2. “… en los años veinte el proceso político
uruguayo tuvo VARIAS caras:
el afianzamiento de la
democracia política
el conservadurismo social
la crisis económica
3. la democracia política
El nuevo régimen constitucional, brió las puertas para la
EXPANSIÓN Y PROFUNDIZACIÓN de la democracia por
, el voto universal masculino (las mujeres deberían
esperar hasta 1938 para ejercer su derecho al sufragio);
la representación proporcional en la Cámara de
Diputados, que garantizaría la participación tanto del
Partido Nacional como de otros partidos menores (Unión
Cívica, Partido Socialista y, a partir de 1922, el Partido
Comunista);
Y el ingreso del principal partido de oposición al Consejo
Nacional de Administración, y las elecciones frecuentes:
entre 1919 y 1933 hubo elecciones todos los años a excepción
de cuatro.
4. Todo ello estimuló y acostumbró a los uruguayos a votar.
Sin embargo, este proceso de creciente participación
político-electoral no hubiera sido posible sin la simultánea
construcción de un sistema de garantías al sufragio, de
respeto de la voluntad popular, que indujese a los
ciudadanos a confiar en el sistema.
Para ello resultaron claves las reformas electorales
procesadas en en los años 1924 y 1925, que incluyeron la
elaboración de un nuevo Registro Cívico, eliminando el
sospechado registro anterior; la creación de la
Corte Electoral, con participación de los dos grandes
partidos tradicionales; y el perfeccionamiento de una
compleja legislación electoral destinada a impedir los
fraudes y las presiones sobre los electores. DOBLE VOTO
SIMULTANEO
5. El conservadurismo social.
El proceso de construcción y afianzamiento del sistema
democrático fue acompañado de una entonación
conservadora. Este conservadurismo social estuvo
ambientado por el protagonismo de los grupos de presión
empresariales (Federación Rural, Asociación Rural del
Uruguay, Cámara de Comercio, Cámara de Industrias, etc.),
que se movilizaron con eficacia creciente para demorar –y a
veces frenar- la legislación social impulsada por el
reformismo, así como oponerse a cualquier medida que
significase el avance del Estado sobre la actividad
económica o que fuese potencialmente perjudicial para los
intereses de dichos grupos.
6. Es cierto que en la década del veinte hubo algunas
conquistas sociales:
comenzó a instrumentarse la ley de pensiones a la
vejez (sancionada en febrero de 1919);
se aprobaron algunas iniciativas de importancia como
las leyes de previsión y de indemnización por
accidentes de trabajo (1920, descanso semanal
obligatorio(1929),
salario mínimo del peón rural (1923) y,
la Caja de Jubilaciones y Pensiones para los empleados
y obreros del servicio público (1919).
7. El freno al reformismo –con la derrota de julio de 1916 y el
posterior ‘Alto’ de Viera- continuó procesándose en este
período en una compleja trama de ALIANZAS Y
COMPROMISOS, tejida tanto dentro de ambos partidos
tradicionales.
Así, en el Partido Colorado, el batllismo priorizó la victoria
electora frente al tradicional adversario al precio de
continuas negociaciones y compromisos con los restantes
‘Partidos Colorados’, originados en sucesivas escisiones de
entonación conservadora: a la primera de éstas, la del
riverismo (P. Colorado ‘Gral. Fructuoso Rivera’), ocurrida
en 1913, se sumaron: en 1919, la del vierismo (P. Colorado
Radical), liderado por Feliciano Viera, y en 1926: el sosismo
(Partido de la Tradición Colorada, liderado por Julio María
Sosa). (…) Pocos años más tarde, surgiría el grupo ‘Avanzar’,
liderado por Julio César Grauert, de fuerte impregnación
marxista, que se ubicaría en el ala izquierda del batllismo.
8. El Partido Nacional no fue ajeno a este proceso de renovación y
división interna, motivado, por las diferentes posturas ante la
agenda económico-social del período,
Son los años del vertiginoso ascenso del liderazgo de Luis Alberto
de Herrera, quien a través de una gran actividad, desplegada en
actos, reuniones, y giras por el interior se esforzaba por mantener
un contacto personal con la masa.
