para
poder ayudarbuena noticia a los pobres. Me ha enviado para anunciar la liber- mejor
y ejercer plenamente el don para que tenga más vida. Entad a los cautivos y la vista
a los ciegos, para poner en libertad a adelante ya se sabe por quién dar la vida.los
oprimidos, para proclamar el año de gracia del Señor». Y Jesús remacha: «Hoy, en
vuestra presencia, se ha cumplido En el corazón del pobre hay un misterio. Jesús
dice que todoeste pasaje» (Le. 4, 18-21). lo que se hace al hambriento, al que sufre,
al que está desnudo, Una comunidad se hace por el crecimiento de sus miembros
enfermo, en prisión, al desconocido, es a él a quien se le hace:pero también por el
crecimiento de este pueblo al cual ha sido en- «Cada vez que lo hicisteis con un
hermano mío de esos más hu-viada. mildes, lo hicisteis conmigo» (Mt. 24,40). El
pobre dentro de su Cuando conoce a su pueblo, cuando toma conciencia de sus
inseguridad total, de su angustia y de su abandono, se identificasufrimientos,
cuando realiza aquello de lo que se ha responsabili- con Jesús. En su pobreza
radical, en su evidente herida, estázado, entonces se ha vuelto capaz de sobrepasar y
elevarse sobre oculto el misterio de la presencia de Dios.sus límites. Quien está
inseguro y angustiado sin duda necesita pan, pero más que nada, a través de este
pan, necesita de una presencia, de Cuando una comunidad conoce su pueblo, realiza
lo necesario otro corazón humano que le diga: «Ten valor, tú eres importantepara
éste; surge la interdependencia los unos de los otros. No se para mí y te quiero. Tú
tienes valores. Hay esperanza». Necesitaes mejor que los otros. No, son todos
juntos, los unos por los la presencia de alguien que le revele la misericordia de Dios
queotros. Estamos unidos por una misma alianza que desarrolla la es un Padre y que
da la vida.alianza entre Dios y su pueblo, Dios y los más pobres. Entre Jesús y el
pobre hay una alianza. El misterio es grande. Entrar en la alianza es descubrir que
hay lazos entre yo y mi En el libro del Éxodo (2, 23-3,8) se dice: «Los israelitas
seDios, que he sido hecho para ser su hijo, para vivir en su luz. quejaban de la
esclavitud y clamaron; los gritos de auxilio de losEstoy llamado a unas bodas
divinas. esclavos llegaron a Dios; Dios escuchó sus quejas y se acordó del Entrar en
la alianza es también entrar en el corazón de Dios y pacto hecho con Abrahán, Isaac
y Jacob; Dios se fijó en los israe-descubrir que he sido hecho para mis hermanos y
hermanas, litas y se ocupó de ellos». Yavé se revela entonces a Moisés y le42 43
22. dice: «He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus He descubierto
su don paulatinamente. Al principio me creíaquejas contra los opresores, me he
fijado en sus sufrimientos. Voy generoso, pero después de vivir con Raphaél y con
sus hermanos ya bajar a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra para
hermanas he empezado a descubrir mis propias limitaciones y lallevarlos a una
tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y mezcla de mis motivaciones. Para
relacionarse con ellos es precisomiel». presentarse como un pobre, detener los
«proyectos» para descu- brir en mí al niño, al hijo de Dios. De esta forma, he
descubierto Las comunidades cristianas continúan la labor de Jesús. Estas la alianza
que me une a los más débiles, a los pobres. Jesús me hacomunidades se
comprometen a llevar la presencia de Jesús a los invitado a entrar en la alianza que
ha establecido con el pobre.pobres que están en las tinieblas y en la desesperanza.
Ahora, con los que han venido a ayudarme y han descubierto, Los que entran en
estas comunidades también responden a la como yo, la gracia en el corazón del
pobre y a los pobres en síllamada de los débiles y de los oprimidos. Entran en esta
alianza mismos, formamos un pueblo, una gran familia, una comunidad.entre Jesús
y el pobre. Encuentran a Jesús en el pobre. Me resulta imposible imaginar que
puedo romper las ligaduras de esta alianza. Eso sería la mayor infidelidad. Los que
se acercan al pobre lo hacen primero con un deseo degenerosidad, para ayudarle y
socorrerle, se creen salvadores y se Con el paso de los años, descubro que no hay
oposición entreponen sobre un pedestal. Pero el misterio se desvela en lo que se mi
vida con los pobres y mi vida de oración y unión con Dios.refiere al pobre, en lo
que le atañe, en lo que establece una rela- Jesús se me revela en la Eucaristía y
necesito pasar tiempo con élción de amor y confianza en él. En la plena inseguridad
del pobre en oración silenciosa, pero también se me revela en esta vida conestá la
presencia de Jesús. Entonces es cuando descubren el sacra- mis hermanos. Mi
fidelidad a Jesús se realiza en la fidelidad a mismento del pobre y alcanzan el
misterio de la compasión. El pobre hermanos de El Arca, especialmente a los más
pobres.parece quebrar las barreras del poder, de la riqueza, de la capa-cidad y del
orgullo. Hay que fundir los caparazones que el cora- Si predico el retiro y asumo la
función de director es por estazón humano pone a su alrededor para protegerse. El
pobre revela alianza, que es lo que cuenta en mi vida. El resto no es más quea
Jesucristo. Hay que descubrir al que ha venido para «ayudarle», un servicio.hay que
descubrir su propia pobreza, su vulnerabilidad; hay que Me maravillo de aquellos
que se consagran a Dios en la Iglesiahacerle descubrir también su capacidad de
amar, las posibilida- con una vida de oración y adoración. Otros tienen por
misióndes que tiene su corazón para amar. El pobre tiene un poder mis- anunciar la
buena nueva o hacer actos de misericordia en nombreterioso porque con su
debilidad es capaz de alcanzar los cora- de la Iglesia. Siento que mi puesto en la
Iglesia y en la sociedadzones endurecidos y revelarles las fuentes de agua ocultas en
humana es el de acercarme a los pobres y a los débiles, hacer queellos. Es la manita
del niño sin miedo que se desliza a través de cada uno de nosotros crezca junto con
los otros, que nos sosten-los barrotes de nuestra prisión de egoísmo, logra abrir la
cerradu- gamos los unos a los otros para ser fieles a nuestro crecimiento in-ra,
libera. Dios se oculta detrás del niño. terior, a nuestro camino hacia una libertad
interior y tal vez hacia Los pobres nos evangelizan; por eso son el tesoro de la
Iglesia. una mayor autonomía exterior. Nuestra comunidad no puede ser una
comunidad religiosa, ni Cuando llegué a Trosly-Breuil, pequeño pueblo al norte de
casi cristiana en el sentido en que el conjunto estaría ligado a laParís, encontré a
Raphaél y Philippe. Les invité a venir conmigo Iglesia y en que todos serían
cristianos. En nuestra comunidad apor Jesús y por el Evangelio. Así se fundó El
Arca. Cuando les los pobres no se les acoge necesariamente porque sean
cristianossaqué del asilo, sabía que era para toda la vida; no podía crear sino porque
son personas desamparadas y con dificultades. Losunas ligaduras con ellos y
después de un tiempo volverles a llevar que libremente vienen a vivir con nosotros,
primero por ayudar ya un hospital o a otra parte. Mi finalidad al crear El Arca era
después simplemente porque reconocen las ligaduras que nosfundar una familia,
una comunidad para y con los que son débi- unen, aunque no participen de la misma
fe en Jesús, ¿no puedenles y pobres por su deficiencia mental y que se sienten solos
y decir este «sí» a la alianza? Yo sé que mi alianza con el pobre estáabandonados.
ligada a la alianza con el Pobre que es Jesús. Jesús me atrae hacia44 45
23. él; únicamente por un don del Espíritu Santo he podido respon- se ha
vislumbrado algo más allá de las realidades materiales y deder a su grito de
angustia. Para otros esta fe puede ser menos ex- los límites humanos; se ha
vislumbrado que es posible la felici-plícita. dad; se ha vislumbrado «el cielo». Lo
más profundo del ser se ha abierto por esta experiencia. Una vez que se ha entrado a
formar parte de una comunidad y se ha puesto uno en camino puede que unas nubes
oscurezcan el solLa primera llamada, una experiencia de paz y que lo profundo del
ser aparentemente se cierre. Pero, a menu- do, esta experiencia permanece oculta en
la memoria del cora- Si alguien empieza el camino hacia la unidad, el peregrinaje
zón. Entonces se sabe que la vida más profunda es en nosotros hacia la tierra
prometida, es porque ha habido un momento en luz y amor y que hay que continuar
marchando por el desierto y por que se ha sentido tocado en lo profundo de su ser.
Ha tenido una la noche de la fe, pues en un momento dado hemos tenido una
experiencia fundamental. Algo así como si la piedra de su egoís- revelación
profunda de nuestra vocación. mo hubiese sido golpeada por la vara de Moisés y
hubiese bro- tado el agua, o como si la piedra que cerraba la tumba se hu- biera
levantado y hubiese salido lo profundo del ser. Es una expe- Cuando al llegar a una
comunidad uno se siente totalmente enriencia, puede que débil, de renovación, de
liberación, de maravi- casa, en perfecta armonía con los demás y con la comunidad,
esllarse; un tiempo de noviazgo con el universo, con la luz, con los señal de que está
llamado a quedarse. Este sentimiento constituye demás y con Dios. Es una
experiencia de la vida en la que uno se a veces una llamada de Dios que debe ser
confirmada por la de lave a sí mismo junto al universo y junto a Dios, totalmente
uno comunidad. La alianza es el reencuentro entre dos llamadas quemismo en
aquello que se tiene de más vivo, de más luminoso, de se confirman
mutuamente.más profundo. Es el descubrimiento de ser una fuente que brota
Cuando alguien se siente atraído muy profundamente por lasvida eterna. personas
que viven en la comunidad es señal de que puede estar Esta experiencia al principio
de nuestro peregrinaje, es como llamado a entrar en la Alianza. Aristóteles dice que
si se quiereun sabor anticipado de su objetivo final, el beso que anticipa las conocer
a alguien hay que preguntarle quiénes son sus amigos.nupcias. Constituye la
llamada. Orienta nuestros pasos revelandonuestro destino final. Este momento de
asombro es la realidad Parece que muchos jóvenes no se dan suficiente cuenta de
lamás personal que se puede tener. Muy a menudo se produce en importancia y de
la profundidad de este sentimiento de bienestarun contexto dado, que puede ser el
reencuentro con el pobre. Su cuando encuentran una comunidad, y que este
reencuentro cons-llamada despierta en mi ser unas fuentes vivas ocultas. Esta lla-
tituye una llamada de Dios.mada puede revelarse también al volverse a encontrar
con un mo- Algunos, después de esta experiencia fundamental, puedendelo o unos
modelos en una comunidad. Mirándoles y escuchán- dudar. Se pueden desviar de
esa luz atraídos por la seducción dedoles descubro lo que yo querría ser. Estos
modelos se convierten las riquezas y por las preocupaciones del mundo, por temor a
lasentonces como en un espejo de lo más profundo de mi persona críticas, a las
dificultades, a las persecuciones, o por incapacidadque me atraen misteriosamente.
O bien, la llamada es aún secre- psicológica para tomar una decisión. Se buscan
excusas: «Nota, oculta en el fondo del corazón, suscitada, tal vez, por el Evan- estoy
preparado, aún tengo que viajar, ver y experimentar elgelio. Hace sentir que se ha
vislumbrado la tierra prometida, que mundo; dentro de unos años me vendrá bien».
Pero, a menudo yuno ha encontrado «su casa», «su lugar». Muchas veces es una ex-
desgraciadamente, no vendrá bien nunca, serán atrapados por elperiencia tal, que
quien la experimenta se ve impulsado a entrar engranaje, habrán encontrado otros
amigos que llenen sus senti-en comunidad o dar una nueva orientación a su vida.
