Las galaxias pueden chocar o fusionarse cuando se acercan mucho entre sí, lo que predice la formación de estructuras como anillos, colas y arcos de gas, polvo y estrellas. Dos o más galaxias espirales sometidas a su atracción mutua pueden quedar atrapadas girando una alrededor de la otra hasta chocar, y antes de fusionarse completamente en una sola acumulación pueden producirse varias colisiones, un proceso que requiere cientos de millones de años.