Su popularidad en aumento lo llevó a ocupar el cargo de
Presidente del Directorio del Partido, y a postularse como
candidato a Consejero nacional. Se opusieron a dicha
candidatura los llamados ‘conservadores’ (o ‘principistas’), que
apoyaban las candidaturas de Martin C. Martínez y Arturo
Lussich (por eso se los llamó también ‘lussichistas’). El grupo
tenía como portavoz al diario “El País”, fundado en 1918 y dirigido
por Enrique Rodríguez Larreta y Washington Beltrán (…) A la
existencia de estos dos grupos se sumaría luego el radicalismo
blanco, liderado por Lorenzo Carnelli, que en 1924 solicitó un
lema propio, siendo sus dirigentes expulsados del Partido
Nacional. (…)
9. En uruguayo se caracterizó no solo por el bipartidismo y el
protagonislos años veinte el sistema político mo de los
grupos de presión, sino también por la presencia de corrientes
ideológicas, como el socialismo, el comunismo y el catolicismo,
aunque por con adhesiones muy minoritarias …Si bien la
izquierda uruguaya era minoritaria y se encontraba dividida y
enfrentada entre sí, su influencia en el movimiento sindical y su
ruidosa militancia (…) alimentaron el disgusto de los sectores
conservadores. (…)
En ese contexto, algunos conservadores miraron hacia Europa –
no solo la izquierda se nutriría de ‘ideologías foráneas’-
contemplando con entusiasmo el movimiento liderado en Italia
por Mussolini, que prometía progreso ‘dentro del orden’ (léase:
frenar el comunismo). Fue así como el fascismo contó con
simpatizantes en el seno de los sectores conservadores de ambos
partidos tradicionales: en el riverismo, el sosismo y el vierismo en
el Partido Colorado, y en el herrerismo en el Partido Nacional.”
10. El impacto de la crisis del 29
DISMINUCIÓN DE LAS EXPORTACIONES.- La producción
uruguaya tenía una característica positiva: exportaba productos
necesarios para la alimentación (carne) y para la vestimenta (lana,
cueros), por lo tanto eran imprescindibles y le permitió a Uruguay no
depender de un sólo mercado. Pero a pesar de esto igual no decidía
sobre sus exportaciones (ni la cantidad ni el precio), porque su peso en
el mercado era escaso dada el poco volumen de producción. Las
exportaciones uruguayas se vieron afectadas por la crisis: entre 1929 y
1932 los precios de la carne y la lana bajaron en un 55%.
El tradicional comprador de la carne uruguaya, Inglaterra, firmó en
1932 los Convenios de Ottawa con sus ex-colonias, dándoles
preferencias en la compra de productos. Se trataba de la política
proteccionista establecida después de la crisis. Entre esas ex-colonias se
encontraban Australia, Nueva Zelandia y Canada, que también
producían carnes y lana. Esto perjudicó las exportaciones uruguayas.
11. DESCENSO DE LAS IMPORTACIONES.- Las
importaciones descendieron, afectando a las industrias
que necesitaban maquinaria y combustibles. La
importación de máquinas y carbón cayó un 15%,
mientras las importaciones de fuel oil bajaron un 35%.
DEVALUACIÓN DE LA MONEDA.- El peso uruguayo
se devaluó frente a la libra inglesa y el dolar
norteamericano. En 1933 la devaluación del peso frente
al dolar superaba el 100% comparado con el valor de
1928
12. DESOCUPACIÓN.- EL censo de industrias que se hizo en 1930
registró 94000 trabajadores industriales, estimándose en 30000
el número de desocupados. En 1933 el número de desocupados se
estimaba en 40000, casi la mitad de los trabajadores
industriales. Quienes conservaron su empleo no se encontraban
a salvo de la crisis porque los salarios bajaron mientras el costo
de vida aumentó. Según un informe de la Oficina Nacional de
Trabajo de 1930, un tercio de los trabajadores ganaba menos de lo
necesario para la subsistencia.
Además esta desocupación provocada por la crisis se sumaba a la
desocupación que ya se venía dando por otras razones:
a) la renovación tecnológica, como la aplicación del taylorismo
en los frigoríficos, que había reducido en un 25% el número de
obreros, o el uso de cosechadoras en la agricultura (cada
cosechadora sustituía el trabajo de 10 hombres).
b) la sobre-oferta de mano de obra por la migración del campo a
la ciudad que afectaba a los trabajadores menos preparados
como la estiba en el puerto.
13. CAÍDA DE LOS SALARIOS.- La sustitución del trabajo
masculino por el de mujeres y niños a los que se les pagaba
menos salario fue una de las soluciones adoptadas por las
empresas privadas para mantener la ganancia de sus capitales. En
1932 el diputado batllista Grauert denunció que el frigorífico
“Artigas” de la empresa norteamericana Armour, había
despedido hombres a los que se pagaba $2,80 por día, para tomar
mujeres a las que pagaba $1,20.