mientos de soledad, no tendrán otra ocasión de vivir esta expe- Esta experiencia
puede ser como una explosión de vida, un riencia fundamental de pertenecer a una
comunidad de esperan-momento luminoso, inundado de paz, de tranquilidad, o
puede za. Irán por otro camino y el reencuentro con Dios y con el pobreser más
humilde, un toque de paz, un sentimiento de bienestar, se hará de otra manera y en
otro momento.de estar en «su sitio» y con las personas con las que uno se
realiza.Esta experiencia da nuevas esperanzas: es posible avanzar, pues Jesús miró
al joven y le amó. Le dijo: «Una cosa te falta: vete a /i-r46
24. vender lo que tienes y dárselo a los pobres... y, anda, vente con- Para entrar en
una alianza, para recibir la llamada a vivir enmigo» (Cfr. Me. 10, 17-31). Pero el
joven no tuvo confianza; tuvo una comunidad, hay que saber elegir. La experiencia
fundamen-miedo porque había puesto su seguridad en las riquezas. Y tal es un don
de Dios, que tal vez llega a la persona por sorpresa.porque tenía mucho, se marchó
triste. Pero esta experiencia es frágil como una semilla plantada en la La llamada es
una invitación: «vente conmigo». En principio tierra. Hay que saber sacar las
consecuencias de esta experienciano es una invitación a la generosidad, sino a un
reencuentro con inicial y eliminar ciertos valores para elegir nuevos. Así, poco ael
amor. poco, se orienta uno hacia una selección positiva y definitiva de la Me
entristezco a veces cuando oigo que algunos no toman en comunidad. .serio esta
experiencia fundamental de la llamada. Es como si mal-gastasen un tesoro: pierden
tiempo y tal vez incluso se desvían de Algunas personas no se atreven a dar este
paso pues tienenla luz totalmente. Y entretanto se eleva de nuestra tierra el grito
miedo a traicionar al primer «pueblo», a ser infieles, tienen miedode la
desesperanza, de los hambrientos, de los que tienen sed, el de su padre y de sus
antepasados, pues abandonarlos a ellos y agrito de Jesús: «Tengo sed». No creen
suficientemente en sí su forma de vivir, ¿no es como juzgarlos? Jesús decía: «El
quemismos, ni en esta llamada; no saben que hay en ellos una fuente quiere a su
padre o a su madre más que a mí, no es digno de mi»que espera ser liberada para
regar nuestro mundo desecado. (Mt. 10,37). Para entrar en la comunidad cristiana y
en el amorMuchos jóvenes no conocen la belleza de la vida que hay en ellos
universal hay que preferir a Jesús y a las bienaventuranzas en vezpronta a una
respuesta. de a la propia familia y sus costumbres. Es cierto que, a veces, los padres
ejercen tal presión,Vbasada Estás invitado a entrar en una alianza con Dios y tus
herma- en el miedo, que parece imposible cortar con ellos.nos, especialmente con
los más pobres. No tardes. «En consecuen- Algunos temen entrar en la alianza
porque creen que van acia, un favor os pido... Que viváis a la altura del llamamiento
que perder su identidad. Al formar parte de un grupo y adoptar loshabéis recibido;
sed de lo más humilde y sencillo, sed pacientes y principios de discernimiento
comunitario, tienen miedo de des-conllevaos unos a otros con amor. Esforzaos por
mantener la aparecer, de perder su personalidad y su riqueza interior. Esteunidad
que crea el Espíritu, estrechándola con la paz. Hay un miedo es totalmente falso. Al
entrar en la comunidad se deja algo|solo cuerpo y un solo Espíritu, como una es
también la esperanza de uno mismo y los aspectos más ásperos de la personalidad,
aque os abrió su llamamiento; un Señor, una fe, un bautismo, un veces la
agresividad, que parecen ser una riqueza personal, des-Dios y Padre de todo, que
está sobre todos, a través de todos y en aparecen según pasa el tiempo. La
impaciencia deja paso a la pa-todos» (Ef. 4, 1-6). ciencia. Nace una fuerza nueva y
aparecen nuevos dones. La co- munidad no suprime la identidad de la persona sino
que la con- firma más profundamente. Llama a los dones más personales,
losAbandona a tu padre, a tu madre, a tu cultura que están más ligados a las energías
del amor. Para entrar en una alianza y pertenecer a un nuevo pueblo, a En la base
del compromiso comunitario, hay a menudo ununa comunidad con nuevos valores,
hay que abandonar otro acto de fe: el de un nuevo nacimiento dentro de la
comunidad. Enpueblo, el de aquellos con los que se vivía hasta ahora según otros
efecto, viviendo solo o en familia, se construye la propia identidadvalores y otras
normas: valores familiares tradicionales, riquezas, a través de los éxitos
profesionales, la libertad del ocio y las ale-posesiones, prestigio social, revolución,
droga, delincuencia, poco grías de la vida familiar. En comunidad no se tiene
siempre, niimporta. Este paso de un pueblo a otro puede ser un desgarra-
seguramente enseguida, un trabajo que dé la misma satisfacciónmiento que
implique sufrimientos y que la mayoría de las veces y el mismo sentimiento de
identidad. Entonces se tiene un poco latarda mucho tiempo en realizarse, y muchas
veces no se llega a impresión de haber perdido algo de uno mismo. No es fácil acep-
hacer, pues los hombres no quieren cambiar ni cortar. Tienen un tar el tener
conciencia de estar totalmente llevado por la comu-pie en cada campo y viven de
compromisos, sin llegar a encontrar nidad y la oración. Hay que saber esperar con
paciencia el mo-su propia identidad. Se quedan solos. mento de renacer. En efecto,
es necesario que el grano de trigo48 49
25. muera para que aparezca la vida. Tal vez el camino es largo y la llegada que
están allí para toda la vida. Se sienten tan cómodos,noche, a menudo, sin estrellas,
pero es necesario esperar la aurora. tan en su casa, que tienen la certeza de haber
llegado a puerto. Entrar en la alianza es dejarse llevar con confianza hacia una Para
otros esto requiere más tiempo; poco a poco descubren quenueva vida que ya está,
oculta, en lo más profundo de uno están en su «casa» y que no necesitan buscar en
otra parte. Elmismo, que acucia y que si se le da tierra, agua y sol, renacerá tiempo
del «sí» definitivo es diferente para cada uno.con nueva fuerza. Llegará el tiempo de
la recolección. Cada vez me impresiona más el sufrimiento de los jóvenes. No A
veces me asombro de la inquietud de los padres cuando ven es de extrañar que a
algunos les cueste mucho trabajo comprome-que sus hijos e hijas frecuentan El
Arca. Algunos padres vienen a terse. Muchos han tenido una infancia más o menos
desgraciadaverme para que yo, a mi vez, persuada a sus hijos, para que e inestable.
Otros han tenido experiencias sexuales precoces y taleshagan «algo más serio».
Estos padres parecen obsesionados por la experiencias ocasionan luego dificultades
para comprometerse. Yseguridad de un diploma universitario y un buen matrimonio
para además hoy se tiende a ponerlo todo en duda; se tiene miedo aque sus hijos
estén «colocados». Vivir en comunidad, y especial- dar la palabra, se acusa a la
autoridad y al mismo tiempo semente con personas disminuidas, se les aparece
como una locura tiene la impresión de que nuestro mundo está cambiando a unasin
seguridad. En el fondo de sí mismos piensan que es una idea velocidad terrible; todo
cambia de sitio. Un joven puede compro-de adolescentes, que pasará. meterse para
hoy, pero ¿cómo puede comprometerse para maña- En casa de estos padres es
donde se descubre el conflicto entre na? Hay que tener paciencia con el joven que,
desde muchoslos valores de la vida comunitaria y los valores de nuestra socie-
puntos de vista, puede tener rotas las estructuras y ser incapaz dedad moderna. Tal
vez la presión paterna es tal que el hijo no se dar un sí definitivo. Vive en un mundo
demasiado existencialista.atreve a continuar. ¿Es que los padres temen ser juzgados
por sus Pero si encuentra a alguien que le sea fiel, descubrirá poco a pocohijos? De
todas formas me hace mal efecto ver cómo algunos lo que es la fidelidad y entonces
se podrá comprometer.padres que se autodenominan buenos cristianos atrepellan
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  • 1. La comunidad, lugar de perdón y fiesta by Comunidad de los Siervos de Jesús on Jun 10, 2011 2. JEAN VANIER Comunidad:lugar de perdón y fiesta NARCEA, S. A. DE EDICIONES MADRID 3. Introducción Igual que mi Padre me amó os he amado yo. Un corazón, un alma, un espíritu Manteneos en ese amor que os tengo... Este es Sentimiento de pertenencia.—Tender hacia los fines de el mandamiento mío, que os améis unos a otros la comunidad.—De «la comunidad para mí» a «yo para como yo os he amado.
  • 2. No hay amor más grande la comunidad».—Simpatías y antipatías.—El perdón en que dar la vida por los amigos. (Jn. 15, 9, 12, el corazón de la comunidad.—Sed pacientes.—Confian- 13). za mutua.—El derecho a ser uno mismo.—Llamados a vivir juntos tal como somos.—Compartir tu debilidad.— La comunidad es un cuerpo vivo.—Ejercer el propio don.—El secreto de la persona. Entra en la alianza Reconocer los lugares sagrados.—Eres responsable de tu comunidad.—La primera llamada, una experiencia de paz.—Abandona a tu padre, a tu madre, a tu cultura.— Compromiso.—Pareja y comunidad.—Una esperanza está naciendo.—Otros caminos.—Los que tienen dificul-Primera edición: junio 1980 • tades.—La adhesión a dos comunidades.Segunda edición revisada: noviembre 1980Tercera edición: julio 1981 CrecimientoCuarta edición: noviembre 1983 Una comunidad crece como un niño.—Del heroísmo a lo cotidiano.—La conciencia intelectual.— De la monar- quía a la democracia.—Apertura al barrio y al mun- do.—La prueba: una etapa en el crecimiento.—Tensio- nes.—La separación de un hermano.—El papel del ojo© NARCEA, S. A. DE EDICIONES exterior.—La autoridad exterior.—Crecimiento personal Doctor Federico Rubio y Galí, 9. Madrid-20 y crecimiento comunitario.—Decepciones.—Madurez.— Vejez.—Necesidad de modelos.—Oración, servicio y© ÉDITIONS FDEURUS. París vida comunitaria. — De la generosidad a la atención a losTítulo original: La communauté, lieu du pardon et de la jete pobres.—Signos de salud de una comunidad.—Abrirse a los demás.— El punto de fidelidad.—Propagar laTraduce: M.* NIEVES LÓPEZ DE LA VIEJA vida.—Expansión y arraigo.—Nacido de una herida.— Depósito legal: M. 34.182.—1983 El papel de la Providencia.—El pecado de enriquecer- ISBN: 84- 277-0410-0 se.—Riesgos del crecimiento.—Fui extranjero y me reco- Impreso en España. Printed in Spain gisteis.—Sé ferviente y arrepiéntete. ARTES GRÁFICAS BENZAL, S. A. - Virtudes, 7 - MADRID-3 4. Págs.El pan nuestro de cada día 109 Para crecer es necesario alimentarse. —El maná de cada día.—Tiempo de admiración.—La mirada exterior que confirma.—El pan de la palabra.—Esparcimiento y re- poso.—Alimento de la inteligencia.— Alimento del creci- miento.—El amigo.—Compartir.—La mirada def po- bre.— Oración personal.—Convertirse en pan.—Oración comunitaria y eucaristía. IntroducciónAutoridad y otros dones 133 Autoridad.—Una misión que viene de Dios.—Ser ser- vidor.—Continuar confiando.—El peligro del orgullo.— Servidor del más pequeño.—Compartir las responsabili- Antiguamente los hombres vivían en grupos homogéneos sur- dades.—No ocultarse.—Relación personal.—diferentes gidos más o menos de la misma familia y con las mismas raíces. actitudes con la autoridad.—Signo dé perdón.—Dirigir En esos grupos, la tribu, el pueblo, se hablaba la misma lengua, la comunidad.—El don del pastor.—Participar unos de se vivían los mismos ritos y tradiciones, se tenía el mismo modo de los dones de otros.—Escuchar.—El discernimiento.—La vida y se aceptaba la misma autoridad. Eran solidarios entre sí. fidelidad.—La admiración.—Las comunidades mix- Esta solidaridad venía al mismo tiempo de su carne y sangre y de tas.—El ant i-don.—El don de la palabra.—La disponi- la necesidad de una colaboración para procurar los bienes de la bilidad.—El don de los pobres. vida y para defenderse contra los ataques de los vecinos enemigosLa acogida 171 y de los peligros naturales. Había entre la gente de un mismo La acogida.—¿Quién acoge?—El riesgo.—Verdaderas grupo una unidad que se enraizaba en las profundidades del y falsas acogidas.—La
  • 3. acogida de la Providencia.—El inconsciente. primer gesto.—Acogida de los marginados.—Margina- Los tiempos han cambiado. La sociedad moderna surge de la dos dentro de la comunidad.—Acogida y lucha.— desintegración de estos grupos más o menos naturales o familia- Acoger para servir.—Necesidad de comunidades que res. Los que ahora viven en la misma localidad no forman parte acojan. de un grupo homogéneo. Las ciudades y a menudo los pueblosReuniones 185 están formados por vecinos que se ignoran. Cada cual se encierra, Reunirse para compartir.—La reunión sagrada.—El por miedo, detrás de los muros de su casa. La comunidad huma- don de la reunión.—Llevar una reunión.—Discerni- na no está tampoco al nivel de la calle, el barrio o la ciudad. Hay miento comunitario. una mezcla de pueblos, religiones y filosofías, debido a la movi- lidad.Lo cotidiano 195 Este estado de cosas engendra una soledad mejor o peor so- Vivir lo cotidiano.— Espiritualidad del movimiento y es- portada. La familia, a veces reducida a la pareja y sus hijos, no piritualidad del círculo.—Las leyes de la materia.— llega a hacerse suficiente a sí misma. Entonces se buscan amigos. Amor y pobreza.—El ritmo de lo cotidiano.—Dimensión La persona humana no puede vivir como una isla desierta, tiene política de la comunidad. necesidad de compañeros, de amigos que participen en unaLa fiesta 207 misma visión, un mismo ideal, con quien poder compartir. Por En el centro de la comunidad: la fiesta.—La comida.— eso algunas personas forman grupos no por barrios o por familias Animar la fiesta.—«Invitados a la boda». (hermanos y hermanas, tíos y tías) sino por simpatía o en torno a unas ideas, una visión del hombre y de la sociedad o unos centrosConclusión 219 98 5. de interés. Algunos se encuentran ocasionalmente, otros viven Es evidente que casi todo lo que digo lo he sacado de mi expe-bajo el mismo techo. Dejan sus lugares naturales, sus padres, riencia cotidiana en El Arca, la comunidad donde vivo desde hacepuede ser que hasta su trabajo, para vivir con otros, en comuni- bastantes años. También he tomado muchas cosas de las visitas adad según unos nuevos criterios y una nueva visión. Al mismo tiem- otras comunidades de El Arca por el mundo y escuchado a laspo quieren dar testimonio de esos valores ante la sociedad; entien- personas que viven en comunidad.den que tienen una buena nueva que anunciar al mundo, que va Las comunidades de El Arca son muy particulares, ya que in-acompañada de una felicidad, verdad y plenitud de vida, muy tentamos vivir con personas disminuidas mentales, para ayudarlesgrandes. Desean llegar a ser la levadura en la masa de la sociedad a crecer, pero antes de «hacer a para» se quiere «ser con». El sufri-humana. Quieren actuar por la paz y la justicia entre todos los miento del disminuido mental, como el de cualquier personahombres y naciones. marginada, es el sentirse excluida, sin valor, no amada. Algunos de estos grupos están orientados hacia la acción, un Mediante la cotidianeidad de la vida comunitaria y" el amortrabajo o la lucha. Se ve en el otro no a un hermano sino al cama- que se encarna allí, empieza a descubrir que tiene algún valor querada, al compañero de trabajo y de lucha. Se unen las capacida- es amada y amable.des de acción. Empecé El Arca en 1964 con el deseo de vivir el evangelio y Otros insisten más en la manera de vivir, las cualidades de la seguir mejor a Jesucristo. Cada día que pasaba me descubría aúnrelación entre los miembros y la acogida, que en las cosas por más cuánto debe extenderse la vida cristiana en el compromiso dehacer. Su acción, por decirlo de alguna manera, es su testimonio una vida comunitaria y cuánta necesidad hay de fe, de amor ade vida y de acogida. Jesús y de presencia del
  • 4. Espíritu Santo para poder profundizar en la vida comunitaria. Todo lo que digo en estas páginas sobre la Estamos ante dos polos de la comunidad: el cabo que atrae y vida en común me lo ha inspirado mi fe en Jesús. Lo cual nounifica, el centro de interés, el porqué de esa vida de unión; y la quiere decir que no haya vida en común fuera del cristianismo.amistad que une a las personas entre sí, el sentimiento de perte- ¡Ni mucho menos! Esa afirmación iría contra la experiencianencia a un grupo, la solidaridad, las relaciones interpersonales. humana y el sentido común. Desde el momento en que los hom- De hecho, en cualquier agrupación hay una multiplicación de bres se agrupan cualquiera que sea el motivo, se crea una formacabos, como hay múltiples maneras de considerar la solidaridad, de comunidad. Pero el mensaje de Jesús invita a sus discípulos ael sentido de pertenencia. En este libro, el término «comunidad» amarse y vivir de esa manera la comunidad.lo reservamos sobre todo á las agrupaciones de personas que handejado sus lugares habituales para vivir con otras bajo el mismo Como he estado cerca de muchas personas atraídas por latecho, crear entre ellas relaciones interpersonales, vivir y trabajar comunidad, por los nuevos modos de vida, he comprobado lasegún una visión nueva de la persona humana y de sus relaciones gran ignorancia que existe en lo que concierne a la vida comuni-con sus semejantes y con Dios. Es un aspecto muy restringido; taria. Muchos creen que se trata de meter bajo el mismo techo aotros pueden dar a la palabra «comunidad» sentidos más amplios. algunas personas que se entienden «poco más o menos» o que se comprometen con un mismo ideal. El resultado es a veces desas- Este libro se dirige sobre todo a los que viven o quieren vivir troso. La vida comunitaria no está compuesta simplemente deen comunidad pero muchos de sus párrafos se pueden aplicar espontaneidad ni de leyes. Hay condiciones precisas, necesarias,igualmente a la vida familiar. Los dos elementos esenciales de la para que esta vida comunitaria se pueda profundizar y extendervida comunitaria se encuentran efectivamente en ella: relaciones mediante crisis, tensiones y «buenos momentos». Si estas condi-interpersonales, sentido de pertenencia, y el hecho de estar orienta- ciones no se dan, es posible cualquier desviación, que conducirádos en unión hacia un fin y un testimonio de vida. progresivamente a la muerte de la comunidad o a su muerte espi- De la misma manera, alguna de sus páginas se pueden aplicar ritual, «la esclavitud» de sus miembros.a aquellos que aunque no viven juntos, se reúnen regularmente Estas páginas querrían clarificar las condiciones necesarias depara compartir su ideal, orar o trabajar, y entre los que se crean una vida en común. Están escritas no como una tesis o un tratadolazos profundos. de vida comunitaria sino en forma de flash. Son pistas de refle-10 11 6. xión, que he descubierto no en los libros sino en la vida cotidiana a través de mis errores, mis fracasos, mis faltas, a través de las inspiraciones de Dios, de las de mis- hermanos y hermanas, a través de momentos de unidad entre nosotros y también de ten- siones y sufrimientos. La vida en común es una maravillosa aventu- ra. Deseo que muchos puedan vivir esta aventura que es en última instancia la de la liberación interior: la libertad de amar y ser amado. Un corazón, un alma, un espíritu En estos tiempos en que las ciudades son tan despersonaliza- das y despersonalizantes muchos buscan la comunidad, sobre todo cuando se sienten solos, fatigados, débiles y tristes. Para otros, estar solo es insoportable, es un gusto anticipado de la muerte. La comunidad aparece entonces como maravilloso lugar de acogida y participación.
