El documento describe una exposición de fotografías en blanco y negro de La Piedad de Miguel Ángel tomadas por el fotógrafo Robert Hupka. La exposición tuvo lugar en un entorno íntimo y silencioso con música gregoriana. Las fotografías capturaron La Piedad desde todos los ángulos posibles y mostraron los daños sufridos por la escultura. El autor visitó la exposición varias veces y quedó profundamente impresionado por la belleza y grandeza que transmitían las fotografías.