2. • La paciencia no es pasividad ante el sufrimiento, no
reaccionar o un simple aguantarse: es fortaleza para
aceptar con serenidad el dolor y las pruebas que la vida
pone a nuestra disposición para el continuo progreso
interno.
• A veces las prisas nos impiden disfrutar del presente.
Disfrutar de cada instante sólo es posible con unas
dosis de paciencia, virtud que podemos desarrollar y
que nos permitirá vivir sin prisas. La paciencia nos
permite ver con claridad el origen de los problemas y la
mejor manera de solucionarlos.
• La paciencia es la virtud por la que soportamos con
ánimo sereno los males y los avatares de la vida, no sea
que por perder la serenidad del alma abandonemos
bienes que nos han de llevar a conseguir otros mayores
3. • La paciencia es una virtud bien distinta de la mera
pasividad ante el sufrimiento; no es un no
reaccionar, ni un simple aguantarse: es parte de
la virtud de la fortaleza, y lleva a aceptar con
serenidad el dolor y las pruebas de la vida,
grandes o pequeñas. Identificamos entonces
nuestra voluntad con la de esa “chispa” divina de
la que procedemos, y eso nos permite mantener
la fidelidad en medio de las persecuciones y
pruebas, y es el fundamento de la grandeza de
animo y de la alegría de quien está seguro de
hacer lo que le dicta su propia conciencia.
• La paciencia es un rasgo de personalidad madura.
Esto hace que las personas que tienen paciencia
sepan esperar con calma a que las cosas sucedan
ya que piensan que a las cosas que no dependen
estrictamente de uno hay que darles tiempo
4. • La persona paciente tiende a desarrollar una
sensibilidad que le va a permitir identificar los
problemas, contrariedades, alegrías, triunfos y fracasos
del día a día y, por medio de ella, afrontar la vida de
una manera optimista, tranquila y siempre en busca de
armonía.
• Es necesario tener paciencia con todo el mundo, pero,
en primer lugar, con uno mismo.
• Paciencia también con quienes nos relacionamos más a
menudo, sobre todo si, por cualquier motivo, hemos
de ayudarles en su formación, en su enfermedad. Hay
que contar con los defectos de las personas que
tratamos –muchas veces están luchando con empeño
por superarlos-, quizá con su mal genio, con faltas de
educación, suspicacias... que, sobre todo cuando se
repiten con frecuencia, podrían hacernos faltar a la
caridad, romper la convivencia o hacer ineficaz nuestro
interés en ayudarlos.
5. • El discernimiento y la reflexión nos ayudará a ser
pacientes, sin dejar de corregir cuando sea el momento
más indicado y oportuno. Esperar un tiempo, sonreír,
dar una buena contestación ante una impertinencia
puede hacer que nuestras palabras lleguen al corazón
de esas personas.
• Paciencia con aquellos acontecimientos que llegan y
que nos son contrarios: la enfermedad, la pobreza, el
excesivo calor o frío... los diversos infortunios que se
presentan en un día corriente: el teléfono que no
funciona o no deja de comunicar, el excesivo trafico
que nos hace llegar tarde a una cita importante, el
olvido del material del trabajo, una visita que se
presenta en el momento más inoportuno. Son las
adversidades, quizá no muy trascendentales, que nos
llevarían a reaccionar quizá con falta de paz. En esos
pequeños sucesos se ha de poner la paciencia
6.
7. • Les contare una historia de un adolescente de
secundaria, era un adolescente que venía de primaria
privada, que sus padre siempre le dieron todo lo que
necesitaba y era muy querido por toda su familia pero
tenía un inconveniente era tímido, y resulto que el niño
iba con muy malas calificaciones en la primaria así que
sus padres no decidieron gastar en vano y lo metieron
a una secundaria técnica, donde el ambiente es
diferente y los tratos entre alumnos también cambia
mucho a donde antes estaba, el llego con mucho
miedo y temor de la demás gente. Así que los días
pasaban en la secundaria pero los alumnos de su salón
se empezaban a conocer más y llevarse más entre
ellos, uno de ellos decidió hablarle a nuestro
adolescente tímido, el era muy mal hablado, pero
nuestro adolescente simplemente lo escucho, al darse
cuenta que era diferente a los demás alumnos sintió de
alguna manera más facilidad en molestarlo,
8. • así fue como la historia de nuestro adolescente tímido
comenzó, el otro chico se burlaba de él hablaba a sus
espaldas, lo trataba lo más mal que podía, mas nuestro
adolecente tímido soporto mucho el reclamaba a sus
padre, hubo un tiempo donde él se sentía deprimido y
estresado, tanto que le daba miedo ir a la escuela por
una persona en particular, el no le dijo a su mama
específicamente que lo molestaban solo que no le
gustaba ir, así que paso el tiempo y el adolescente
tímido soporto todo primero de secundaria y parte de
segundo de secundaria los maltratos verbales,
discriminación, etc. Pero llego el día que su paciencia
no resistió y se le escapo decirle a su mama que lo
molestaba, así que ella se quejo con la prefecta y esta
lo regaño al niño que lo molestaba de manera muy
severa y condicionándolo, bueno al parecer el
adolescente tímido se había librado de su estrés, pero
9. • El adolescente tímido tubo un proyecto que era
de parejas que el maestro elegía y para su suerte
le toco con el niño que lo molestaba, así que muy
apenados los dos fueron a la casa del adolescente
tímido, y después de acabar la tarea le pregunto
que si quería jugar videojuegos y desde ese día se
volvieron amigos y se protegían uno a otro en la
secundaria.
• El adolescente tímido aprendió que la paciencia
puede convertir a un enemigo en tu amigo.