  • 5. Pero, bajo otro ángulo, la comunidad es un lugar terrible. Es el lugar donde se revelan nuestras limitaciones y egoísmos. Cuan- do empiezo a vivir todo el día con otras personas, descubro mi pobreza y debilidad, mi incapacidad para entenderme con algunos, mis bloqueos, mi afectividad o mi sexualidad perturbada, mis deseos que parecen insaciables, mis frustraciones, mis celos, mis odios y mis deseos de destrucción. Mientras estaba solo, podía creer que quería a todo el mundo; ahora con otros, constato lo incapaz que soy de amar y rehuso la vida con otros. Si soy incapaz de amar, ¿qué queda de bueno en mí? Sólo hay tinieblas, desesperanza y angustia. El amor es una ilusión. Estoy condenado a la soledad y a la muerte. La vida en común es la revelación penosa de los límites, debili- dades y tinieblas de mi ser; es la revelación, a menudo inesperada de los monstruos escondidos en mí. Esta revelación es difícil de asumir. Enseguida se trata de alejar esos monstruos, o volverlos a esconder o negar su existencia, o se huye de la vida comunitaria y de la relación con otros, o se les acusa a ellos y a los monstruos que hay en ellos. Pero si se acepta que estos monstruos están ahí, se les puede dejar salir y aprender a domarles. Es el crecimiento hacia la liberación. Si somos acogidos con nuestras limitaciones y con nuestras12 13 7. capacidades también, la comunidad poco a poco se convertirá en Canadá. Si ante un grupo de niños se promete un premio al un lugar de liberación; descubriendo que somos aceptados y primero que responda una pregunta, todos se ponen a buscar la amados por los demás, nos aceptamos y amamos mejor el lugar solución juntos y cuando están de acuerdo responden gritando donde se puede ser uno mismo sin miedo ni violencia. Así la vida todos al mismo tiempo. Para ellos sería intolerable que ganara comunitaria profundiza en la confianza mutua entre todos los uno y perdiera la mayoría; el que ganara se separaría del resto de miembros. sus hermanos. Habría ganado el premio pero habría perdido la solidaridad. Entonces ese lugar terrible se convertirá en lugar de vida y Nuestra civilización occidental es una civilización competitiva.crecimiento. No hay nada más bello que una comunidad donde se Desde el colegio el niño aprende a «ganar»; sus padres estánempieza a amar realmente y a tenerse confianza los unos a los encantados cuando es el primero. De esa manera, el progresootros. «Ved: qué dulzura, qué delicia, convivir los hermanos uni- material individualista y el deseo de subir de grado en el prestigiodos. Esungüento precioso en la cabeza... que baja por la barba pisotean el sentido de la comunión, de la compasión, de la comu-de Aarón» (Sal. 133). nidad. Se trata ahora de vivir más o menos solo en casita, guar- Nunca he llegado a entender muy bien esta referencia a la dando celosamente los bienes y tratando de adquirir otros, con unbarba de Aarón, sin duda porque nunca he tenido barba. Pero si papel en la puerta donde está escrito «cuidado con el perro». Porel perfume que se desliza por una barba produce una sensación esto, el occidente ha perdido el sentido de la comunidad que pe-tan asombrosa como la vida en común, debe ser maravilloso. queños grupos que surgen aquí y allá, tratan de recuperar. Tenemos mucho que aprender de África y de la India, que nos La vida comunitaria es el lugar donde se descubre la herida recuerdan que lo esencial de la comunidad es un sentimiento deprofunda del propio ser y donde se aprende a asumirla. Entonces pertenencia. Hay que reconocer que el sentido de su propia comu-se puede empezar a renacer. Sí, hemos nacido a partir de esa nidad les impide mirar con amor y objetividad a las otras comuni-herida. dades. Y entonces aparece la guerra entre
  • 6. tribus. A veces también la vida comunitaria africana se basa en el miedo. El grupo, la tribu, dan a la vida un sentido de solidaridad, protegen y danSentimiento de pertenencia seguridad pero no son verdaderamente liberalizadores. Si el indivi- duo no se separa de ellos es sólo por sus miedos y su propia herida, Cuando veo los pueblos africanos, constato que a través de sus frente a fuerzas adversas a los genios malos y a la muerte. Estosritos y tradiciones, viven profundamente la vida comunitaria. miedos se concretizan en torno a ritos o fetiches que tienen unCada cual tiene la convicción de pertenecer a los otros; el que es poder de cohesión. Pero la verdadera comunidad es liberalizadora.de la misma etnia o pueblo es verdaderamente un hermano. Meviene a la memoria monseñor Agre, obispo de Man que se encon- Me gusta ese pasaje de la Escritura: «Y diré: Tú eres mitró a un aduanero en el aeropuerto de Abidjan; se abrazaron pueblo, y él dirá: Tú eres mi Dios» (Os. 2, 25).como si fueran hermanos pues eran del mismo pueblo. De cierta Siempre me recuerda a Jessie Jackson, uno de los discípulosmanera se pertenecían el uno al otro. Los africanos no tienen de Martín Lutero King, diciendo a una asamblea de muchosnecesidad de hablar de la comunidad, la viven intensamente. miles de negros: «Mi pueblo es humillado». La madre Teresa dice: Me han dicho que los aborígenes de Australia no apetecen «Mi pueblo tiene hambre».ningún bien material, salvo los coches que les permitan ir a visitar Mi pue"blo, es decir, mi comunidad, la pequeña comunidad dea sus hermanos. Para ellos, lo único importante son los lazos de los que viven juntos pero también la comunidad más grande quefraternidad que los alimentan. Hay, al parecer, tal unidad entre está a su alrededor y por la que ella existe. Esos son los que estánellos que saben cuándo muere alguno; lo sienten en sus entrañas. inscritos en mi carne como yo estoy inscrito en la suya. Ya estemos Rene Lenoir en su libro Les exclus >, habla de los indios de lejos o cerca, mi hermano, mi hermana, permanecen inscritos en 1 mi interior. Los llevo y ellos me llevan y cuando nos encontramos LENOIR, R.: Lesexclus, LeSeuil, París, 1975. nos reconocemos. Estamos hechos los unos para los otros, hechos14 15 8. de la misma tierra, miembros de un mismo cuerpo. El término «mi cia de un compromiso profundo hacia otra realidad más allá de la pueblo» no quiere decir que en relación con ellos yo esté en un de ser una comunidad. grado de superioridad, que yo sea su pastor y me ocupe de ellos. Quiere decir que ellos son para mí como yo soy para ellos. Todos Cuanto una comunidad es más auténtica y creativa en su somos solidarios. Lo que les toca a ellos, a mí me toca. El término búsqueda de lo esencial, más se sienten llamados sus miembros a «mi pueblo» no implica que rechace a otros. No, «mi pueblo» es salir de sí mismos tendiendo a unirse. Por el contrario cuanto más mi comunidad constituida por los que me conocen y me llevan. tibia se hace en relación con su fin inicial, más peligro hay de Puede y debe ser un trampolín hacia la humanidad entera. Pero esterilizarse y de que aparezcan tensiones. Los miembros no no puedo ser un hermano universal si no amo en primer lugar a hablan tanto de cómo responder mejor a la llamada de Dios y los «mi pueblo» y a partir de él, a todos los demás. pobres, como de ellos mismos, sus problemas, sus estructuras, su riqueza y su pobreza, etc. Existe un lazo íntimo entre los dos No se va personalmente hacia la unidad interior más que polos de la comunidad: su objetivo y la unidad entre sus miembros.cuando se agranda y profundiza el sentido de pertenencia. Y nosólo de pertenencia a una comunidad sino
  • 7. al universo, a la tierra, Una comunidad se convierte verdaderamente en una y resultaal aire, al agua, a todos los vivientes, a toda la humanidad. Si la radiante cuando todos sus miembros tienen un sentimiento decomunidad da a la persona un sentimiento de pertenencia, la urgencia. En el mundo hay demasiada gente sin esperanza, dema-ayuda también a asumir su soledad en un encuentro personal con siados gritos sin respuestas, demasiadas personas que mueren enDios. Por esto también está la comunidad abierta al universo y a su soledad. Cuando los miembros de una comunidad entiendentodos los hombres. que no están ahí para ellos mismos ni por su propia pequeña santificación sino para acoger el don de Dios y para que Dios venga a calmar la sed de los sedientos, viven plenamente la comu-Tender hacia los fines de la comunidad nidad. La comunidad ha de ser la luz en un mundo de tinieblas, un manantial en la Iglesia y para todos los hombres. No hay Cualquier tipo de comunidad ha de tener un proyecto. Si los derecho a estar tibio. miembros deciden vivir juntos sin especificar sus fines ni tener claro el porqué de su vida en común, enseguida habrá conflictos ytodo se desplomará. Las tensiones en la comunidad provienen a menudo de que las personas tienen expectativas muy distintas y De «la comunidad para mí» a «yo para la comunidad»no las verbalizan. Pronto se descubre que lo que querían unas esmuy distinto de lo que esperaban otras. Imagino que igual pasa Una comunidad no se constituye como tal hasta que la mayoríaen el matrimonio. No se trata de querer vivir juntos. Si se quiere de sus miembros está dispuesta a dar el paso de «la comunidadque esa vida dure, es necesario saber lo que se quiere hacer para mí» a «yo para la comunidad», es decir, hasta que el corazónjuntos, lo que se quiere ser juntos. de cada uno está dispuesto a abrirse a cada miembro, sin excluir Esto implica que toda comunidad debe tener un proyecto de a nadie. Es el paso del egoísmo al amor, de la muerte a la resu-vida que especifique claramente por qué se vive juntos y lo que se rrección; es la pascua, el paso del Seflor y también el paso de unaespera de cada uno. Implica también que antes de consolidarse, tierra de esclavitud a la tierra prometida, la de la liberación in-una comunidad tenga un tiempo más o menos largo para preparar terior.esta vida en común y clarificar sus opciones. La comunidad no es cohabitación porque eso es un cuartel o Bruno Bettelheim dice en Un lugar donde renacer:2 «Estoy un hotel. No es tampoco un equipo de trabajo y menos aún unconvencido de que la vida en común sólo puede florecer cuando nido de víboras. Es el lugar en el que cada uno o más bien laexiste un fin fuera de ella. No es posible más que como consecuen- mayoría (¡hay que ser realista!), trata de salir de las tinieblas del egocentrismo a la luz del amor verdadero. «En vez de obrar por BETTELHEIM, B.: Un lieu oü renattre, R. Laffont, París, 1975. egoismo o presunción, cada cual considere humildemente que los16 17 9. otros son superiores y nadie mire únicamente por lo suyo, sino carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Ostambién cada uno por lo de los demás» (Flp. 2, 3-4). infundiré mi espíritu» (Ez. 36,26). Jesús nos ha prometido enviar- El amor no es ni sentimental ni una emoción transitoria. Es nos al Espíritu Santo, el Paráclito, para comunicarnos estauna atención al otro que poco a poco se convierte en compromiso, energía nueva, esta fuerza, esta calidad del corazón que hacenreconocimiento de una alianza, de una pertenencia mutua. Es que se pueda acoger verdaderamente al otro —aunque sea unescucharle, ponerse en su lugar, comprenderle, sentirse atañido enemigo— tal como es: soportar todo, creer todo,
  • 8. esperar todo.por él. Es responder a su llamada y a sus necesidades más profun- Aprender a amar supone toda una vida, pues es necesario que eldas. Es compartir, sufrir con él, llorar cuando llore, alegrarse Espíritu penetre en todos los rincones y recovecos de nuestro ser,cuando se alegre. Amar es también estar alegre cuando el otro en todas esas partes en las que hay temores, miedos, actitudes deestá y triste cuando permanece ausente; es morar mutuamente defensa y celos.uno en otro, refugiándose uno en el otro. «El amor es una fuerza La comunidad empieza a hacerse cuando cada uno hace ununificadora» dijo Dionisio el Aeropagita. esfuerzo para acoger y amar a los otros tal y como son. «Acogeos Si el amor es tender uno hacia el otro, es también tender los mutuamente como Cristo os acogió para honra de Dios» (Rom.dos hacia las mismas realidades, es esperar y querer las mismas 15,7).cosas; es comulgar en la misma visión, con el mismo ideal. Poreso, es querer que el otro se realice plenamente según los caminosde Dios y al servicio de los demás, es querer que sea fiel a su Simpatías y antipatíasllamada, libre para amar en todas las dimensiones de su ser. Aquí están los dos polos de la comunidad: un sentimiento de Los dos grandes peligros de una comunidad son los «amigos» ypertenencia del uno al otro y también un deseo de que el otro vaya los «enemigos». Muy rápidamente ocurre que «Dios los cría y ellosmás lejos en su donación a Dios y a los demás, que sea más lumi- se juntan»; se desea estar al lado de quien nos gusta, de quiennoso, más profundo en la verdad y la paz. «El amor es paciente, es tiene nuestras mismas ideas, la misma manera de concebir laafable; el amor no tiene envidia, no se jacta ni se engríe, no es vida, el mismo tipo de humor. Nos alimentamos el uno del otro;grosero ni busca lo suyo, no se exaspera ni lleva cuentas del mal, no nos halagamos: «eres maravilloso» «tú también lo eres», «somossimpatiza con la injusticia, simpatiza con la verdad. Disculpa maravillosos porque somos inteligentes, astutos». Las amistadessiempre, se fía siempre, espera siempre, aguanta siempre.» (1 Cor. humanas pueden enseguida caer en un club de mediocridades13,4-7). donde se cierran los unos en los otros; se halagan mutuamente y se hacen creer que son inteligentes. La amistad no es entonces Para dar este paso del egoísmo al amor, de «la comunidad una tendencia a ir más lejos, a servir mejor a nuestros hermanospara mí» a «yo para la comunidad», y la comunidad para Dios y y hermanas, a ser más fieles al don que se nos ha dado, máspara los que tienen necesidad, se precisa tiempo y muchas puri- atentos al Espíritu y a continuar la marcha a través del desiertoficaciones, muertes constantes y nuevas resurrecciones. Para hacia la tierra prometida de la liberación. Se convierte en sofo-amar, es necesario morir sin cesar a las ideas, susceptibilidades y cante y constituye un fardo que impide dirigirse a los otros,comodidades propias. El camino del amor se teje con sacrificios. atendiendo sus necesidades. A la larga, ciertas amistades se trans-Las raíces del egoísmo son profundas en nuestro inconsciente y a forman en una dependencia afectiva que es una forma de esclavi-menudo constituyen nuestras primeras reacciones de defensa, de tud.agresividad, de búsqueda del placer personal. Amar no es sólo un acto voluntario que se acoja para controlar En -una comunidad también hay «antipatías». Siempre hayy rebasar la sensibilidad (esto es un principio) sino una sensibili- personas que no me entienden, que me bloquean, que me contra-dad y un corazón purificado que se dirigen espontáneamente dicen y ahogan el impulso de mi vida y de mi libertad. Su presen- hacia el otro. Estas purificaciones profundas se realizan gracias al cia parece