La Oficina Nacional de Trabajo, un organismo del gobierno,
reconoció a comienzos de 1932 que “la profunda depresión
sufrida por la industria y el comercio, dio motivo, en muchos
casos a supresiones de personal, aumentando por tal causa las
infracciones de las leyes y reglamentos concernientes al trabajo,
pues, muchos patrones, empresarios, buscaron por dicho modo
reducir sus presupuestos en materia de salarios”.
El desempleo y la caída del salario redujo el consumo
interno: el consumo de carne bajó un 18% y el consumo de
electricidad descendió 13%.
14. LAS DISTINTAS VISIONES DE LA
CRISIS Y COMO SALIR DE ELLA
La visión conservadora.- Los sectores conservadores se
expresaban a través de los gremios de hacendados, la
Asociación y la Federación Rural, los colorados
riveristas (sector de Manini Ríos opuesto al batllismo)
y el herrerismo. hacían hincapié en los factores
internos, responsabilizando a la política reformista del
batllismo del deterioro económico. rechazaban la
legislación laboral, el estatismo y el proteccionismo
que el estado quería brindarle a las industrias.
Reclamaban un “alto” en las reformas, menos
gastos estatales, detener las obras públicas e
incluso reducir los salarios.
15. La visión reformista.- Se expresaba fundamentalmente a
través del batllismo que en ese momento tenía la mayoría
del Consejo Nacional de Administración por su alianza con
los blancos independientes. Al comenzar la crisis intentó
quitarle dramatismo a la situación y dar una visión
optimista de la recuperación. Insistía en el origen
puramente externo de la crisis y que para salir de ella no
había que detener las reformas sino profundizarlas. Comó
una postura defensiva frente a los ataques de los
conservadores. El diario “El Día”, principal vocero del
batllismo, salió a hacer frente a las críticas como en esta
editorial de enero de 1932: “Nuestros políticos, tan
impopulares como inescrupulosos, persisten en explotar
con fines electorales la crisis económica que soporta el país.
16. La visión de la izquierda.- Esta postura se expresaba a través
del Partido Socialista, el Partido Comunista y también se puede
ubicar aquí al batllista Julio Cesar Grauert y su grupo Avanzar
muy cercano a los análisis marxistas aunque integraba y votaba
dentro del Partido Colorado. Para socialistas y comunistas la
crisis del 29 anunciaba la “inexorable e inminente” caída del
capitalismo. También reconocía que la crisis se veía aumentada
por factores propios de Uruguay: “Si no soportamos mejor los
embates de la crisis universal es porque ésta nos sorprende con
una economía profundamente desequilibrada”.
Con un lenguaje más duro y combativo, el periódico comunista
“Justicia” advertía en 1930 que la crisis podía derivar en una
dictadura de derecha
17. LAS MEDIDAS TOMADAS POR EL
GOBIERNO PARA ENFRENTAR LA
CRISIS
De acuerdo a la Constitución de 1917 el poder ejecutivo
estaba compuesto por dos órganos: el Presidente y el
Consejo Nacional de Administración. A este último,
integrado por 9 miembros, correspondía el control de
la economía, por lo tanto de él dependían las medidas
que se tomarían para enfrentar la crisis. La mayoría del
Consejo N. De Administración (CNA) la tenían los
batllistas que habían logrado un acuerdo con los
blancos independientes que eran opuestos a Herrera
(el “pacto del chinchulín” calificó Herrera a ese
acuerdo, que implicó, entre otras cosas, el reparto de
cargos públicos entre los acuerdistas).
18. las medidas tomadas por el CNA reflejaban la visión batllista de
la crisis y proponían una mayor intervención del estado en la
economía.
1) Devaluación y control de cambios.- Se devaluó el peso y de
esta manera se trataba de facilitar las exportaciones y disminuir
las importaciones para obtener una balanza comercial favorable.
Los exportadores recibían dólares por sus ventas al exterior; al
cambiarlos por pesos iban a recibir, luego de la devaluación, más
pesos que antes. Para evitar que se especulara con la moneda
extranjera se dispuso que el Banco República era el único
organismo habilitado para hacer el cambio. Los exportadores
estaban obligados a vender cambiar los dólares que recibían por
sus ventas en el Banco República, impidiendo que la enviaran a
cuentas bancarias en el exterior. Las empresas extranjeras
radicadas en Uruguay tampoco podían enviar sus ganancias al
exterior, estando obligadas a depositarlas dentro del Uruguay.
