Atenas era una importante polis (ciudad-estado) ubicada en una posición estratégica en el sur de la península Balcánica que le permitió prosperar a través del comercio. La diosa Atenea era venerada en Atenas por haberles regalado el olivo, y los atenienses le construyeron templos en agradecimiento. Las mujeres en la antigua Grecia se encargaban principalmente de las tareas domésticas y estaban excluidas de la política, confinadas al gineceo o habitación de las mujeres.