  • 9. amenazarme y provocarme agresividades o un ciertodon de Dios, una gracia que surge de lo más profundo de noso- tipo de regresión servil. En su presencia, soy incapaz de expresar-tros mismos, allí donde reside el Espíritu. «Arrancaré de vuestra me y vivir. Otros hacen nacer en mí sentimientos de envidia y18 19 10. celos, son lo que yo quisiera ser y su presencia me recuerda que queréis a los que os quieren, ¡vaya generosidad! También los des- no lo soy. Su valía e inteligencia me retrotraen a mi propia indi- creídos quieren a quien los quiere» (Le. 6, 27, 32). gencia. Otros me piden demasiado. No puedo responder a su búsqueda afectiva incesante. Me veo obligado a rechazarlos. Estas El «falso amigo» es aquel en quien no veo más que «supuestas» personas son mis «enemigos»; me ponen en peligro, e incluso cualidades. Suscita en mí una cierta vitalidad, un bienestar. Me aunque no lo admita, les odio. Este odio no es psicológico, ni revela a mí mismo y me estimula. Por eso le amo. aún moral, es decir querido. Pero cuánto me gustaría que no El «enemigo» por el contrario estimula en mí emociones queexistieran. Su desaparición, su muerte, me parecería una libe- no quiero considerar: agresividad, celos, miedo, falsa dependen- ración. cia, odio, todo lo que del mundo de las tinieblas hay en mí. Es natural que en una comunidad se den aproximaciones de Mientras no acepte ser una mezcla de luz y tinieblas, de cuali- sensibilidades tanto como bloqueos entre sensibilidades distintas. dades y defectos, de amor y odio, de altruismo y egocentrismo, de Unas por inmadurez de la vida afectiva y por cierta cantidad de madurez e inmadurez, sigo dividiendo el mundo en «enemigos» (los elementos de nuestra infancia sobre los que no tenemos ningún «malos») y en «amigos» (los «buenos»), continúo alzando barreras control. No hay por qué negarlo. en mí y fuera de mí extendiendo prejuicios. Si nos dejamos guiar por nuestras emociones, pronto se harán Cuando acepte que tengo debilidades y defectos y también queclanes en el interior de la comunidad. Entonces no habrá una puedo progresar hacia la libertad interior y un amor más verda-comunidad sino grupos de personas más o menos cerradas sobre dero, entonces podré aceptar los defectos y debilidades de lossí mismas y bloqueadas las unas por las otras. Cuando se entra en demás; también ellos pueden progresar hacia la libertad delalgunas comunidades se notan estas tensiones y luchas subterrá- amor. Puedo mirar a todos los hombres con realismo y amor.neas. Las personas no se miran de frente. Cuando se cruzan en Todos somos personas mortales y frágiles pero con esperanza,los pasillos, son como barcos en la noche. Una comunidad no es pues podemos crecer.comunidad más que cuando la mayoría de sus miembros handecidido conscientemente romper esas barreras y salir del capullode «amistades» para tender la mano al «enemigo». El perdón en el corazón de la comunidad Pero esto es un largo camino. Una comunidad no se hace enun día. En realidad, nunca está hecha, sino siempre en progre- ¿Podemos aceptarnos a nosotros mismos con nuestras tinie- sión hacia un amor más grande, o en regresión. blas, debilidades, faltas, y miedos sin la revelación de que Dios nos ama? Cuando se descubre que el Padre envió a su hijo único El enemigo me da miedo. Soy incapaz de escuchar su grito, de no para juzgarnos ni condenarnos sino para sanarnos, salvarnos yresponder a sus necesidades; sus actitudes agresivas y dominado- guiarnos por los caminos del amor; cuando se descubre que haras me aplastan. Le huyo o me gustaría que desapareciera. venido para perdonarnos porque nos ama en las profundidades de En realidad, tengo que tomar conciencia de mi debilidad, de nuestro ser, entonces nos
  • 10. podemos aceptar a nosotros mismos.mi falta de madurez, de una pobreza en mi interior. Y esto es lo Hay una esperanza. No estamos encerrados para siempre en unaque rehuso entender. Los defectos que critico en los otros son a prisión de egoísmo y tinieblas. Es posible amar. Así es posiblemenudo mis propios defectos a los que me niego a mirar a la aceptar a los otros y perdonar.cara. Los que critican a los otros y a la comunidad y buscan la Mientras que yo no vea en el otro más que las cualidades quecomunidad ideal, corren el peligro de huir del reconocimiento de reflejan a las mías, no hay crecimiento posible; la situación serásus propios defectos y debilidades. Rechazan su sentimiento de estática y se romperá tarde o temprano. Una relación entreinsatisfacción, su herida. personas no es auténtica y estable más que cuando se funda en la El mensaje de Jesús es claro: «Pero, en cambio, a vosotros que aceptación de las debilidades, el perdón y la esperanza de un cre-me escucháis os digo: Amad a vuestro enemigo, haced el bien a los cimiento.que os odian, bendecid a los que os maldicen, rezad por los que os Si el punto álgido de la vida comunitaria es la celebración, suinjurien. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra... Si corazón es el perdón.20 21 11. La comunidad es el lugar del perdón. A pesar de la confian/a empezar simplemente por reconocer nuestros bloqueos, nuestros que puedan tener unos con otros, hay siempre palabras que celos, nuestra forma de compararnos, nuestras preguntas, y hieren, actitudes que ponen en evidencia, situaciones donde se nuestros odios más o menos conscientes y reconocernos como estrellan las susceptibilidades. Por eso, vivir juntos implica llevar somos. Y pedir perdón al Padre. Y después es bueno hablar con una cruz, un esfuerzo constante y una aceptación que es el perdón un hombre de Dios que nos puede hacer comprender, quizá, lo mutuo de cada día. Pablo dice: «En vista de esto, como elegidos que está pasando, confirmarnos en nuestro esfuerzo de rectitud y de Dios, consagrados y predilectos, vestios de ternura entrañable, ayudarnos a descubrir el perdón de Dios. de agrado, humildad, sencillez, tolerancia; conllevaos mutuamente Una vez que hemos reconocido que la rama está torcida, que y perdonaos cuando uno tenga queja contra otro; el Señor os ha estamos bloqueados por la antipatía, se trata de dirigir los esfuer- perdonado, haced vosotros lo mismo. Y, por encima, ceñios el zos hacia la lengua, evitando dejarla libre para que siembre ciza- amor mutuo, que es el cinturón perfecto. Interiormente la paz de ña, que no indague las faltas y errores de los demás y se regocije Cristo tenga la última palabra; a esta paz os han llamado como cuando constata que se han equivocado. La lengua es uno de los miembros de un mismo cuerpo. Sed también agradecidos» (Col. 3, órganos más pequeños, pero que puede sembrar la muerte. Para 12-15). esconder nuestros propios defectos, engrandecemos los de los demás. «Se» han equivocado. Cuando aceptamos los defectos Bastantes personas van a una comunidad para encontrar algo, propios, nos es más fácil aceptar los de los demás.pertenecer a un grupo dinámico y tener un estilo de vida cercanoal ideal. Al mismo tiempo hay que tratar lealmente de ver las cualida- Si entran en una comunidad sin saber que se va para descu- des del «enemigo». ¡También tendrá alguna! Pero como tengobrir el misterio del perdón, enseguida se desengañarán. miedo de él, también él lo tendrá de mí. Si yo estoy bloqueado también lo estará él. Cuando dos personas se tienen miedo es difí- cil que se puedan descubrir mutuamente las cualidades. Es nece-Sed pacientes sario un mediador, un reconciliador, un artesano de la paz, una persona en quien se tenga confianza, y que
  • 11. se entienda con el ene- No somos dueños de nuestras sensibilidades, atracciones y re- migo. Si confío a esta tercera persona mis dificultades, ella podrápulsas que nacen en lo más profundo de nuestro ser, allí donde ayudarme a descubrir las cualidades del «enemigo» o al menos atenemos más o menos el control. Todo lo que podemos hacer es comprender mis actitudes y mis bloqueos y después de haber vistoesforzarnos en no seguir esas pendientes que constituyen las ba- sus cualidades, podré algún día utilizar mi lengua para hablarrreras en el interior de la comunidad. Será preciso esperar a que bien de él. Será un largo camino que terminará en un gesto final,el Espíritu Santo venga a perdonar, purificar y podar las ramas pediré al enemigo antiguo un consejo o un servicio. El que se nosun poco torcidas de nuestro ser. Nuestra sensibilidad desde pida un consejo o un servicio impacta mucho más que el hecho denuestra infancia se ha formado a base de miles de miedos y egoís- que se nos preste un servicio o se nos haga algún bien.mos; también está hecha por los gestos de amor y el don de Dios. Durante todo este tiempo, el Espíritu Santo puede ayudarnosEs una mezcla de tinieblas y luz. En un día no se podrá rectificar a orar por el «enemigo» para que también crezca como Diosesa sensibilidad porque exige mil purificaciones y perdones, es- quiere, para que un día pueda realizarse el gesto de reconci-fuerzos cotidianos y sobre todo el don del Espíritu que nos reno- liación.vará en el interior. El Espíritu Santo vendrá un día para liberarme de este bloqueo de antipatía o puede ser también que me deje seguir con Transformar poco a poco nuestra sensibilidad para poder em- esta espina en mi carne que me humilla y me obliga a hacer cadapezar a amar realmente al enemigo es un trabajo de larga dura- día nuevos esfuerzos. No se trata de inquietarse por los malos sen-ción. Tenemos que ser pacientes con nuestras sensibilidades y timientos y aún menos de sentirse culpable. Se trata de pedirmiedos, misericordiosos con nosotros mismos. Para dar este paso perdón a Dios como niños pequeños y seguir andando. Si el cami-hacia la aceptación y el amor al otro, a todos los demás, hay que no es largo, no hay que desanimarse. Uno de los papeles de la22 23 12. vida comunitaria es justamente el de ayudarnos a continuar ruta con esperanza, el aceptarnos tal como somos y aceptar a , 1. (Flp. 2, 1-2). «En el grupo de los creyentes todos pensaban y otros como son. V sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie consideraba La paciencia, como el perdón, está en el corazón de la vid^ ^ suyo nada de lo que tenía (Hch. 4,32). común: paciencia con nosotros mismos y las leyes de nuestro 0 Esta atmósfera de alegría proviene del hecho de que cada uno cimiento, y paciencia con los demás. La esperanza comunitaria ^ se siente libre de ser él mismo en lo que tiene de más profundo. funda en la aceptación y el amor de la realidad de nuestro se,A No hay necesidad de representar ningún papel, de intentar ser del de los otros, y en la paciencia y confianza necesarias par^ ^ mejor que los otros, de tratar de hacer proezas, para ser amado. crecimiento. ^i Ha descubierto que se le ama por sí mismo y no por sus capaci- dades intelectuales o manuales. Cuando alguien empieza a quitar las barreras y los miedos que Confianza mutua le impedían ser uno mismo, se simplifica. La sencillez es precisa- mente ser uno mismo sabiendo que los otros nos quieren tal como En el corazón de la comunidad está esta confianza mutua fl somos. Es saberse aceptado con sus cualidades, sus defectos en su unos en otros, nacida del perdón cotidiano y de la aceptación 3 persona profunda. nuestras debilidades y pobrezas. Pero esta confianza no nace ^ ^ un día. Por eso hace falta tiempo para formar una vida comunit ^ Cada
  • 12. vez más descubro que la gran dificultad para muchos de ría. Cuando alguien entra en una comunidad, representa siemp^ los que vivimos en comunidad es la falta de confianza en nosotros un papel porque quiere ser lo que los otros esperan de él. Poco ^ mismos. Tenemos la impresión de que en el fondo de nuestro ser poco descubre que los demás le quieren tal como es y que c o n f í ^ no somos amables y que si los demás nos vieran tal como somos, en eí. Pero ía confianza es una cosa que se debe probar y siemp^ nos rechazarían. Se tiene miedo a todo lo que en nosotros hay de acrecer. tinieblas, a nuestras dificultades sobre el plan de vida afectiva o Los casados jóvenes puede ser que se quieran mucho pero e$ de la sexualidad. Se tiene miedo de no poder amar verdadera- amor a veces es un elemento superficial y excitante ligado al de s mente. Pasamos deprisa de la exaltación a la depresión, pero ni cubrimiento que se acaba de hacer. El amor es, sin duda, m¿L una ni otra son expresión de lo que en verdad somos. ¿Cómo con- profundo entre los esposos mayores que han vivido pruebas junt^ vencernos de que nos aman en nuestra pobreza y debilidad y quey saben que el otro será fiel hasta la muerte. Saben que nad nosotros también somos capaces de amarnos?puede romper su unión. Este es el secreto del crecimiento en comunidad. ¿No viene de Igual pasa en nuestras comunidades; hay en ellas a menud^ un don de Dios que pasa a través de los otros? Cuando poco asufrimientos, dificultades muy grandes y tensiones que han puest^ poco se descubre que Dios y los otros tienen confianza en nos-a prueba la fidelidad que hace crecer la confianza. Una comuna otros, es más fácil tener confianza en uno mismo y hacer crecerdad donde existe una verdadera confianza mutua es una comunü nuestra confianza en los demás.dad inquebrantable. Vivir en comunidad es descubrir y amar el secreto de la perso- La comunidad no es simplemente un grupo de personas qu e na, en lo que es única. Es así como se llega a ser libre. Entoncesviven juntas y se quieren, es una corriente de vida, un corazón, u^ no se vive según el deseo de los demás o representando una come-alma, un espíritu. Son personas que se quieren entre sí mucho y dia sino a partir de la llamada profunda de su persona,que están inclinadas hacia la misma esperanza. De ahí la atmós, haciéndose libre para descubrir la persona profunda del otro.fera particular de alegría y acogida que caracteriza a la verdadera,comunidad. «Entonces, si hay un estímulo en Cristo y un aliento "en el amor mutuo, si existe una solidaridad de espíritu y un carü El derecho a ser uno mismoño entrañable, hacedme feliz del todo y andad de acuerdo, te-niendo un amor recíproco y un interés unánime por la unidad» Siempre he querido escribir un libro que se llamara: El dere- cho a ser malo, aunque con más justificación se podría llamar: El24 25 13. derecho a ser uno mismo. Una de las grandes dificultades de la vida en común consiste en que a veces se obliga a los demás a ser vivir toda su vida con esas represiones y barreras. Son también lo que no son; se les recubre de un ideal al que han de conformar- hijos de Dios y Dios puede actuar por ellos, con ellos y sus nervios, se. Si no llegan a identificarse con la imagen que se han hecho los para bien de la comunidad. También han de ejercer su don. No demás de ellos, temen que no les quieran o por lo menos decep- psiquiatricemos demasiado las cosas y mediante el perdón de cionarlos. Si lo consiguen, se creen perfectos. Sin embargo, en cada día ayudémonos los unos a los otros a aceptar esos nervios y una comunidad no se persigue el tener gente perfecta, sino que esas barreras. Es la mejor manera de que se disuelvan. esté formada por personas unidas unas a otras, cada una compuesta de
