El documento describe la estructura social y el poder de los señores feudales en la Edad Media. En la cima de la jerarquía estaba el rey, seguido por la alta nobleza como duques y condes. Los señores feudales gobernaban sus propios territorios de forma autónoma, cobrando impuestos, impartiendo justicia y acuñando moneda. Para ampliar su poder, a veces luchaban entre sí. El hijo mayor heredaba las tierras para mantener el poder de la familia.