La nube se sintió envidiosa de otra nube más grande y decidió no dar más su agua para crecer en tamaño, secando así el país. Al convertirse el país en desierto, la nube no tenía de dónde sacar más agua y empezó a encogerse. La nube aprendió que su avaricia la llevaría a desaparecer, pero el viento la llevó a un país nuevo donde recuperó su tamaño siendo más modesta y dando lluvias generosas que lo convirtieron en el país más verde.