  • 13. una mezcla de bien y mal, de tinieblas y luz, de amor y odio. La comunidad es la tierra en la que cada uno puede Llamados a vivir juntos tal como somos crecer sin miedo hacia la liberación de las formas de amor que hay escondidas en él. Pero no puede haber crecimiento si no se re- conoce una posibilidad de progreso y que hay muchas cosas en En las comunidades cristianas, parece que Dios se complace nuestro interior para purificar, tinieblas que han de transformar- en hacer vivir juntas a personas humanamente muy distintas, que se en luz y miedos que han de convertirse en confianza. proceden de culturas, clases y países diferentes. Las comunidades En la vida en común a menudo se espera demasiado de las más hermosas lo son justamente por esa gran diversidad de perso- personas impidiéndoles reconocerse y aceptarse tal como son. Rá- nas y temperamentos, ló que obliga a cada uno a saltar por pidamente se les juzga y clasifica en categorías, obligándolas a es- encima de sus simpatías o antipatías para querer al otro con sus conderse tras una máscara. Pero, tienen el derecho a ser malas, a diferencias. estar entenebrecidas por dentro, a tener rincones endurecidos en Esas personas nunca hubieran escogido vivir con las otras. el corazón donde se esconden los celos y hasta el odio. Los celos, Humanamente parece un desafío imposible pero eso es precisa- las inseguridades son naturales; no son «enfermedades vergonzo- mente lo que les da la certeza de que ha sido Dios quien les ha es- sas», sino que pertenecen a nuestra naturaleza herida. Esa es cogido para vivir en esa comunidad. Lo imposible se convierte nuestra realidad. Hay que aprender a aceptarlas, &. vivir con ellas entonces en posible. Esas personas no se apoyan en sus capacida- sin dramatizar, y poco a poco, aprendiendo a perdonar, caminar des humanas o en sus simpatías sino en el Padre que les ha con-hacia la liberación. vocado a vivir juntas y que poco a poco les dará un corazón nuevo En algunas comunidades he visto que algunos de sus miembros y un espíritu nuevo para que sean testigos del amor. En efecto,vivían una especie de culpabilidad inconsciente; tienen la impre- cuanto más humanamente imposible sea, más aparecerá como unsión de que no son lo que deberían ser, y necesitan que se les con- signo de que el amor viene de Dios y de que Jesús sigue vivo: «Enfirme y se les reafirme en la confianza. Hay que hacerles sentir esto conocerán que sois discípulos míos, en que os amáis unos aque pueden compartir su debilidad sin que se les rechace. otros» (Jn. 13,35). Jesús eligió para vivir con él en la primera comunidad de En todos nosotros hay una parte que ya está iluminada, con- apóstoles, hombres profundamente diferentes: Pedro, Mateo (elvertida. Hay también otra aún en tinieblas. Una comunidad no se publicano), Simón (el celóte), Judas... Nunca hubieran idocompone sólo de necesidad de ser transformados, purificados, po- juntos, si el Maestro no les hubiera llamado.dados. También se compone de «no convertidos». No hay que buscar la comunidad ideal. Se trata de amar a los Hay personas psicológicamente muy heridas, que arrastran que Dios ha puesto a nuestro lado hoy; ellos son signos de la pre-verdaderas represiones y nerviosismos profundos. Terriblemente sencia de Dios para nosotros. Nosotros .hubiéramos querido per-dañados en su infancia, se han rodeado, para defender su vulne- sonas distintas, más alegres o más inteligentes, pero esas son lasrabilidad de enormes barreras. que Dios nos ha dado, las que ha escogido para nosotros, y es con No se trata de enviarlos siempre al psiquiatra, ni de empujar- ellas como debemos crear la unidad y vivir la alianza.les a hacer una psicoterapia. Muchas personas están llamadas a Cada vez estoy más impactado por la cantidad de gente insa-26 27
  • 14. 14. tisfecha de su comunidad. Cuando son pequeñas, querrían que fueran numerosas para estar más apoyados, para tener más acti- Compartir tu debilidad vidades comunes, para celebrar liturgias más bonitas y mejor pre- paradas. Cuando están en comunidades grandes, sueñan con las El otro día, Colleen, que vive en comunidad desde hace máspequeñas comunidades ideales. Los que tienen mucho que hacer de 25 años, me decía: «Siempre he intentado ser transparente en suspiran por grandes momentos de oración; los que tienen mucho la vida en común. Sobre todo he querido evitar el ser un obstáculotiempo, se aburren y buscan alocadamente cualquier tipo de acti- al amor de Dios a los otros. Ahora estoy empezando a descubrir vidad que dé un sentido a su vida. ¿No sueñan todos con esa co- otra cosa: que soy un obstáculo y que lo seré siempre. ¿No será la munidad ideal, perfecta, donde haya una paz plena, una perfecta vida en común un reconocer que soy un obstáculo, compartirlo armonía, con un equilibrio entre lo interior y lo exterior, donde con mis hermanos y hermanas y pedir perdón por ello?» todo sea alegría? No existe la comunidad ideal. La comunidad se compone de personas con sus valores y también con sus debilidades y su Es difícil hacer entender que el ideal no existe, que el equili- pobreza que se aceptan mutuamente y se perdonan. Más que labrio personal y la armonía soñada no se dan hasta después de perfección y el sacrificio, el fundamento de la vida en común es la años y años de luchas y sufrimientos y que incluso puede que no humildad y la confianza.surjan más que como toques de gracia y paz. Si se busca siempreel equilibrio propio, aún más, si se busca demasiado la propiapaz, nunca se llegará a la paz que da el fruto del amor y del ser- Aceptar nuestras debilidades y las de los demás es todo lo con-vicio a los demás. A muchos miembros de comunidades que trario de la afectación. No es una aceptación fatalista, sin espe-buscan ese ideal inaccesible, yo les diría: «No busques más la paz, ranza, sino que es esencialmente un hecho de verdad para no caerpero allí donde estés, da paz; deja de mirarte para mirar a tus en la ilusión y poder crecer a partir de lo que se es y no de lo quehermanos que pasan necesidad. Sé cercano a los que Dios te ha se podría ser, o de lo que los otros querrían que fuera. Esto nodado hoy. Pregúntate muchas veces cómo puedes hoy amar a tus ocurre más que cuando se es consciente de lo que se es y de lo quehermanos y hermanas. Entonces encentrarás la paz; encontrarás son los demás, con nuestros valores y debilidades, de la llamada deel reposo y ese equilibrio que buscas entre lo interior y lo exterior, Dios y de la vida que nos da para que construyamos algo juntos.entre la oración y la acción, entre el tiempo para ti y el tiempo El valor de la vida debe surgir de la realidad de lo que somos.para los demás. Todo se resolverá en el amor. No es necesarioperder el tiempo persiguiendo una comunidad perfecta. Vive en Cuanto más profunda se hace una comunidad más se convier-tu comunidad plenamente hoy. Deja de ver los defectos que tiene ten sus miembros en frágiles y sensibles. Algunas veces se podría(y gracias que los tiene); mira más tus propios defectos y piensa creer lo contrario ya que si los miembros tienen tal confianza, losque estás perdonado y que puedes a tu vez perdonar a los otrds y unos en los otros, podrían ser cada vez más fuertes. Eso es ciertoentrar hoy en la conversión del amor». pero no descarta esa fragilidad y sensibilidad que son la raíz de una nueva gracia que hace que sean dependientes unos de otros. Algunas veces es más fácil oír los gritos de los pobres que Amar es convertirse en débil y vulnerable; es levantar las barrerasestán lejos que los de los hermanos y hermanas de la comunidad. y romper los caparazones; es
  • 15. dejar que los otros entren en mí yNada hay más digno de gloria que la respuesta al grito del que hacerse delicado para entrar en ellos. El encuentro de la unidadestá a mi lado día a día y que me molesta. es la interdependencia. El otro día, Didier lo explicaba a su manera en el curso de un encuentro: «Una comunidad se construye como una casa: con Puede ser que no se pueda responder a los gritos de los demás piedras de distintos tipos. Pero lo que mantiene a las piedrasmás que cuando se haya reconocido y asumido el grito de la juntas es el cemento, que está formado de arena y cal, elementospropia herida. tan frágiles que un golpe de viento los dispersa. Igual en la comu- nidad; lo que nos une, nuestro cemento, está hecho con lo que en nosotros es más frágil y pobre». 2928 15. La comunidad se hace con delicadeza mutua en lo cotidiano. Se hace con pequeños gestos, servicios y sacrificios que son seña- para que no haya divisiones en el cuerpo y los miembros se preocu- les constantes del «te quiero» y «estoy contento de estar contigo». pen igualmente unos de otros. Así, cuando un órgano sufre, todos Consiste en dejar el primer puesto al otro, no tratar de demostrar sufren con él; cuando a uno lo tratan bien, con él se alegran todos» en una discusión que se tiene razón; es tomar sobre sí las cargas (1 Cor. 12,22-26). pesadas para aliviar al vecino. Y en este cuerpo, «según el regalo que Dios nos haya hecho: si es la predicación inspirada, ejérzase en proporción a la fe; si es el Si vivir en comunidad consiste en quitar las barreras que pro- servicio, dedicándose a servir; si es el que enseña, a enseñar; si es tegen nuestra vulnerabilidad para reconocer y acoger las debilida- el que exhorta, a exhortar. El que contribuye, hágalo con esplen- des propias con el fin de crecer, es normal que los miembros didez; el encargado con empeño; el que reparte la asistencia, con separados de sus comunidades se sientan terriblemente vulnera- simpatía» (Rom. 12, 6-8). bles. Las personas que viven todo su tiempo en las luchas de la El cuerpo que es la comunidad debe actuar e irradiar por obra sociedad están obligadas a crear a su alrededor caparazones que del amor, la acción del Padre; a la vez debe ser un cuerpo que ora escondan su vulnerabilidad. y un cuerpo de misericordia para sanar y dar la vida a los que A veces ocurre que personas que habían permanecido largo están angustiados, sin esperanza. tiempo en una comunidad del Arca al volver a sus familias, des- cubren en sí cantidad de agresividades. Creían que no las tenían. Empiezan entonces a dudar de su llamada y de su verdadera per- sonalidad. Estas agresividades son normales. Estas personas Ejercer el propio don habían suprimido algunas barreras, pero no se puede vivir vulne- rable con quienes no respetan esa vulnerabilidad. Utilizar cada uno su don es construir la comunidad. No ser fiel al don es dañar a toda la comunidad y a cada uno de sus miembros. Es pues, importante que cada cual conozca su don, lo La comunidad es un cuerpo vivo ejerza y se sienta responsable de su crecimiento; que los demás le reconozcan ese don y que dé cuentas de cómo lo utiliza. Los San Pablo habla de la Iglesia, de la comunidad de los fieles, demás tienen necesidad de ese don y por lo tanto tienen también como un cuerpo, el cuerpo místico. Cualquier comunidad es un el derecho a saber cómo se ejerce, animando al poseedor a cuerpo en el que nos pertenecemos los unos a los otros. El senti- aumentarlo y a ser fiel a él. Todo el que siga su don, encuentra su miento de pertenencia nos viene no de la carne ni de la sangre lugar en la comunidad, convirtiéndose no sólo en útil sino en sino de la llamada de Dios: cada uno somos llamados personal- único y necesario para los otros. Así es cómo se desvanecen las ri- mente a vivir juntos, a formar parte
  • 16. de la misma comunidad, del validades y los celos. mismo cuerpo. Esta llamada es el fundamento de nuestra decisión a comprometernos unos con otros y para los otros, llegando a ser Elizabeth OConnor en su libro El octavo día de la creación responsables los unos de los otros. «Porque en el cuerpo que es nos da ejemplos impactantes de esta doctrina de san Pablo. Cuenta uno, tenemos muchos miembros, pero no todos tienen la misma la historia de la señora vieja que entró en la comunidad. Un función; lo mismo nosotros con ser muchos, unidos a Cristo, for- grupo de personas intentaba hacerla discernir cuál era su don, mamos un solo cuerpo y respecto de los demás, cada uno es pero a ella le parecía que no tenía ninguno. Unos y otros insistíanmiembro» (Rom. 14, 4-5). reconfortándola: «tu presencia es tu don», aunque ella no estaba Y en este cuerpo cada uno desempeña un papel: «no puede el satisfecha. Algunos meses más tarde descubrió su don que consis-ojo decirle a la mano: no me haces falta», dice san Pablo, el oído tía en presentar ante Dios, en una oración de intercesión, a caday el ojo completan al olfato... «Los miembros que parecen de uno de los miembros de la comunidad. Cuando les hizo partícipesmenos categoría son los más indispensables... Dios combinó las a los otros de su descubrimiento, encontró su sitio en la comuni-partes del cuerpo procurando más cuidado a lo que menos valía, 3 OCONNOR, E.: Eigt Day ofCreation, Word Books Editor, Waco, Texas.30 31 16. dad. Los demás sabían que siempre necesitaban de ella y de su oración para ejercer mejor sus propios dones. Después de leer este libro, estuvimos discutiendo en El Arca lo tiana debe saber que no solamente los débiles necesitan de los poco que hablábamos sobre nuestros dones para ayudarnos fuertes, sino también que los fuertes no pueden prescindir de los débiles. La eliminación de los débiles encierra la muerte de la co- mutuamente a construir la comunidad, lo poco conscientes que munidad» 4 . éramos de depender verdaderamente los unos de los otros y lo poco que nos animábamos a ser fieles a nuestro don. El don es lo que se aporta a la comunidad para edificarla, para construirla. Si no se es fiel, habrá un fallo de construcción. Los celos son un azote que destruye la comunidad. Provienen San Pablo insiste sobre el lugar de los dones, carismáticos en de los que ignoran sus propio don o de los que no creen bastante el edificio. Hay algunos ligados más directamente a una cualidad en él. Si estuviéramos convencidos de nuestro propio don, no ten- del amor. Bonhoeffer en su libro Vida en comunidad habla de dríamos celos del de los demás que siempre nos parece mejor. distintos ministerios necesarios a la comunidad: el de retener la lengua, el de la humildad, el de la dulzura, el de saberse callar Bastantes comunidades forman (¿deforman?) a sus miembros cuando nos critican, el de la escucha, el de estar siempre dispuesto intentando que todos se parezcan, como si eso fuera una cua- a hacer un servicio en las pequeñas cosas de la vida, el de soportar y lidad, basada en la abnegación. Están fundadas en la ley, en llevar a los hermanos, el de perdonar, el de proclamar la palabra, el reglamento. Por el contrario, hace falta que cada uno crezca en el de decir la verdad y por último, el ministerio de la autoridad. el ejercicio de su don para construir la comunidad, volverla mejor y más dimanante, como signo del reino. El don no está necesariamente unido a una función. Puede No hay que mirar únicamente el don más externo, el talento. que exista una cualidad del amor animando una función, como Hay algunos escondidos, latentes, mucho más profundos, ligados* puede que haya una cualidad del amor manifestada en la