19. 2) Suspensión del pago de la deuda externa.- La
devaluación frente a las monedas fuertes (dolar, libra)
aumentó la deuda uruguaya en pesos: la deuda se duplicó y
se hizo imposible pagarla. El gobierno resolvió suspender
su pago aunque se seguirían pagando los intereses y para
eso se vendió una parte del oro en reserva del Banco
República.
3) Nuevos impuestos.- Para disminuir el déficit fiscal se
recurrió a aumentar impuestos ya existentes (por ejemplo
contribución inmobiliaria, herencias, etc) y crear nuevos.
Uno de esos impuestos nuevos fue el impuesto a los sueldos
de los funcionarios públicos (también a las jubilaciones)
que iba del 6 al 15% según el salario. Otro de los impuestos
nuevos fue sobre los combustibles.
Como el impuestos a los sueldos de los funcionarios fue
recibido con antipatía por amplios sectores de la población,
el gobierno trató de balancear la situación disminuyendo
los alquileres en un 10%.
20. 4) Proteccionismo industrial.- Se tomaron medidas para
proteger la industria nacional y de esa manera mantener el nivel
de empleo, además de evitar la salida de divisas (monedas
fuertes) por las importaciones. Se prohibió la importación de
algunos productos considerados superfluos (por ejemplo las
bananas) y se duplicó el arancel de otros (por ej. los
automóviles). Los aranceles en general tuvieron un aumento (el
arancel general pasó del 31 al 48%) y se obligó a los importadores
a adelantar el pago de los aranceles en oro para desestimular las
importaciones.También se exigió la colocación de etiqueta a los
productos nacionales como forma de estimular su compra al ser
conocidos por la población.
5) Fomento agropecuario.- Se intentó impulsar la agricultura a
través de la compra de cereales hecha por el estado y la fijación
de precios mínimos. Se facilitó el acceso de los agricultores a los
préstamos del Banco república. A través del recientemente
creado Frigorífico Nacional se elevaron las cotizaciones del
ganado por encima del precio del mercado. El estado intervino
para resolver, a través de jurados, los desacuerdos entre
propietarios y arrendatarios de campos.
21. 6) Ampliación de las empresas estatales.- La magnitud de la crisis
reavivó la idea del primer batllismo de pasar a manos del estado
actividades económicas que estaban en manos extranjeras que enviaban
al exterior sus ganancias y no reinvertían en el país.
En 1931 se creó ANCAP (Administración Nacional de Combustibles,
Alcohol y Portland) con el objetivo de monopolizar el alcohol y la
importación, refinación y distribución del petróleo y sus derivados.
También crearía fábricas de cemento portland cuyo uso iba en aumento
por el desarrollo de la construcción en los años 20. las empresas
petroleras multinacionales que eran las que abastecían y comercializaban
el petróleo y sus derivados se sintieron molestas por esta resolución.
Aunque eran varias funcionaban como una sola debido a un acuerdo que
habían firmado años atrás; por eso se las conocía como “las siete
hermanas”. Simultáneamente con la creación de ANCAP el estado firmó
un contrato de compra de petróleo crudo con la URSS aprecios más bajos
que los ofrecidos por las empresas multinacionales. También en 1931 se
expropió a las compañías telefónicas privadas y el estado se hizo cargo del
servicio telefónico a través de las Usinas y Teléfonos del Estado (UTE).
El estado se hizo cargo de la administración de los puertos de Nueva
Palmira y Colonia y cesó el permiso de funcionamiento de muelles
particulares en el puerto de Montevideo.
22. LA DIVISION DEL MOVIMIENTO
SINDICAL
La depresión económica encontró al movimiento obrero uruguayo
dividido. En 1929 existían tres centrales sindicales que respondían a tres
tendencias ideológicas. Tradicionalmente los sindicatos con más
adherentes y organización del Uruguay eran los de tendencia
anarquista que habían fundado la FORU: Federación Obrera Regional
Uruguay. Pero en los años 30 la FORU había perdido parte de su
influencia.
Los comunistas, que un principio formaron parte de la USU, en 1929
formaron una nueva central sindical, la CGTU: Confederación General
de Trabajadores del Uruguay.
A pesar de la división el movimiento obrero trató de difundir sus
puntos de vista sobre la crisis y obtener sus objetivos sucediéndose
paros, huelgas y manifestaciones. Encontraron una dura represión con
clausura de sus periódicos y locales gremiales, encarcelamiento de sus
dirigentes e incluso enfrentamientos con la policía con heridos y
muertos.