La liebre y la tortuga tienen una carrera para demostrar quién es más rápido. La liebre acepta el desafío pensando que puede ganar fácilmente. Durante la carrera, la liebre se adelanta mucho pero luego se detiene a dormir, mientras que la tortuga avanza lentamente y gana la carrera. La liebre se enoja al descubrir que perdió contra la tortuga.
para conocer mas de los animales reales desde la magia dela literatura de Rudyard Kipling.Los Colegios Motorista y San Cristóbal sur , preparan proyectos para intercambiar .
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1. LA LIEBRE Y LA TORTUGA
Había una vez un bosque muy lejano, en tierras de la selva amazónica… donde
vivía una liebre con su familia. La liebre iba a beber agua diariamente a un río
próximo que se llamaba río Amazonas. Se levantaba temprano para buscar comida
entre los arbustos, matorrales y algunas veces se entretenía entrando en los
frondosos bosques. La liebre era muy valiente y como no tenía miedo a los animales
daba vueltas por el bosque hasta que encontraba la comida más apetitosa.
Un domingo como cualquier otro, salió la liebre en dirección al río. Estaba
bebiendo agua, cuando vio reflejarse en el agua una tortuga. La liebre hizo ver que
se bebía la tortuga y la tortuga que era muy inteligente se dio cuenta de que la estaba
provocando. En aquel momento, la tortuga recordó todas las malas pasadas que le
había hecho. Por ejemplo: el día que la liebre se disfrazó de galápago para ganarse la
confianza de la tortuga y así la envió a un despeñadero en lugar de enseñarle el
camino del río.
También recordó que cada mañana se burlaba de ella por que corría más y llegaba
antes al río. La tortuga ya no podía más, estaba cansada de las impertinencias de la
liebre. Finalmente tuvo una idea genial, quería desafiar a la liebre y demostrarle que
ella tenía más ingenio.
Una carrera desde la colina al río, pasando por el sendero del llano, donde había
un árbol grande con hojas de color anaranjado y amarillo que daba muy buena
sombra.
La liebre aceptó el desafío de la tortuga pensando que era muchísimo más rápida
que la lenta tortuga.
A la mañana siguiente, muy temprano, se situaron en la colina. El cocodrilo lanzó
un coco y empezó la carrera. La liebre y la tortuga empezaron a correr y la liebre
cogió mucha distancia.
Al pasar al lado del gran árbol, confiando que ganaría a la tortuga, le entraron
ganas de echar una siesta y se puso a dormir debajo del árbol.
Mientras tanto, la tortuga contadas sus fuerzas, iba avanzando y avanzando, pasito
a pasito, hasta llegar al árbol donde vio a la liebre dormida como una marmota. La
tortuga pasó sin hacer ruido, para no despertarla. La tortuga llegó a la meta y todo el
mundo se puso a aplaudir. Con gritos del pájaro que comentaba la carrera, la liebre
se despertó y se puso a correr como un rayo. Al llegar a la meta se le quedó la cara
tonta cuando vio que la tortuga había ganado y se enfadó.
Todo el mundo gritó a coro:
“Quien se enfada no consigue nada.”
Escola Font d’en Fargas. Barcelona. 2011