  • 17. comuni- a los dones del Espíritu Santo y al amor, que están llamados dad fuera de cualquier función. Hay quien tiene el don de sentir también a florecer. inmediatamente y vivir el sufrimiento del otro; es el don de la compasión. Otros tienen el don de notar cuando algo va mal y Algunas personas tienen talentos excepcionales: son escrito- pueden poner enseguida el dedo en la llaga: es el de discerni- res, artistas o administradores competentes. Estos talentos pueden miento. Otros tienen el don de la luz y ven claro en todo lo que convertirse en don. Pero a veces la personalidad de esa persona atañe a las opciones fundamentales de la comunidad. Otros está tan implicada en su actividad que esos talentos los ejerce más tienen el don de animar y crear una atmósfera propicia a la ale- o menos para su gloria o con un deseo de afirmarse o de poder. gría, al descanso y al crecimiento profundo de cada uno. Otros En ese caso, es mejor no ejercer esos talentos en comunidad. JEs tienen el don de discernir el bien de las personas y de sostenerlas. preciso descubrir un don más profundo. Otros están por el con- Otros tienen el de la acogida. Cada uno tiene su don y debe poder trario demasiado flexibles y receptivos o su personalidad puede ejercerlo para bien y crecimiento de todos. estar menos formada o cuajada. Deben utilizar su competencia Pero hay también lo más íntimo del corazón de la persona como un don al servicio de la comunidad. su unión profunda y secreta con Dios, su esposo, que corresponde a su nombre secreto y eterno. Estamos hechos para alimentarnos «En la comunidad cristiana todo depende de que cada cual los unos de los otros (cada uno es una especie distinta de alimen- llegue a ser un eslabón indestituible de una cadena. Sólo allí to) pero sobre todo estamos hechos para vivir esa relación únicadonde hasta el eslabón más pequeño engrana con firmeza, la ca- con nuestro Padre y su hijo Jesús. El don es como el reflejo en ladena se vuelve irrompible. Una comunidad que permite la exis- comunidad de esa unión secreta; deriva de ella y la prolonga.tencia de miembros que no se aprovechan se hundirá gracias aellos. Por ello será conveniente que a cada cual se le dé también La comunidad es el sitio donde cada uno se siente libre paraun encargo especial para la comunidad, a fin de que en horas de 4duda sepa que no es inútil ni inservible. Toda comunidad cris- BONHOLHER, D.: Vida en comunidud. La Aurora, Buenos Aires, 1966, pág.63.32 33 17. ser él mismo y expresarse, para decir con toda confianza lo qu e vive y piensa. No todas las comunidades llegan a esto pero e s En una verdadera comunidad, cada persona debe poder pre- bueno tender a ello. Mientras algunos tengan miedo a expresarse, servar el secreto profundo de su ser que no debe necesariamente a ser- juzgados o considerados como tontos, a ser rechazados, confiarse a los otros ni compartirse. Hay algunos dones de Dios, señal es de que aún hay que hacer progresos. En el fondo de Ja algunos sufrimientos, algunas fuentes de inspiración que no comunidad debe existir una escucha total, un respeto y una ternur^ deben confiarse a toda la comunidad. Cada cual debe poder pro- que impulse a lo que hay de más bello y verdadero en el otro. fundizar en su conciencia personal; esa es la debilidad y la fuerza Expresarse no es sólo decir lo que va mal, las frustraciones j , de la comunidad; debilidad porque hay una incógnita, la de la los enfados —aunque a veces es bueno decirlo—, sino hablar de conciencia personal de cada uno que, por su libertad, puede pro- las motivaciones profundas y de lo que se está viviendo. A menú. fundizarse en la gratuidad y el don, y por ello construir la comuni- do es una manera de ejercer el don para sostener a los otros y dad; puede por el contrario, ser
  • 18. infiel al amor, convertirse en un ayudarles a crecer. egoísta, dimitir y negar a la comunidad; debilidad también porque si prima totalmente la persona y su unión con Dios y la verdad, puede, por una nueva llamada de Dios, encontrar otro El secreto de la persona lugar en la comunidad y no asumir la función que la comunidad podía estimar más útil, o incluso dejarla físicamente. Los caminos La comunidad es el lugar donde se crece en la liberación inte- de Dios no son siempre los de los hombres ni los de los responsa- rior, el lugar del desarrollo de la conciencia personal, de la unión bles. Pero la primacía de la persona es igualmente una fuerza, con Dios, de la conciencia del amor y de la capacidad del don y pues no hay nada más fuerte que un corazón que ama y que se de la gratuidad. Nunca puede estar por encima de la persona. Por entrega gratuitamente a Dios y a los otros. El amor es más fuerte el contrario, la belleza y la unidad de una comunidad provienen que el miedo. del reflejo de cada conciencia personal luminosa, verdadera, amante y libremente unida a los otros. Por tres veces en su último discurso a los apóstoles, Jesús pide Algunas comunidades, que no son verdaderas comunidades que sean uno como son uno él y el Padre. Estas palabras se apli- sino grupos o sectas, tienden a suprimir la conciencia personal can a menudo a la unidad entre los cristianos de diferentes igle- para que haya una unidad más grande. Tienden a impedir que la sias, pero ante todo y primeramente se dirigen a la unidad en el gente piense, que tenga una conciencia personal; a suprimir el se- interior de las comunidades. Hacia esa unidad deben tender las creto y la intimidad de la persona como si todo lo que está empa- comunidades: «un mismo corazón, una misma alma, un mismo rentado con la libertal personal fuera contra la unidad del grupo y espíritu». constituyera una traición. Todos deben pensar lo mismo; se mani- Me parece que hay un don especial que hay que pedir al Espí- pulan entonces las inteligencias, se lava el cerebro. Las personas ritu Santo, el don de la unidad en toda su profundidad y con se convierten en autómatas. Esta unidad se basa en el miedo, todas sus implicaciones. Y es verdaderamente un don de Dios al miedo de uno mismo o de encontrarse solo si se separa de los que se tiene el derecho y el deber de aspirar. otros, miedo de la autoridad tiránica, miedo de fuerzas ocultas y Este don de la comunidad, el don de la unidad, proviene de lo represalias. La seducción en las sociedades secretas y en algunas que cada miembro es plenamente, de vivir totalmente el amor y sectas es muy grande; las personas que no tienen confianza en ejercer su don único y distinto del de los demás. La comunidad esellas mismas y que son personalidades débiles se sienten muy se- entonces una, plenamente bajo la acción del Espíritu.guras ligadas totalmente a otras, pensando lo que ellos piensan, La oración de Jesús es sorprendente. Su visión va más allá deobedeciendo sin reflexionar, siendo manipulados. El sentimiento lo que los hombres podrían imaginar o desear. La unidad delde solidaridad se hace cada vez mayor. La personalidad dimite Padre y del Hijo es total, sustancial. Las comunidades debenfrente al poder del grupo del que se hace casi imposible salir. Se tender hacia esa unidad pero no la podían realizar más que enda como un chantaje latente, porque la persona se compromete el orden místico, por y en el Espíritu Santo. Cuando se está ende tal manera que no puede romper. la tierra lo que se puede hacer es caminar humildemente hacia ella.34 35 18. Cuando dos o tres se reúnen en su nombre, Jesús está presen-te. La comunidad es signo de esa presencia, signo de la Iglesia.Muchos de los que creen en Jesús
  • 19. viven más o menos angustiados:la mujer a causa de su marido, el enfermo en el hospital psiquiá-trico, los que viven solos..., los demasiado frágiles para vivir conlos otros. Todos pueden poner su esperanza en Jesús. Sus sufri-mientos son un signo de su cruz, signo de una Iglesia que sufre.Pero la comunidad que ora y ama es signo de la resurrección. Mientras haya miedos y prejuicios en los corazones de los Entra en la alianzahombres habrá guerras y desigualdades estridentes. Para resolverlos grandes problemas políticos primero hay que cambiar los co-razones. La comunidad es el lugar que permite a los hombres serpersonas, curar y hacer crecer su afectividad profunda, andandohacia la unidad y la liberación interior. Los temores y los prejui- Reconocer los lugares sagradoscios disminuyen, la confianza en Dios y en los demás aumenta yla comunidad puede irradiar y testimoniar un estilo y una calidad Hay quienes entran en la vida comunitaria atraídos por unde vida que aportarán una solución a los disturbios del mundo. estilo de vida simple y pobre, donde existe el compartir, la acogi-La respuesta a la guerra es vivir fraternalmente; la respuesta a las da y la primacía de una vida de relación. Algunas veces tambiéndesigualdades es compartir; la respuesta a las desesperaciones es por miedo a las exigencias de la vida en sociedad. Se espera en-una confianza y una esperanza sin límite; la respuesta a los pre- contrar un completo desarrollo en una vida de espontaneidad yjuicios y al odio es el perdón. celebración. Pero poco a poco descubren que la vida comunitaria Sí, actuar en favor de la comunidad, es actuar por la humani- no es sólo esto. Para permanecer fiel en ella hace falta aceptardad. La paz es actuar por una sola política verdadera, actuar por cierta disciplina, ciertas estructuras y día a día realizar esfuerzosel Reino de Dios; es actuar por que cada persona pueda gustar y para salir de la concha del propio egoísmo. Descubren tambiénvivir las alegrías secretas de la unión con lo eterno. que la vida comunitaria no es sin más un estilo de vida —esto no sería más que un medio para otra cosa— sino que han sido llama- dos por Dios para llevar a los otros en sus penas y su crecimiento hacia la liberación, para tomarlos a su cargo. Y esto es exigente. Y aún más, no se trata simplemente de tomarlos a su cargo y ofrecerles su atención sino de aceptar ser tomado a cargo él mismo, de aceptar ser conducido y amado por los otros, de entrar en una relación de interdependencia, de entrar en suma en una alianza. Y esto es más difícil, más exigente, ya que implica la re- velación de las propias debilidades. Esta evolución hacia una toma de conciencia de la responsabi- lidad real hacia los otros, una responsabilidad cara a cara, resulta a menudo bloqueada por el miedo. Es más sencillo quedarse al nivel de un estilo de vida simpática, donde poder guardar la liber- tad y las distancias. Pero entonces detiene uno su crecimiento, se encierra en sus asuntillos y en sus comodidades. Se entra en una comunidad para ser feliz.36 37 19. Se permanece en ella para hacer felices a los demás. otros, con Dios y con los pobres que esperan los frutos de la co- Para aquellos que llegan a vivir en una comunidad, los prime- munidad. Es un poco lo mismo que sucede en el matrimonio: los ros tiempos son a menudo idílicos, todo resulta perfecto. Parecen novios reconocen que algo ha nacido entre ellos y que están incapaces de ver los defectos, no ven más que las cualidades. hechos el uno para el otro desde antes incluso de comprometerse. Todo es maravilloso, todo es bello; existe la impresión de estar Y hasta que no se percatan de esto no toman la decisión activa de rodeado de santos, de héroes o de seres excepcionales que son comprometerse en el matrimonio y de
  • 20. permanecer fieles. todo lo que uno quisiera ser. Así ocurre en la comunidad, todo comienza en este reconoci- Luego viene la decepción, generalmente unida a un período de miento hecho para la unión. Se revela una mañana al descubrir fatiga, a un sentimiento de soledad, a la nostalgia, a un fracaso los lazos ya animados, interviene entonces la decisión activa de inesperado, a una frustración en relación a la autoridad. Durante comprometerse y prometer fidelidad, decisión que debe ser confir- este tiempo de «depresión» todo se vuelve tinieblas, no se ve más mada por la comunidad. que los defectos de los otros y de la comunidad; todo irrita. Se Pero atención a no dejar transcurrir mucho tiempo entre el re- tiene la impresión de estar rodeado de hipócritas que no piensan conocimiento de estos lazos o de la alianza y la decisión. Esto más que en la ley, en el reglamento, en las estructuras o que, por sería el mejor sistema para errar el tiro y quemar la pólvora en el contrario, están totalmente desorganizados y son incompeten- salvas. tes. La vida llega a ser insoportable. Cuanto más se ha idealizado, en el primer tiempo, a la comu- Henri Nouwen dice que la verdadera soledad, lejos de opo- nidad y puesto a los responsables sobre un pedestal, tanto más nerse a la vida comunitaria, es el lugar por excelencia en que grande es el desencanto. Las alturas se han convertido en preci- tomamos conciencia de nuestra unión antes de vivir juntos y en el picios. Pero si se llega a superar este segundo tiempo, se entra en que descubrimos que la comunidad no es creación de la voluntad el tercero, que es el del realismo y el del desarrollo verdadero, el humana sino respuesta cristiana en la realidad de nuestra unión. tiempo de la alianza. Los miembros de la comunidad no son ni Las viejas comunidades saben que a lo largo de los años y en los santos ni diablos, son personas, cada una de ellas portadora de momentos difíciles, no son ellos los que por la fuerza de su volun- una mezcla de bien y de mal, de luz y tinieblas, pero cada una de tad detienen los golpes, sino que es Dios el que los ha conservado ellas con un impulso de crecimiento, cada una vive una esperan- unidos. No se es una comunidad ni porque se tiene un proyecto za. En este momento nace la unión. La comunidad no se sitúa ni común, ni siquiera porque haya unión de amor sino porque se ha en las alturas ni en el fondo de los precipicios, está sobre la tierra sido llamado a esta unión por Dios. y todos están dispuestos a marchar con ella y en ella. Se acepta a los otros y a la comunidad tal como son; y se afirma la confianza de que todos juntos pueden crecer hasta conseguir algo más her- Eres responsable de tu comunidad moso. El compromiso en una comunidad no es ante todo una activi- Asistí hace unos días a la profesión solemne de las hermanasdad, como la de uno que se compromete en un partido político o diaconisas de Rueil. La madre priora decía a cada una de lasen un sindicato. Estos tienen necesidad de militantes dispuestos a hermanas que se consagraban a Dios, al tiempo que ponía en suluchar, que entreguen todo su tiempo y sus energías. cuello una cruz, estas palabras que me interpelaron: «Recibe Una comunidad es otra cosa. El reconocimiento por parte de ahora esta cruz. Ella es signo de tu pertenencia a Dios en el senosus miembros de una llamada de Dios a vivir, a amarse, a orar, a de nuestra comunidad. Esta comunidad es de ahora en adelantetrabajar juntos, y a responder a los gritos del pobre. Y esto está la tuya. Y tú eres responsable con nosotras de su fidelidad».más en el nivel del ser que del hacer. El compromiso activo en Sí, cada persona es responsable de la fidelidad de la comuni-una comunidad está más o menos precedido por el conocimiento dad, no solo «los responsables».de que se esta ya «en
  • 21. casa», de que se forma parte de un mismocuerpo, de que se ha entrado juntos en una alianza, entre nos- El sentimiento de pertenencia a un pueblo, la alianza con la promesa que esta pertenencia implica, están en el corazón de la38 20. vida comunitaria. Pero queda la cuestión: ¿quién es mi pueblo? ayudar y estimular a cada uno a estar más próximo a los dismi- ¿Es sólo aquél a quien quiero, que tiene las mismas opiniones que nuidos y a hacer de esta comunidad una con todos? Una perte- yo, o es todo aquel para cuyo servicio se ha creado la comunidad? nencia no suprime otra, son una para la otra. No son más que Me explico. Tres personas comienzan su vida comunitaria en un una pues el amor es esencialmente don, no posesión. barrio de chabolas, intentan vivir la acogida y una presencia dis- creta y llena de amor. Han ido allí inspiradas por un amor univer- Se entra en una comunidad para vivir con los otros, pero sal, el amor de Jesús; se sienten enviadas, quieren testimoniar el también y sobre todo para vivir con ellos los fines de la comuni- amor del Padre, anunciando mediante su vida y presencia la dad, para responder a una llamada de Dios, para responder al buena nueva del Evangelio. Para estas personas ¿quién es su grito de los pobres. La comunidad aparece entonces como unpueblo? ¿el grupo del que han salido y que les sostiene espiritual medio de vida en el que se puede crecer y juntos responder a una y hasta puede ser que materialmente, o las gentes que viven en el llamada. barrio de chabolas, sus vecinos? ¿Por quién están dispuestas a dar su vida? Una comunidad no existe nunca para sí misma. Pertenece a Esta misma cuestión se da en El Arca. ¿La comunidad se ha cualquiera que la exceda, a los pobres, a la humanidad, a la Igle-compuesto sobre todo de asistentes sanitarios que han venido li- sia, al universo. Es un don, un testimonio a ofrecer a todos losbremente, con más o menos las mismas motivaciones, o sobre hombres.todo con las personas subnormales que no han escogido venir, La comunidad no es más que un punto de partida que permitesino que han sido colocadas ahí? Asistentes y atendidos; se quiere ensanchar el corazón a dimensiones universales. Y no tienecreer en una comunidad y no en dos. Es verdad en teoría pero en la sentido si no se la considera con sus raíces y con sus prolonga- realidad ¿no hay una tendencia entre los asistentes de hacer una ciones.comunidad entre ellos que pueda satisfacerles? Es muy difícil, yesto exige morir a sí mismo, hacer verdadera comunidad junto con A menudo algunas comunidades se alejan demasiado de suslos más pobres identificándose con ellos. Cuanto más cerca se está fines. Sus miembros no saben claramente quién es «su pueblo»,afectivamente de lo que asisten, mayor es el riesgo de alejarse de los no saben a qué gritos han de responder. No saben por qué debenpobres. No se puede tener el corazón en todo al mismo tiempo. crecer en la luz, en la paz y la santidad. No saben por qué son ellos Pero se puede ir todavía más lejos. ¿Es necesario limitar la co- llamados a convertirse en fuente de vida para «su pueblo» dolo-munidad «mi pueblo», a aquellos —asistentes y asistidos— que rido.viven compartiendo mi mismo techo? ¿No abarca también a mis Algunos tienen miedo de acercarse a las personas angustiadas,vecinos, las gentes del barrio, los amigos? no quieren arriesgarse a que su corazón salga herido, porque acep- A medida que una persona crece en el amor, que su corazón tar ser herido, es aceptar un lazo, una alianza. El pobre se con-se ensancha y que la comunidad en su sentido más restringido vierte así en un pastor que les conduce. Al decir «sí» a los crucifi-llega a una cierta madurez, la realidad de la comunidad, de «mi cados de este mundo, se dice «sí» al Crucificado. Al decir
  • 22. «sí» alpueblo» se amplía. Crucificado, se dice «sí» a los crucificados de este mundo. Jesús se Pero es necesario para ello que cada uno de los que vive en oculta tras el rostro del pobre. Y todo lo que se hace, aún elcomunidad establezca claramente sus prioridades. ¿Debo medir menor gesto de amor al más insignificante de sus hermanos, amis energías? ¿A qué debo entregar mi vida? Jesús se le hace. Jesús es el hambriento, sediento, prisionero, ex- En el caso anterior, de las tres personas que viven en el barrio tranjero, desnudo, enfermo, agonizante. Jesús es el oprimido, elde chabolas, ¿no es necesario que el grupo al que pertenecen sea pobre. Vivir con Jesús es vivir con el pobre. Vivir con el pobre escomo una fuente, una raíz que les permita estar más en «su vivir con Jesús.pueblo» en el barrio? No se trata de una lucha de influencia o depertenencia. Las raíces están para que las flores y los frutos apa- Me siento dolido por la cantidad de personas que vienen conrezcan, y en los frutos se encuentran las semillas de mañana. Lo un proyecto concreto a una comunidad. Sus energías están de talmismo en El Arca, la unidad de los asistentes, ¿no puede acaso modo galvanizadas por el proyecto que no ven ni la realidad ni a40 41 21. las personas que a su lado tienen necesidad de sus miradas y de sobre todo para los más pobres, los que están sin esperanza.sus manos. A menudo un proyecto ciega. El mejor modo de Hay quienes descubren primero la alianza con Dios y despuésentrar a formar parte de una comunidad, es.no tener ningún pro- la alianza con su pueblo.yecto y vivir intensamente la vida cotidiana con todo lo que ésta Hay quienes descubren antes la alianza con su pueblo yimplique de trabajo, disponibilidad, escucha y acogida. El paso después la fuente de esta alianza en el corazón de Dios.hacia la vida comunitaria se realiza así con toda naturalidad. Algunos no llegan a comprometerse con las personas desam- Una comunidad que se ha alejado demasiado de sus fines se paradas porque están demasiado cegados por sus propias lágri-repliega sobre ella misma. Ya no corre a contestar la llamada que mas; no escuchan el grito del pobre pues se han ensordecido conla empuja a crecer. el ruido de sus propios deseos y de sus propios proyectos. Cuando La comunidad se cierra sobre sí misma, aparecen las tensiones hacemos el esfuerzo de no escuchar, de no afligirnos por los pe-hasta que se deshace o bien reencuentra su llamada. queños sufrimientos propios, por menudas inquietudes, nos aliamos con el pobre. Cuando se entra en una comunidad, se entra en la alianza conhermanos y hermanas miembros de la comunidad pero también y A veces, por esto, algunos no quieren conocer quién es «susobre todo con el pueblo que grita y sufre: con los pobres que son pueblo» porque entonces descubren una terrible exigencia. Seoprimidos y esperan la buena nueva. convierten en responsables de su pueblo, que sufre y está angus- Jesús leyó en la sinagoga este pasaje de Isaías: «El Espíritu del tiado y se obligan a responder a su llamada y a superarse por él.Señor, está sobre mí, porque El me ha ungido para que dé la Hay que crecer en sabiduría, amor y humildad para poder ayudarbuena noticia a los pobres. Me ha enviado para anunciar la liber- mejor y ejercer plenamente el don para que tenga más vida. Entad a los cautivos y la vista a los ciegos, para poner en libertad a adelante ya se sabe por quién dar la vida.los oprimidos, para proclamar el año de gracia del Señor». Y Jesús remacha: «Hoy, en vuestra presencia, se ha cumplido En el corazón del pobre hay un misterio. Jesús dice que todoeste pasaje» (Le. 4, 18-21). lo que se hace al hambriento, al que sufre, al que está desnudo, Una comunidad se hace por el crecimiento de sus miembros enfermo, en prisión, al desconocido, es a él a quien se le hace:pero también por el
  • 23. crecimiento de este pueblo al cual ha sido en- «Cada vez que lo hicisteis con un hermano mío de esos más hu-viada. mildes, lo hicisteis conmigo» (Mt. 24,40). El pobre dentro de su Cuando conoce a su pueblo, cuando toma conciencia de sus inseguridad total, de su angustia y de su abandono, se identificasufrimientos, cuando realiza aquello de lo que se ha responsabili- con Jesús. En su pobreza radical, en su evidente herida, estázado, entonces se ha vuelto capaz de sobrepasar y elevarse sobre oculto el misterio de la presencia de Dios.sus límites. Quien está inseguro y angustiado sin duda necesita pan, pero más que nada, a través de este pan, necesita de una presencia, de Cuando una comunidad conoce su pueblo, realiza lo necesario otro corazón humano que le diga: «Ten valor, tú eres importantepara éste; surge la interdependencia los unos de los otros. No se para mí y te quiero. Tú tienes valores. Hay esperanza». Necesitaes mejor que los otros. No, son todos juntos, los unos por los la presencia de alguien que le revele la misericordia de Dios queotros. Estamos unidos por una misma alianza que desarrolla la es un Padre y que da la vida.alianza entre Dios y su pueblo, Dios y los más pobres. Entre Jesús y el pobre hay una alianza. El misterio es grande. Entrar en la alianza es descubrir que hay lazos entre yo y mi En el libro del Éxodo (2, 23-3,8) se dice: «Los israelitas seDios, que he sido hecho para ser su hijo, para vivir en su luz. quejaban de la esclavitud y clamaron; los gritos de auxilio de losEstoy llamado a unas bodas divinas. esclavos llegaron a Dios; Dios escuchó sus quejas y se acordó del Entrar en la alianza es también entrar en el corazón de Dios y pacto hecho con Abrahán, Isaac y Jacob; Dios se fijó en los israe-descubrir que he sido hecho para mis hermanos y hermanas, litas y se ocupó de ellos». Yavé se revela entonces a Moisés y le42 43 22. dice: «He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus He descubierto su don paulatinamente. Al principio me creíaquejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos. Voy generoso, pero después de vivir con Raphaél y con sus hermanos ya bajar a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra para hermanas he empezado a descubrir mis propias limitaciones y lallevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y mezcla de mis motivaciones. Para relacionarse con ellos es precisomiel». presentarse como un pobre, detener los «proyectos» para descu- brir en mí al niño, al hijo de Dios. De esta forma, he descubierto Las comunidades cristianas continúan la labor de Jesús. Estas la alianza que me une a los más débiles, a los pobres. Jesús me hacomunidades se comprometen a llevar la presencia de Jesús a los invitado a entrar en la alianza que ha establecido con el pobre.pobres que están en las tinieblas y en la desesperanza. Ahora, con los que han venido a ayudarme y han descubierto, Los que entran en estas comunidades también responden a la como yo, la gracia en el corazón del pobre y a los pobres en síllamada de los débiles y de los oprimidos. Entran en esta alianza mismos, formamos un pueblo, una gran familia, una comunidad.entre Jesús y el pobre. Encuentran a Jesús en el pobre. Me resulta imposible imaginar que puedo romper las ligaduras de esta alianza. Eso sería la mayor infidelidad. Los que se acercan al pobre lo hacen primero con un deseo degenerosidad, para ayudarle y socorrerle, se creen salvadores y se Con el paso de los años, descubro que no hay oposición entreponen sobre un pedestal. Pero el misterio se desvela en lo que se mi vida con los pobres y mi vida de oración y unión con Dios.refiere al pobre, en lo que le atañe, en lo que establece una rela- Jesús se me revela en la Eucaristía y necesito pasar tiempo con élción de amor y confianza en él. En la plena inseguridad
  • 24. del pobre en oración silenciosa, pero también se me revela en esta vida conestá la presencia de Jesús. Entonces es cuando descubren el sacra- mis hermanos. Mi fidelidad a Jesús se realiza en la fidelidad a mismento del pobre y alcanzan el misterio de la compasión. El pobre hermanos de El Arca, especialmente a los más pobres.parece quebrar las barreras del poder, de la riqueza, de la capa-cidad y del orgullo. Hay que fundir los caparazones que el cora- Si predico el retiro y asumo la función de director es por estazón humano pone a su alrededor para protegerse. El pobre revela alianza, que es lo que cuenta en mi vida. El resto no es más quea Jesucristo. Hay que descubrir al que ha venido para «ayudarle», un servicio.hay que descubrir su propia pobreza, su vulnerabilidad; hay que Me maravillo de aquellos que se consagran a Dios en la Iglesiahacerle descubrir también su capacidad de amar, las posibilida- con una vida de oración y adoración. Otros tienen por misióndes que tiene su corazón para amar. El pobre tiene un poder mis- anunciar la buena nueva o hacer actos de misericordia en nombreterioso porque con su debilidad es capaz de alcanzar los cora- de la Iglesia. Siento que mi puesto en la Iglesia y en la sociedadzones endurecidos y revelarles las fuentes de agua ocultas en humana es el de acercarme a los pobres y a los débiles, hacer queellos. Es la manita del niño sin miedo que se desliza a través de cada uno de nosotros crezca junto con los otros, que nos sosten-los barrotes de nuestra prisión de egoísmo, logra abrir la cerradu- gamos los unos a los otros para ser fieles a nuestro crecimiento in-ra, libera. Dios se oculta detrás del niño. terior, a nuestro camino hacia una libertad interior y tal vez hacia Los pobres nos evangelizan; por eso son el tesoro de la Iglesia. una mayor autonomía exterior. Nuestra comunidad no puede ser una comunidad religiosa, ni Cuando llegué a Trosly-Breuil, pequeño pueblo al norte de casi cristiana en el sentido en que el conjunto estaría ligado a laParís, encontré a Raphaél y Philippe. Les invité a venir conmigo Iglesia y en que todos serían cristianos. En nuestra comunidad apor Jesús y por el Evangelio. Así se fundó El Arca. Cuando les los pobres no se les acoge necesariamente porque sean cristianossaqué del asilo, sabía que era para toda la vida; no podía crear sino porque son personas desamparadas y con dificultades. Losunas ligaduras con ellos y después de un tiempo volverles a llevar que libremente vienen a vivir con nosotros, primero por ayudar ya un hospital o a otra parte. Mi finalidad al crear El Arca era después simplemente porque reconocen las ligaduras que nosfundar una familia, una comunidad para y con los que son débi- unen, aunque no participen de la misma fe en Jesús, ¿no puedenles y pobres por su deficiencia mental y que se sienten solos y decir este «sí» a la alianza? Yo sé que mi alianza con el pobre estáabandonados. ligada a la alianza con el Pobre que es Jesús. Jesús me atrae hacia44 45 23. él; únicamente por un don del Espíritu Santo he podido respon- se ha vislumbrado algo más allá de las realidades materiales y deder a su grito de angustia. Para otros esta fe puede ser menos ex- los límites humanos; se ha vislumbrado que es posible la felici-plícita. dad; se ha vislumbrado «el cielo». Lo más profundo del ser se ha abierto por esta experiencia. Una vez que se ha entrado a formar parte de una comunidad y se ha puesto uno en camino puede que unas nubes oscurezcan el solLa primera llamada, una experiencia de paz y que lo profundo del ser aparentemente se cierre. Pero, a menu- do, esta experiencia permanece oculta en la memoria del cora- Si alguien empieza el camino hacia la unidad, el peregrinaje zón. Entonces se sabe que la vida más profunda es en nosotros hacia la tierra
  • 25. prometida, es porque ha habido un momento en luz y amor y que hay que continuar marchando por el desierto y por que se ha sentido tocado en lo profundo de su ser. Ha tenido una la noche de la fe, pues en un momento dado hemos tenido una experiencia fundamental. Algo así como si la piedra de su egoís- revelación profunda de nuestra vocación. mo hubiese sido golpeada por la vara de Moisés y hubiese bro- tado el agua, o como si la piedra que cerraba la tumba se hu- biera levantado y hubiese salido lo profundo del ser. Es una expe- Cuando al llegar a una comunidad uno se siente totalmente enriencia, puede que débil, de renovación, de liberación, de maravi- casa, en perfecta armonía con los demás y con la comunidad, esllarse; un tiempo de noviazgo con el universo, con la luz, con los señal de que está llamado a quedarse. Este sentimiento constituye demás y con Dios. Es una experiencia de la vida en la que uno se a veces una llamada de Dios que debe ser confirmada por la de lave a sí mismo junto al universo y junto a Dios, totalmente uno comunidad. La alianza es el reencuentro entre dos llamadas quemismo en aquello que se tiene de más vivo, de más luminoso, de se confirman mutuamente.más profundo. Es el descubrimiento de ser una fuente que brota Cuando alguien se siente atraído muy profundamente por lasvida eterna. personas que viven en la comunidad es señal de que puede estar Esta experiencia al principio de nuestro peregrinaje, es como llamado a entrar en la Alianza. Aristóteles dice que si se quiereun sabor anticipado de su objetivo final, el beso que anticipa las conocer a alguien hay que preguntarle quiénes son sus amigos.nupcias. Constituye la llamada. Orienta nuestros pasos revelandonuestro destino final. Este momento de asombro es la realidad Parece que muchos jóvenes no se dan suficiente cuenta de lamás personal que se puede tener. Muy a menudo se produce en importancia y de la profundidad de este sentimiento de bienestarun contexto dado, que puede ser el reencuentro con el pobre. Su cuando encuentran una comunidad, y que este reencuentro cons-llamada despierta en mi ser unas fuentes vivas ocultas. Esta lla- tituye una llamada de Dios.mada puede revelarse también al volverse a encontrar con un mo- Algunos, después de esta experiencia fundamental, puedendelo o unos modelos en una comunidad. Mirándoles y escuchán- dudar. Se pueden desviar de esa luz atraídos por la seducción dedoles descubro lo que yo querría ser. Estos modelos se convierten las riquezas y por las preocupaciones del mundo, por temor a lasentonces como en un espejo de lo más profundo de mi persona críticas, a las dificultades, a las persecuciones, o por incapacidadque me atraen misteriosamente. O bien, la llamada es aún secre- psicológica para tomar una decisión. Se buscan excusas: «Nota, oculta en el fondo del corazón, suscitada, tal vez, por el Evan- estoy preparado, aún tengo que viajar, ver y experimentar elgelio. Hace sentir que se ha vislumbrado la tierra prometida, que mundo; dentro de unos años me vendrá bien». Pero, a menudo yuno ha encontrado «su casa», «su lugar». Muchas veces es una ex- desgraciadamente, no vendrá bien nunca, serán atrapados por elperiencia tal, que quien la experimenta se ve impulsado a entrar engranaje, habrán encontrado otros amigos que llenen sus senti-en comunidad o dar una nueva orientación a su vida. mientos de soledad, no tendrán otra ocasión de vivir esta expe- Esta experiencia puede ser como una explosión de vida, un riencia fundamental de pertenecer a una comunidad de esperan-momento luminoso, inundado de paz, de tranquilidad, o puede za. Irán por otro camino y el reencuentro con Dios y con el pobreser más humilde, un toque de paz, un sentimiento de bienestar, se hará de otra manera y en
  • 26. otro momento.de estar en «su sitio» y con las personas con las que uno se realiza.Esta experiencia da nuevas esperanzas: es posible avanzar, pues Jesús miró al joven y le amó. Le dijo: «Una cosa te falta: vete a /i-r46 24. vender lo que tienes y dárselo a los pobres... y, anda, vente con- Para entrar en una alianza, para recibir la llamada a vivir enmigo» (Cfr. Me. 10, 17-31). Pero el joven no tuvo confianza; tuvo una comunidad, hay que saber elegir. La experiencia fundamen-miedo porque había puesto su seguridad en las riquezas. Y tal es un don de Dios, que tal vez llega a la persona por sorpresa.porque tenía mucho, se marchó triste. Pero esta experiencia es frágil como una semilla plantada en la La llamada es una invitación: «vente conmigo». En principio tierra. Hay que saber sacar las consecuencias de esta experienciano es una invitación a la generosidad, sino a un reencuentro con inicial y eliminar ciertos valores para elegir nuevos. Así, poco ael amor. poco, se orienta uno hacia una selección positiva y definitiva de la Me entristezco a veces cuando oigo que algunos no toman en comunidad. .serio esta experiencia fundamental de la llamada. Es como si mal-gastasen un tesoro: pierden tiempo y tal vez incluso se desvían de Algunas personas no se atreven a dar este paso pues tienenla luz totalmente. Y entretanto se eleva de nuestra tierra el grito miedo a traicionar al primer «pueblo», a ser infieles, tienen miedode la desesperanza, de los hambrientos, de los que tienen sed, el de su padre y de sus antepasados, pues abandonarlos a ellos y agrito de Jesús: «Tengo sed». No creen suficientemente en sí su forma de vivir, ¿no es como juzgarlos? Jesús decía: «El quemismos, ni en esta llamada; no saben que hay en ellos una fuente quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mi»que espera ser liberada para regar nuestro mundo desecado. (Mt. 10,37). Para entrar en la comunidad cristiana y en el amorMuchos jóvenes no conocen la belleza de la vida que hay en ellos universal hay que preferir a Jesús y a las bienaventuranzas en vezpronta a una respuesta. de a la propia familia y sus costumbres. Es cierto que, a veces, los padres ejercen tal presión,Vbasada Estás invitado a entrar en una alianza con Dios y tus herma- en el miedo, que parece imposible cortar con ellos.nos, especialmente con los más pobres. No tardes. «En consecuen- Algunos temen entrar en la alianza porque creen que van acia, un favor os pido... Que viváis a la altura del llamamiento que perder su identidad. Al formar parte de un grupo y adoptar loshabéis recibido; sed de lo más humilde y sencillo, sed pacientes y principios de discernimiento comunitario, tienen miedo de des-conllevaos unos a otros con amor. Esforzaos por mantener la aparecer, de perder su personalidad y su riqueza interior. Esteunidad que crea el Espíritu, estrechándola con la paz. Hay un miedo es totalmente falso. Al entrar en la comunidad se deja algo|solo cuerpo y un solo Espíritu, como una es también la esperanza de uno mismo y los aspectos más ásperos de la personalidad, aque os abrió su llamamiento; un Señor, una fe, un bautismo, un veces la agresividad, que parecen ser una riqueza personal, des-Dios y Padre de todo, que está sobre todos, a través de todos y en aparecen según pasa el tiempo. La impaciencia deja paso a la pa-todos» (Ef. 4, 1-6). ciencia. Nace una fuerza nueva y aparecen nuevos dones. La co- munidad no suprime la identidad de la persona sino que la con- firma más profundamente. Llama a los dones más personales, losAbandona a tu padre, a tu madre, a tu cultura que están más ligados a las energías del amor. Para entrar en una alianza y pertenecer a un nuevo pueblo, a En la base del compromiso comunitario, hay a menudo ununa comunidad con nuevos valores,
  • 27. hay que abandonar otro acto de fe: el de un nuevo nacimiento dentro de la comunidad. Enpueblo, el de aquellos con los que se vivía hasta ahora según otros efecto, viviendo solo o en familia, se construye la propia identidadvalores y otras normas: valores familiares tradicionales, riquezas, a través de los éxitos profesionales, la libertad del ocio y las ale-posesiones, prestigio social, revolución, droga, delincuencia, poco grías de la vida familiar. En comunidad no se tiene siempre, niimporta. Este paso de un pueblo a otro puede ser un desgarra- seguramente enseguida, un trabajo que dé la misma satisfacciónmiento que implique sufrimientos y que la mayoría de las veces y el mismo sentimiento de identidad. Entonces se tiene un poco latarda mucho tiempo en realizarse, y muchas veces no se llega a impresión de haber perdido algo de uno mismo. No es fácil acep- hacer, pues los hombres no quieren cambiar ni cortar. Tienen un tar el tener conciencia de estar totalmente llevado por la comu-pie en cada campo y viven de compromisos, sin llegar a encontrar nidad y la oración. Hay que saber esperar con paciencia el mo-su propia identidad. Se quedan solos. mento de renacer. En efecto, es necesario que el grano de trigo48 49 25. muera para que aparezca la vida. Tal vez el camino es largo y la llegada que están allí para toda la vida. Se sienten tan cómodos,noche, a menudo, sin estrellas, pero es necesario esperar la aurora. tan en su casa, que tienen la certeza de haber llegado a puerto. Entrar en la alianza es dejarse llevar con confianza hacia una Para otros esto requiere más tiempo; poco a poco descubren quenueva vida que ya está, oculta, en lo más profundo de uno están en su «casa» y que no necesitan buscar en otra parte. Elmismo, que acucia y que si se le da tierra, agua y sol, renacerá tiempo del «sí» definitivo es diferente para cada uno.con nueva fuerza. Llegará el tiempo de la recolección. Cada vez me impresiona más el sufrimiento de los jóvenes. No A veces me asombro de la inquietud de los padres cuando ven es de extrañar que a algunos les cueste mucho trabajo comprome-que sus hijos e hijas frecuentan El Arca. Algunos padres vienen a terse. Muchos han tenido una infancia más o menos desgraciadaverme para que yo, a mi vez, persuada a sus hijos, para que e inestable. Otros han tenido experiencias sexuales precoces y taleshagan «algo más serio». Estos padres parecen obsesionados por la experiencias ocasionan luego dificultades para comprometerse. Yseguridad de un diploma universitario y un buen matrimonio para además hoy se tiende a ponerlo todo en duda; se tiene miedo aque sus hijos estén «colocados». Vivir en comunidad, y especial- dar la palabra, se acusa a la autoridad y al mismo tiempo semente con personas disminuidas, se les aparece como una locura tiene la impresión de que nuestro mundo está cambiando a unasin seguridad. En el fondo de sí mismos piensan que es una idea velocidad terrible; todo cambia de sitio. Un joven puede compro-de adolescentes, que pasará. meterse para hoy, pero ¿cómo puede comprometerse para maña- En casa de estos padres es donde se descubre el conflicto entre na? Hay que tener paciencia con el joven que, desde muchoslos valores de la vida comunitaria y los valores de nuestra socie- puntos de vista, puede tener rotas las estructuras y ser incapaz dedad moderna. Tal vez la presión paterna es tal que el hijo no se dar un sí definitivo. Vive en un mundo demasiado existencialista.atreve a continuar. ¿Es que los padres temen ser juzgados por sus Pero si encuentra a alguien que le sea fiel, descubrirá poco a pocohijos? De todas formas me hace mal efecto ver cómo algunos lo que es la fidelidad y entonces se podrá comprometer.padres que se autodenominan buenos cristianos atrepellan